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➷ décimo segundo capítulo

Aquella navidad no fue como Taehyung lo había planeado muchos meses atrás, ni siquiera sus familiares habían hecho amena la situación que estaba pasando, pues cuando llegó la medianoche y Hoseok se acercó a él para darle un beso en la frente a su pequeña y dejar un beso en sus labios sintió que nuevamente todo se venía abajo y que estaba a nada de llorar. No sabía cómo afrontar todo el asunto ni qué contestar cuando su esposo le dijo que lo amaba y agradecía tenerlo en su vida, además de que la cena estuvo deliciosa. Solo atino a asentir y decir un "yo también". Sí, un "yo también" que estuvo presente los días posteriores, pues ahora parecía que Hoseok tenía más ganas de interactuar con él, tener días de descansos más seguidos, pasarla a su lado, al lado de Hani, etc, lo cual lo estaba haciendo mas difícil para el omega, quien seguía en un debate mental.

— ¿Ya pensaste en qué harás? — pregunto SeokJin, mientras le daba de sus primeras papiyas al menor de sus hijos, MinSeok.

Taehyung negó, viendo de reojo como los mellizos se encontraban frente a la tv con sus respectivos desayunos en mano, más distraídos en el programa de televisión que en la comida misma, mientras que Hani se encontraba en el corral de MinSeok, viendo lo mismo que los mellizos.

— No te preocupes, reviso todos los programas que mis hijos suelen ver. — informó SeokJin, al ver la gran preocupación de su amigo por su pequeña.

— Lo siento. — susurró Taehyung, para posteriormente tomar un poco del jugo de naranja que le había pedido a SeokJin. Aquella mañana había decidido desayunar fuera de casa y aunque por un momento pensó en irse a alguna cafetería cercana decidió que finalmente iría con su más grande confidente.

— ¿Y Hoseok? — preguntó con algo de cuidado, SeokJin, sabiendo que el tema aún seguía abierto y muy delicado. — Escuché decir a NamJoon que se iba a tomar unas mini vacaciones.

Taehyung se estremeció ante la sola mención de su esposo, quien cabe resaltar había salido esa mañana a correr, razón por la cual él había decidió "escapar" de su casa y visitar a su amigo. No sonaba bien, pero realmente ya no se sentía cómodo estando en ese lugar y mucho menos teniendo tanto tiempo a Hoseok en el mismo ambiente.

— No lo sé. — trató de que aquella pequeña información no le afectara tanto como lo estaba haciendo, pues despues de las fiestas navideñas se había propuesto ignorar por completo la existencia de su esposo, como si aquello fuera a borrar la traición, hasta que por lo menos supiera qué es lo que haría con exactitud.

— ¿Ya sabes a dónde vas a ir para pasar año nuevo? — SeokJin realmente no quería hostigar a Taehyung, en realidad sabía que había muchos temas que no deberían tocarse, pero creía firmemente que su amigo necesitaba desahogarse con alguien y si él tendría que dar el gran paso para así iniciar una conversación lo haría sin rechistar.

Taehyung, por su parte, estaba agradecido de que al menos SeokJin tuviera mucho cuidado con algunas preguntas, en realidad estaba muy agradecido por recibir su apoyo y sobre todo, no haberle contado nada a NamJoon, sobre todo si este era un gran amigo de Hoseok.

— Pienso irme a la casa de playa de mis padres. — respondió finalmente, luego de ver que su hija parecía estar aburrida con el programa de los mellizos. — Y Hoseok no vendrá. — aclaró una vez que vio un indicio de que su amigo no estaba del todo convencido con esa breve información.

SeokJin entreabrio sus labios, dispuesto a decir algo, pero los gritos de los mellizos llamaron su atención, estos habían comenzado a pelear en cuestión de segundos, por lo que el omega tuvo que dejar a MinSeok y dirigirse hacia sus otros pequeños, quienes parecían no querer dar tregua.

TaeHyung miro esa escena y por primera vez en aquellas semanas sonrió. Su vida se parecía a la de una montaña rusa, con bajos y altos, sentía que más bajos, pero finalmente había momentos como ese o con su hija que lo ponía alegre, o así fue hasta que su celular comenzó a sonar, llamando su atención y la de MinSeok, quien parecía querer bañarse en la papiya que su padre había dejado a su alcance.

— Mierda. — susurró el pelicastaño, tratando de encontrar una buena excusa para su esposo, quien al parecer ya había llegado de correr. MinSeok rio ante la palabra y finalmente continuó con su baño, hasta que Taehyung decidió que era suficiente y alejó el platillo del alcance del bebé.

SeokJin regresó una vez que tranquilizó a los mellizos, quienes parecían estar enojados el uno con el otro.

— ¡Y se quedarán sin postre el día de hoy! — gritó SeokJin, ingresando a la cocina, viendo de inmediato el desastre que había ocasionado el menor de sus hijos. — ¡MinSeok! — el bebé miró a su madre como si supiera que había hecho una travesura y luego rio, dando leves palmadas en su mesita.

— Dame un minuto. — se excuso Taehyung, levantándose de la silla en la que se encontraba, con el teléfono en mano, el cual no dejaba de sonar. El pelicastaño realmente no tenía ganas de contestarle a su esposo, pero prefería huir de aquella escena antes de SeokJin se alterara y también lo regañara a él por no haber detenido a MinSeok en su pequeña travesura.

Al salir de la cocina en dirección al patio de la casa, suspiró y armándose de valor contestó la llamada, recibiendo de inmediato un grito de parte de Hoseok, quien parecía alterado mientras le insistía en saber dónde se encontraba él y la pequeña Hani.

— Estoy bien... — contestó apenas, recibiendo nuevamente un regaño de su esposo. — Iré a casa dentro de un momento. — volvió a hablar para luego colgar la llamada. Realmente no quería hablar con él.

Una vez que la llamada se terminó, se quedó pensando, por primera vez en todo ese tiempo, qué es lo que haría con la relación extramatrimonial de su esposo y la familia que estaba formando. No tenía muchas ideas, en realidad ni siquiera se había dado el tiempo de pensar seriamente, solo en algunas ocasiones, cuando el dolor y el coraje le ganaban, casi obligándolo a ir directo al ministerio y presentar la denuncia, tanto contra su esposo, como aquella mujer, casi, pues finalmente las ganas se le iban y prefería aplazarlo como si algo realmente bueno fuera a suceder, algo así como su esposo diciéndole la verdad y dejando ese amorío, lo cual sería imposible ya que había un embarazo de por medio. Y aunque no quisiera pensar en embarazos, debía tener en cuenta el suyo, pues iba a cumplir tres meses el mes siguiente y estaba seguro que no podría ocultarlo por siempre, no al menos a su aún esposo. Las cosas estaba muy difíciles en ese punto, pero al menos este último embarazo le estaba ayudando mucho, especialmente al tratar de olvidar la tristeza por la traición de su esposo y así poder continuar con su vida, a medias, pero al menos continuarla y sobre todo, comiendo, pues sabía que aunque la depresión estaba tocándole la puerta, él no podía ceder, menos si tenía otra personita, además de Hani, por la que ver.

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Me emociono cada vez más con esta historia. ಥ⁠‿⁠ಥ

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