➷ cuadragésimo octavo capítulo
Jennie estaba sentada en el sofá de su gran sala de estar cuando Hoseok ingresó a la casa, la chica se levantó de inmediato y se apresuró a recibir a su esposo.
— ¿Hablaste con tu madre, cariño? — preguntó, acercándose lo suficiente al alfa para darle un beso rápido, que más pareció un simple toque.
Hoseok asintió, sin muchas ganas de hablar con Jennie, mientras que iba retirándose los zapatos y colocándose las pantuflas para andar libremente por toda la casa.
— Cariño, ¿Lo hiciste, cierto? ¿Hablaste con ella? — insistió la omega, con una sonrisa algo fingida, pues lo que realmente quería era una respuesta, que hasta el momento no le entregaban.
El alfa terminó de dejar todas sus pertenencias en el recibidor y tras un suspiro volvió a asentir, solo que esta vez miró a su esposa, quien con aquella cara tierna le pedía una respuesta en la que ella hubiera salido victoriosa.
— Jennie, ¿Qué pasó en realidad? Mi madre es una mujer muy respetuosa, así que para que te haya pedido que te retires de su ca-
— ¡Me botó de su casa! — gritó la chica, perdiendo esa faceta tierna y dando pase a la que realmente tenía. — ¡Ella nos arrojó a mí y a JiYu como si fuéramos cualquier cosa! ¡Prefirió a sus otros nietos por encima de su nieta legítima!
— Nieta. — pronunció apenas el alfa, corrigiendo a su mujer.
— ¿Qué? — soltó apenas en un suspiro la chica, sin entender muy bien la respuesta de su esposo.
— Hani es nieta de mi madre, el otro niño no lo es, ni siquiera sé de quién rayos será, así que no los metas en mismo saco, que ellos son dos niños diferentes.
Jennie asintió apenas, escuchando la dureza con la cual hablaba Hoseok, sin poder creer que el hombre seguía sin percatarse de que Jungkook era su hijo.
— Entiendo, cariño, no volveré a hacerlo. — dijo muy obediente, aunque en su mente solo podía pensar en que por un momento estuvo a nada de darle a entender a Hoseok que él niño sí era su hijo, una verdad de la cual solo estaba enterada ella.
— Ahora solo quiero cenar tranquilo y evitar hablar de estos temas, ¿Entendido? — prácticamente ordenó el alfa, siguiendo su camino e importándole muy poco si su esposa tenía algún otro reclamo sobre el trato de su madre.
Jennie vio a su esposo alejarse y sin pensarlo fue detrás de este, pues lo más probable es que quisiera que le sirviera la cena y atendiera en lo que pudiera, algo que tuvo que aprender a no negarse con el tiempo, sobre todo si no quería escuchar más comparativas sobre ella con Taehyung, al cual cada vez más odiaba solo por el hecho de haber sido el primer esposo y haber dejado una huella en la vida de Hoseok. Jennie realmente lo odiaba, tanto así que cuando vio que su suegra prefería pasar tiempo con esos niños a pasarlo con su hija no pudo ni siquiera controlarse y decirle todo lo que pensaba acerca de su actuar y de sus otros nietos, sin contar también que dio una opinión que nadie le pidió acerca de la vida de Taehyung. Definitivamente no fue la mejor conversación que tuvo con la madre de Hoseok, pero en definitiva fue la más larga.
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Los siguientes días fueron los más pesados para Taehyung, el omega tuvo que lidiar con una conversación algo incómoda con su hija sobre el tema de Jungkook y sobre cómo no podía mencionarle nada a Hoseok, recibiendo muchas preguntas, que tuvo que contestar con mucha cautela para evitar confusiones en su pequeña, además de eso los días posteriores tuvo que repartirse entre su trabajo, la escuela de su hija, los preparativos del cumpleaños de su hijo, las clases extras a las cuales comenzó a mandar a la pequeña Hani y sobre todo, las visitas que hacían comúnmente a los abuelos y las que no podía simplemente dejar de hacerlo de un día para otro, pues su madre comenzaría a sospechar. El omega siempre acaba rendido para el fin de semana, incluso había días en los cuales se quedaba dormido apenas tocaba la almohada de su cama.
— Nadie dijo que sería fácil. — le recordó SeokJin, tomando un jugo de naranja, como ya estaba acostumbrado desde hace varios meses atrás.
Taehyung asintió, agradeciendo que tuviera aunque sea un pequeño tiempo en toda su agenda apretada para visitar a su mejor amigo.
— ¡Hey, no te duermas! — le llamó la atención. Taehyung abrió sus ojos sin siquiera percatarse que en algún momento los había cerrado.
Era fin de semana, probablemente a esa hora del día hace unos siete años atrás estaría recién levantándose con una gran resaca por alguna fiesta de la noche anterior y sobre todo, estaría abriendo los ojos en contra de su voluntad, pues su madre siempre solía levantarlo a base de gritos y golpes en su puerta, recordándole que no debía tomar demasiado. Sin embargo ya no había una madre que lo levantara, en realidad él era la madre ahora, pero ni aún así levantaba a sus hijos, al contrario estos eran los que lo levantaban muy temprano los domingos para que les prepare el desayuno que querían, más Hani, quien podía ir hasta su cama y comenzar a saltar sobre él, mientras que Jungkook solo gritaba palabras inconexas hasta despertar a su madre. Taehyung ya había olvidado lo que era ser soltero y divertido.
— No sé cuándo será el momento en el que yo tenga que luchar para que se levanten. — dijo tras un suspiro, tomando entre sus manos una taza de café.
— El día que eso suceda te aseguro que querrás que regresen a esta etapa. — le contestó SeokJin, con una gran sonrisa en el rostro. — Mi madre ya no sabe que hacer con SeolHyun, aunque quiera negarlo, muchas veces se arrepiente de haber tenido a mi hermana después de muchos años.
Taehyung le dio un sorbo a su café, el cual ya estaba acostumbrado a tomar a cualquier hora del día, mientras recordaba a la hermana menor de SeokJin, la adolescente apenas tenía dieciséis años y los padres de su mejor amigo no eran del todo jóvenes como para lidiar con una chica en esa etapa, así que los compadecia mucho.
— Me retracto de ser así. — dijo de inmediato el pelicastaño, viendo como su hija jugaba con los mellizos y MinSeok, los mayores corriendo y dejando que el menor de los Kim ayudara a Jungkook a caminar/correr.
SeokJin soltó una risita y asintió, viendo por igual a sus hijos correr y jugar en el gran patio de su casa, habían almorzado juntos, por lo que ahora estaban disfrutando de una tarde tranquila juntos a los niños.
— ¿Cómo vas con SeoJoon? — preguntó de repente Taehyung, dándole unos sorbos más a su café y restándole importancia a la pregunta, pues ya todos sabían que su hermano mayor andaba en una relación.
— Todo bien. — se limitó a contestar el mayor, sorprendiéndose un poco por la pregunta de Taehyung, ya que creía que este no sabía sobre su relación con su hermano mayor.
Taehyung lo miró con una falsa decepción, pidiendo con aquella una explicación más extendida.
— No me mires así, Tae, sabes que esto no es algo totalmente oficial, no es como que me vaya a casar con tu hermano. — contestó a la defensuva SeokJin.
— Lo sé, pero es mi hermano y me alegra verlo feliz con mi mejor amigo. No lo sé, pero siempre pensé que entre ustedes había algo o así fue hasta que te casaste con NamJoon.
SeokJin rodó los ojos por la clara insinuación de Taehyung sobre saber un poco más de su relación, de la cual no le gustaba dar detalles, no porque no estuviera encantado con el trato que recibía de parte de SeoJoon, sino que tal y como decía su mejor amigo, hubo un tiempo en el pasado que sí llegó a conectar con el que ahora era su pareja, fue algo pasajero, solo fue una noche de copas y conversaciones profundas, que acabaron cuando justamente se topó con un NamJoon mareado que le derramó vino en su camisa favorita, alegando que podría arreglarlo con una cena, una cena que terminó aceptando ya que al final de la noche sí sintió atracción física por el alfa, lo demás simplemente es historia.
— Estamos bien. — susurró nuevamente el mayor. — ¿Por qué no mejor me cuentas cómo van los preparativos para el cumpleaños de Kookie? — pidió, tratando de desviar toda la atención sobre él y al parecer lo logró, pues el rostro de Taehyung cambió a uno totalmente preocupado.
— Todo está listo, solo que tuve que contratar a un organizador de fiestas para que culminara con los preparativos, porque ya no me daba más el tiempo. — admitió el pelicastaño, como si se tratara de algún secreto sucio.
SeokJin rio por la exageración de su amigo.
— No es gracioso, SeokJin, mi madre puede darse cuenta cuando comience a hacer sus preguntas bobas sobre quién realizó la torta, los bocaditos, sobre algún invitado en especial, etc.
— ¿Eso es lo que realmente te preocupa? Pensé que no tenías nada organizado como para poner esa cara. — se burló el mayor, dándole un sorbo más a su jugo.
— Solo falta una semana, justamente por eso contraté a un organizador de fiestas y lo que en realidad me preocupa no es el cumpleaños de Jungkook, sino la invitación de-
— No me digas que invitaste a Hoseok y a su familia. — interrumpió de inmediato SeokJin.
Taehyung asintió, viendo como su café ya se había acabado y no tenía con qué controlar sus nervios.
— ¿Pero por qué lo hiciste? Es el cumpleaños de Jungkook, quien cabe resaltar es el hijo de-
— Ni lo digas, SeokJin, no lo menciones por favor, solo que Hani quiere ver a su hermanita en la fiesta de Jungkook y también a su padre, y no pude negarme. ¿Me entiendes? — dijo ya un tanto desesperado, pues a decir verdad Taehyung tampoco quería a Hoseok presente ese día.
— Dímelo a mí, que tengo que compartir los próximos diez cumpleaños de mis hijos con el imbecil de su padre, sin contar a esta niña. — miró su vientre, el cual estaba más hinchado al acercarse inminentemente a la fecha de parto.
El menor suspiró, pensando en qué podría hacer o cómo podría convencer a sus padres de ver a Hoseok y a la esposa de este en la fiesta de Jungkook, lo más probable es que su padre quisiera golpearlo, sin contar que MinHo y SeoJoon estarían a la defensiva. Lo único que esperaba es que no se armara ningún problema aquel día.
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El siguiente capítulo estará picante.
Nos vemos ♡♡
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