➷ quincuagésimo cuarto capítulo
Lo que menos esperó ver Taehyung aquel fin de semana por la mañana es a Hoseok delante de él, con unos papeles en mano y con un peluche, que poco le importaba en ese momento, para su hijo.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó por obvias razones, alejándose por completo de la puerta principal y cerrando esta misma, no sin antes haber visto detrás suyo para asegurarse de que Hani y Jungkook no se hayan dado cuenta de la presencia de su otro padre.
Hoseok se alejó cuando Taehyung lo empujó y cerró la puerta principal. El omega realmente se veía ofuscado, por no decir completamente fastiado con su presencia y aunque el pelinegro sabía que no era la mejor forma de acercarse, tenía una ley que lo amparaba y en ese preciso momento, unos papeles que lo apoyaban.
— Vengo a pasar tiempo con Jungkook. — dijo con mucha firmeza, extendiéndole los papeles a su ex esposo. Taehyung de inmediato los tomó, viendo de reojo la cara de satisfacción que ponía Hoseok, parecía que realmente estaba disfrutando todo eso.
El omega leyó todo con sumo cuidado y finalmente miró al hombre que una vez llegó a amar con toda su alma. Hoseok había pedido una orden, la cual se le había aceptado al ser el padre de Jungkook, ni siquiera lo habían dudado, le habían entregado una maldita orden y Taehyung sabía que eso no era del todo posible a menos que tuviera muchos contactos, lo cual era más que obvio si se trataba de Jung Hoseok.
— Ahora si me permites, quiero ver a Jungkook y de paso a mi hija. — Hoseok trató de pasar por su lado, poco le importaba si esa no era su casa, sin embargo, no dio más allá de dos pasos cuando fue detenido por Taehyung, quien había sujetado su antebrazo con algo de fuerza.
— ¿Qué rayos te pasa? — casi gritó, completamente cegado por la cólera de ver el cinismo de su ex esposo. — Jungkook apenas tiene dos años, no entiende muchas cosas y aún así quieres entrar a su vida como si nada hubiera ocurrido. Mi hijo no va a entender por qué de un día para otro tiene un padre alfa, ni siquiera va a querer verte, ¿Acaso no entiendes eso, Hoseok?
— El que no entiende la situación eres tú, Taehyung. — sentenció el alfa, tratando de soltarse del agarre. —
Tengo una orden, ese niño es mío y-
— ¿Quién te asegura que así es? — lo interrumpió. Taehyung quería a toda costa evitar desordenar la paz mental de su hijo. — ¿Acaso me han citado para la prueba de ADN? Recuerda que el procedimiento es-
— ¡Sé cuál es el maldito procedimiento, Taehyung! Y estoy seguro que Jungkook es mío, por lo que no le tengo miedo a una maldita prueba.
— ¡Aún así no puedes venir a mi casa como si nada y simplemente decirme que quieres pasar tiempo con un niño de dos años recién cumplidos! ¡Es mi hijo! — gritó el omega, importándole muy poco llamar la atención de sus vecinos o quizás despertar a algunos.
— ¡También es mi hijo! — contestó el pelinegro, con la respiración agitada.
— Eso no lo puedes confirmar hasta que se realice la prueba de ADN. — Taehyung trataba de defenderse detrás de una muy buena excusa, que en ese momento no tenía validación al tratarse de un procedimiento que aún no se cumplía.
— ¡Es mi hijo! — gritó el alfa, perdiendo la poca paciencia que le quedaba.
— ¡No me importa, tengo la custodia de Jungkook y haré hasta lo imposible para que así sea siempre!
Se podía ver el claro enojo en la mirada de ambos, tanto omega como alfa, ninguno quería dar tregua y es que para ese momento, todo el amor que pudieron sentir se convirtió en algo parecido a rivalidad, una que solo los llevaba a buscar tener la razón en esa situación.
— ¿Que está pasando aquí? — la voz y el sonido de tacos acercándose fue lo único que pudo sacar a Hoseok y Taehyung de su mundo, ambos miraron hacia la entrada principal de la casa, unos pasos lejos de ellos, y se encontraron con la señora Kim, la mujer estaba muy bien vestida y miraba con sorpresa toda la situación.
Taehyung soltó un suspiro, lo que menos necesitaba en ese momento era lidiar con su madre o que esta supiera en el problema que se había metido.
— ¿Qué hace este hombre aquí, Taehyung? — la pregunta fue severa, exigente, la mujer no se veía para nada feliz y no era para menos. — ¿Qué haces en pijama a estas horas? — preguntó nuevamente, tras analizar un poco la situación y comenzar a crear escenarios en su cabeza.
El omega frunció su entrecejo, sabiendo a qué venía la pregunta de su madre.
— Mamá, no es lo que piensas. — advirtió, alejándose dos pasos de Hoseok. — Él solo vino a visitar a Hani, habíamos quedado en... — Taehyung esperaba poder esconder la situación unos días más, realmente necesitaba hacerlo, pues lo que menos quería era aun alboroto en su familia con ese tema, pero Hoseok no parecía querer ayudar, pues apenas abrió su boca para desmentirlo.
— Vine a visitar a mi hijo. — aclaró el alfa, frunciendo el entrecejo, evitando dejarse intimidar por la mujer que alguna vez fue su suegra.
La señora Kim se sorprendió, pero más que sorprenderse se enojó, miró a su hijo, esperando una respuesta inmediata, pero este no hizo nada más que desviar la mirada, una mirada en la cual pudo ver algo parecido a vergüenza.
— ¿Tu hijo? Yo que recuerde solo tienes una hija con Taehyung, la cual es Hani... — por más que necesitaba una respuesta en ese momento, la señora Kim prefirió continuar con la mentira que alguna vez decidieron aceptar al saber de la existencia de Jungkook.
Hoseok soltó un suspiro, odiando tanto el hecho de que todos los Kim se hayan comprometido a encubrir la verdad. No podía ni siquiera creer que su perfecto ex cuñado SeoJoon haya decidido dejar de lado su sentido de la justicia y el honor para ser participe de una mentira que podría costarle millones de dólares, por lo menos.
— Voy a ver a mi hijo. — sentenció finalmente el alfa, alejándose de Taehyung con tofa la intención de ingresar a la casa, por lo cual el omega no tardó en reaccionar, sujetando nuevamente el antebrazo de su ex pareja.
— Los niños apenas ae han despertado, no pienses que voy a permitir que interrumpas su día solo porque te da la gana de hacer del padre ejemplar.
— Taehyung, suéltame, te advierto que tengo una orden que de no ser cumplida podría mandarte a tribunales y además darme mucha ventaja.
— A mi hijo no lo vas amenazar. — advirtió la señora Kim. — Tu única hija es Hani, Jungkook no es tuyo, no lleva ni tu apellido, así que lo mejor será que te retires, Hoseok.
El alfa miró a su ex suegra y sonrió de lado, como burlándose de toda la situación, había ganado, él sabia que tenía toda las de salir victorioso; nadie, mucho menos los Kim con todo su dinero lograrían lo que él ya había conseguido en todos esos días.
— Solo seguiré el debido procedimiento si renuncias. — dijo en vos alta el alfa, logrando que Taehyung solo lo odiara un poco más, pues si su madre no estaba al tanto de su trabajo, ahora sí lo estaba. — presenta tu carta de renuncia y ten por seguro que la única vez que nos veremos las caras será en los tribunales por la custodia de Jungkook.
La señora Kim soltó una risa sin gracia, comenzó a entenderlo todo al escuchar al ex esposo de su hijo, por lo que sin dudarlo pasó de frente a la casa, importándole muy poco la situación en la que se encontraba Taehyung.
— Eres un completo idiota, Hoseok, pero no pienso darte la satisfacción de verme renunciar, conseguir ese trabajo fue muy difícil y no solo por tus caprichos de niño inmaduro pienso dejarlo, así que nos vemos en los tribunales. — el omega caminó hacia la puerta, ya abierta, de la casa, con toda la intención de entrar y olvidarse de ese problema, realmente quería olvidarse de todo ese asunto. — Por cierto, no te preocupes, yo también pienso generar una orden y demandarte por lo que acabas de hacer el día de hoy.
Y con tan solo esa última advertencia, Taehyung decidió acabar con ese encuentro. Por lo menos pudo suspirar un poco más tranquilo estando dentro de su hogar, pero no fue por mucho antes de escuchar las quejas de su madre.
— Esto no hubiera ocurrido si en el cumpleaños de tu hijo no hubieras invitado a Hoseok y a esa mujerzuela, tampoco se hubiera enterado de que Jungkook es su hijo si hubieras respetado tu lugar y aceptado vivir con el dinero que se te entregaba. — la mujer no dudó en atacar apenas vio que su hijo ya estaba dentro de la casa. Ella podría ser una madre muy buena, pero la situación con Hoseok ya la tenía cansada, ni siquiera sabía por qué su hijo parecía querer seguir involucrándose con aquel hombre.
— ¡Mamá, por favor! — interrumpió el menor, pidiendo un poco más de empatía; la situación no era la mejor para él, pero trataba de buscar el lado positivo, el cual parecía no existir en ese preciso momento.
— ¡Nada de por favor, Kim Taehyung! ¡He sido muy condescendiente contigo, en realidad hemos sido muy permisivos, siempre te dimos lo que querías y ahora mírate, queriendo comerte el mundo entero cuando ya tienes dos hijos y una vida hecha! ¡Estás divorciado, eres un omega y padre soltero que tiene que comportarse como uno!
— Mamá, los niños están despiertos. — pidió nuevamente el omega, rogando que Hani haya alzado el volumen del televisor que tenían en la cocina lo suficientemente alto como solía hacerlo para así no escucharlos.
La señora Kim suspiró, se acarició la sien y asintió, tenía mucho más por decir, pero sabía que no era el momento, sus nietos estaban despiertos y lo que menos quería era armar un alboroto delante de estos. Suficiente era con que los pequeños tuvieran unos padres que parecían estar en guerra todo el tiempo.
— Te mandaré los teléfonos de los tres abogados de confianza de tu padre. Lo único que te pido es que no pierdas la custodia de Jungkook, eso sí no te lo perdonaría, Taehyung.
La mujer fue muy severa con sus palabras, por lo que Taehyung supo al instante que su madre hablaba muy enserio, lo cual no era para menos, tomando en cuenta que se trataba de su hijo.
Aquella no fue la mejor mañana para el omega, trató de que todo vaya de lo más normal, pero la visita de Hoseok y de su madre lo había alterado demasiado, por lo que por más que trató de distraerse con sus hijos durante el día no pudo, mucho menos cuando le llegó los contactos de los abogados de su padre. Su madre iba muy enserio, tomando en cuenta que debajo de los números telefónicos había un advertencia en la cual se leía claramente que su padre, el señor Kim, no estaba al tanto de lo que había sucedido aquella mañana.
Taehyung sentía que todo se estaba yendo encima de él y no estaba preparado.
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Sé que me tardé demasiado, beibis, pero tuve mis razones, además de también flojera :)
Prometo estar mas pendiente.
¡Feliz año! ♡♡
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