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Capitulo 9

hola mis amores, advertencia +18 en el siguiente cap. 

Va ni siquiera sé por que les sigo advirtiendo jajajajaja

—¿Mejor? —Jack seguía envolviendo al muchacho en un abrazo ajustado contra su pecho, era tan pequeño. Tan jodidamente pequeño. 

Jack quería protegerlo de todo y todos.

Frotó con su nariz la mejilla del chico.

Le recordaba a esas muñequitas de porcelana, frágiles y preciosas. sí, definitivamente así lo veía, Billy era como una porcelana cara, de esas que quieres proteger por ser edición exclusiva.

Un muñequito de porcelana.

Billy alzó su rostro y se apartó un poco para limpiar sus mejillas, sus manos eran tan delicadas como todo en el pelirrojo, uñas pequeñas y limadas con una capa de laca trasparente que le daba un aspecto suave, casi femenino, vamos, que Jack en su vida había visto un hombre con unas manos tan bonitas como las del pelirrojo.

Casi por instinto acercó sus labios a esa pecosa piel y les dio un beso casto.

El gesto pareció sorprender al pequeño pelirrojo que se quedó mirándolo con sus amplios ojos celestes ligeramente enrojecidos.

Si era honesto, nunca había visto un hombre tan bonito como Billy, tampoco era que se hubiera detenido a apreciar a otros hombres, no era homo, nunca le habían llamado la atención, pero Bill, todo en él era diferente.

—Me ves como si quisieras comerme, Jack.

—Lo siento.

Si era sincero consigo mismo, no era muy distinto a lo que realmente quería hacer con él, sin darse cuenta sus pulgares empezaron a trazar círculos en la piel del joven pelirrojo. Eso tuvo a Billy alzando una ceja en una interrogación

—Eres demasiada tentación, niño...—Jack suspiró y quiso detenerse, pero no pudo. Su cuerpo traicionero se negó por completo a apartar las manos de Bill.

—no soy un niño. —Billy se quejó frunciendo la nariz, y no se hubiera dado cuenta de esto último, de no ser porque Jack se la mordió, literal.

—¡Auch!.—Billy lo empujó ligeramente y se la frotó lanzándole una mirada de reproche. —¿Qué ha sido eso?

Jack le sonrió con picardía y diablos, la sonrisa de Jack hizo que algo se encendiera en Bill, que hasta el momento no recordaba verle una sonrisa, no una de ese tipo, juguetona, relajada. Desde que lo conoció lo vio fruncir el ceño, o llevar a aquella mueca indiferente en su rostro, como mucho se veía caliente y desesperado por tomarlo, pero no, definitivamente esa era la primera vez que lo veía sonreír así. Y diablos, le estaba sonriendo a él, se sentía ligeramente halagado.

—Eso es un abuso de confianza, profesor.

—no es muy correcto que me lo digas cuando estás desnudo en mi regazo. —Jack alzó una de sus cejas y apretó ligeramente el trasero de Billy acercándolo un poco más a su cuerpo.

—oh, yo solo fui un niño inocente, coaccionado por la figura autoritaria de mi profesor. —Pestañeó varias veces con falsa inocencia y Jack soltó un gruñido ronco antes de echarse de espaldas a la cama con sus manos en rendición a los costados de su cabeza.

—Eres un demonio, mocoso. Tu eres el que me tienta todo el tiempo.

Billy soltó una ligera risita y caminó sobre el pecho del castaño hasta dejarse caer prácticamente sobre él. Su cabeza se hundió en el cuello de Jack.

—Usted no se resistes mucho, profesor.

Jack suspiró, y llevó su mano derecha a la espalda baja del maldito mocoso sinvergüenza, ni siquiera podía negárselo.

—Daré un examen sorpresa el martes próximo. —Dijo deslizando sus dedos por la piel tersa del niño, dios, esas mejillas redondas y en pompa, era tan suave, tan jodidamente inmaculado. Le dio un ligero apretón antes de volver a acariciarla, su mano amplia cubría casi por completo la nalga del menor.

—Vaya, no es muy sorpresa si me lo dices. —Jack alzó ligeramente su rostro para ver al chico en su pecho. Se había trepado sobre él, sus piernas a los lados de sus caderas, cada maldito centímetro de su piel en contacto con la suya. Se sentía tan bien tenerlo así...

—si no apruebas, suspenderás el semestre, Bill. —Jack juntó su mano libre con la de Billy y las observó, la suya envolvía casi por completo la del pelirrojo. —Eres tan pequeño...

—¿Eso es bueno o malo?

—no lo sé. —Jack se llevó la mano de Billy a la boca y besó sus dedos antes de dejarla caer. Se quedó pensativo por un momento.

—¿Qué edad tienes, Jack? —Preguntó Billy distraído comenzando a hacer circulitos en el pecho de Jack con el ligero vello oscuro que lo cubría. Dios, era tan jodidamente masculino.

—¿Qué edad crees que tengo? —esa voz ronca hizo temblar todo el cuerpo de Bill.

—¿cómo 30? —Billy bromeaba, pero no estaba muy seguro.

—eh. —Jack le dio un ligero apretón y una mirada fulminante. —apenas 24, cumplo 25 este año. ¿tu?

—Cumplí 18 este mes.

—¿Qué? —Jack se tensó y volvió a mirar al chico desnudo sobre su abdomen. De verdad era un niño.

¡Un niño!

¿Se había follado un niño? Jack se sintió horrorizado.

—Tenías 17... cuando...¿nos conocimos?

—En teoría sí, pero una hora después ya estaba cumpliendo los 18.

—Dios mío, vístete, mocoso. —Le dijo Jack llevándose las manos al rostro con vergüenza. —Ni si quiera eras legal la primera vez que estuvimos juntos. Debería ir a la cárcel. Soy un asco, dios ¡eres un niño!

—Ey, soy mayor de edad, bueno, no, pero estoy en edad de dar mi consentimiento sexual. Ya sabes... es legal.

—Vístete Brennan.

—Estas sobreactuando esto... son solo un par de años de diferencia...

Jack se descubrió el rostro lanzándole una mirada de indignación al chico pelirrojo.

—¿Un par? ¡Son 7 años!¡casi una década, Bill! Ahora entiendo por qué te va tan mal en mi clase.

—Jack...

—Eres un niño.

— Oye Jack. —Billy lo tomó de los hombros y lo sacudió ligeramente para que le prestara atención. —me gustas. Soy un chico grande. Yo te gusto a ti. Ya lo hemos hecho, no va a cambiar nada si dejamos de hacerlo ahora...

—Billy...

—¿Te gusto Jack? — Billy lo observó con rostro serio — Porque yo creo que tu si podrías gustarme. Tu me gustas.

Billy comenzó a mover sus nalgas tentativamente sobre la entrepierna del mayor. Jack llevó su mano a la cadera del chico y la dejó allí. Parecía debatirse mentalmente entre dejar que el chico siguiera moviéndose o detenerlo.

—Me gustas mucho Jack. Yo sé que te gusto. Me miras de esa forma.

—eres demasiado pequeño Bill...—la voz de Jack dudó, desvió la vista.

Billy se inclinó estirando su espalda como un gato que se despereza sobre Jack, besó su pecho, su mentón y se acercó seductora mente a su oído

—Lo soy. Soy muy pequeño. —Susurró Billy en secreto—y es lo que te gusta de mí. Te da morbo Jack.  Te doy morbo.

El castaño gruñó en cuanto sintió al pelirrojo apartarse, de nuevo se sentó sobre su pene frotando su trasero en él de forma descarada. Ya no había una manera de disimular lo duro que estaba en ese momento. —Quieres tu pene dentro mío. ¿No es así Jack? Te gusta eso.

Billy se estiró, seductoramente, dándole una pequeña plana de su pecho pálido donde resaltaban dos botoncito pequeños y rosado. Jack no pudo aguantarse y llevó sus manos a los pezones del chico tirando ligeramente de ellos.

Billy gimió gustoso y ensalivó la palma de su mano antes de llevarla hacia atrás envolviendo sus dedos alrededor de la polla del mayor, comenzó a masturbarlo entre sus mejillas, subiendo y bajando ligeramente su mano a la vez que movía sus caderas.

—Tu eres tan grande. Todo en ti—volvió a escupir sobre su mano y la llevó a su entrada, para ese momento Billy se veía tan desesperado como Jack, sus mejillas rojas, sus labios hinchados apretados entre sus dientes. Dirigió el pene de Jack a su entrada apretando en ella de forma tentativa. —...te encanta ver como desapareces dentro de mi pequeño cuerpo.—Billy gimió y se dejó caer empalándose a sí mismo. Jack gruñó y bajó sus manos a las caderas del pequeño pelirrojo apretando con fuerzas en ella.

El jovencito tardó un momento en recuperarse, cuando lo hizo, su ojos celestes y llorosos se clavaron en el mayor . Dejó descansar sus manos en el pecho del castaño, sus hombros cayeron ligeramente mientras su cuerpo se acostumbraba al tamaño de Jack. Dios. Se sentía tan lleno, sus paredes apretaban demasiado en esa posición, estaba tan clavado en él, tan abierto, no. Definitivamente no había pensado demasiado al hacerlo.

—te gusta dominarme porque puedes. Porque eres fuerte y grande. Tan grande Jack. —su voz sonó ligeramente quebrada con esa manera tan característica que tenía de estirar las a—te gusto Jack. Porque soy pequeño y delicado ¿crees que no lo sé? No me rechaces por eso. Sabes que es lo que quieres. Me quieres porque soy pequeño.

Billy soltó un gemido lastimero cuando las caderas de Jack empujaron hacia arriba. DIOS. Cerró los ojos y empezó a moverse acompañando las embestidas del castaño. Dejó caer su cabeza, las sensaciones eran demasiadas, se sentía tan... billy gimió y marcó el ritmo hasta que sus piernas se sintieron demasiado débiles para seguir con el esfuerzo.

Un par de brazos fuertes lo rodearon por la cintura. Ligeramente aturdido parpadeó y vio un amplio pecho frente a él, Jack se había incorporado con él aún encima. Es tan fuerte, pensó al sentir como los levantaba a ambos y segundos después su espalda se encontraban en las sábanas frescas.

Oh sí. Eso estaba mejor. No era un holgazán pero que va, le gustaba más que Jack hiciera todo el esfuerzo. Sus piernas se sentían lo suficientemente débiles solo de recibirlo. Rodeó el cuerpo de Jack con sus brazos y se dejó hacer. Además así era mucho más fácil concentrarse en su propio orgasmo.
Jack lo embistió de nuevo hallando su próstata y Billy sintió su cerebro derretirse. Hacía demasiado calor allí.su piel ardía, los jadeos involuntarios escapándose de su boca cada vez que el mayor lo empujaba sobre el colchón llenaron la habitación por varios minutos mientras perseguían el orgasmo. Billy se corrió sin aviso, sin tocarse y sin que nadie tocara directamente su pene. Su cerebro se licuó , al punto de que apenas fue capaz de abrir sus ojos sorprendidos para ver cómo jack salía de él para acabarle en el vientre.

Oh..., fue todo lo que pudo pensar. La imagen le resultó groseramente erótica. llevó su mano al líquido pálido que ahora lo decoraba y lo desparramó por todo su pecho y cuello con sus temblorosas manos.

Dios, el cuerpo le pesaba demasiado.

Jack tardó un par de respiraciones en recuperarse y luego volvió a acomodarse sobre el cuerpo del pelirrojo, le dio un beso en el cuello y subió ligeramente hasta su oreja como había hecho antes el niño con él.

—Me encanta que seas pequeño—Admitió Jack en un susurro.

Se apartó unos centímetros para observarlo y besó su frente sudorosa.  Billy en esos momentos era la cosita más erótica que hubieran vistos sus ojos, todo suave y enrojecido por todos lados.

Billy le regaló una sonrisita bobalicona que pretendía ser sexy pero el estupor post orgásmico era demasiado para él en ese momento.

—Lo sé, daddy.—murmuró Bill.

Oh dios.

Ese niño era demasiado para él.

Sin poder soportarlo más se inclinó a besarlo. Carajo.

Estaba mal.

Todo aquello estaba mal. 

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