➷ prólogo
No sabía a ciencia cierta cuando había iniciado aquello, ni siquiera sabía cómo había llegado a ser tan formal con respecto a esta persona, lo único que sabía era que no podía detenerse, no ahora que las cosas eran más serias y mucho más difíciles para él.
La vida de Hoseok no había sido tan difícil como siempre él solía pintarlo en alguna reunión con sus colegas y subordinados. El alfa de 32 años había nacido en una familia promedio que dejó de apoyarlo cuando pasó por un mal momento económico, dejándolo con más de tres pensiones atrasadas en su penúltimo año de la escuela de abogados. El Hoseok de ese entonces no supo qué hacer, pues tuvo que retirarse apenas se le restringió la entrada a la que había sido su escuela por casi cuatro años. El joven de apenas 24 años tuvo que enfrentarse a la "dura" vida de adulto apenas dejó sus estudios y comenzó a trabajar, para saldar la cuenta que debía.
En palabras del alfa, que siempre eran claras en cada reunión o post reunión laboral, había tenido que sustentarse por su propia cuenta y salir adelante, teniendo dos trabajos de medio tiempo y estudiando en sus tiempos libres. Muchos no creían en esas palabras, pero el pelinegro se lo creía tanto que llegaba a convencer a la mayoría de subordinados.
Para cuando Hoseok llegó a terminar su carrera ya tenía un puesto en un gran bufete de abogados del país, pues había tenido muy buenos contactos y amigos que contaban con padres millonarios o con un nombre en el mundo al cual el quería incursionar. Realmente se había hecho de un nombre en todo ese tiempo que llevaba trabajando y para sus treinta años decidió abrir su propia bufete y casarse con nada más y nada menos que uno de sus colegas omegas, que había conocido hace más de dos años pero con quién nunca quiso formalizar hasta que se enteró que este se había embarazado de él. Sí, se había embarazado de él, porque así lo veía Hoseok. Sin embargo, cuando su pequeña Hani nació el pensamiento del alfa cambió radicalmente pues la niña se había convertido en la luz de sus ojos y la razón por la cual decidió tratar de formar la familia feliz que Taehyung tanto quería.
Hoseok lo intentó, realmente lo intento y cuando finalmente logró hacerlo, tener la familia que tanto su esposo anhelaba, la llegada de su segundo bebé y una doble vida que lo ayudaba a sobrellevar muy bien todos sus días, se enteró de esto.
— ¿Qué haremos? — susurró la chica, mientras su mirada denotaba la tristeza por la nula respuesta del alfa.
El pelinegro regresó en sí mismo, olvidando todo lo que había recordado en ese momento, su familia, amigos, sus padres, sus padres políticos, hermana, cuñados, etc... Hoseok había caído en cuenta que su vida se había complicado nuevamente, solo que esta vez por culpa de alguien más, que claramente no estaba llorando en ese momento, sino al contrario, que lo más probable se encontrara ahora mismo dándole su desayuno a su pequeña de dos años.
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Primer capítulo de esta historia tan especial para mí. :') espero que les agrade mucho el desarrollo al igual que a mí me gustó y gusta escribirlo, ya que aún no lo termino.
Nos vemos ➷♡
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