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Capitulo 2

Jack Harrel.

Esas dos palabras le dieron vueltas en la cabeza toda la semana.

Bill, no lo había vuelto a ver desde aquel encuentro en el baño. De hecho, hasta había ido más veces al aseo de las que necesitabas con la esperanza de encontrárselo de nuevo. Pero, no.

Bill no era de los que se enamoraba rápido, pero puede que si sea de los que se flechaban con facilidad.

Y puede que pensar en su nombre hiciera que sonriera como estúpido.

El hombre era fuerte, guapo , educado y parecía no tener problemas con él. Tal vez , solo tal vez era hora de que comenzara a olvidarse de Brandon Hodge.

Con él ya había tenido su cuota de toxicidad romántica como para una vida.

Que, de hecho, no hacía dos noches que lo había llamado borracho, diciéndole que lo dejaría todo por él.

Bill sabía que eso era una mentira, lo había comprobado medio millón de veces pero ahí estaba. Por millonésima vez, solo en un cuarto de Hotel mirando el techo de cielo raso.

Brandon se había ido en mitad de la noche, ni siquiera se había molestado en despertarlo. Probablemente en otro momento Bill hubiera llorado, pero estaba seco. Definitivamente seco, eran tantas las lagrimas que había gastado en ese hombre que ya no le quedaban.

Suspiró y se puso de pie dispuesto a darse una ducha.

Se sentía sucio.

No era la primera vez que se sentía así a su lado pero ya no le importaba. Con cuidado se limpió dejando que la lluvia de la regadera le mojara el cuerpo. Fregó su cabello e intentó relajar sus músculos, definitivamente el sexo había sido bueno, pero comenzaba a preguntarse si valía la pena.

No pudo evitar pensar en cierto castaño de ojos oscuros , en aquella noche hacía un par de semanas y la diferencia entre aquel despertar con este.

Sí, puede que le hubiera dolido el trasero, pero la mañana esa había despertado feliz consigo mismo, en cambio esta mañana se sentía sucio, usado y estúpido.

Definitivamente prefería el dolor en el trasero.

—Eres un idiota Billy.—Se recriminó.—Una puta, idiota y promiscua.

Porque si, no terminaba de acostarse con Brandon que estaba pensando en Jack. Sin darse cuenta su mano fue a su entrepierna y comenzó a tocarse.

Si, definitivamente era una zorra, pensó al darse cuenta de lo que hacía.

¿Ya qué?

Cerró los ojos y dejó que su cuerpo disfrutara del tierno placer de la carne, al infierno ya iría de cualquier modo, de nada servía negarse un placer tan simple como el de la autosatisfacción y sin ser de todo consciente un par de ojos negros aparecieron en su conciencia.

Media hora después un joven aseado se encontraba dejando la habitación, iba con la misma ropa de la noche anterior.

Miró su reloj ¡carajo! eran las 8, en 30 minutos debía estar en la universidad si no quería quedarse libre.

Al menos se había aseado. Sin más remedio se dirigió a la universidad. Iba llegando tarde, con cuidado de no hacer demasiado ruido intentó entrar al salón pero antes de conseguirlo una mano de uñas esculpidas lo tomó del brazo y lo apartó.

Britany iba con el seño fruncido fulminándolo con una mezcla de enojo y desprecio.

—¿Dónde está?

—¿Quien? —Preguntó con falsa inocencia.

—¡Brandon! ¡¿Dónde esta Brandon?!—Se quejó histérica.

—En mi bolsillo no, cariño.—Dijo desprendiéndose del agarre de la chica. — Dicho sea de paso, si tanto te cuesta controlar a tu novio deberías replantearte que Sea tu novio.

—Aléjate de él enfermo de mierda, me lo ha dicho todo. —Le dijo la chica furiosa. Aunque Billy dudaba que eso fuera cierto—Lo acosabas en la escuela, y él te ha rechazado, puede que él sea demasiado educado para apartarte, pero déjalo de una vez. No te quiere. Él quiere una familia, yo le daré esa familia, tu nunca tendrás una, ¿lo entiendes?—le dijo pegándole en donde a Billy más le dolía porque sí, la idea de una "familia" como la que Brandon soñaba parecía poco probable al lado suyo.

Pero no se lo diría.

No de diría que en ese momento la odiaba porque ella podía tener a Brandon y a los hijos de Brandon. No. Con orgullo la miró desde arriba, la chica era bajita, un punto a favor porque Bill no era especialmente alto y al menos aquello le daba algun tipo de ventaja sobre aquel pequeño demonio de garras manicuradas.

—Si tan segura estas de eso, ve, pare sus hijos y déjame en paz, ¡Ups! —Dijo como si acabara de recordar algo maravillosamente importante — Lo olvidaba, para eso deberías encontrarlo primero ¿no? Y él no parece querer que lo encuen...

Billy no terminó de hablar que la mano de Britany se estampó en su mejilla. Vaya que el pequeño monstruo tenía fuerza. Bill maldijo por lo bajo y la fulminó con la mirada, que si de un hombre se tratara ya se le hubiera echado encima por menos.

Niña estúpida.

Un carraspeo los hizo voltearse. Jack estaba parado con el ceño fruncido fulminándolos a ambos.

—Problemas personales los arreglas fuera de la institución. —Les gruñó.

La chica a su lado se ruborizó y se escabulló dentro del salón dejando a Jack y Bill a solas, el mayor lo seguía viendo con el ceño fruncido.

—Hey. —Le dijo Bill para cortar la tensión.

—¿Es tu novia?—Le preguntó directo.

Auch. Bill no pudo evitar sonreír con diversión. El Heteroinexperto parecía de verdad molesto en ese momento.

—Soy abiertamente gay—Dijo señalando lo obvio. —¿Y tú?

—Soy tu nuevo profesor. —Lo cortó.

Entonces Bill se fijó en el portafolio que llevaba. Iba con un aire pseudoformal, relajado, de camisa y saco de vestir, pero con la corbata mal ajustada a su cuello y un par de pantalones bien apretados en sus caderas que lo hacían ver juvenil. Vaya que tenía un sexy profesor, pensó y se mordió los labios recordando lo que se ocultaba debajo.

—Ejem.—Gruñó Jack ruborizado.

Vamos que el chiquillo lo había mirado de aquella manera que no dejaba nada a la imaginación. De pronto el mayor sentía la boca seca —Es mejor que entres.

—O podríamos irnos a los baños...— Sugirió consiguiendo que el mayor volviera a fruncir el ceño con molestia.

—Entra ahora.

—Uff me gustan los dominantes. —Le dijo acercándose al oído de Jack como si estuviera a punto de hacerle una confesión.—Pero no fuera de la cama.

Jack soltó un gruñido y antes de que pudiera replicar, el chico pelirrojo se alejó regalándole una buena vista de su trasero bamboleándose antes de meterse en el salón.

Demonios.

Jack se obligó a aclararse un momento. Llevaba un par de semanas en chicago, había conseguido que su amigo Tom le enviara un par de cosas de Inglaterra pero aún seguía viviendo en el Hotel.

Había buscado trabajo y vamos que no tenía nada que ver con que hubiera averiguado que cierto pelirrojo se encontraba en esa facultad, no, eso había sido una casualidad. El día en los baños del primer piso había ido a presentar su currículo como adjunto, vamos que había sido una suerte que el titular estuviera de licencia y que va, debía mantenerse hasta que consiguiera que lo aceptaran de pasante en alguna constructora. Pero no. Nada tenía que ver con el chico pecoso de ojos celestes, no, porque había aceptado ese trabajo porque era mejor que trabajar en una universidad en otro condado, por más que pagaran mejor allí.

Le había tomado cariño a la ciudad ¿no?

Porque en pocas semanas uno podía sentirse muy illinés claro. Era por eso, la ciudad del gran poroto era lo que lo había enamorado.

Suspiró y sintiéndose nervioso se obligó a atravesar aquellas puertas.

El salón estaba lleno de muchachos que eran poco más que adolescentes aburridos que cuchicheaban sin parar, algunos parecían súper concentrados con las libretas frente a sus bancos, nerds, otros parecían más bien aburridos con sus teléfonos móviles, jugando al snake o mandando mensajes de texto.

Dejó su maletín sobre el escritorio y se tomó unos minutos mirando la pizarra hasta que por fin se giró a ver la clase donde todos esos ojillos lo miraban atentos.

Mierda.

Recorrió sus caras uno por uno buscando inconscientemente una melena pelirroja hasta que dio con él. El chico estaba en uno de los primeros bancos, aún tenía la mejilla medio enrojecida y por alguna inexplicable razón sintió una repulsión impropia por la chica que lo había abofeteado. Que no era su asunto, lo sabía, no debía meterse, pero le molestaba. Estaba frunciendo el ceño cuando el chico le regaló un guiño coqueto recordándole que no estaban solos.

Genial. Acabarían despidiéndolo en su primer día por acosar a uno de sus alumnos, sí, sinplemente genial.

Concéntrate Jack,  Se dijo y pasó a presentarse para toda la clase y a explicarles un poco de como iría la asignatura a partir de ahí.

—¿Alguna pregunta?—Dijo al terminar el discurso que venía practicando desde la noche anterior.

Bill fue el primero en alzar la mano y por la manera en la que le sonrió supo que no quería oír su pregunta.

—¿Está en pareja?—La pregunta del pelirrojo alzó un buen revuelo de risitas.

—No hablo de mi vida privada.

—¿Pero lo está?

—¿Alguna pregunta sobre el tema, o de como voy a evaluarlos?—Dijo ignorando al pelirrojo y una chiquilla rubia del frente acaparó la atención del nuevo profesor.

Billy bufó, vamos,  que no le gustaba que lo ignoraran y el recto inglés parecía demasiado metido en su papel de profesor para prestarle atención. Como a la media hora había levantado tantas veces la mano que el  mismísimo Jack Harrel se acercó hasta su banco para ver por qué "su alumno" parecía no entender ni pío lo que decía.

Y vaya sorpresa que se llevó al darse cuenta que el chico no entendía nada porque pues, básicamente no estaba haciendo nada, ni siquiera había sacado su cuaderno.

—¿Donde están tus cosas? —Le preguntó viendo que no llevaba nada con él.

—Las olvidé. —Admitió y vio como un ligero rubor cubría sus mejillas pecosas, al menos tenía algo de vergüenza, Jack comenzó a pensar que al chico le faltaba por completo.

Frustrado volvió hasta su escritorio, revolvió en sus cosas y sacó un bolígrafo y un par de folios bajo la atenta mirada de de todos los alumnos.

—Ponte a trabajar o lárgate de mí clase. —Le gruñó y Bill lo hizo, vamos que Jack se veía lo suficientemente molesto para echarlo en ese momento, pero no dejó de molestarlo.

Tantas preguntas le hizo,  que el mayor acabó acuclillado junto a su banco explicándole paso por paso como resolver los ejercicios.

Bill debía admitir dos cosas:

1. Jack era un excelente profesor, con mucho había sido la mejor clase que había recibido en su vida. Le había preguntado hasta las cosas más estúpida pero el hombre se las había explicado pacientemente.

2. Comenzaba a creer que acabaría reprobando, porque con Jack Harrel tan cerca de él, resultaba imposible que se concentrara en los principios de la física. 

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