➷ cuadragésimo cuarto capítulo
El primer encuentro que había tenido con Hoseok había desencajado por completo a Taehyung, el omega apenas se había controlado estando delante de su suegra, pero al llegar a su casa no tardó en romperse y comenzar a llorar en la cocina, creyendo que se encontraba solo o así fue hasta que sintió unos pequeños bracitos rodeando su pierna. Hani lo estaba "abrazando" y en susurros le dijo que todo estaría bien, que no llore, lo cual lo rompió más, pues su hija no debería ser la persona que lo consuele, la niña apenas tenía cinco años y ya se estaba comportando como toda una adulta.
Taehyung tuvo que verse en la obligación de sanar por sí solo las heridas que otras personas le hicieron, sanar el corazoncito de su hija y también de Jungkook, quien al escuchar a Hani hablar de su padre también se emocionaba y pedía verlo; él se había esforzado como nunca para reconstruir su vida y la de sus hijos, era demasiado injusto verse involucrado de esa forma tan burlesca con el padre de sus hijos. Odiaba tener que admitirlo en ese momento, pero solo estando en su cama, con las luces apagadas y la mirada perdida en el techo el omega finalmente reconoció que había extrañado al alfa.
— Tengo que renunciar. — susurró para sí mismo, tratando de conciliar el sueño, aunque realmente no pudiera.
Las ganas de renunciar estaban ahí, desde que se subió a su auto aquella tarde en realidad, pero MinJae le había hecho un gran favor al conseguirle aquel empleo y lo que menos quería era decepcionarlo y sobre todo, decepcionarse a sí mismo, pues este trabajo solo era un reto más que quería afrontar a sus treinta años. Taehyung quería sentir que aún podía rehacer su vida, empezar de cero, volver a trabajar y ser la madre que siempre fue, pero sin perderse ni tener que sacrificar su personalidad en el proceso.
Al día siguiente se levantó temprano para prepararle el desayuno a Hani y alistar su lonchera, la pequeña era de mucha ayuda, pues siempre estaba lista a tiempo e incluso algunas veces ella se encargaba de levantar a Jungkook, yendo directamente a su cuna y dándole golpecitos en su mejilla rechoncha, ya Taehyung le había indicado que no lo hiciera, pero la niña no le hacía caso. Cuando llegaron a la escuela, la pequeña se despidió de su hermanito y también de su padre omega, pidiéndole de favor que no volviera a llorar o que si se sentía triste viera dibujos animados. Taehyung solo sonrió y asintió, deseándole un buen día y viendo como ingresaba a las instalaciones de la gran escuela en la que estudiaba, de la mano de su tutora. La misma rutina del día anterior se repitió aquella mañana, Jungkook se abrazó a su abuela y el omega se despidió de su suegra, dándole las mismas indicaciones.
El reto y temor más grande de Taehyung inició al llegar al estacionamiento del edificio, no sabía qué iba a hacer, no quería renunciar, pero sabía que convivir con Hoseok no era una opción, ni siquiera había hablado con NamJoon sobre esa situación, pues tenía muchas ideas en la cabeza, entre ellas un caso que estaban viendo desde el día anterior con su área. Finalmente y tras un suspiro el omega salió de su auto, con maletín en mano y la mejor actitud, especialmente si se encontraba con HoSeok en el camino, lo cual efectivamente pasó, incluso le pareció ver que lo estaba esperando.
— No quiero discutir, Hoseok. — le advirtió deteniéndose al frente del ascensor para ir hacia las oficinas. Hoseok le sonrió, coqueto, morboso, y asintió, manteniéndose callado hasta que las puertas se abrieron e ingresaron.
Taehyung estaba a nada de cantar victoria internamente, pues el alfa no había dicho nada hasta el momento; el ascensor comenzó a subir, podía mirar su reflejo en el gran espejo y solo entonces se percató del gesto enojado de su ex esposo. Ya lo veía venir.
— ¿Con quién estás dejando a mi hija? — preguntó con seriedad el alfa, perdiendo esa actitud serena de hace unos segundos atrás.
Taehyung suspiró, sabiendo que no tendría ni un solo día de paz mientras Hoseok estuviera en el mismo centro laboral que él.
— Eso no te incumbe, Hoseok.
— Claro que me incumbe porque se trata de mi hija, me preocupo por ella y necesito saber-
— Si te preocuparas tanto por ella hubieras tenido cuidado al contarle sobre su hermana no reconocida. — Taehyung le dirigió la mirada a Hoseok a través del reflejo; mientras que el hombre estaba mirándolo, él no se atrevía a dar media vuelta.
— Algún día tendría que saberlo, Taehyung, al igual que algún día sabré de quién es ese niño.
El pelicastaño frunció el entrecejo y negó lentamente con la cabeza, sabiendo que cuando algo se le metía en la cabeza a Hoseok nadie se lo quitaría.
— Ahí sí puedo decirte con certeza que no te incumbe, Hoseok. El padre de mi segundo hijo no tiene nada que ver aquí, él es mi hijo y no voy a-
— Claro que me incumbe porque eres mi ex esposo, cualquier alfa que quiera estar contigo debe o debió de haberme pedido el permiso correspondiente.
Taehyung soltó una pequeña risa, sin poder creer lo que escuchaba.
— ¿Siquiera sabes de lo que estás hablando? Tú no tienes ningún derecho sobre mí desde que nos divorciamos, si yo quiero acostarme con dos alfas voy y lo hago o si quiero casarme de nuevo, no dudaré en hacerlo, así pienses lo que quieras y así-
— ¡No lo permitiré! — gritó el alfa, endureciendo cada vez más sus expresiones. — Ni se te ocurra darle un padrastro a mi hija.
— Tú le diste un madrastra y esperas que me quede solo de por vida. — contraatacó el omega, sintiéndose también enojado con todo lo que decía su ex esposo.
— No pienso compartirte, Taehyung. — dijo finalmente Hoseok, cuando las puertas de abrieron en el piso indicado, justo al frente de la recepción.
El alfa salió del ascensor, dejando atrás a un omega completamente confundido con sus palabras.
— Eres un idiota. — susurró Taehyung para salir del ascensor por igual y saludar a Jazmín.
Taehyung se pasó gran parte de la mañana escuchando a sus colegas alfas proponer soluciones basándose en leyes o alguna reforma que beneficiara a su cliente, el omega estaba muy atento que no se percató cuando llegó la hora del almuerzo, hasta que Chanyeol les indicó que podrían retirarse y regresar en máximo cuarenta minutos.
— Mi esposa me dijo que hay un restaurante por aquí que preparan una rica carne. — empezó a hablar uno de los alfas, alentando a los demás hombres en ir a dicho lugar. Taehyung solo los escuchó como hablaban maravillas del restaurante y cómo finalmente decidieron ir hacia allá, solamente escuchó, pues nadie lo invitó y sabía que tampoco lo harían, pues desde el día anterior se había dado cuenta de la gran diferencia que habían colocado con él.
El omega salió de la sala de juntas con su maletín y viendo su reloj para controlar su tiempo, se dirigió hacia la recepción, para bajar en el ascensor, cuando nuevamente escuchó la voz tan tediosa de su ex esposo muy cerca a él.
— Imagino que ningun colega tuyo te invitó a unirte a sus almuerzos. — dijo el pelinegro, estando ya cerca del omega.
Taehyung lo ignoró por completo, no quería ni verlo después de la escena de celos que le había hecho en la mañana.
— Si quieres podemos almorzar juntos, conozco un restaurante al que siempre voy y estoy seguro que te gustará porque-
— No gracias. — dijo de inmediato Taehyung, cortando todo el rollo amable de Hoseok, no sabía por qué el alfa se estaba comportando de esa forma después de amenazarlo por la mañana, pero no quería tener ningún tipo de deuda con él, por lo que entre menos hablaran mucho mejor.
El hombre suspiró y asintió.
— Sé que quizás hemos empezado este reencuentro con el pie izquierdo, Taehyung, pero trato de ser amable porque se trata de ti, ¿Puedes por favor colaborar?
— No, así que déjame en paz, Hoseok.
Las puertas del ascensor se abrieron y la mirada de sorpresa de Taehyung se hizo presente. MinJae estaba ahí, con un ramo de rosas y con esa brillante sonrisa que lo caracterizaba.
— ¡Taehyung! — dijo más que emocionado el alfa. — Justo venía a verte.
Hoseok miró al extraño y como le hablaba con tanta familiaridad a su ex esposo, incluso por un momento creyó que se trataba del padre del otro niño, pues se encontraba con rosas y saludó a Taehyung con un maldito beso en la mejilla.
— Gracias. — susurró el omega al recibir las rosas de MinJae, el alfa se veía muy feliz de verlo.
— ¿Quieres ir a almorzar? Conozco varios restaurantes por aquí cerca y te juro que ofrecen carnes deliciosas.
Taehyung asintió ante la atenta mirada de Hoseok. El pelinegro dejó que su ex esposo se marchara con el hombre que hasta ese momento dejó de ser un extraño, pues cuando las puertas del ascensor se cerraron por fin recordó de quién se trataba. Kim MinJae era el hermano de su jefe y ahora tal parecía que era el padre del otro hijo de Taehyung.
— Mierda. — dijo entre dientes el alfa, teniendo muchas ganas de romper todo lo que estaba a su alcance. Sin embargo no lo hizo, pues sería algo muy descontrolado de su parte, además de muy evidente para Jazmín, quien había visto todo. — Ahora lo entiendo todo, maldito. — se dijo luego de unos segundos cuando cayó en cuenta de por qué Taehyung se encontraba en aquella firma. Su ex esposo era muy oportuno cuando lo deseaba y al parecer en esta oportunidad lo había sido.
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Me encanta como va quedando la historia :')
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