Capítulo 8
Billy no tenía idea de adonde se dirigían exactamente y si se lo preguntaban tampoco era que le importara demaciado.
Bastante sorprendido había quedado con el hecho de que Jack se hubiera ofrecido tan mansamente a andar por allí con él aún medio maquillado, había sido...
Dios, lo tenía sin palabras.
Que Billy no se avergonzaba de quien era, pero estaba a acostumbrado a que otros si lo hicieran.
A que Brandon lo hiciera.
Pensar en Brandon hizo que un nudo se apretara en su estómago y solo por un segundo. Por un milisegundo deseó que Jack fuera Brando.
Dios, ese había sido su sueño desde que tenía 14.
Un hombre guapo que le regalara flores y anduviera orgulloso de él por la calle.
Un hombre como Jack...
¿Por qué Brandon no podía ser como Jack?
Que en las comedias románticas el bully siempre acababa enamorado de su víctima. Él había sido su víctima por años ¿No se merecía acaso que lo amara? ¡Se lo había ganado! Literal que fue a base de sudor, sangre y sacrificios. Billy casi se sintió tentado de hacer un berrinche.
¿Por qué Brandon no se enamoraba de él?
¿Por qué no podía ser un caballero como el Inglés?
Que por poco no le da algo al verlo estacionar frente a uno de los mejores restaurantes de chicago.
Vamos, que ni en toda su vida Billy había pensado en pisar un sitio como ese ¿era en serio? Debía de ser una broma. No podía solo...
"Alquila una suite presidencial" se recordó, ahora que lo pensaba tenía bastante sentido, vamos, ¿Pero como era que trabajando de profesor pudiera costearse una vida tan cara como aquella?
No tenía sentido. No...
—Espera un momento. —Dijo la voz de Jack trayéndolo de nuevo a la tierra.
Billy se quedó sentado en el asiento del acompañante viendo con curiosidad como el inglés se bajaba y rodeaba el coche por delante para...
¿Abrirle la puerta?
Billy no podía creer lo que sus ojos veían.
¿De verdad había hecho eso?
No pudo evitar sentirse ligeramente tímido por el gesto y se dejó acompañar hasta la entrada del lujoso local mientras cargaba con el ridículamente grande ramo de flores.
Diablos, definitivamente Jack era todo lo que quería en un hombre...
Pero no es Brandon, susurró una vocecita en su cabeza y Bily se odió a sí mismo por eso.
"Eres una puta mala ¡ya deja de pensar en ese idiota!" se recriminó a si mismo queriendo hundir su rostro en el jodido ramo, vamos que sabía que el egipcio no le convenía ¡su cabeza se lo decía a gritos! Pero diablos, que su corazón no dejaba de pensar en él y sentirse ridículamente culpable por estar saliendo con un guapo hombre mayor que parecía estar dispuesto a consentirlo.
¿Era malo si se aprovechaba un poco de Jack?
¿Quién no quería un sexy hombre dispuesto a mimarlo un poco?
¿Y cuán mayor era Jack de todos modos? Pensó Billy dejando que su cabeza divagara por un rato.
—...Con todo respeto señorita. Llamé hace media hora y me confirmaron que había sitio, revise su computadora por favor. John William Harrel. Hice la reservación.—Iba diciendo la voz cada vez más alterada de Jack.
Eso trajo la atención de Billy de nuevo al presente. ¿cuanto tiempo había pasado comparando al Inglés y el egipcio?
Centró sus ojos de nuevo en Jack. Se veía molesto.
—Disculpe señor, su ...—la joven señorita le lanzó una mirada que hizo a Billy sentirse de 5 centímetros, vaya que para ser tan joven tenía una amargura en su rostro que daba pena—...pareja y usted tendrán que retirase o tendré que llamar a seguridad.
—¡oh cielos! Llámelos por favor. Yo debería llamar a las autoridades, esto es discriminación. ¿Esto es porque somos una pareja homosexual?
—son políticas del local. Por favor, le pido que se retire.
—¿Política de que ¿ de exclusión social? Esto es un país libre. No puede echarnos por nuestra orientación sexual. Ni que fuéramos a dar un espectáculo público. ¡Solo vinimos a cenar! ¡es nuestro derecho!
—Jack.—Billy tomó ligeramente del codo al mayor que en esos momentos se veía furioso.—vámonos, por favor.
—no pueden echarnos,¡es injusto!
—lo sé y es horrible, se siente mal que te pateen, lo entiendo, pero peor me sentiría si tuviera que quedarme a comer en un sitio donde no nos quieren. Por favor Jack, por favor... vámonos.—el chico pidió frunciendo sus labios en su mejor cara de cachorro.
Jack suspiró pero aceptó ligeramente reacio, no sin antes prometer que aquello no quedaría así. Claro que no. Como que era el jodido hijo duque de sefton que aquello no quedaría así. Lo había tratado como... como... como si fuera alguna clase de enfermo, como si se creyera más que él. No era que Jack se creyera particularmente mejor que nadie, pero él tenía la jodida sangre de la monarquía Inglesa corriendo por sus venas ¡no podían echarlo de esa forma!
Si estuviera en casa...
Él era algo así como una celebridad local, era una de las razones por las que no le gustaba pasar mucho tiempo en Sefton, allí no le daban un maldito respiro.... Pero la manera en la que esa simple niña americana lo había visto...
Dios, como había visto al pequeño Billy.
Caminó de un lado al otro frente a su coche como una fiera encerrada y harto de que las cosas no salieran como quería le pegó una patada a la rueda descargando toda su frustración en él.
¡maldición!
Apoyó su cabeza en el techo del vehículo y dejó que el frío metal se la enfriara.
—lo siento. No quería que las cosas salieran así—Suspiró, el castaño se irguió por fin y apoyándo su cadera en la puerta delantera se volteó a ver a su acompañante.
—Oye no estuvo tan mal. Eres todo un chico rabioso cuando te enfadas.—Billy le dio un suave sonrisa.—No sé como sea en tu país, pero aquí la homofobia es cosa de todos los días. Ni siquiera es tan raro que no te deje entrar. Siento que pasaras un mal rato por mi culpa.
Jack parpadeó con sorpresa y luego soltó una risa sin ganas que dejó perplejo al pelirrojo.
—yo debería disculparme contigo, niño.—explicó.
Billy se encogió de hombros.—no todo funciona como queremos, Jack, pero me ha gustado que lo intentaras. Ha sido lindo.
Lo más lindo que ha intentado alguien por mi alguna vez, pensó el pelirrojo pero no lo dijo.
—Entonces... ¿aquí termina nuestra cita? ¿Te llevo a tu casa?—Preguntó removiéndose en su sitio.
—Oh, claro. Si tu quieres—Soltó de pronto Billy sintiéndose decepcionado.
—Claro que no quiero, me quedaría contigo toda la noche, si tu quieres—se apresuró a añadir Jack con el rostro ligeramente ruborizado.
Billy alzó el rostro nuevamente al hombre mayor, Salvo por el rubor se veía muy convencido de sus palabras y un cálido sentimiento se instaló en su estómago.
Sí, puede que fuera media noche pero Billy no quería dejar al castaño tan pronto. No, no se trataba del restaurante lujoso, solo no quería dejarlo y ya, se dijo aplaudiéndose a si mismo al darse cuenta de eso.
Había algo en la manera en la que lo había defendido de la chica del restaurante, algo en la manera en la que los había llamado "pareja" se sentía extrañamente cálido. Como si encajaran de alguna forma. Pero ellos no eran una pareja, nunca lo serían, lo suyo era incorrecto, eran alumno profesor Jack era como qué, recorrió a Jack con la mirada ¿10 años mayor que él? Y además, el no lo amaba . No podías ser pareja de alguien que no amabas. Y Jack tampoco debía de amarlo, que por muy buen sexo que tuvieran dos revolcones no enamoraban a nadie.
Sí, se dijo, Solo fue su manera de poner incómoda a la chica del servicio. Eso era, Jack no podía pensar en ellos como en una pareja, no tan pronto ¿no?
Miró al mayor, y dios, que no era Brandon, Jack debía ser la persona más opuesta al amor de su vida que hubiera pisado chicago pero le gustaba lo que veía, no de la loca manera en la que su corazón saltaba cuando veía al egipcio. Pero se sentía cálido y seguro a su lado y abrazándose a esa esperanza tomó la mano de Jack.
—Tengo una idea. No es tan elegante como esta, pero te prometo que no podrán echarnos a patadas de allí. —Ofreció.
Sí, tal vez era cosa de un clavo sacando a otro clavo. Billy siempre se había sentido bastante orgulloso de su capacidad para sincerarse consigo mismo y con lo demás.
Así como se había sincerado consigo mismo cuando se dio cuenta que era Gay, sabía bien que no estaba enamorado de Jack, pero podría. Definitivamente no le molestaría intentarlo.
Al rato se encontraban en el parque milenium cuya actividad nocturna desbordaba con luces de colores y espectáculos. El gran poroto brillaba no muy lejos de donde se estaba llevando a cabo una batalla de bailarines callejeros que era inmortalizada en fotos por los turistas.
—¿tienes hambre?—Preguntó Billy y sin esperar respuesta fue hasta un carrito donde vendían Hots Dog.
Jack lo siguió con cautela.
Para ser honestos, aquella era la primera vez en su vida que se detenía a comer un Hot dog por la calle. Con cierta desconfianza observó lo que traía el chico.
—¿no te gusta la salsa?—le preguntó siguiendo la mirada de Jack.-lo siento. Debí preguntarte ¿quieres que te lo cambie?
—no. Es perfecto. Solo...gracias. —dijo tomando lo que el chico lo tendía. Los ojos celestes del pelirrojo demasiado atentos a sus movimientos lo obligaron a llevárselo a la boca. Sí, Jack era lo suficientemente educado para saber que por cortesía no podía rechazar un alimento que se le ofreciera, incluso si este era extraído de un carrito callejero cualquiera...
—oh.—Jack lucia de verdad sorprendido cuando la mezcla de carne embutida, pan y grasa tocaron su lengua—Esta bueno.
—claro que sí—Billy le sonrió con aprobación y se acercó a él apoyando su espalda en el amplio pecho del castaño, viendo hacía los bailarines callejeros. dios ese hombre era tan malditamente hombre, punto a favor de Jack, donde Brandon era poco mas que un niño al igual que él, Jack era todo un espécimen de hombre formado. Sí, eso era caliente como el demonio.
—Siempre hago buenas elecciones. —Murmuró en un tono demasiado profundo para tratarse solo del hot dog.
Jack bajó la vista, sus ojos oscuros se fijaron en el pequeño pelirrojo que alzó la vista y olvidándose por completo del hot dog se inclinó a besarlo.
Los aplausos y silbidos no tardaron en escucharse consiguiendo que ambos volvieran a la realidad. Los bailarines le estaban sonriendo y vitoreándolos. Jack se ruborizó. Manteniéndose casi imperturbable hizo una pequeña reverencia hacia su " público" que tuvo el corazón de Billy latiendo fuerte de emoción.
Si, definitivamente hacía buenas elecciones.
O eso creía...
¿Cuántas veces se consideraban demasiadas para acostarse con un profesor?
Billy se estiró entre las sábanas, diablos, había tendido cientos de veces aquellas camas, sus dedos conocían la suavidad de sus hilos, pero sentirla en su cuerpo desnudo...
Eso era otra experiencia. Estaba en la suite presidencial. Billy Ronroneó disfrutando de la sensación fresca de la tela sobre su piel. Hacia calor, diablos. Y la suave seda era como una caricia, se sentía tan...
—Eres precioso...—Bill se sobresaltó y se volteó atraído por ese susurro ronco.
Jack Harrel adormilado era una de esas imágenes a las que el pelirrojo podía acostumbrarse.
Diablos.
En esos momentos el hombre se encontraba ligeramente incorporado sobre sus codos, el cabello revuelto y su espalda desnuda interrumpida por la ligera sábana que se detenía a la altura de su cintura.
Se veía tan pacífico.
Casi por instinto se acurrucó un poco más a su lado.
Era cálido.
Sus ojos recorrieron su rostro, la barba ligeramente crecida , sus hombros pálidos, su espalda...
Billy frunció el ceño y estiró su mano hasta la piel que cubría la espalda del Inglés.
Había unas marcas en ella que no había visto antes. Sus encuentros anteriores habían sido furtivos y apresurados como para detenerse a verlo en detalle. Pero esa mañana... esa mañana se sentía perezosa, le daba todo el tiempo para fijarse en aquello que no había notado antes.
Y las horribles marcas en su piel no era algo que le gustara ver.
Algunas parecían hasta algún tipo de quemadura profunda mal cicatrizada, que Billy no sabía mucho del tema, pero se veía como si hacérselas hubiera sido muy doloroso.
—¿Que te ocurrió?. —Su voz ligeramente enronquecida no fue más que un susurro.
Carraspeó y sintió como el cuerpo del castaño se tensaba antes de volver a relajarse.
Jack se volteó cayendo sobre su espalda y tomó el cuerpo del pelirrojo con su brazo izquierdo antes de arrastrarlo ligeramente a su costado.
—¿Tienes padres, niño?
Billy frunció ligeramente su nariz al oír como lo llamaba. No le gustaba que lo llamaran niño pero de momento decidió ignorarlo.
No era un niño, solo era legalmente menor, pero según las leyes ya tenía edad para matar personas, que conocia a algunos de sus compañeros que se habían enlistado, y si te dejaban matar gente debías de ser lo suficientemente adulto ¿no? tal vez no para beber un trago en algún bar, pero ya era bastante adulto aunque no fuera del todo legal.
—Todos tenemos padres Jack—le dijo sin entender del todo la pregunta del mayor.
—no. Algunos solo tienen progenitores. —lo corrigió el mayor con su tono de "profesor".
—Tu eres de esos. —dedujo el pelirrojo.
Jack se quedó en silencio mirando el techo. Su mano acariciando ligeramente la cintura desnuda del delicado pelirrojo quieto a su lado.
Billy se mantuvo callado esperando cualquier reacción del mayor, esperaba que dijera otra cosa, que añadiera algo que le ayudara a explicarse, estaba por darse por vencido cuando el hombre Inglés abrió la boca una segunda vez.
—no puedo llamar padre al hombre que me hizo esas marcas.—-murmuró como si fuera un secreto.
—¿qué?
Billy abrió los ojos impresionado ¿su padre? ¿Era un padre capaz de hacerle eso a su propio hijo?
Que sus padres lo habían echado de la casa y eso debía de ser lo más cruel que le hicieron en su vida. Le dieron la espalda. Pero ni una sola vez, ni por asomo, habían intentado golpearlo. Dios, Billy no podía imaginarse que podía llevar a un padre, al supuesto ser que debía quererte incondicionalmente a hacerle una cosa como esa su hijo.
¡aquello era horrible!
—mi padre creía en la educación de la vara. Era una bestia.
—¿era?—-Billy parpadeó.
—aun lo es.
Se quedaron un buen rato en silencio sumidos cada uno en su pensamiento. Su padre aún lo era. Iba a matarlo cuando volviera a Liverpool. Otra vez había llamado. De pronto sintió una ligera sacudida a su costado que lo hizo parpadear.
Billy tembló ligeramente. Preocupado intentó moverlo para ver su rostro pero el chico no hizo más que hundir su naricita en el hueco que se formaba en la unión de su tronco y su brazo. Calidas lágrimas comenzaron correr por las mejillas del pequeño.
—¿Estas llorando? —Jack lucia incrédulo.
—no
Billy sorbió por la nariz, su voz demasiado aguda y la sospechosa sensación de humedad sobre su piel dejaba claro que el chico mentía.
—¡ay ...mocoso.! —Jack se sentó en la cama envolviendo al pequeño pelirrojo en un abrazo protector y como si aquello fuera de alguna manera contraproducente el niño pecoso se echó a llorar aún con más fuerza. —para de llorar. Por favor...
—¡Es que es muy triste!—Se quejó Billy de forma caprichosa mientras enredaba sus brazos alrededor del amplio pecho del castaño. —se ven dolorosas, se ven como si...
—no duelen, niño. Ya no llores. No importan—le susurró el castaño llenado de suaves besos aquellos hombros pecosos que le recordaban a la leche con canela. No quería verlo llorar. —por favor...
—lo siento...
—tranquilo. Todo está bien.
—no. No lo está, es tan injusto que haya personas asi... yo no puedo...
Jack de pronto sintió algo quemar en el centro de su garganta, como una opresión despertada por las lágrimas de aquel tonto niñito que lloraba por él como si lo conociera. No recordaba cuando había sido la última vez que alguien se había preocupado así por él, aún menos que hubiera llorado por él ¿Quién lloraba como si la vida se le fuera en ello por alguien que apenas era poco más que un extraño? Se sintió cálido. Había algo en sus formas delicadas, en lo frágil que se sentía entre sus brazos, en lo agusto que se sentía sosteniendo ese pequeño cuerpo, algo que despertó el instinto del mayor por protegerlo .
—Todo está bien—volvió a repetir.
Duh, y tal vez no lo supieran en ese momento pero fueron las lágrimas sinceras del pequeño vulnerable las que hicieron que comenzara a enamorarse por él
Hola mis amores!!!
Como están?
Hace mucho (o al menos así es como a mi me parece) que no actualizo una historia ¡espero les guste el cap!
Dios Jack puede no tener la mejor personalidad del mundo pero es tan sexy... dios lo amo mucho jajajjaja
Besotes con sabor a... mmm no lo sé, ustedes elijan 😏
RQ. 🖤
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