Capitulo 17
Hola mis amores...!
— ¿Recuerdas a Gunner? — El silencio al otro lado de la línea le dijo que Thomas lo recordaba.
Dos respiraciones forzadas después Thomas volvió a llenar el silencio.
— ¿Te refieres a ese Gunner?
—sí...
Jack desvió la vista hasta el chico que dormía en su cama envuelto en sus sábanas. El cabello pelirrojo en todas direcciones. Había sido tan fácil acostumbrarse a él. Le gustaba tener a Billy todo el tiempo rondando su departamento y su vida.
Faltaba una semana para que le quitaran la férula, según los controles su cuerpo había sanado bien. Era un chico joven y fuerte. Sin embargo estaba claro que donde sus huesos sanaban Billy no lo hacia del todo.
Seguía sin retomar sus actividades normales.
Ponía excusas cada vez más vagas y cambiaba de tema cuando alguien le preguntaba.
Aunque había desarrollado una nueva rutina que consistía en salir de casa e ir a la de Jack. Era una ligera mejoría, pero no estaba bien. Se había pegado como lapa al mayor. No era algo que a Jack le molestara, de hecho, la parte egoísta de él disfrutaba teniendo al chiquillo pelirrojo alrededor.
Encajaban. De alguna manera Billy llenaba todos los huecos de Jack. Billy hacía que su departamento se sintiera lleno, completo. Igual que él cuando lo tenía en sus brazos.
No supo en qué momento pasó. Pero el chico ahí estaba, había sido cosa de dejar un cepillo de dientes y comprar el café que al chico le gustaba, y al poco tiempo el pequeño apartamento se había colmado de Bill en cada rincón.
Bill leyendo acurrucado en el sofá, Billy quejándose por qué fuera holgazán en los quehaceres, Billy diciéndole que no era elfo doméstico, Billy haciendo la compra en el súper mientras él le llevaba el changuito para que llenara la despensa de todo lo que necesitaba para la cocina, Billy riéndose, Billy bailando en el pequeño salón y arrastrándolo a ello, Billy en la ducha, Billy en su cama por la noche, Billy debajo de su cuerpo mientras lo llenaba de él. Billy llorando cuando algo lo conmovía, Billy asustado refugiándose en el, Billy siendo fuerte y cayéndose a pedazos con la confianza de que él estaría para sujetarlo.
Demonios, el chico se estaba apegando tanto a él, como a un bote salvavidas. Estaba mal dejar que el chicos lo hiciera considerando todo, pero cada vez que quería decirle algo como:
"me iré, esto es temporal o no te encariñes tanto conmigo" su lengua y su cerebro parecían enredarse y acabar por soltarle algún cumplido que lo haría sonreír y verlo con devoción.
Y a la parte egoísta de Jack le gustaba, le gustaba tanto sus ojos buscándolo cuando estaban lejos, su cuerpo pegándose al suyo en cada oportunidad como si lo necesitara.
Y Joder...
Jack se levantó, fue hasta el balcón para hablar sin molestarlo y observó a la calle. Aun era de noche.
Una orquídea lila colgaba en una maceta frente a él, casi de forma inconsciente colocó el móvil entre su cuello y su oreja y con sus manos libres comenzó a limpiarla de malas hierbas.
Pensó en su abuela, la mujer tenía el orquidiario más grande de todo liverpool, bueno, tal vez no, pero a Jack siempre le había parecido así. De niño siempre se había encargado de ayudarla a cuidarlas mientras le contaba historias sobre como había conseguido alguna rara especie, o aquella que tenía más de 60 años, o la que le había regalado su esposo el día de su boda, a Jack siempre le había gustado oír a su abuela, era la única "Lady Harrel" que parecía haber sido feliz en la historia familiar, al menos parecía haber estado enamorada de su esposo.
Recordaba tardes enteras sentado entre las flores, tomando té con su abuela y sus primas, su primer beso había sido allí con la hija de la cocinera, su abuela le había cubierto las espaldas cuando su padre comenzó a buscarlo como desquiciado, su abuela era la única persona de su familia que de verdad le agradaba. Era todo el Cliché de la abuela amorosa puesto en una sola persona hasta le tejía sweaters caseros aunque no los necesitara.
Jack la extrañaba, dios. Siempre había sido un nieto atento y apegado con ella, pero no había podido llamarla más que un par de veces en todo ese tiempo sin que Claude o su padre lo jodieran, era como jugar al puto juego del escondite, parte de él se sentía como un delincuente escondiéndose de la interpol.
Le había pedido a Tom que la cuidara, pero sabía que su padre no quería mucho al hijo del veterinario, nunca había aprobado del todo la amistad de Jack y Tom, vamos, que era probable que ahora que Jack no estaba ni siquiera le permitieran acercarse a casa Harrel.
Según Lord Harrel, un joven Lord no podía ser visto cerca del hijo de la "servidumbre" si, su padre tenía mierda pura en la cabeza, se creía el último eslabón de una estirpe superior o alguna mierda de esa.
Cualquier cosa que manchara su bonito nombre era inaceptable.
Jack suspiró y volvió sus ojos a la maseta revisándola en busca de cualquier posible peligro que no hubiera visto a simple vista. Algún gusanillo, u hongo en las raíces y hundió su mano en la tierra controlando la humedad de la planta. La había colgado allí hacía poco más de una semana, de alguna forma lo hacía sentirse más en casa.
Nunca había pasado tanto tiempo fuera de Sefton, pronto iban a ser cuatro meses en Chicago. Había viajado por muchos sitios pero nunca se había sentido tan instalado en un sitio por tanto tiempo.
— No supe de él después de...que salió del hospital. —la voz de Thomas ligeramente incomoda hizo que recordara la conversación que estaban teniendo. — ¿por qué?
— solo... quería saber cómo está. —Murmuró Jack en voz baja.
Tom se quedó en silencio por un momento meditando las palabras de su mejor amigo.
—Veré que puedo averiguar.
—Thomas.
—¿sí?
—Hazlo con cuidado.
Otro silencio.
Los silencios nunca eran incomodos con Tom, de alguna forma solo escuchar el aliento familiar de su mejor amigo lo transportaba a Liverpool, a sus escapadas y sus tiempos de adolescente perdidos en alguna vieja taberna de Sefton, siendo nadie y todos a la vez. Noches en los establos enredándose con jovencitas más interesadas en su apellido que en él, que siempre que Tom quería liarse alguna chica sacaba el titulo de lord de Jack como comodín para atraerlas. A veces hasta intercambiaban papeles frente a algunas turistas desesperadas y el pasaba a ser el hijo del veterinario. Tom podía ser un imbécil, pero era su mejor amigo y aun así había cosas de las que no se atrevía a hablar con él.
—vuelve a casa, Jack. —Le soltó Thomas.
¿Casa? ¿Dónde demonios estaba su casa? Jack no tenía la menor idea en esos momentos.
—Pronto.
—Es lo que me has dicho hace 2 meses —Se quejó el joven al otro lado de la línea.
—Lo sé, solo que...
—¿Qué? ¿Qué estás haciendo allí de todos modos? ¿Huiste de la boda cierto? Tu padre dijo que ibas a casarte. ¿No ibas a decírmelo? Todo el mundo aquí habla de eso.
No. Claro que no. Había huido de un embarazo, pero no tenía la valentía de admitírselo a su mejor amigo.
—No es cierto. —las palabras salieron de su boca antes de que pudiera ser consciente de eso.
—¿y que hay de Elisa?
—Creo que terminamos.
—¿Crees?
—No lo sé. Supongo que nos tomamos un tiempo, Tom. Las cosas están complicadas.
—¿Ella lo sabe? La he visto todo el día en tu casa haciendo preparativos. De hecho. Tu hermano anda todo el día con ella. ¿no te importa?
—No lo sé.
—Pues, descúbrelo pronto . Sabes que el cabrón quiere todo lo que tu tienes. Se revolcaría de felicidad si se queda con tu chica. Lo único que quiere es joderte, si le dejas la oportunidad de hacerlo, lo hará.
—No es mi chica. Si quiere ir con él que se vaya. No es mi problema.
—yo creo que sí. Al menos que el hijo ese que espera no sea tuyo.
Jack se quedó en silencio conteniendo el aliento. Auch.
—No ibas a decírmelo ¿no?
Jack no respondió.
—¿Vas a dejarla con el bebé?
—No. No lo sé, Tom. Le dije que lo abortara, no ha querido. No sé qué haré pero no puedo casarme con una mujer que no quiero. Yo... No puedo. Te juro que no puedo. No. No sé cómo hacerlo. Es todo tan complicado ahora mismo.
—¿De qué hablas?
—¿Jack? — La voz adormilada de Billy lo llamó desde la puerta.
—¿Estas con alguien? —Preguntó Tom ligeramente molesto.
—Tengo que cortar.
—Jack, espera...
Jack no esperó. Cortó la llamada y se giró hacia Bill.
—¿Con quién hablabas? —Murmuró Billy frotándose los ojos con sus pequeños puñitos antes de pestañar para enfocarlo mejor.
Jack se acercó hasta él y lo envolvió en un abrazo, hacía frio para que saliera al exterior. Que el chico solo llevaba una de sus camisas puestas como pijama y apenas le llegaba a medio muslo.
—Con un amigo. Llamé para ver cómo estaban las cosas en casa. Vamos adentro.
Billy aun adormilado se dejó arrastrar hasta la cama, Jack se acostó a su espalda y lo rodeó con sus brazos. Lucía ligeramente inquieto, como si lo que fuera que rondaba su cabeza fuera demasiado para dejarlo dormir.
—¿En qué piensas?
Jack no respondió, en cambió le lanzó otra pregunta.
—¿piensas en el futuro?
Billy frunció su nariz ligeramente sin comprender. La mano de Jack acariciando su vientre de forma ausente, se sentía bien tener su mano robusta sobre su piel. Billy se había despertado poco después de que Jack había abandonado la cama como si de pronto se hubiera acostumbrado tanto a él que lo necesitara para dormir.
—¿cosas como que?
—No sé, formar una familia, esas cosas. Casarte tal vez, cuando encuentres alguien de tu edad al que ames...
Auch. Indirecta tomada.
Billy forzó una sonrisa en su expresión que enmascarara el repentino malestar en su estómago. Jack era inglés, era lógico que tarde o temprano planeara volver a sus tierras. Tampoco era que esperara algo serio de su relación...
Solo... se sentía demasiado bien en ese momento y la idea de que aquello terminara pronto... mordió su labio inferior pensativo y casi de forma inconsciente se apretó aún más al pecho del inglés.
—Lo pensé hace mucho. —Admitió — Quería un esposo y dos hijos. Casarme más bien joven. Como cuando saliera del High School.
—¿Tanto?
—Estaba muy enamorado. —Se defendió.—Creí que era uno de esos romances de películas. El quarterback enamorado del chico de la banda, ya sabes... no salió Bien.
—¿Después vino Brandon?
Billy se encogió de hombros. No le diría que Brandon nunca se había ido. Que Brandon y el quarterback eran el mismo. No, Billy no quería decirlo.
Las manos de Jack fueron a su clavícula y siguió jugueteando allí con sus dedos. Se quedaron en silencio disfrutando de solo escuchar la respiración del otro. Billy se había acostumbrado a eso, a las charlas de almohada con el castaño. Dios. Jodidos infiernos, lo extrañaría, sintió su pecho doler. Aún no se había ido y Bill ya lo extrañaba.
—¿Cómo los hubieras llamados? —Le preguntó al rato, Billy ya casi había vuelto a dormirse.
—¿Mmmh?
—A tus hijos, si los tuvieras. —Insistió.
Billy intentó concentrarse en las palabras del inglés, que Jack parecía especialmente interesado en el tema y su cerebro adormilado no ayudaba.
—...oh, no lo sé, Nathaniel si fuera niño. Era el nombre de mi abuelo. Amaba a mi abuelo, aunque murió cuando era muy pequeño. Marlene si fuera niña.
—¿El nombre de tu abuela?—Arriesgó Jack.
Billy negó.
—Por Marlene Dietrich. —admitió con una ligera risita. —¿tu?
—Nunca pensé en ello. —Jack volvió a bajar sus caricias metiendo sus manos por debajo de la camisa que Billy llevaba puesta con aquella holgazana tranquilidad de quien lo ha hecho medio millón de veces antes.
—¿Por qué?
—Mi abuela.
—Mmm...?
—Mi abuela tenía una de esas bonitas historias románticas que todos quieren. Entonces una vez le pregunté cómo era posible. —Siendo una Lady, era lo que quería añadir, que para la época de su abuela prácticamente los obligaban a casarse. Pero no lo dijo, para empezar Billy no sabía que él era un Lord. —Entonces ella me dijo que el amor se construía todos los días en los que te levantabas y elegias seguir amando a la persona que tenías al lado. Que era como una casa, solo debías encontrar a una persona que te hiciera sentir en tu hogar y construir los cimientos de tu amor alrededor de ella.
—¿Qué tiene que ver eso con el futuro?
—Nunca encontré alguien que me hiciera sentir en casa. —Hasta que te encontré, Jack se mordió, pero no se lo dijo. —Nunca creí que necesitaría pensar en ello hasta que encontrara a esa persona.
Nunca pensé que tendría un hijo con alguien que no quisiera... ni que cuando encontrara a esa persona que fuera mi hogar tendría que dejarla ir... Jack apretó a Billy entre sus brazos. No creía poder construir un amor alrededor de Elisa, no cuando su casa estaba en Chicago.
En finnnn.... esto es todo ¿opiniones?
Los amo!
Pd: Besotes sabor a... mmm... cual es su sabor favorito?
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