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capítulo 21


Entonces estaré allí tomándote la mano.

Billy se pasó muchas horas después,  intentando encontrarle significado a esas palabras, Incluso semanas, aquella noche había sido intensa para ambos. Pero en especial para Billy que sentía todas sus emociones revueltas alrededor del castaño, hasta había comenzado a actuar patético y alborotado  a su alrededor.

Porque reconozcámoslo, él se volvía estúpido y complaciente cuando empezaba a tener sentimientos por  alguien y Jack, maldito sea el Inglés, había movido algo en Bill. Había tocado los botones correctos-o más precisamente los incorrectos- que  hicieron que todas las emociones del chico  pelirrojo estuvieran a flor de piel.

¿Se podía tener un enamoramiento por dos personas?

Billy le había dedicado demasiadas horas de su tiempo a ese  pensamiento. 

Porque estaba seguro de que amaba a Brandon, era el cliché romántico, su primer amor de preparatoria, el chico de sus sueños, el hombre con el que se había soñado envejecer, el que hacía que su pecho saltara de emoción y sus entrañas se revolvieran  con un solo pensamiento, pero últimamente se había encontrado a si mismo pensando en Jack de una manera sospechosamente similar.

Todas las cosas que habían compartido esos meses… no le molestaría seguirlas compartiendo.

Y si era honesto consigo mismo ya no pensaba tan a menudo en Brandon. De hecho, quien llevaba las últimas dos semanas haciéndolo suspirar y sentirse tonto era Jack.

Ninguno habló del llanto sin sentido del chico pelirrojo o la invitación de navidad.

De hecho,  Jack se había concentrado en que estudiara, el ayudarlo  a preparar los exámenes para después de navidad parecía su principal preocupación.

Todas sus conversaciones se pusieron frías de golpe, como si la temporada polar hubiera despertado no solo en el exterior sino también entre ellos. Todo era sexo y charlas sobre la universidad.

Jack no dijo ni una sola palabra de sentimientos. Tampoco era malo con él, Jack solo le decía lo hermoso y deseable  que era, no iba a decir que no le gustaba oírlo. Pero ser sólo un chico bonito para Jack comenzaba a dolerle.

No había otra manera de describir el nudo que se apretaba en su garganta cuando recibía un elogio en vez de un…

¿Qué era lo que quería recibir de Jack de cualquier modo?

El sabía lo que iba a pasar desde el principio, él era un culo lindo para Jack, del cual de momento parecía que le fuera imposible apartar su polla, pero tarde o temprano se cansaría de follarlo, y él estaba bien con eso, se lo había dicho hace meses a su prima cuando empezó a pasar más tiempo con el inglés, y aceptar sus atenciones, dios, el no iba a enamorarse.

Angela se carcajearía en su cara en esos momentos, había jugado con fuego, carajos, y Jack había conseguido quemar cada centímetro de su piel.

Sí, Billy era honesto consigo mismo y sabía que las cosas con Jack no iban por el camino que le hubiera gustado. Necesitaba más y Jack no parecía darse cuenta o si lo hacía, se hacia olímpicamente el desentendido.

Tampoco era como que Billy se atreviera a ir a pedirle directamente que aclarara lo que sentía por el, no quería parecer un adolescente caprichoso y tonto que necesitaba explicaciones para todo, que donde el apenas sabía como poner un pie delante del otro, Jack ya había tenido la experiencia para andar y desandar varios caminos.

Sí, 7 años no eran taaantos años.

Billy se repetía que había parejas felices que se llevaban más de 20 años, lo veías todos los días en las noticias, en los famosos.  7 años era nada si los comparaba con eso, pero en aquel momento de su vida  aquella diferencia de edad si parecía ser  bastante y lo hacía  sentir inseguro.

Que el vivía con la cabeza llena de pájaros y  dejando que ellos le cagaran dentro más de una vez.

Pero Jack…

Si era sincero consigo mismo, Billy no tenía ni puta idea de que era lo que pasaba por su mente.

Aquellos ojos oscuros eran demasiado difíciles de leer fuera de la cama.

Habían pasado  dos semanas de intensa ansiedad intentando descifrar  que era lo que sentía, por qué  su pecho dolía y se hincha de alegría tan rápido como el castaño aparecía pero si sus sospechas eran ciertas… aquello no era  bueno.

Negarse a sí mismo era estúpido, pero era fácil.

El 24 por la mañana se levantó temprano para ayudar a su tía para la ocasión. Para ser honestos, navidad era una fecha que normalmente no disfrutaba mucho en el último tiempo.

Era la única fecha en la que veía a sus padres.

Por norma general, todos los Brennan se juntaban en alguna casa y eso incluía que tuviera que cohabitar en el mismo área que ellos. No era que no quisiera a sus padres, al principio se había sentido enojado y decepcionado y si era honesto consigo mismo aun seguía bastante dolido por su rechazo.

Pero aquello no era lo peor. No.

Lo peor había venido un año después de que el saliera del closet, cuando sus padres decidieron que repudiarlo o lanzarle malas miradas era demasiado así que decidieron fingir que no tenían un hijo marica.

Vamos, que casi todos en el vecindario conocían a Billy y a sus padres, habían sido una familia muy unida, casi siempre los tíos se juntaban para que todos los primos jugaran,  y si no te llevabas bien con  alguien de la familia, pues... te jodías y te la aguantabas, en las fechas especiales todos los Brennan se juntaban, era Ley.

Era por eso que Billy tenía que ver a sus padres en esa fecha, lo que lo ponía ligeramente incomodo y nervioso, en especial desde el año anterior en el que los había oído hablando con los, por entonces,  nuevos vecinos de sus tíos.

Había sido tan duro.  Billy no tenía que oírlos conversar con los vecinos. No se suponía que los oyera, pero los había oído.
los nuevos habían pasado a saludar por las fechas, el clásico brindis luego de las 12, eran personas amables, Billy solía ayudarlos a veces a cortar el césped o arreglar cosas sencillas por algunos dólares. La nueva pareja que había llegado le agradaba, tenían un bebé y el solía hacerle de niñera.

A Billy le encanaban los niños, y le encantaban sus vecinos, vamos. Pero luego de aquella noche de navidad no pudo verlos a la cara sin sentirse avergonzado.

Que el señor Jackson muy amablemente saludó a sus viejos padres, preguntándole si ellos eran los padres del pequeño Billy.

Lo cierto era que aquello era solo su manera de romper el hielo, porque Billy hacía menos de media hora le había señalado a sus padres luego de desearles feliz navidad. Así que el hombre estaba bastante seguro de quienes eran.
Lo que el amable hombre no esperaba, era que sus padres lo negaran.

Billy había estado parado a pocos metros observando directo a los ojos del sr. Jackson, observando cada gesto en su cara como se contorsionaba con una mueca de culpa y lástima mientras le lanzaba una mirada de disculpa.

No. Definitivamente Billy no pudo volverlo a ver a la cara desde entonces sin sentirse avergonzado.

Billy mordió su mejilla mientras acomodaba los adornos que se habían ido saliendo de lugar con el paso de los días. No dejaba de preguntarse cómo reaccionarían sus padres, aquella sería la primera vez que les presentara a alguien-si es que Jack iba-eso también lo tenía ansioso. No se había atrevido a preguntarle si aun quería ir para que no se sintiera presionado de hacer algo que no quisiera.

Qué el reconocía que todo lo que se decía durante el sexo era pura mierda, calor de momento, vamos.

La gente tendía a prometer muchas cosas antes, durante y después del sexo, como si sus cabezas se licuaran y  su razón estuviera reducida al 20%, tenía una teoría para eso, una que había heredado de su abuelo, el hombre decía  que el amor  duraba lo que duraba la verga dura, Billy no lo había entendido de niño, pero con los años… aquello se había transformado en algo así como su mantra.

Billy terminó de acomodar el árbol y Mentalmente agradeció que el día de festejo se la pasaran  cocinando desde las 7 am para que todo estuviera apunto. Al menos eso le había valido para no pensar en sus mierdas.

Que llegada la tarde,  el cuerpo le dolía. Estaba molido.  Para las 6 de la tarde decidió tomarse un baño y recostarse un rato.

Preparar una fiesta de navidad no debería ser tan malditamente agotador

¿Cómo demonios se suponía que luego uno quisiera festejar cosas?

Billy se prometió a si mismo que solo descansaría los ojos un momento, pero aquello era una mentira de lejos, cuando se quiso dar cuenta estaba profundamente dormido.

🖤

Alguien se sentó en el borde de su cama, Billy lo sintió pero tenía demasiado sueño para abrir los ojos.

—Rabanito...

Billy gruñó tapándose la cara, Angela.

—Tus padres ya están aquí.—Le dijo en tono incomodo la pelirroja.

Sus ganas de quedarse en la cama aumentaron considerablemente al oír esas palabras.

Para ser honesto quería  hacerse un taquito con las mantas y no levantarse hasta que las fiestas pasaran.

—Jack también está abajo, cariño—Billy abrió los ojos ahora sí más interesado.—Lleva una buena hora siendo acosado por los primos, ha insistido en que te dejemos descansar, que no era molestia,  pero creo que ya se siente incomodo.

¡Mierda!

Billy se apresuró a pasarse un sweater navideño y aún  descalzo y con el cabello un poco alborotado bajó las escaleras para rescatar a Jack.

Conocía al Inglés lo suficiente como para saber que sus primos se lo comerían vivo. Tenía ese no sé qué molestable, él  mismo se había divertido jodiendo al Inglés .

Diablos, diablos, diablos, no quería que  acabaran por asustarlo y que saliera huyendo.

Cuando por fin estuvo al pie de las escaleras, su primo  Levi fue el primero en verlo. Estaba sentado prácticamente sobre Jack, de hecho,  tenía  una de sus manos alrededor de los hombros del mayor y dios que aquello lo molestó .

Levi era alto, fuerte y de cuerpo atlético, un poco menos pecoso que él,  algo más bronceado pero no por eso menos pelirrojo, su cabello era más  tirando al castaño donde el de Billy tiraba más al dorado, y sus ojos café alegre siempre tenían algún comentario fuera de lugar para reglarte.

Era descarado, como la mayoría de los Brennan, era un par de años mayor que él y era Bisexual.

Esa era la principal razón por la que su cercanía con   jack lo había hecho fruncir el ceño nada mas verlo.

Que Billy se sabía lindo, vamos, pero Levi... Levi no era bonito, era guapo, de la manera en la que un hombre es guapo y masculino, que fuera su primo no significaba que fuera ciego, vamos,  Levi Brennan, era caliente con todo la definición de la palabra, de cabeza a pies era un espécimen creado para bajarle el autoestima al resto de los mortales.

—Pero si la bella durmiente de la familia, al fin se despertó—el chico mayor dio un salto dejando por fin al castaño y fue hasta su primo al igual que todas las miradas de la sala, incluso la de Jack que por alguna razón al verlo  frunció el ceño con desaprobación.

A Billy le hubiera gustado  preguntar que demonios había hecho mal, pero Levi no le dio tiempo, pasando su brazo por los hombros de Bill lo estrechó contra su cuerpo, dejándole un beso en la cien.

—Feliz navidad, cara muñeca—Dijo.

Billy solo gruñó y entonces su primo se acercó más a su oído para que  solo Bill lo oyera.

—¿En serio te follas a largo?—le preguntó con su astuta mirada yendo del ingles a Billy.—oh vamos, ¿Cómo es que aún  caminas?

La sonrisa del pelirrojo mayor se amplió divertida. Era imposible no darse cuenta de la manera en la que Billy y Jack se habían buscado con la mirada en el segundo en el que estuvieron en el mismo cuarto.

—Mierda, y  sabes lo que dicen…cuanto mides, cuanto calzas—Levi alzó y bajó las cejas consiguiendo que Billy se ruborizada—así que es cierto ¿eh?con razón caminas chueco, primito.

—no camino chueco—murmuró desprendiéndose del abrazo con sus mejillas encendidas y fue hasta Jack que lo recibió con cara de pocos amigos.

—¿Hora que hice?— Preguntó como un niño nervioso. 

¿Estarías enojado por abandonarlo a su suerte con sus primos?

Vamos,  eran 4 primos Brennan, 2 Mills y los 3 pequeños Morel, pero estos últimos aún  eran muy pequeños para estar en la sala con los primos mayores.

De cualquier modo tener a 4 Brennans descarados con la ayuda de dos Mills era suficiente para enloquecer  a cualquiera.

Billy cambió el peso de un pie a otro preocupado,  su labio inferior atrapado entre sus dientes en una mueca de nerviosismos  hizo que la postura del mayor se relajara un poco.

—Vas a enfermarte, mocoso ¿Por qué no traes zapatos?—Los ojos de Billy bajaron a sus pies envueltos en calcetines celestes con  copos  navideños,  movió los  dedos de sus pies como si recién fuera consiente de ellos.

De acuerdo, sí, prácticamente había bajado en pijamas.

—¿Lo siento?

—uhhh, papi se molestó, alguien no va a poder sentaste  mañana—Levi había vuelto hasta ellos.

Le hizo un guiño coqueto a Jack y se sentó en el posa brazo del sillón que estaba ocupando el Inglés para seguir toqueteándolo de forma descarada.

—Aunque ya sabes..., puedo sacrificarme por mi primito. No me molestaría si pagas tu frustración conmigo, oí que tienes una herramienta muy, muy útil …créeme tengo una boca muy útil también, mucha más experiencia. Puedo darte referencias si quieres.

¡Maldito Levi!

Billy gruñó frustrado, quería ahorcarlo allí mismo.

Vamos, Levi solía molestarlo, pero nunca había sentido  tantas ganas de darle un puñetazo en la cara como en ese momento.

  Miró al castaño sin saber que hacer o que decir, su boca  abierta en una O,  Billy lucía  como un pez fuera del agua parado en medio de sus primos que se carcajeaban, ser el “menor" de los primos mayores era una mierda.

  Jack por su lado  se mantenía inmutable. Como si Levi no acabara de insinuársele descaradamente elogiando su polla.

—vamos, no seas tímido Jacky—Levi caminó con sus dedos sobre el brazo de Jack.

Y dios Billy estaba a punto de explotar, sentía un horrible calor en su cabeza, que parecía  querer escurrisele como lava liquida por las orejas, dios.

Los celos eran una mierda horrible, pero Billy no podía evitarlos.

Levi era malditamente guapo, descarado y simpático, Levi era el maldito que en una noche de  bar se llevaba la mejor chica o chico dependiendo de que animo estuviera.

Billy quería  echarse a llorar,  dios.

En ese momento odiaba al maldito de su primo, se sentía  tan molesto que su cabeza ni siquiera era capaz de pensar una respuesta mordaz a todo su jugueteo, solo quería  echarse sobre Jack y cubrirlo con su cuerpo-aunque no sirviera de mucho- para que Levi dejara de violarlo con la mirada.

Sí , estaba celoso. Muy celoso. Pero no se atrevía  a dar ni un paso hacia Jack que si el ingles lo apartaba se echaría a llorar ahí mismo frente a todos.

—Es la tercera vez que lo digo. Muchas gracias,  pero no estoy interesado—La voz de Jack era firme  sin estar molesta.

Tomó la mano de Levi y la apartó de su brazo, no fue violento, pero tampoco mostró la delicadeza con la que tocaba a Billy.

Los coreos de uhhhh….

No tardaron en oírse en la sala, vamos que todos tenían un par de cervezas encima para entonces así que estaban más  escandalosos de lo normal.

No era que en su estado de sobriedad los Brennan fueran menos descarados, pero eran menos ruidosos al menos.

—Creí que no viviría para ver el día que te rechazaran,  Lev—le dijo su hermano Mason  —Eres mi héroe, Jack.

Levi hizo un puchero caprichoso antes de arrojarle con una lata vacía de cerveza a su hermano.

Jack los observó pelear, objetivamente hablando, la genética había favorecido a todos los primos Brennan, pero probablemente si tuviera que elegir a uno de ellos que no fuera Bill,  se hubiera quedado con Angela, no le gustaban  los hombres y todos sus primos eran masculinos,  de hecho Billy era el que facciones más  suaves tenía,  el más bonito de todos,  si se lo preguntaban a él,  incluso era más  bonito que la chica, y más  bajito.

Su niño...

Que en ese momento seguía parado frente a él con sus ojos puestos en Jack como cervatillo asustado.

Y esa mueca en su rostro... No,  a jack no le gustó para nada, de inmediato el tal Levi comenzó a desagradarle por molestar a su mocoso. No le gustaba el chico, no sabía como sería  la relación de los primos y no quería meterse en asuntos familiares, ese no era su lugar, pero ver a Billy al borde de las lágrimas hizo que su autocontrol fallara y tirara del chico sentándolo en su regazo.

Sí, aquello no era correcto, no era del buen actuar de una persona andar haciendo exhibiciones publicas de cariño, pero no dejaría que su chico se sintiera inseguro esa noche.

Jack estaba con él, y si Billy necesitaba una muestra de eso para sentirse seguro, él se la daría, a la mierda los modales.

Billy ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar. No esperaba que Jack hiciera una muestra tan pública, vamos, pero que lo condenaran si aquello no le gustó.

No hizo más  que acurrucarse contra su pecho mientras Jack lo abrazaba por la cintura de manera posesiva.

—ya, no follen frente a los pobres—esa era Angela que había bajado a reunirse con el resto.

Por norma general los primos se quedaban en la sala charlando y escuchando música mientras los “adultos" y los niños pequeños  hablaban en la cocina hasta la hora de la cena.

Luego de un par de bromas más a costa de Billy y su trasero,  el tema se desvió a la universidad y cosas sin sentido, contaron algunas anécdotas vergonzosas,  Billy no había participado mucho de las charlas,  para hacer honor a la verdad, se había limitado a responder solo cuando las preguntas iban dirigidas estrictamente hacia su persona.
Cuando no,  prefería oír la voz ronca de Jack y el temblor de su pecho contra su mejilla cada vez que hablaba con sus primos.

Dios, aquello se sentía bien, de cierta forma la ansiedad que lo había carcomido todo el día comenzaba a drenarse de su cuerpo y gran parte de eso se debía a la cálida mano de Jack trazando círculos en su espalda baja mientras se integraba tan naturalmente a su familia.

Vamos, Que Jack era un tipo serio, pero esa misma postura intransigente que lo caracterizaba había hecho que sus primos no consiguieran intimidarlo.

Al rato su tía los llamó a comer y al verlo frunció el ceño, reclamándole que estuviera descalzo.

Billy suspiró aliviado al oirla, que  por un momento pensó que lo que le disgustaba era que estuviera tan meloso en el regazo de su… ¿de su Jack? Que demonios era Jack, diablos, agradeció mentalmente que nadie preguntara estrictamente cual era su relación porque aquello hubiera sido incómodo.

—Vamos a buscarte un calzado—Dijo Jack y sin esperar respuesta lo cargó  escaleras arriba consiguiendo varias risas, bullas y silbidos de sus primos mientras se dejaba llevar en el hombro de Jack como si fuera un jodido saco de patatas, dios.

¡La mano de Jack estaba tocando su trasero frente a toda su maldita familia!

¿Qué Jack no se daba cuenta de lo que estaba haciendo?

Billy escondió su rostro avergonzado en la espalda de Jack pero no se soltó, quería morirse, vamos, pero si era en los brazos de Jack  no importaba.

Apenas llegar a su cuarto, el castaño se sentó en la cama del pelirrojo, acomodando a Billy  en sus piernas  comenzó a besarlo sin darle tiempo a que reaccionara, Jack  había  querido hacer eso toda la maldita noche,  cada vez que Billy apretaba sus labios en un puchero cuando sus primos lo molestaban o cada vez que se movía sobre su regazo, Jack llevaba una buena hora jodidamente duro, necesitaba de Bill, necesitaba besarlo al menos, saborear esa boca que lo traía jodidamente  mal.

¿Que se lo follaría fuera de su sistema?

Aquella había sido la mentiras más grande que se había vendido a si mismo.

Vamos, que el ni siquiera debería estar ahí haciéndole de novio frente a toda su familia. Pero ese chico… ese chico era su maldita perdición.

Olvidándose por completo de los zapatos que fueron a buscar su boca fue al cuello de Bill chupando y besando en su piel mientras sus manos se estrechaban en su cintura apretándolo más a su cuerpo.

—No deberíamos hacer esto—la voz se Jack sonaba demasiado agitada y ronca. 

Sus propias palabras sonaban vagas y lejanas en sus oídos.  No quería detenerse diablos, pero si no se alejaba pronto no se detendría, aquello era como una jodida metáfora de su relación con el chico.

Aquello no debería estar pasando, el debería haberlo soltado, había responsabilidades familiares que les gritaban que se separaran pero Jack no podía apartar sus manos del menudo cuerpo de Billy.

Quería rogarle que lo detuviera porque el no podía, no podía hacerlo por su cuenta.

—Bill, esto esta mal. No deberíamos…—Murmuró sobre la piel cremosa de Bill.

Su corazón dolía, dios, dolía con cada latido que golpeaba en sus costillas.  Con cada pensamiento que le gritaba que se detuviera.

—no.—-Admitió Billy moviendo sus caderas sobre Jack. Su cabeza cayendo a un lado para darle mejor acceso a su garganta donde los besos húmedos de Jack iban dejando marcas rojas. Billy gimió.  Dios ¿Podía gustarle tanto un hombre?

—Parame. Por favor—le rogó Jack—Parame  porque no puedo detenerme.  Tienes que pararme sino…

Billy lo calló buscando su boca de nuevo. No quería pararlo. No quería detener lo que fuera que estuviera pasando entre ellos.  El calor que los envolvía era vida.

Maldita sea, arrastró sus manos por debajo del elegante sweater negro de Jack. Sus labios se sentían tan jodidos por su boca, Billy estaba caliente,  agitado, deseoso, las manos de Jack se arrastraron dentro de sus pantalones y comenzaron a magrearle el trasero apretando sus nalgas descaradamente por dentro de su ropa interior.

Billy gimió, diablos. Quería ser follado.

Quería que Jack  se lo follara todo el maldito día, todos los días y a cada maldita hora, no le molestaría que un día en los anuncios del noticiario apareciera como último  momento que había  muerto ahogado por la polla de ese hombre, diablos, en ese momento quería a Jack metido en cada maldito agujero de su cuerpo.

Como si pudiera leerlo la lengua de Jack volvió a atacar la suya, metiendose  profundo, violando su boca, dios, eso no era un beso, eso era un jodido ataque de necesidad, casi parecía que el mayor quisiera castigarlo por no resistirse a su toque, mordió sus labios y Billy volvió a gimotear lastimeramente moliéndose contra el cuerpo firme de Jack.

Aquello prácticamente se había transformase en una follada con ropa. Que las manos fuertes de Jack envolviendo su trasero lo empujaban hacia adelante ayudándolo a moverse sobre la dureza que ocultaban sus elegantes pantalones de vestir. Dios, lo necesitaba tanto…

—Siempre me gustó el porno gay, ¿saben? tiene ese no se qué caliente,  pero de verdad tienen que bajar a cenar.—Billy dio un brinco alejándose de Jack.

Lev estaba en la puerta con su postura estudiadamente desenfadada, su hombro en el marco de la puerta y una sonrisa chueca en los labios. Billy siempre lo había envidiado por  lucir tan jodidmente  sexy y sin esfuerzo.

—N-Nnosotros...

—Como sea, arreglen sus pollas y bajen.—Les dijo despidiéndose.—ah y no olviden lavarse las manos.

Dios aquello habían sido  incomodo. Billy quiso reírse de los nervios,  sin embargo esperaba que aquello bastara para que Lev parara con las constantes insinuaciones hacia Jack.

Luego de que Billy se pusiera los zapatos, que era el motivo principal por el que habían ido a su cuarto, y una visita obligada  al baño para arreglarse un poco la ropa,  bajaron a cenar con cierta incomodidad. 

Que vamos, no había en el mundo una manera en la que se pudiera disimular lo que habían estado haciendo, los labios de Jack estaban rojos e inflamados igual que los de Billy, y para completar  el pequeño llevaba las mejillas arreboladas y sus pupilas dilatadas de deseo, se veía bien besado y así era como se sentía.

Diablos.

Gracias al cielo la cena resultó lo suficientemente  diplomática como  para que sus erecciones dejaran de ser un problema.

Hubo charlas de deportes, de  economía y cultura, Billy nunca había entendido a las personas que se creían capaces de arreglar el  mundo opinando desde sus casas y sin mover un  dedo, por lo que nunca se metía en esas conversaciones pero debía  admitir que Jack se defendió increíblemente bien, dios, Jack definitivamente era un tipo de modales impecables.

Billy se pasó un buen rato babeando mientras el hombre mayor discutía en tono amable sobre política con su padre.

Sí,  con su padre. 

Los mayores habían  entablado una cortes conversación en la que Jack había sido incluido. Y jodidos infiernos, Billy se sentía tan cálido oyéndolo hablar, tan seguro de cada uno de sus movimientos mientras su mano izquierda se mantenía sujeta a la suya acariciándole los nudillos con los pulgares por debajo de la mesa.

—Te tiene.—Billy dio un brinco. Levi se había acercado a su oído a susurrarle aquello con una sonrisa burlona—Estas tan  jodido cara muñeca.—hizo un gesto con sus cejas hacia Jack.—te tiene jodido en todos los sentidos de la palabra.

El pequeño brinco de Billy hizo que Jack se girara a observarlo.

Billy estaba ruborizado y Levi sonreía triunfal. Jack frunció el ceño sospechando que algo iba mal pero antes de que pudiera preguntar que pasaba el pequeño se puso de pie con la excuza de ayudar a servir el postre.

Lo que su aturdimiento no le había permitido notar era que su madre se había levantado a hacer lo mismo pocos momentos antes.
Por lo que cuando se encontró en la cocina ya era demasiado tarde para echarse  a correr.

La regla tacita decía  que fingieran   que el otro no existía. Billy fue hasta la heladera en silencio y sacó uno de los pasteles que había preparado la tarde anterior, dios, el quería seguir la regla, quería que la maldita cena de navidad terminara en paz. Era un día, solo un día al año y sin embargo no pudo hacerlo. 

—¿No vas a preguntar cómo estoy?—Le soltó antes de que pudiera contener su lengua.

Su madre se giró y le lanzó una mirada contemplativa por primera vez en 3 años. Sus ojos celestes iguales a los suyos y su cabello rubio lleno de canas que lo hacían lucir más  cenizo de lo que realmente era.

Lo pelirrojo venía  de la familia de su padre aunque  los Brennan  tenían ojos chocolates, y las facciones suaves las había heredado de su madre.

—Pude haber muerto—Murmuró.

—Lo sé.

—No fueron a verme ni una vez. —Billy no quería que su voz sonase a acusación, pero lo era.

—Fuimos. Cuando estuviste crítico, nos llamaron.  Luego de que pasaste la noche  tus tíos nos mantuvieron al tanto.

De acuerdo,  Billy  soltó una risa dolorida. Sus padres habían ido para reconocer el cadáver, eso era lo que quería decir con sus palabras.

Al menos podía quedarse tranquilo que sus padres se encargarían de que no acabara en una fosa común como un NN ¿genial no?

—¿Realmente no me quieren,  nada?—Su corazón dolía,  sus ojos se habían aguado ¿Cómo sus padres amorosos se habían transformados en extraños a los que no parecía importarles lo más  mínimo?

Vio a su madre suspirar.

—Te amamos Billy, no se trata del amor. Se trata de lo que te haga feliz. —la sra. Brennan  tomo la mano de su hijo dándole un ligero apretón que hizo a Billy querer llorar.

—Me dejaron tirado en la calle.

—Estábamos enojados y decepcionados, preguntándonos que hicimos mal contigo para que tu… en fin. Creímos que si te presionábamos sería  una etapa y podríamos volver a colmarte de amor—Dijo en un tono casi soñador antes de volver a endurecerlo—Luego nos dimos cuenta de que no se trata de lo mucho que quieras o desees conservar a alguien a tu lado, sino de lo que esa persona  necesitas. Nosotros… No podemos darte lo que necesitas.

Silencio.

Billy soltó el aire que había mantenido todo ese tiempo en sus pulmones sin darse cuenta.

—Los extraño. —Murmuró bajito como si fuera un terrible secreto.

Su madre le soltó la mano y diablos esa se sentía como una despedida, como si nunca más  volviera a recibir una mirada de su parte de nuevo.

Lo que era probable.

—Te deseo lo mejor hijo. Quiero que seas feliz. Busca esa felicidad. Si realmente esta en ese hombre.—su madre hizo una mueca de disgusto inconcientemte —No puedo aceptarlo. No puedo hacerlo. No puedo verlo. Soy tu madre, te crié con tanto amor para que…—su madre apretó sus labios con rabia—Nací en una epoca muy distinta a la tuya,  soy casi una anciana. No puedo entenderlo. No puedo compartir esto contigo. Lo siento.

Billy asintió,  ya lo sabía.

—¿mamá?

La mujer lo observó de nuevo.

—¿Y si yo no fuera gay? —Billy sabía  que aquello era imposible. Pero… siempre podía  fingir que no lo era ¿No?—¿Me querrían de vuelta si fuera normal?

—Tu no serías  feliz siendo normal.

Billy asintió. Creyó que su madre ya no hablaría pero entonces  volvió a hacerlo.

—El mundo es un mercado de oportunidades. Cada decisión que tomes tiene un coste de oportunidad.—sí, su madre era contable  y él era un asco para los números, pero estaba familiarizado con los términos.

—Cada vez que eliges algo pierdes otra cosa a cambio. Sin importar lo que elijas vas a perder algo—Completó Billy.—la oportunidad de elegir esa otra cosa que dejaste.

Su madre asintió.

—Solo tienes que  decidir que es lo que prefieres  perder y  tratar de ser feliz con eso que ganaste.  Elige lo que necesitas Bill, tu no nos necesitas a nosotros. Lo has hecho bien por tu cuenta.

🖤🖤🖤

Otro capítulo largo, que les ha parecido?

¿Que prefieren amores?
En fin se acerca el
Drama.. nu nu nu nú Drama...

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