➷ septuagésimo segundo capítulo
Minjae no sabía cómo descargar toda la ira que tenía dentro suyo, ya había transcurrido más de una hora desde lo ocurrido y seguía dentro de su auto, totalmente desalineado, con los ojos llorosos y las manos apresando el volante, como si realmente quisiera irse del hospital, cuando en realidad lo único que quería era regresar hacia los brazos de Taehyung y que este le dijera que todo era una mentira, que en realidad ese bebé sí era suyo y que la boda continuaría, aunque eso ya era algo imposible en ese momento.
Por más que el alfa quería ir a golpear a Hoseok, lo único que hizo en ese momento fue encender el auto y salir del estacionamiento del hospital, no sin antes apagar su móvil, pues lo que menos quería era que sus familiares le preguntaran por el estado de Taehyung o si el ensayo de la boda se reprogramaría. Ni siquiera quería pensar en lo que estaría pensando toda su familia, en especial su hermano, quien siempre le insinuó que esa relación no funcionaría y que en cualquier momento Hoseok regresaría a reclamar la familia que le pertenecía, aún cuando eso ya no era posible de acuerdo a todas las condiciones que le había impuesto su prometido años atrás. Sin embargo, mientras manejaba lejos de ese lugar, en lo único que podía pensar era en que era cierto, todo lo que su maldito hermano había dicho se había cumplido, incluyendo la probabilidad de un tercer hijo, el cual ahora estaba en camino.
El alfa siempre supo que el lobo de Taehyung prefería a Hoseok, lo supo desde que regresó y decidió cortejarlo, pues ante sus ojos, incluso el lado humano del omega lo buscaba inconscientemente. No obstante Minjae pensaba y creyó firmemente en que eso cambiaria si es que le demostraba que su amor era más fuerte y suficiente como para olvidar al padre de sus cachorros... Los cachorros que había aprendido a amar, por quienes daría toda la vida, ya que aunque sonara ridículo, había aprendido a ser padre con esos niños y ahora no pensaba renunciar a ellos. No, no lo haría por nada del mundo, lucharía tanto como pudiera, ya que sentía que ese derecho le pertenecía tanto como a Hoseok o incluso más.
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Aquella mañana Minjae se encontraba manejando con una sola dirección en mente; una mano sostenía el volante con fuerza, mientras que en la otra tenía un cigarro que ya se iba consumiendo por la cantidad de veces que habia sido utilizado. El alfa tenia una cara de pocos amigos, que no solo se debía a las pocas horas de sueño, también a la cantidad de alcohol que había consumido en esos últimos tres días; para ese momento ya no quedaba nada del elegante alfa que con su sola presencia imponía respeto... En ese momento el único que existía era MInjae, un alfa lleno de rencor y dolor que solo quería venganza.
Cuando entró al estacionamiento del ya reconocido lugar para él, comenzó a dudar de sus acciones, pero al recordar todo lo que había sucedido hace tan solo tres días atrás, sus dudas desaparecieron, dando pase a la seguridad que siempre lo acompañó durante tantos años, por lo que bajó del auto rápidamente, importándole muy poco que estuviera mal estacionado. En ese momento solo quería calmar su ira y sabía que la mejor manera se encontraba en la parte más alta de ese edificio.
Las puertas del ascensor se abrieron, entró con otro cigarro ya encendido en mano, mientras tiraba la cajetilla vacia al piso. Ya había perdido la cuenta de cuantas cajetillas había consumido en todos esos días, lo único de lo que era consciente era de comprar unas cuantas cajetillas más cuando saliera de aquel lugar.
Minjae siempre había sido un alfa pacífico, era el típico alfa que prefería solucionar todos sus problemas hablando y llegando a un acuerdo en vez de ensuciarse las manos de sangre y eso no se debía precisamente a que no supiera pelear, al contrario, el hombre peleaba muy bien gracias a sus clases de defensa personal a las cuales se inscribió cuando apenas era un adolescente. Él sabia que llegaría el día de tener que defender su honor y el de su pareja o familia, tal y como estaba sucediendo en ese preciso momento.
Cuando ingresó al piso indicado, dejo caer su cigarrillo en el piso, pasó por encima de este y buscó con la mirada a Hoseok, hallando entre las tantas miradas de otros alfas, algo de confusión y sorpresa por su llegada, pues la mayoría de estos lo conocían bien al ser el hermano del jefe. Muchos comenzaron a cuchichear entre ellos sobre la apariencia de Minjae, quien no vestía sus mejores ropas y quien tampoco se veía bien físicamente, además de apestar a alcohol y cigarro. Sin embargo a Minjae poco le importaba la opinión de todos esos idiotas; él solo quería a un idiota en especial y en ese preciso momento lo encontró en la cocina de la oficina, sirviéndose un café.
— ¡Maldito hijo de puta! — gritó, llamando la atención de todos los otros alfas que también estaban en la cocina y otros que pasaban por ahí.
— ¿Qué rayos quie... — Y Hoseok no fue capaz de terminar la frase cuando el primer puño en limpio fue a dar directamente a su rostro, tumbándolo al piso y derramando su café en el proceso.
Minjae no dudo en subirse encima de Hoseok y comenzar a golpearlo sin contemplación, muy a pesar de que algunos otros alfas quisieron intervenir y alejarlos, no pudieron, pues Kim oponía mucha fuerza y no permitía que nadie lo quitara de encima. Pronto los intentos de alejarlos se convirtieron en abucheos y apuestas para saber quien ganaría, pues Hoseok tampoco se estaba dejando y había brindado ya alguno que otro puño a su contrincante.
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JongIn veía su móvil con algo de preocupación, era la décima quinta vez que llamaba a su hermano en ese día y no contestaba, incluso había pensado en ir a su casa, pero creía que tal vez se encontraba con Taehyung, por lo que había desistido de esa idea tan rápido como la pensó. El alfa colgó la llamada y finalmente soltó un suspiro, sin saber qué hacer, pues sus padres habían insistido en que él se encargara de la situación de Minjae y les avisara si tenía alguna noticia. Sin embargo, hasta el momento no tenía absolutamente nada con respecto a su hermano mayor y eso ya lo comenzaba a frustrar de sobremanera.
Probablemente JongIn hubiera intentado llamar por una décima sexta vez a su hermano, pero el bullicio que se armó fuera de su oficina y el cual solo parecía agrandarse más, lo convenció de salir y descubrir qué sucedía. Todos sus subordinados estaban fuera de su lugar, la mayoría se encontraba rodeando la cocina, mientras alentaban a Hoseok y otros parecían gritar el nombre de Minjae, lo cual era completamente extraño, ya que su hermano no debería estar ahí.
Cuando JongIn se acercó al lugar de los hechos deseó nunca haber tenido que hacerlo. Su hermano tenía sangre en la cara y Hoseok parecía que se encontraba con la nariz rota, pues de ahí brotaba sangre, al igual que de su boca.
— ¡Maldición! — gritó, apartando a todos para llegar donde su hermano. — Minjae, ¿Qué rayos estás haciendo? — JongIn no era de gritar ni alterarse, pero su hermano parecía fuera de control y lo único que podía hacer era intentar alejarlo de su subordinado. — ¡Aléjate de él, Minjae! — insistía, con ayuda de algunos otros alfas, que también parecían querer ayudar a Hoseok.
— JongIn, suéltame o no respondo. — Advirtió Minjae, una vez que se encontró lejos de Hoseok y siendo sujetado por Jongin junto a otro de sus trabajadores.
— ¿Qué rayos te sucede? Tú nunca te has comportado de esa forma, Minjae. Siempre has sido un alfa respetuoso y un...
— ¡Ese malnacido se acostó con mi omega! — gritó finalmente Minjae, pues estaba cansado de que todos lo miraran como si el malo fuera él, cuando el único desgraciado era el ensangrentado Hoseok que ahora parecía querer esconderse detrás de sus compañeros.
JongIn se quedó a medias, sus palabras en el aire y con la boca entreabierta. No podía creer lo que había escuchado, incluso miró a Hoseok, esperando una negación de su parte, pero este desvió la mirada, dándole la razón así a su hermano.
— ¡Ese desgraciado esperó a que el lobo de Taehyung regresara para meterse entre sus piernas! — Minjae no quería exponer parte de su vida privada, pero el dolor estaba ahí y su lobo se sentía demasiado herido como para seguir callando todo lo que sentía en ese preciso momento.
Minjae no quería decir nada sobre el embarazo de Taehyung, sabía que eso solo impulsaría a Hoseok a buscar a su prometido y lo que menos quería era a ese alfa cerca de su familia. No pensaba decir todo, solo quería dejarlo mal delante de los presentes y eso ya lo había logrado, así que no tenia por qué seguir ahí.
— No pienso dejar a Taehyung, si eso es lo que creíste al acostarte con él. — advirtió Minjae, llamando la atención de todos los presentes, incluso de su hermano menor. — Pienso continuar con la boda y apenas Taehyung me diga el sí, pienso viajar con mi familia hacia el extranjero.
Hoseok quiso contestar, pero fue interrumpido por JongIn, quien no pareció dudar ningún segundo con sus palabras.
— Jung, recoge tus cosas y luego pasas por mi oficina. — y eso fue más que suficiente para que todos comenzaran a dispersarse, incluso Jongin que fue detrás de su hermano.
Hoseok sabía que estaba despedido, no había otra razón para ir a la oficina de su jefe y sobre todo, con todas sus pertenencias. Lo único que no podía creer era que haya sido golpeado y despedido el mismo dia, pero sobre todo, que Minjae haya perdido el control solo por un acoston que tuvo, a menos que hubiera mucho más detrás de todo su enojo.
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Otro capítulo más, beibis.
Estoy en proceso de escribir el siguiente capítulo, pero les informo que ya estamos en la recta final.
Nos vemos.
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