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Capítulo 13

Jack se había pasado toda la tarde con Billly en su regazo, sí, estaban siendo descuidados.

Vamos, lo sabía, Pero es que cada vez que intentaba echarlo de su despacho el chico volvía a besarlo.

Lo tenía mal.

El mocoso lo tenía jodidamente mal.

Aun podía sentir el olor del chico impregnado en su ropa. 

Llevó su mano al nudo de su corbata y se detuvo unos segundos antes de deshacerlo.

Billy se la había ajustado en su sitio antes de marcharse de su despacho poco antes de que se hiciera la hora de irse a casa.

Dios... Eso se había sentido intimo de alguna forma. Incluso mucho más intimo que cuando tenía su polla dentro del chico.

Billy lo había hecho tan natural, como si arreglar su corbata eternamente torcida fuera lo más cotidiano del mundo, como si tuviera todo el derecho de hacerlo, de tocarlo.

A Jack le había gustado eso.

Lo había esperado en el estacionamiento y lo había acercado a su casa antes de ir al hotel, reclamando un par de besos de aquella boca que comenzaba transformarse en un problema. 

Había empezado a ver departamentos, vamos, puede que estuviera pensando conseguir empleo de ingeniero jr, trabajar para algún senior.

De pronto rentar una habitación de hotel le sonaba demasiado  impersonal. Se preguntó casi de forma distraída que clase de departamento le gustaría a Billy

Dios... ¿en qué pensaba?

Jack se detuvo de inmediato.

Realmente sus pensamientos no debían ir por ese camino.

¿Qué demonios le importaba?

No tenía por qué empezar a ponerse todo raro y posesivo con el niño por un par de polvos. 

No lo haría ¿no?

Jack caminó hasta el frigorbar y sacó una botella de agua, antes de poder destaparla su teléfono sonó con un desagradable mensaje de su hermano.

Había vuelto a amenazarlo con cortarle las cuentas si no se aparecía en Liverpool.

Sí, se suponía que volvería a Liverpool, pero es que...

Tal vez solo debía renunciar a su empleo de profesor y volver a casa antes de que las cosas se complicaran más.

Que estaba perdiendo la cabeza por ese chico.

Dios, que si pensaba objetivamente solo era un niño bonito, incluso demasiado joven para él.  Había cientos como él en el mundo. De seguro podía encontrarse otro  en Liverpool, su apellido y el dinero de su familia ridículamente rica  e influyente siempre le habían comprado todo ¿no?

Jack sonrió para si mismo con amargura.

Se suponía que tenía que casarse para guardar las apariencias, no que tuviera que amar a Elisa y serle fiel.

  Lord Harrel no se pondría en contra de que engañara a su esposa siempre que lo hiciera con cuidado de no manchar el buen nombre de la casa Harrel. 

Que su padre le había enseñado bien la diferencia entre matrimonio y fidelidad.

Podría revolcarse con cuanto chico indecente se cruzara en su camino hasta quitarse al niño pecoso de la piel.

Tarde o temprano pasaría.

Se olvidaría de él, como se había olvidado de todas las novias de verano que había tenido. 

Se olvidaría de sus sonrisitas descaradas, de sus pequeñas manos, su cuerpo menudo  y sus ojos intentando manipularlo con su falsa inocencia.

El chico era el perfecto twink capaz de mandar a volar la heterosexualidad de cualquier hombre,  vamos.

Que era mucho más bonito que cualquier mujer que Jack hubiera desnudando en su vida. Su piel tan pálida y cremosa donde el sol no llegaba y las bonitas pecas que el chico tanto odiaba.

Jack se hubiera pasado toda la jodida vida besándolas.

Sí, el chico lo tenía mal.

Era tan extraño considerando el poco tiempo que llevaban junto ¿Cuánto era?¿  Un mes? No podía estar tan mal por un crío en un mes.

Aún mejor, para esas alturas ya debería habérselo follado fuera de su sistema.

Pero no , el niño seguía clavado a su cabeza-y su polla- como si no hubiera otra cosa en el mundo que aquel cabello encendido y sus pálidos muslos.

Tan obscenamente hermoso, manipulador y descarado...

Dios, era el maldito diablo disfrazado de corderito y Jack lo sabía, no era estúpido, o tal vez sí, porque le GUSTABA que fuera así. Le gustaba tanto todo en el maldito crío...

Sintió un nudo estrujando su pecho.

La expectativa de su vida le daba asco.

No  quería a Elisa, no quería volver a Liverpool. No quería un hijo. No quería ser Lord, no quería un castillo en Sefton, ni una vida de aristócrata aburrido. 

No quería .

Destapó la botella y se la llevó a la boca, bebiéndosela de un trago en un  intento de bajar el nudo de su garganta sin mucho éxito.

Jodidos infiernos.

  Envió un correo al decano. 

Se llevó las manos al rostro un momento evaluando las posibilidades en cuestión de números, tenía que pensar.

No quería hacerlo, joder. 

Revisó de nuevo los correos viejos.

El de Elisa aun se encontraba en la papelera.

Jack maldijo. 

No podía seguir así.

Tenía que pensar con la cabez y dejar la polla de lado.

Tomó su valija y comenzó a llenarla.


Billy no había recibido noticias de Jack en las últimas horas.

Básicamente había desaparecido.

De hecho juraba no haberlo visto en todo el campus desde la mañana.

Sintió su estómago estrujarse pensando en que tal vez le hubiera traído problemas a su profesor con su actitud descarada de las últimas semanas.

Billy se mordió culpable.

No quería traerle problemas a Jack.

Le gustaba Jack. No mentía sobre eso.

Casi podía sentir que era capaz de enamorarse de él.

Si tan solo Brandon no existiera…

Sintió una punzada de culpa y autodesprecio apenas captar por el rabillo del ojo el momento en el que el egipcio metía su lengua en la garganta de Britany.

Era algo que siempre hacía  luego de estar con Billy, se portaba como lo que era,  un cavernícola homófobo, como si necesitara dejar en claro que era muy heterosexual.

Billy estaba acostumbrado, pero no por eso le molestaba menos.

Trató de ignorarlo.

Joder que lo intentó con   fuerzas, casi se felicitó a si mismo al conseguirlo,   hasta el momento en que llegaron todos a la tabla de anuncios para ver sus notas y el imbécil bueno para nada  empezó a burlarse de Jack con sus amigos llamándolo "profesor marica" y otro montón de mierdas.

Billy lo intentó, intentó duro morderse la lengua pero no pudo.

—¿lo sabes por experiencia no? El gaydar siempre suena cuando hay otro cerca—Soltó Billy de pronto como quien no quiere la cosa.

Los ojos de Brandon se clavaron en el pequeño pelirrojo al igual que los de sus amigos. De pronto Billy se sentía especialmente pequeño alrededor de tantos ojos.

Auch. La había cagado.

—pero mira nada más, si la puta del profesor marica parece que tiene garras.—se burló uno de los amigos de Brandon.

Tenía  el pelo ralo y rubio. Billy lo vio por el rabillo del ojo sin despegar los ojos del egipcio.

Si Brandon le daba miedo, ese tipo lo aterraba, varias fueron las veces que encontró sus ojos fríos puestos en él y no había sido una mirada bonita. Nunca lo era.  Pero muy en el fondo guardaba la esperanza de que Brandon no dejaría que sus amigotes le hicieran daño.

Tenía que creerlo.

¿Le había dicho que lo amaba , no?

No dejabas que lastimaran a las personas que amabas.

Diablos.

Billy se removió incómodo y ligeramente asustado.

Miró a la salida.

No le harían nada en medio de la facultad. No se arriesgarían a ser expulsados.

No lo harían ¿No?

—Cierra la puta boca, marica de mierda—Gruñó Brandon rabioso y todo el sentido común del pelirrojo se fue al diablo.

—No fue eso lo que me pediste que hiciera con ella  la otra noche. O las anteriores…—Billy dejó las palabras en el aire.

Todos los ojos se clavaron en Brandon y Billy se sintió ligeramente poderoso y asustado como el infierno, pero poderoso.

Por una vez en la vida su  enojo hacia el egipcio era más grande que el miedo que tenía  por él.

Okey uh, sí ,  acababa de admitir que le había chupado la polla a ese pendejo, y eso era humillante en muchos sentidos.

Vamos, pero ver el rostro del egipcio teñirse  de pánico valió la pena.

O eso era lo que Billy había creído en ese momento.


La puerta del aseo se abrió y vio a Brandon entrar con otros tres tipos más.

Eran del equipo de fútbol de la universidad.

Altos, fuertes y aterradores al igual que el egipcio.

Billy tragó saliva dudando.

El último  en entrar fue el rubio cuya mirada revolvía su estómago cada vez que la encontraba sobre su piel.

El tipo  le pasó el pestillo a la puerta.

Eso no era bueno. 

Nunca era bueno quedarse encerrado con tres tipos amenazantes que parecían querer arrancarte la cabeza.

—Bra-Brandon…—la voz de Billy tembló ligeramente intentando encontrar la mirada del egipcio.

Vamos. Que Brandon lo había empujado un par de veces, los golpes que le daba  eran generalmente efecto secundario de eso,  pero nunca había dejado que sus compañeros lo golpearan.

Ni siquiera en sus años de secundaria, de cierto modo siempre se había sentido ligeramente seguro a su lado, todo lo seguro que podías estar junto a un homofóbico que se odiaba a sí mismo y te culpaba por ello.

Okey, en retrospectiva nunca había estado muy seguro a su lado.

Billy ahora era peligrosamente consiente  de eso.

Los tipos se acercaron más al pelirrojo y Billy dio un paso hacia atrás por mero instinto hasta que sintió su espalda tocar la pared detrás de si.

Eran  cuatro contra uno.

Aunque quisiera Billy nunca hubiera conseguido salir en una pieza si intentaba defenderse.

—Miren como tiembla, la pequeña puta ya no es tan valiente. —Dijo el rubio  mirándolo con asco.

—Bra-b-Branndon, ¿que-que están haciendo?

Sí , Billy estaba temblando.

Estaba jodidamente temblando como una hoja azotada por el viento. No recordaba haberse sentido tan asustado en su vida.

El egipcio fue el primero en adelantarse,  tomó al pelirrojo por el cabello y tirando de su cabeza hacia atrás  acercó su boca a la mejilla de Billy.

—Te advertí que si decías una sola palabra iba a matarte.— susurró Brandon,  tiró del cabello del pequeño haciéndolo llorar y alzando el tono añadió.—Ahora le dirás a todos lo que eres,  un puta  mentirosa que se inventa mierdas, demasiado obsesionada con mi polla  para dejarme en paz.

Billy lloró más fuerte, humillado.

El firme puño de Brandon impactó en su estómago haciendo que el aire escapara de sus pulmones mientras se doblaba en dos por el dolor.

Se hubiera caído al suelo de no ser por la fuerte mano del egipcio que aún lo tenía sujeto por el cabello.

—Lo -lo siento.   fue mentira. Lo juro fue una mentira. Yo no… nunca…—Billy dijo mirando a los amigos de Brandon, otro tirón en su cabello volvió sus ojos al egipcio—por favor, por favor déjame ir. —le rogó  asustado.

—Díselos. Diles lo que eres.—Insistió con el fin de humillarlo más de los que ya había hecho por años.

Billy lloró más fuerte sintiéndose insignificante en ese momento.
—Que se los digas.—Brandon volvió a alzar el puño en amenaza.

—soy una puta mentirosa demasiado obsesionada con tu polla, por favor déjame ir por favor.—lloró Billy cubriéndose el rostro.—Todo fue mentira. Todo fue mentira por favor, por favor. No me lastimes más, por favor.

Brandon lo empujó hacia adelante con asco y Billy cayó dolorosamente de rodillas frente a los amigos de Brandon.

De acuerdo, Se dijo, eso no era tan malo, no había sido tan malo, solo otro empujón, había recibido muchos de Brandon y el puñetazo ni siquiera había sido tan fuerte.

Seguía entero, aunque su orgullo estaba herido seguía entero, se consoló a sí mismo. 

Billy gateó lejos, intentando huir de allí  pero antes de conseguirlo sintió  una patada en su costado.

Billy gimió de dolor  y se hizo un bollito en el suelo antes de sentir la voz alterada de Brandon.

—Solo íbamos a asustarlo, ¿qué demonios te pasa?

Brandon sonaba enojado, Billy alzó los ojos para verlo discutir con el rubio que se cernía sobre él.

Había sido el de la patada.

—ahora si parece que fuera tu puta. La estás defendiendo luego de que te humilló en público ¿es eso amor Brannie?

—No.—Brandon dio un paso atrás como si acabaran de empujarlo.

Si no estuviera tan aterrado en ese momento lo poco que quedaba de su corazón se hubiera partido, pero estaba aterrado.

Miró  en todas direcciones en busca de ayuda. Nada. Los otros dos tipos parecían tan cabrones como el que acababa de golpearlo.

—¿entonces no te molestará que le demos una lección a la pequeña puta o sí?—el tipo levantó a Billy por los cabellos como si se tratara de una muñeca de trapos.

Billy lloró rogando que alguien lo escuchara, para esa hora era poco probable que hubiera mucha gente en la facultad,  que el pelirrojo se había pasado por la biblioteca casi a la hora de cerrar  con la esperanza de encontrar a Jack. 

Sabía que tenía un turno a última hora con los de tercero.

Los ojos Brandon se clavaron en los de Billy que luchaba inútilmente por soltarse.

Por favor, no dejes que me hagan daño pareció rogar Billy y por un segundo, por un segundo la duda en el rostro de Brandon le dio una esperanza que se fue al demonio en el momento en el que el rubio volvió a burlarse del egipcio.

—yo me largo, no me meteré en problemas por esto—Dijo Brandon y en ese momento Billy dejó de luchar.

Fin de la actualización

¿me extrañaron ?

Yo los extrañé.

Algo de drama por aquí.

Si no hubiera drama no sería mi historia jajaja

Pobre Billy 😭

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