Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capitulo 7

Holis mis amores, nuevo cap, bastante larguito. 3000 palabras de estos dos azucarados, espero lo disfruten nos vemos, ya me dirán que les parece esta historia ¿que les gustaría ver? más drama? mas romance? más ... 😏😏😏

Que si era tonto. Billy se había ganado el puesto número uno en el ránking de los idiotas. Que se había prometido a sí mismo no emocionarse, pero allí estaba el sábado por la noche en el viejo sucucho que llamaban "el camarín" iba rodeado de otro par de compañeros mientras se arreglaban para la gran noche.

El sitio era pequeño y lleno de viejas indumentarias que solían reutilizarse, había plumas y muchos maquillajes que las "chicas" solían compartirse, de hecho, el pelirrojo había comprado varios juegos de sombras para colaborar a la causa común, que los maquillajes eran jodidamente caros y ninguno podía permitirse comprar toda la gama de productos que se necesitaba para transformarse.

Se encontraba arreglando su cabello en el espejo de uno de los tocadores mientras intentaba ignorar el nudo estrujando su estómago. Que no podía parar de pensar en lo que pensaría Jack al verlo "actuar", no lo había visto desde aquella noche en que quedaron en verse. Billy ni siquiera le había confirmado la cita pero inconscientemente lo esperaba, eso le hizo darse cuenta de que no tenía el número del inglés, podía llamar al hotel y preguntar por él, claro, que sabía su número de habitación, hasta había pensado en hacerle una visita, pero aquello le parecía demasiado.

Hizo un pacto consigo mismo para no hacer nada estúpido, que era experto en eso, de hecho había intentado hablar con él en la universidad pero no era sino hasta el martes siguiente que volvería a ver a su profesor en clases y de pronto verlo una sola vez por semana en el aula le parecía insuficiente.

Billy se ajustó las botas blancas de tacón aguja a los pies y volvió su vista al espejo antes de agarrar una brocha y pasarla por su rostro.

Agradecía a la naturaleza su rostro lampiño, que una sola vez había bastado que su prima le aplicara cera para que no volviera a salirle barba. No era que no le gustara, simplemente no le gustaba como le quedaba a él.

Tomó uno de los potes de sombra con brillos y se lo pasó por el párpado pensando en Jack.

Una parte de él quería que el inglés no fuera a verlo.

¿y si le daba asco verlo de aquella forma?

Se había convencido a si mismo de que debía obligarlo a aceptarlo al completo, ya había dado demasiados trozos de si mismo a lo largo de su vida para repetir la historia. Que si no lo quería al completo bien podía irse al demonio. Y sí, puede que Billy estuviera haciendo pagar a Jack por todo lo que Brandon le había hecho ¿pero quién podía juzgarlo?

Era mejor sacarse la tirita de una vez.

Y sí, también puede que se repitiera a si mismo lo increíble que era y el que ellos se lo perderían, pero muy en el fondo. Muy en el lejano y recóndito fondo de su ser, estaba aterrado porque Jack lo rechazara.

Que sabía que no todos tenían la capacidad de aceptar lo que él hacía.

Que le gustaba ponerse tacones, plumas y brillos algunas noches, pero no era travesti y también le gustara vestirse como hombre durante la semana y sí , tal vez algunos pudieran llamarlo afeminado por su forma de vestir, pero no era más que un amante de la moda europea. Que no quería ser mujer, y había llegado a la conclusión de que a la mayoría de las personas les era mucho más fácil de aceptar a un transexual que a alguien como él.

Alguien que estaba en medio de dos mundos.

Que no se sentía ni completamente hombre, ni completamente mujer. Que sí, le gustaba el rosa, los hombres, la moda y los tacones, pero también el azul y el béisbol y aunque no fuera bueno en deportes los había ido a ver con regularidad con su padre antes de que... bueno. Antes de que lo echaran de su casa.

Que le gustaban las dos cosas ¡vamos!

¿Por qué tenía que elegir? una cosa no quitaba la otra. No podía solo elegir hacer cosas de chicos o de chicas, simplemente era...

"Aaaaaghhh" Billy hundió su rostro en el escritorio.

Ya había pasado por todo eso

¿Por qué de pronto volvía a sentirse tan inseguro de si mismo?

—Toc, toc ¿miren lo que me encontré—dijo de pronto una voz exageradamente aguda y Billy se volteó a ver a Ross (Rossie, para el escenario) .

En ese momento ya iba completamente vestida y maquillada, tenía una redecilla en la cabeza y su peluca rubia debajo de su brazo como si se tratara de un balón de futbol y en su otra mano tenía... Flores.

Estaba llevando un gran ramo de rosas rojas ese momento y Billy no pudo menos que sentir envidia.

No era la primera vez que a Ross le enviaban flores, era la voz principal, la estrella del Show. Pero es que llevaba años en el rubro, literal, Billy estaba casi seguro de que Ross ya estaba en las tablas incluso cuando él aun gateaba sobre su propia popó.

—¿Otro admirador?

—Si pero no es mío esta vez .—dijo divertido y eso hizo que todas las cabezas se levantaran a la expectativas.

Tiffany rue la primera en levantarse a correr a ver el paquete. Era la segunda Drag más importante del Berlín . Por lo que si no era de Ross, sin duda debía ser para ella, pero antes de que pudiera poner sus manos sobre el ramo, Rossie se las apartó lanzándole una mirada de desprecio.

—Aléjate perra. De ti nadie se acuerda. —Le espetó Ross.

Sí, Tiffany y Rossie tenían una eterna enemistad que Billy nunca iba a comprender.

Vamos que Tiffany no era un pan de dios. De hecho, no estaba ni con mucho entre las 10 personas favoritas de Billy. Y definitivamente no entre aquellas con las que soportaría quedarse encerrado en un ascensor a solas por horas, de hecho, no se encontraba ni en la lista de sus 1000 personas favoritas en el mundo. Pero si un día se estaba ahogando y el pasaba con una lancha pues de seguro que no le negaba el saludo, que no era tan malo.

—Es para nuestro Ginger .—soltó Ross haciendo que Billy alzara la cabeza tan de prisa que por poco no se rompe el cuello.

¿Para él?

Que con mucho era el único pelirrojo allí.

—Ya cierra la boca niño, no te entren moscas.—Le reprochó Rossie dejándole las flores en el escritorio junto a él y se hincó para verlo divertido.—¿Y entonces quién es el galán?

—Uhhhhhh....

—Lamento haber leído la nota, pero J parece muy prendido de ti cariñito. De echo, ni todos los babosos con los que estuve se han esmerado tanto. Si que debes besarlo muy bien—Le dijo con todas las dobles intenciones del mundo haciendo que el pelirrojo adquiriera un suave rubor en sus mejillas.

¿Había dicho J?

Billy prácticamente le arrancó la nota de las manos esculpida de su compañera y se puso a leer con impaciencia.

"Querido Bill

Espero te gusten las rosas, las vi y no pude evitar pensar en que estaban hechas para ti. Por favor no te molestes conmigo, sé que debía esperar a que me confirmaras si querías verme o no, pero ya no soportaba seguir esperando. Solo quería desearte suerte esta noche.

Mis mayores estimas

J

Pd: Se que no te lo dije cuando me lo preguntaste, pero quería que lo supieras, sí, creo que el rojo es el color más bonito de todos, en especial si es el de tus labios después de besarme.

Billy no pudo evitar soltar un grito de emoción. Diablos, se llevó la nota al pecho. Aquello habían sido lo más bonito que alguien le había escrito.

En pocos segundos Jack había hecho que un volcán de mariposas furiosas explotara en su estómago ¿cómo se atrevía?

Se sentía estúpidamente molesto y feliz a la vez.

Miró las rosas, el ramo era exageradamente enorme, que ni siquiera sabía cómo lo llevaría a casa. Porque como que se llamaba Billy Brennan que se lo llevaría orgulloso para que todas las perras envidiasen. Sí, no era el mejor sentimiento del mundo Bill lo sabía.... Pero no todos los días se reciben 3 docenas de rosas en un solo ramo.

¡3 docenas!

Que lo máximo que alguna vez Billy había recibido había sido una margarita cortada de paso después de que Brandon se hubiera portado como un asno.

—Arriba ¡arriba! Chicas ya es hora—entró el encargado del local a apurarlos con un par de aplausos. Oh diablos.

Debía salir y definitivamente estaba aterrado en ese momento.  

Jack había llegado temprano al local por miedo de perderse y no poder ver al pelirrojo. Que había tenido que hacer muchas preguntas incomodas para dar con la dirección del Berlín y una vez allí averiguar por Billy había sido mucho más fácil. Un pequeño pelirrojo con su carisma no era algo que pasara desapercibido fácilmente, Por lo que una vez confirmada la hora, solo había tenido que sentarse a esperar por ver a aquel pelirrojo que había dejado su mente alterada de imágenes y posibilidades.

¿Qué se lo había imaginado disfrazado de mujer? Sí , lo había hecho.

No había podido evitarlo, no sabía cómo sentirse con eso y en esos momentos con su trago en los labios se preguntaba que demonios hacía ahí, en un bar de ambiente esperando por un show de Drags, no era la primera vez que iba a alguno, había estado en la zona roja con Tom, Ámsterdam había sido uno de esos sitios inolvidables en su vida. Habían sido experiencias interesantes y a pesar de que no le disgustaba ver a un hombre disfrazado de mujer, tampoco era que lo disfrutara particularmente.

El Berlín no se parecía en nada en calidad a los espectáculos Neerlandeses, de eso no había duda, pero tampoco estaban mal. Jack los había visto con respeto y sin demasiado interés hasta que por fin el pelirrojo apareció en el escenario acompañado de dos drags. Los 3 iban de marineros, ellas con faldas a medio muslo y él con un pantalón blanco de botones dorados que le llegaba hasta la mitad del vientre.

BILLY llevaba unas botas de tacones increíblemente altas, pero por lo demás iba como hombre, con un típico cotillón de marino francés, la remera a rallas con un ancla dorada pequeñita en el pecho, el sombrerito blanco característico y el pañuelo azul en el cuello.

Donde sus compañeros se veían vulgares, Billy era la jodida definición de perfección. Sintió que su boca se secaba de solo verlo. Era tan precioso, pequeño y delicado que ni por un solo segundo pudo apartar sus ojos del chico.

La música empezó a sonar y con eso Billy y sus compañeras iniciaron la coreografía, los tres habían iniciado de espaldas e incluso así Jack no había tardado ni un segundo en reconocer la figura del pelirrojo. se movía ligero al ritmo de Cadnymen

El tú Tu tu turutú, tu tu turutú... había comenzado a sonar en todo el bar, los tres habían iniciado en una hilera, movían sus piernas al ritmo de Sweet, se volteó Tiffany, sugar se volteó Rossie y Candyman por fin Billy se volteó al público y el cerebro de Jack desconectó.

El chico dramatizaba la canción con tanta pasión y carisma que hasta la mismísima cristina aguilera lo hubiera envidiado, Disfrutaba, Billy estaba disfrutando aquello, jack estaba seguro de eso, que los 3 minutos y tanto se le habían pasado casi tan pronto como había empezado de lo perdido que había quedado en cada expresión del muchacho, en cada movimiento de su pequeña cardera y diablos.

A Jack le había parecido insuficiente. Billy bailaba bien, Billy se movía demasiado bien. No podía entender como no lo ponían para el protagónico si estaba muy seguro que era el mejor de todos los que había visto en esas horas que llevaba ahí.

Ni siquiera supo en qué momento dejó su trago en la barra para buscarlo, pero lo siguiente que supo era que se había metido en un pasillo a los vestidores dando de lleno con una puerta cerrada y con Rossie que le había detenido el paso nada más verlo.

—No mi ciela ¿Qué haces por aquí? —le dijo moviendo sus manos de uñas exageradamente largas frente al rostro de Jack y luego apuntó a la puerta. —Ves aquí, es solo para estrellas. Acosadores out. Cariño.

—yo, lo siento. —¿Acosadores? ¿Él era un acosador? Bueno estaba actuando como uno ¿no? Que ir a verlo al bar sin su consentimiento y luego esconderse en la barra para observarlo sin ser visto sonaba bastante como a acoso a los oídos de Jack. —solo quería felicitar a Billy soy un... hum... Amigo

—Espera ¿eres J no? ¿El J de las flores eh?

—Sí. Soy Jack.—El inglés le tendió la mano para estréchala, pero Rossie lo descartó con un movimiento de mano casi despectivo antes de mirar a los lado.—Venga, vamos cariño, apúrate.—Abrió la puerta y lo hizo pasar.—Será nuestro secreto pero no vuelvas a aventurarte por aquí sin permiso o te quebraré los huesos. Esto lo hago por el genji, parecía muy emocionado al ver tu carta hoy.—Dijo, y ese dato hizo que Jack chocara los 5 mentalmente consigo mismo.

Rossie lo acompañó por un pasillo hasta una vieja puerta de madera que por el aspecto desconchado que mostraba se notaba había sido mal pintada infinidad de veces.

—Aló aló traigo un regalo. Mejor que te subas los pantalones cariño porque allí vamos.—Dijo Ross dándole unos pequeños toques antes de empujarla.

Y allí esta.

Billy apenas tuvo tiempo de girarse, en ese momento las pestañas postizas habían desaparecido al igual que la camiseta de marinero, no así los pantalones, ni los tirantes que con la purpurina que le había caído en el pecho hacía que su figura se viera aún más apetecible a ojos de Jack.  No pudo evitar imaginarse como seria si solo llevara aquel pañuelo al cuello.

—Bueno. Bueno, ya veo...—Aplaudió Rossie sacándolos a ambos de su aturdimiento, que los dos se habían quedado prendados el uno del otro esa noche. Jack iba con un sweater largo de cuello alto en azul oscuro que le daba ese aspecto elegante y relajado, gritaba europeo por los poros, que esa había sido una de las cosas que más le había gustado a Billy de Jack desde el primer día que lo había visto en ese bar. Se veía tan inaccesible y sin embargo ahí estaba, parado frente a él, mirándolo, sus ojos oscuros recorriendo su pequeña figura como si fuera incapaz de apartarlos de él.—Si van a hacerlo aquí no ensucien la indumetaria, ya saben. No sean muy escandalosos. Estaré por allí.—se despidió dejándolos a solas.

—Er... Hola. —Jack se acercó hasta donde Billy estaba, sintiéndose ligeramente incomodo por las palabras de Rossie. No era que la idea no le gustara, solo que admitirlo para si mismo hacia que se sintiera un poco cohibido. —Estuviste muy bien ahí afuera.

—¿No crees que has exagerado un poco? —Billy indicó las flores y Jack puso cara de culpa.

—Lo lamento. No puedo decir que te conozca, pero creí que cuanto más.... Llamativo sea, más te gustaría. Lamento si no te ha gustado. Puedes tirarlas, prometo no enojarme. Esta...

—Shito. Ni siquiera sueñes con poner tus manos en mis Rosas.¡ Jah tirarlas! No las escuchen.—Le dijo mirando a las flores y las acarició como si fuera una mascota. —Es un insensible, claro que papi no las va a tirar...

—Yo solo...

—Calladito más bonito.—Volvió a interrumpirlo Billy poniendo uno de sus dedos en los labios del castaño.

—Me gustan. —Le confesó con un susurro que a Jack se le antojó jodidamente erótico y no pudo evitar besar sus dedos. Los ojos celestes de Billy con aquel delineado hacían que luciera mucho como un exótico animal que amenazaba con devorarlo. Sí, diablos, Billy sus ojos celestes, sus pecas y aquel cabello ardiente eran mucho más de lo que Jack podía soportar sin perder la cordura y con aquel disfraz de marinero...Dios que mentiría si no dijera que se lo había imaginado en más de 69 posiciones diferentes desde que lo había visto y ninguna era decente—¿Qué pasa Jack? ¿Ves algo que te guste a ti? —Ronroneo Billy haciendo putitas para estar más cerca del otro que lo miraba con los ojos dilatados de deseo.

Sí, le gustaba verse en los ojos de Jack. Pero antes de que el mayor acortara por fin las distancia le corrió el rostro haciendo que los labios del otro dieran con su mejilla. Lo oyó gruñir y sintió las manos jack enredándose en su cintura. Hundió su nariz en el cuello del muchacho y aspiró profundo aquel perfume que era como droga para sus sentidos.

—Eres malo Billy Brennan.—Le reclamó sin apartarse.

—Claro que lo soy. ¿Por qué crees que estoy molesto? Cuando te dan un ramo como ese esperas que toda las perras lo vean y envidien. Casi nadie lo ha visto aquí.—Le dijo haciendo un puchero y eso hizo que jack lo apartara lo suficiente para volver a estirarse.

Diablos Billy era jodidamente hermoso y Jack se moría por besar aquellos pucheros. Que lo condenaran, ese chico era un maldito incubo. Todos los malditos dioses celtas del sexo debían de haber coincidido para crearlo, que hacía que Jack perdiera por completo la compostura.

Casi de forma inconsciente las manos de Jack fueron a jugar con el pañuelo azul en el cuello del menor.

—Podríamos ir a cenar, y llevarlo a pasear con nosotros. —dijo indicando con un gesto de cabeza el ramo. —Si tú quieres claro, no sé si habrá perras para que lo envidien pero alguien lo verá serguro.

—Tengo brillo en los ojos Jack ¿Realmente no te importa que llamemos la atención con eso? —Preguntó Billy haciendo puntitas para enredar sus brazos en el cuello del castaño.

Jack se encogió de hombros.

—¿A ti? — Preguntó de vuelta dejando al pelirrojo lo suficientemente sorprendido como para que le robara un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro