Cuando Jack volvió a casa Sefton encontró a su padre sentado como siempre en la punta de la mesa del gran comedor. Claramente acaban de cenar. Su padre tenía un trago frente a él y su medio hermano estaba a la derecha de su padre.

Parecía que Claude había aprovechado los últimos meses de su ausencia para ocupar su lugar.

No era que le importara una mierda estar a la derecha de su padre pero ese era su lugar por jerarquía. Lord Harrel duque Padre en la punta. Jack a su derecha ostentaba el título de conde y a la izquierda el bastardo hijo de la prostituta.

Un pequeño recordatorio indirecto de quien era, porque era obvio que el resto no iba a olvidarlo.

-Llegas tarde a la cena. Siéntate John.-la voz de su padre trajo de nuevo su atención a la mesa y como si pudiera leerlo el mayor apuntó a claude con un gesto despectivo-. Muévete.

Claude se apartó y Jack ocupó su sitio sin protesta, no había razones para quejarse, de cualquier modo podía gritar todo lo que quisiera que su padre lo ignoraría.

-Retrasaremos la sesión de fotos para la boda.-Dijo Claude viendo la cara de su hermano, su rostro comenzaba a hincharse.-Si me disculpan...

-No. Sin fotos.-Gruñó su padre mientras una de las criadas traía la cena de Jack.

La regla allí era ver, escuchar, e ignorar todo lo que los señores dijeran. Nadie le lanzaba una segunda mirada, como si aquello fuera lo más jodidamente normal del mundo.

Jack quería gritar de frustración mientras los oía discutir en silencio sobre su vida como si no le perteneciera.

-Pero padre...-Iba diciendo Claude.

-Sin fotos.-Insistió el Duque callando a su hijo mayor. Jack apartó el plato al segundo bocado, el agradable cosquilleo del alcohol que lo había adormecido comenzada a irse y el dolor empezaba a hacer acto de presencia.

-Que termines la cena.-Le ordenó su padre.

Maldita sea. Jack se obligó a tragar todo lo que pudo, y se levantó, al menos su padre estaba los suficientemente ocupado planeando cada detalle de su vida como para no molestarse en intentar detenerlo una segunda vez.

Caminó por los pasillos de la vieja construcción renovada con los años. No era un gran palacio, vamos, pero era una buen castillo construido en piedra antigua rodeado de grandes extensiones de bosques. Se había criado ahí, al igual que toda su maldita familia, había sido cedido por la corona muchas generaciones atrás, era historia puesta en una casa.

Pensó en Billy, seguro le hubiera encantado conocerlo, un castillo del siglo pasado diseñado por uno de los arquitectos más favorecido por el príncipe Alberto.

Billy saltaría de la emoción hablando de torres y cúpulas.

Apretó los puños, había intentado llamarlo antes de tomar el vuelo pero el niño no había respondido el teléfono. Luego simplemente había estado desconectado por 7 hs, para llegar, pelear con su padre y acabar emborrachándose en el granero.

Jack necesita dormir había sido un día jodidamente duro, estaba de camino a su cuarto en el ala oeste de la casa cuando una puerta abierta llamó su atención poco antes de llegar a su objetivo.

Elisa.

¿Qué demonios hacia ahí?

¿Desde cuando vivía en casa Sefton?

Jack se acercó a espiar sorprendido de verla allí, la chica estaba de espalda a la puerta, el cuarto donde se encontraba estaba decorado para un bebé en colores neutros, había una cuna blanca montada en el medio con doseles y un caballito de madera en el suelo en madera lacada a juego con la cuna.

Jack sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo la chica estaba sentada en una mecedora tarareando alegre para nadie en particular.

-¿Eli?-Elisa se giró y le sonrió había algo extraño en la manera en la que lo hacía. En ese momento Jack no lo supo pero su extraña animosidad se debía a que había dejado su medicina por el embarazo.

-¡Jack!-Saltó alegre corriendo hasta el para abrazarlo o lo intentó porque su vientre abultado golpeó contra el cuerpo de Jack antes de que sus brazos consiguieran rodearlo.

El castaño lo sintió, sabía lo que se encontraría al bajar la vista, pero de todos modos la bajó para comprobarlo y sí, efectivamente ahí estaba.

Un abultado vientre de casi 8 meses.

Jack se lo quedó mirando. De pronto todo se había vuelto más real.

-Papá está aquí.-Dijo la chica acariciando su vientre con cariño.-te dije que vendría...

¿Papá? Los ojos de Jack se abrieron como platos al oír esas palabras y antes de que pudiera evitarlo la chica tomó su mano poniéndola sobre su barriga. Jack sintió como algo en su interior se removía. Una patada del bebé. Su corazón dio un vuelco, miedo y emoción lo golpearon.

-Lo ves Jack? Él te reconoce, sabe que estás aquí.

Había pasado unas cuantas horas desde que había descubierto que Elisa estaba instalada en su cuarto. Llevaba así desde que claude se había hecho cargo de cuidarla durante el embarazo. Se lo agradecía en parte, ahora que veía el bebé más real que nunca supo que debió de necesitar más cuidados de los que él le había prestado, pero vamos, que la hubiera instalado en su habitación no le gustaba.

No se sentía correcto... simplemente...no.

El cuarto del niño quedaba justo al lado. La chica hablaba animadamente como si nunca se hubiera ido, hablaba de planes que sonaban caso irreales y cosas que harían cuando el niño naciera. Convencerla de que lo llamaran Nathaniel resultó mucho más fácil de lo que esperaba.

La chica solo le había sonreído desde la cama y con voz melosa le habló su gigante barriga.

-Te lo dije Nathaniel, papá estuvo pensando en ti. ¿Si te gusta el nombre que te eligió papi? -Le preguntó.-seras un bebé hermoso como papá, ya lo verás.

Jack sintió un nudo ahogando su garganta con culpa.

Había pensado en el bebé pero no en la manera en la que Elisa creía.

El nombre era su morbosa manera de torturarse para no olvidar aquello que nunca podría tener.

Joder estaba mal de la cabeza

-Ven aquí, tienes que hablarle, el doctor dijo que nos escucha.

-Yo... estoy bien así. -Jack seguía parado cerca de un sillón lejos de la cama.

Sí, tarde o temprano tendría que compartir cama con Eli pero su estúpido inconsciente se negaba a aceptarlo.

-Jack ¡tienes que hacerlo! ¡el Dr. Lo dijo! ¡no te reconocerá si no lo haces!-La chica comenzó a agitarse y Jack decidió darle el gusto.

No creía que fuera bueno que se alterara en su estado.

Se acercó hasta la cama y sentándose a su lado volvió a apoyar su mano en el vientre abultado de la chica.

Se sentía ridículo hablándole pero Elisa se veía demasiado ilusionada de que lo hiciera.

Maldita sea.

-Le hablé mucho de ti. Seguro quiere conocerte. Vamos.

Jack suspiró y concentró sus ojos en ombligo de la chica.

-hola, yo...er, soy tu padre.

Okey eso fue todo lo que pudo hacer.

Elisa pareció decepcionada pero pronto se distrajo siguiendo con su cháchara animada sobre la boda.

Jack solo la escuchó hasta que el sueño propio de su estado la obligó a dormirse.

Dejó a Elisa durmiendo en su cama y salió al invernadero de su abuela para llamar a Bill.

Su padre le había dado dos opciones, se quedaba en EEUU y el se encargaba de arreglar su mierda y seguía con su vida o volvía, se casaba y se hacía cargo de su familia.

" Un hombre debe cuidar de su familia" las palabras de su padre resonaron en su cabeza.

Cabrón de mierda.

Jack nunca antes estuvo más de acuerdo con la afirmación de "la familia no se elige" el definitivamente no hubiera elegido a la suya.

Jack no entendía por qué insistían tanto en que se casara. Estaba bastante seguro de que nadie moriría porque la prensa se enterara de que un conde era padre soltero.

¿Qué más daba?

Estaban en el siglo 21. Maldita sea. Cualquiera podía cometer un error .El no quería tirar al niño, ni siquiera a la madre, solo no quería formar una familia con ella. ¿ Era un maldito por eso?

Elisa lo ponía incómodo de muchas formas. No le gustaba la forma en la que se había instalado en su cuarto, ni la forma en la que lo besó antes de dormir. ¿Qué tan normal era que no soportara que la chica lo tocara?

Todo aquello era una bola de mierda ridícula.

Tenía que darle un cierre a toda esa historia.

Jack suspiró apretando su móvil con rabia y marcó el número de Billy, el chico seguía sin contestar así que llamó a la casa de sus tíos sin un resultado muy distinto.

No podía seguir retrasando aquello. Por una vez tenía que ser hombre. Maldita sea, una parte de él quería huir como siempre, tomar su maleta y largarse a cualquier recóndito sitio tan lejos de chicago y Liverpool como diera lugar, la otra parte de él, la que aún siendo adulto temía a su padre lo obligaba a quedarse y decirle adiós a Bill.

Necesitaba hacerlo. Maldita sea. El solo quería volver a oír la voz de su niño. Pero parecía que todo el destino estaba en contra suya.

¿por qué Bill no contestaba el maldito teléfono?

3 intentos después se decidió a dejarle un mensaje en el teléfono. ¿Eso era todo? ¿ ese era el final entre ellos? Aquello sabía a historia no resulta.

-niño...-dijo después del Beep que indicaba el inicio del mensaje. -Soy yo... Jack. Yo. Quería desearte suerte en tus exámenes sabes.-Jack se removió y se rascó la nuca en un gesto nervioso.-No es cierto. No llamé para eso. Yo, tuve que irme a Liverpool. Quiero decir estoy aquí.-miró a su alrededor como si por primera vez fuera consiente de eso.-Siento no poder haberme despedido en persona. Yo...Lo siento tanto Bill...-Jack suspiró con cansancio-Te mereces más, te lo mereces todo niño, eres la mejor persona que conocí en mi vida, quisiera pedirte que no me olvides, -yo no voy a olvidarte nunca- pero seria muy egoísta. Olvídame y sigue tu vida. Tienes un talento increíble, eres mucho más que un niño bonito, lo sé, no dejes que nadie te diga lo contrario, pelea todas tus batallas hasta ganarlas, quisiera estar ahí para pelearlas por ti, mocoso. Pero se que lo harás bien. -Jack sintió que su voz se estrangulada por un momento y se obligó sonreír mientras hablaba.- se que volveré un día de visita y me encontraré con un gran edificio o una gran iglesia muy famosa y cuando se la señale a mis hijos voy a poder decirles que tu fuiste el que la diseñó y que eras alguien al que solía conocer ¿de acuerdo? Tienes que prometérmelo. Y Bill...hiciste de chicago mi lugar favorito en el mundo- tu lo eres, tu eres mi lugar favorito en el mundo, pensó y antes de que pudiera añadir algo más oyó el ruido de la bocina siendo descolgada.

-¿no volverás cierto?-La voz de Billy tembló y Jack casi pudo imaginar aquellos temblorosos labios rojos que tantas veces había besado en el último tiempo. Dios ¿había estado ahí todo el tiempo escuchándolo? Jack se arrepintió. No quería oír su voz, aquello hacía que sintiera sus piernas débiles. Se dejó caer en medio del invernadero. ¿por qué demonios tenía que dolerle tanto?

-¿Jack...?-su vocecita volvió a llamarlo como hacia siempre, agudo y estirando las as más de lo necesario, le recordaba a los pajaritos piando, a Jack siempre le había gustado la manera en la que el pelirrojo decía su nombre, pero en aquel momento se sintió como una patada en el pecho.

-¿...Jack?

Jack cerró sus ojos con fuerza al igual que sus puños.

-No puedo. Tengo... asuntos familiares.

-Lo entiendo.-La voz de Billy se quebró al igual que el corazón de Jack en se momento. --¿Por eso no querías nada serio no? Siempre supiste que ibas a volver-Jack no respondió-Debiste decírmelo, Jack. No me hubiera importado. Yo...

-no llores mocoso, por favor. No llores.

-no lloro.-mintió Billy patéticamente.

Se quedaron en silencio conteniendo sus respiraciones, solo oyéndose con los ojos cerrados, por un momento se sentían tan cerca, incluso a un océano de distancia.

-niño... lo siento tanto.

-Estoy bien. ¿Está bien? Solo duele un poco , pero pasará. Lo prometo. ¿Soy un adolescente recuerdas? Solo un niño tonto y bonito, me enamoraré de nuevo, me enamoro de varios actores nuevos a la semana. Quiero decir... Es bueno escucharte Jack. Creí que solo te habías desaparecido, fui a tu departamento ¿sabes? No sé por qué te lo estoy diciendo. Yo espero que estés bien que tu...

Billy balbuceaba a torpemente buenos deseos y con cada una de sus palabras Jack sentía que se rompía.

-Quisiera que estés aquí niño. -confesó interrumpiendo la perorata de buenas intenciones del chico-Quisiera abrazarte ahora mismo. Yo... si solo pudiera...

-Estas llorando.-Billy se sorprendió lo suficiente para que su propio llanto pasara.

-Billy no sabes cuanto quisiera poder ir por ti.

-Jack... -Billy suspiró.

Y jack tuvo que morderse jodidamente fuerte los labios para no soltar aquellas palabras que habían bailado en ellos los últimos meses.

"Te amo tanto, mocoso" pensó tragándose las palabras. Que seguro como el demonio que aquello no era lo mejor para decir en ese momento.

-puedo esperarte...-susurró de pronto Billy como si la idea acabara de pasar por su cabeza.

-no.

-...puedo darte tiempo a que soluciones tus problemas allí, soy paciente yo..

- no Bill. No quiero que me esperes.

-pero Jack to te a...

-no lo hagas, no lo digas Bill.-Jack entrecerró los ojos y apretó con rabia su móvil como si a sola idea de oírlo decir esas palabras le doliera.

-¿Por qué?

-solo no lo hagas Bill, prométeme que no me lo dirás.

-tu te sientes igual ¿no? -lo acusó la voz de Billy al otro lado de la línea. Sonaba de pronto molesto.

-Basta Bill, no debí llamar. Fue un error. Lo siento. No debí.

-Jack te amo.-le soltó como si fuera una bomba. Y así se sintió, demoledor en cada hueso de su cuerpo.

Jack cerró los ojos su corazón latía fuerte y dolía a la vez.

-Jack...-la voz asustada del chico temblaba al otro lado de la línea. -Dime algo..

La respiración forzada de Jack se escuchó en la línea.

-yo, no puedo. Tengo que irme.-murmuró cortando la llamada antes de que el pelirrojo añadiera algo más.

Solo dos palabras que llevaba tiempo sospechando, solo su nombre de sus labios...¿podía desgarrarte solo oír la voz de una persona?

En esos momentos Jack podía jurar que era posible.

🖤🖤🖤🖤

Hola mis amores, como están? Nos acercamos al final. Supongo que ya se lo venían venir. En fin no podía faltar un poquito de Drama. Si no lo había no podía ser yo 😱🖤 jajaja lo siento. Esta se suponía iba a ser una historia feliz y sin muchas vueltas pero bueno...
Los amo.
Opiniones??