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➷ quincuagésimo segundo capítulo

Hoseok no sabe cómo terminó manejando, si realmente sentía que todo su cuerpo y cabeza estaban mal, más su cabeza, en donde seguía pensando qué rayos había sucedido con él para no reconocer a un hijo suyo; ahora que lo pensaba mejor Jungkook tenía un ligero parecido a él, solo un tanto ligero, pues tenía algunas facciones propias de su Taehyung, lo cual no lo molestaba en lo absoluto, al contrario lo hacía muy feliz.

Manejó lo más rápido que pudo hasta llegar a la casa ya conocida para él, y sin esperar mucho bajó de su auto, importándole muy poco que lo haya dejado encendido, corrió hacia la puerta y comenzó a tocar sin reparo alguno, esperando impaciente a que le abrieran. El alfa estuvo cerca de cinco minutos en la puerta antes de que esta se abriera, dejando ver a un mujer mayor un tanto confundida y con un bata que la cubría del frío.

— ¿Qué haces aquí, Hoseok? — preguntó la señora Jung, sorprendida por la hora y sobre todo, la presencia de su hijo.

Hoseok no esperó a que su madre lo invitara a pasar, solamente pasó de largo y se quedó de pie en el recibidor.

— ¿Por qué no me dijiste que Jungkook era mi hijo? — la pregunta del alfa salió tan rápido que por un momento temió que no le entendieran, pero la mirada de su madre le indicaba que sí había escuchado a la perfección cada una de sus palabras.

— Cariño, ¿Estás ebrio? — trató de desviar el tema, la mujer no quería verse comprometida con ese asunto, menos si prácticamente había jurado llevarse ese secreto a la tumba.

— Mamá, dime si lo que te acabo de decir es cierto. — exigió el alfa, importándole muy poco si se trataba de su madre o no, solo quería respuestas.

— Jung Hoseok, bajame ese tono de voz y de una vez te voy advirtiendo que si has manejado en estado de ebriedad no dudaré en reportarte con la policía y pedirte un taxi, así que hazme el fa-

— ¡Mamá, lo sé todo! — gritó, desesperado por la actitud de tu madre.

— ¿Qué está pasando aquí? — la voz de su padre llamó la atención de Hoseok, quien de inmediato se dirigió al hombre, importándole muy poco ensuciar la casa al no quitarse los zapatos.

— Tú, dímelo, papá. — exigió esta vez a su progenitor. — ¿Jungkook es mi hijo, cierto?

El señor Jung miró a su esposa por sobre el hombro de su hijo, esta negó con la cabeza, dándole a entender que no dijera absolutamente nada, pero finalmente no le hizo caso, pues creía que su hijo merecía saber la verdad, a pesar de haberse comportado como un tremendo idiota.

— Sí, hijo. — susurró apenas el hombre mayor.

Hoseok se alejó de su padre lentamente y esta vez miró a su madre, sin poder creer que todo ese tiempo le estuvieron ocultando un tema tan delicado.

— ¿Cómo pudieron hacerme esto? — la indignación bañaba las palabras del alfa, quien ya no sabía cómo tomar todo ese asunto. — ¡Sabían que ese niño siempre fue mío y fueron cómplices en la estupidez de Taehyung!

— Tu madre y yo no lo supimos hasta que el niño nació. Taehyung se había mudado a Daegu por un tiempo y cuando regresó, Jungkook ya tenía unos meses de nacido. — trató de explicar el hombre mayor.

La señora Jung asintió a todo lo que decía su esposo.

— Lo lamento tanto, hijo, pero Taehyung nos hizo prometer que no te dijeramos algo al respecto si es que queríamos ver al niño y tenerlo en nuestras vidas. Nosotros solo queríamos estar con nuestros nietos y como él fue el mayor afectado, tuvimos que acatar sus condiciones, no podíamos decirle que no después de lo que le hiciste. — explicó esta vez la mujer.

Hoseok apenas y escuchaba a sus padres, su cabeza seguía pensando en el momento en el que todo pasó, Taehyung tuvo que lidiar con un carga emocional enorme, además de pasar todo el proceso del divorcio solo, lo cual pudo haberle causado otro aborto espontáneo. Sin embargo ahí estaba su hijo, cumpliendo dos años de vida y más fuerte de lo que imaginó.

— No hagas una tontería, Hoseok, trata de hablar con Taehyung ahora que lo sabes y hazte presente en la vida del niño. — pidió la señora Jung, casi rogó, pues sabía que el trato entre su hijo y su ex yerno no era el mejor.

— Yo ya veré qué hago. — susurró en respuesta el alfa, saliendo de la casa y subiendo a su auto, a pesar de que sus padres lo llamaron una y otra vez.

Llegó un punto en el cual Hoseok no supo cómo rayos regresó a su casa, solo lo hizo, se estacionó frente a la gran mansión que tenía y la cual se sentía demasiado vacía en ese momento, ingresó, se quitó los zapatos y caminó en calcetines hasta la segunda planta, ingresando primero a la habitación de JiYu y observando desde la puerta como su niña dormía, sonrió y luego dirigió su mirada hacia la habitación principal, no quería ingresar, pero tenía que hacerlo. Hoseok tomó las pocas fuerzas que le quedaban y finalmente abrió la puerta de su habitación, siendo interrogado de inmediato por Jennie, quien al parecer seguía despierta.

— ¿Dónde rayos estuviste? Estaba tan preocupada por ti, pensé que te había sucedido algo. — dijo totalmente desesperada la mujer, buscando en su alfa algún rasguño o indicio que pudiera indicar que había tenido algún problema o accidente.

Hoseok siguió caminando, de frente hacia la cama, importándole muy poco lo que decía su esposa, incluso dejó pasar el hecho de Jennie comenzó a olerlo más de cerca y revisar su camisa blanca, quizás con la estúpida intención de verificar que no se había encontrado con algún otro omega, como alguna vez llegó a insinuar cuando llegó tarde.

— ¡Hoseok, contéstame! — exigió la omega, cruzando de brazos delante de su esposo y solo cuando este se sentó en la cama se percató que parecía totalmente ido, lo cual incluso la preocupó más. — ¿Estás bien, cariño? — preguntó esta vez arrodillándose al frente del hombre y tomando sus manos entre las suyas.

Hoseok seguía con la mirada perdida, entendiendo por fin las tantas prendas holgadas que utilizaba Taehyung poco antes de que le pidiera el divorcio, incluso cómo fue vestido al juicio, ahora lo entendía todo y se arrepentía aun más el haberse casado con Jennie y dejado al hombre que sentía en ese preciso momento que amaba.

— Hoseok, me estás asustando, por favor dime algo. — siguió insistiendo Jennie, presionando las manos de su esposo, para que este por lo menos se diera cuenta de su presencia.

— Yo... — susurró apenas, tratando todavía de encontrar las palabras correctas para contarle a Jennie lo que acababa de enterarse.

— ¿Tú qué? ¿Qué te pasó? — exigió saber la mujer, desesperada con la actitud de su esposo.

— Jungkook es mi hijo. — soltó por fin el pelinegro.

Jenni se estremeció ante la sola mención del niño y de inmediato maldijo a quien quiera que le haya dicho la verdad a Hoseok sobre el origen de ese pequeño.

— ¿D-de qué estás hablando, cariño? — preguntó, tratando de pasar desapercibido el hecho de que ella ya estaba al tanto de todo, pero que no se había atrevido a decírselo.

— Mis padres siempre lo supieron, ellos me mintieron, Taehyung me mintió, escondieron a mi hijo y me lo negaron, aún cuando lo vi con mis propios ojos y pregunté por el padre. — dijo con total rencor el alfa, recordando como todos a su alrededor parecían divertirse viéndole la cara.

— ¿Estás seguro, cariño? ¿Quién te puede confirmar que realmente el niño es tuyo? Puede que sea de cualquier otro al-

— ¡Es mío! — gritó con total indignación. — Jungkook es mío, por eso mi lobo se alegró cuando lo vio, por eso mi madre aceptaba quedarse con él y cuidarlo como si fuera su propio nieto, lo cual realmente sí es.

— P-pero el niño tiene dos años. — dijo un tanto asustada la omega.

— ¿Y eso qué? Taehyung estaba embarazado cuando solicitó el divorcio, lo que quiere decir que tenía alrededor de tres o cuatro meses, por lo que nunca me lo dijo, a pesar de que yo estaba en todo mi derecho como padre alfa.

— ¿Y qué harás? El niño no es tuyo ante la ley, cariño, lleva el apellido Kim y-

— ¡Pero es mi hijo y haré lo que sea para tenerlo nuevamente en mi vida!

Jennie quiso decir que ella no lo quería en sus vidas, puesto que siempre supo sobre su existencia, pero tuvo que morderse la lengua y simplemente apoyar a Hoseok para que no sospechara nada; lo que menos quería la mujer era tener algo que ver con los hijos de Taehyung, no los quería, apenas y soportaba a Hani, como para ahora aguantar al otro niño.

[➷]

La mañana siguiente Hoseok se levantó temprano, ni siquiera tomó desayuno, se alistó, despidió de su hija y salió de la casa con una cara de pocos amigos. El hombre manejó lo más rápido que pudo hasta la oficina, sorprendiendo a muchos de sus colegas que en ese momento se encontraban conversando sobre su fin de semana.

— ¿Y cómo te fue a ti, Jung? — preguntó uno de lo tantos alfas que habían subido al ascensor junto con él.

— ¿Alguno de ustedes sabe si JongIn ya llegó a la oficina? — preguntó en respuesta, ignorando por completo la interrogante de su colega.

— Creo que sí, ¿Por qué lo buscas? ¿Quieres un aumento? — pregunto en burla otro de ellos.

Hoseok quiso callar las risas a puño limpio, pues ese día no era el mejor para él y lo que menos quería era aguantar las bromas de sus amigos. Apenas se abrió las puertas, el alfa salió del estrecho lugar, siendo seguido por sus compañeros, quienes seguían insistiendo en saber su interés en JongIn.

— Quiero presentarle un caso especial. — apenas susurró en respuesta, dirigiéndose hacia la oficina de su jefe.

Taehyung, por su parte había llegado casi a tiempo a la oficina, prácticamente tuvo que correr para poder alcanzar los cinco minutos de tolerancia que tenía; esa mañana no había sido la mejor, el pequeño Jungkook había hecho una berrinche en la casa de la señora Jung, quien cabe resaltar quería hablar con urgencia con él, pero simplemente se negó, postergando aquella conversación para su salida, a todo eso se le suma el hecho de que había tenido una fuerte discusión con su madre aquella mañana ya que se había enterado que estaba trabajando nuevamente. No era una buena mañana para Kim Taehyung.

— Quiero mi café. — aviso Chanyeol, pasando por su escritorio, cuando apenas se había sentado. Taehyung suspiró y dejando todas sus pertenencias en su cubículo de trabajo se obligó a colocarse de pie e ir a la cocina de la oficina.

El omega caminaba con tanta tranquilidad, pensando en que ya todo iba a pasar, que solo había sido una mala mañana, mas eso no significaba que iba a ser un mal día. Comenzó a contar mentalmente hasta llegar a la cocina y una vez ahí comenzó a preparar el café de su jefe de área, a quien estaba comenzando a no tolerar por el simple hecho de que lo trataba más como un sirviente que como un colega más.

— No tengo los ánimos para discutir, Hoseok. — dijo apenas vio de reojo que su ex esposo había entrado a la cocina.

Hoseok seguía con el rostro serio, el mismo con el que había llegado a oficina, nada parecía tranquilizarlo.

— No pienso discutir contigo. — contestó el alfa, caminando hacia él y posicionándose a su lado, mirando atentamente lo que hacía.

— Si es así, entonces no tienes por qué quedarte mirando lo que hago o-

— ¿Recuerdas aquella noche en la que llegue ebrio y terminamos haciendo el amor? — preguntó el pelinegro, interrumpiendo en el proceso al omega.

— ¿Cuál de todas? — se limitó a contestar Taehyung, queriendo no escuchar las idioteces que decía su ex esposo.

— Sabes de cual noche estoy hablando. — siguió el alfa.

Taehyung dejó de lado la cafetera y por fin miró a Hoseok, soltando un suspiro hondo y esperando a que este dejará de insinuar y dijera directamente lo que vino a hacer ahí.

— No te estoy entendiendo, Hoseok, tampoco tengo la paciencia para hacerlo, así que si no tienes nada mejor que decir, hazte a un lado que debo llevar los-

— Hablo de la noche en la cual tú y yo procreamos a Jungkook. — soltó sin tapujos, viendo como la expresión desinteresada del omega pasaba a ser una de completo asombro o quizás terror, no lo podía descifrar.

— ¿D-de qué estas hablando? — trató de no verse afectado, aunque Taehyung creía que ya era muy tarde para eso.

— Ahora sí tienes interés en hablar conmigo, ¿No es así, Taehyung? — se burló el mayor. — creí que querías que me hiciera a un lado, así como tú lo hiciste cuando me ocultaste que íbamos a tener otro bebé y te atreviste a colocarle tu apellido, quitándole el derecho a ese niño de ver a su verdadero padre alfa.

Taehyung sentía todo su cuerpo temblar y no era para menos, su mayor miedo se había hecho realidad y no sabía cómo rayos había sucedido, él había tenido mucho cuidado, todos lo habían tenido. Ahora ya entendía por qué la señora Jung quería hablar de manera urgente con él.

— ¿Sabes que ocultar a un cachorro de su verdadero padre es un delito? Creo que sí, ya que eres abogado al igual que yo. — siguió jactandose el alfa, viendo como el terror invadia a Taehyung con cada palabra que soltaba. — ¿También sabías que si el padre alfa se entera que su omega estaba al tanto de su embarazo durante cualquier proceso judicial y aún así decidió no decirlo podría denunciarlo y pedir una indemnización valorizada en millones o en todo caso la custodia completa del cachorro?

— N-no... No serías capaz de hacerlo. — susurró el pelicastaño, completamente asustado de lo que Hoseok le estaba insinuando.

— No me pruebes, Kim Taehyung y solo paso a recordarte que además de esos dos delitos que infringiste también está el de mantener alejado a un bebé, que cabe resaltar es un ser dependiente, durante más de dos años de uno de sus padres. Te podría meter a la cárcel si realmente lo deseo.

Taehyung solo miró la sonrisa llena de satisfacción del alfa al que alguna vez le confió todo su ser y no pudo evitar odiarlo más.

[➷]

Besos, beibis.
Nos vemos ♡♡

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