capítulo 1
Bien, le tenía muchas ganas a esta historia es tan smfndjsbrjssfh no lo sé, soy fan de Billy ajjajaja en fin, no pude evitar escribirla. espero la disfruten tanto como yo escribiéndola.
Billy estaba sentado en la cafetería de la facultad de artes y diseño, esperando por su prima. Ella iba dos años por delante cursando administración en la facultad de economía , por lo que debía cruzarse medio campus para llegar hasta su pequeño primo.
No era algo que le molestara, amaba ese niño.
Pero esa tarde se había retrasado con una exposición por lo que Billy Brennan esperaba solo en su asiento jugueteando con el pañuelo azul en su cuello.
Ese día iba con botines militares, pantalones a cuadros café y una camisa azul celeste de puntos pequeños.
No era de sus looks más descarados, pero había recibido varias miradas desaprobatorias de sus compañeros y esa era una de las tantas razones por las que prefería no quedarse en el bar de su propia facultad.
Al menos en artes y diseño había una política de respeto a la diversidad. Que va, en todas las facultades se suponía debía existir, pero los de arte eran los únicos demasiado ensimismados en sus mundos personales como para no juzgar al resto.
Y que decir, el no era el más excéntrico en esa sala.
De hecho a pocos metros de él había un chico con el cabello rosa junto a una muchacha que parecía salida de zombie high.
Le agradaban.
Estaba pensando en eso cuando miró la hora en su reloj. Faltaban 10 minutos para su siguiente clase. Definitivamente Angie no aparecería.
Decepcionado dejó el dinero sobre la mesa y tomó su bolso para caminar hacia el salón B.
Iba solo, porque sí, no era fácil ser abiertamente homosexual en los albores de la primavera del 2004.
Por muchos derechos por los que lucharan la homofobia estaba demasiado arraigada en algunas cabezas y esas, incluían la de su ex novio.
Brandon Hodge.
Que en esos momentos estaba parado junto a su "prometida" Britany mientras esperaban para que abrieran el salón de clases
Porque Billy había salido del closet por su chico y había sido paciente durante los siguientes años de pseudo relación que le había ofrecido , hasta había aceptado ser su amante, el segundo, el chico agendado como "entrenador" en sus contactos, el que no aparecía en el buró de la abuela ni en las fiestas familiares, aceptó ser nadie, porque entendía lo difícil que era salir del armario y lo amaba lo suficiente para ser "la otra" pero no tanto como para aceptar ser la otra de un hombre casado.
Eso sí iba contra sus principios.
Así que ahí estaba, luego de el ultimátum que le había dado al enterarse de su compromiso.
Pues eso, que lo habían botado como a un trapo sucio y no quería admitirlo, pero las 4 hs que debía verle la cara junto a su noviecita se habían transformado en una tortura.
Una de la que hubiera huido si le daban la oportunidad, pero ya ves, no había caso... y el maldito encargado que no llegaba con las llaves. Ese sí que prometía ser un semestre increíble.
Sí, definitivamente parecía que lo había meado un rinoceronte.
—Oye
Ay, no por favor, rogó mentalmente apretando su bolso contra su cuerpo para ignorarlo
—Oye— otra vez esa voz—Bill.
Billy abrió los ojos resignado y ahí estaba, su chico.
Exchico, se corrigió.
Brandon Hodge.
El chico del que se había enamorado a los 14. Y no, no había sido bonito de ver. Brandon era el tipo que lo había molestado en el colegio hasta el cansancio, lo encerraba en los casilleros, le echaba batidos encima, lo golpeaba en los vestidores y sí, ahora que lo pensaba se sentía un poco ridículo de haberse enamorado de él, pero ya ves que el corazón quiere lo que quiere.
¿Y como no enamorarse de el? Pensó viendo aquella sonrisa torcida, su piel morena, las facciones egipcias. El tipo era un modelo y si había algo que sabía hacer Billy Brennan era apreciar la belleza.
Brandon era perfecto, si tan solo no fuera un idiota Billy estaba seguro de que podría haber pasado el resto de su vida con él.
Pero ya que, era un imbécil y lo dejó más que claro en el momento en el que se plantó a hablarle como si nada.
—Te esperé el viernes.
Bill lo ignoró pasando de él, avanzó por el pasillo hasta el baño del primer piso. Tal vez era mejor suspender esa clase. No era que fuera un cobarde, bueno tal vez si un poco, pero no se sentía lo suficientemente fuerte en ese momento para enfrentarse a Brandon.
Tragó grueso y abrió el primer grifo de la fila para enjuagarse el cuello y la cara, algo le decía que ese día acabaría con una buena jaqueca, ya se lo venía venir.
—Te estoy hablando, ¿donde estuviste el viernes? . —Bill suspiró y tomándose todo el tiempo del mundo cerró la canilla con cuidado para darse el valor de voltearse a enfrentarse al chico que lo había seguido hasta acorralarlo en los baños ¿ahora que?—Te estoy hablando.—Brandon lo agarró por la muñeca y lo obligó a girarse de forma bruta.
—Salí con unos amigos.
—¿Qué carajos está mal contigo? No te das una idea de todo lo que hice para poder salir contigo esa noche para que luego me vengas con una de tus mariconadas.
—Corrección. Todo lo que hiciste para follarme. Y ya que vamos a hablar de eso. ¿Piensas decirle a tu prometida que te encanta follarte tíos? ¿O se lo dirás después que te cases?—Dijo con veneno.
Sí, ¿por qué mentir? el anillo en el dedo de la chica lo estaba consumiendo más que el anillo único de Sauron a Gollum. Billy estaba muriendo de celos y podía volverse la perra más perra de un segundo a otro.
—Cállate—Dijo Brandon entre dientes. Miró a los lados nervioso y se acercó aun más para que no los oyeran discutir. —Si alguien te escucha te juro que...
—¿Vas a matarme?—Terminó la frase con amargura. No era la primera vez que la oía — Tendrás que salir del closet tarde o temprano.
—¡Basta!—Le advirtió apretando su agarre hasta ver la mueca de dolor en el rostro del chico pelirrojo. Pero por todo el orgullo que tenía encima que Billy no iba a aceptar que le estaba haciendo daño.
—Suéltame—. Gruñó Bill en respuesta igual de furioso.
Que no tenía derechos a hacerle reclamos de ese modo. Porque al final del días ellos no eran nada. Si lo había plantado el viernes era su problema. Suyo y de su culo, porque no iba a dejar que ese idiota siguiera dirigiendo su vida. Se había cansado. Simple y sencillo, (aunque una parte de el, muy en el fondo sabía que los celos habían contribuido a que abriera los ojos) había llegado a la conclusión tardía de que aquello entre Brandon y él no tenía futuro.
El egipcio nunca iba a dejar a su novia y Billy no había perdido todo para vivir encerrado en el armario por un revolcón ocasional. Porque vidas había una sola pero el mundo estaba lleno de penes dispuesto, definitivamente no iba quedarse encerrado como damisela en el castillo.
No. Billy era una reina. Intentó zafarse del agarre pero fue en vano. Sin mas que su orgullo para defenderlo alzó la barbilla molesto para verlo a la cara.
—Se lo diré a tu novia.—lo amenazó y eso hizo que el otro lo soltara empujándolo en el proceso.
El pelirrojo tropezó golpeando su cadera con el filo del mármol del lavamanos antes de caer al suelo. Definitivamente acabaría con un buen par de moretones después de eso.
—¡Dios! siempre tan puta y necesitada ¿Ya no sabe que más hacer para joderme más la vida, cierto? —le dijo con asco al caído.
La puerta de uno de los cubículos se abrió y Billy no se atrevió a alzar la vista hacia su espectador. Estaba echado en el suelo con el trasero mojado y humillado, no, definitivamente no se atrevía a alzar la vista en su vida. Miró al suelo sin moverse, apretando los labios con rabia mientras esperaba que Brandon y el desconocido se largara de allí.
La puerta se abrió y oyó unos pasos alejándose pero el desconocido seguía parado en medio del baño. En silencio.
—Tranquilo he pasado cosas peores.—Sonrió sin gracia para tranquilizarlo.
El tipo parecía no saber si debía ayudarlo o largarse de ahí. Alzó la vista y maldición. Era el heterosexual inexperto
¿Qué demonios hacia ahí?
El reconocimiento fue mutuo.
Demonios, si aquello no era incomodo, su humillación había crecido exponencialmente en los últimos dos segundos.
—Parece que lo nuestro son los baños ¿eh?—Billy intentó sonar gracioso pero su voz se quebró.
Se cubrió el rostro con las manos y comenzó a llorar.
El Inglés se acercó y sin saber que hacer se sentó junto al chico pelirrojo y le tendió un pañuelo.
Sí, leyeron bien. Un pañuelo de seda bordada. De esos que solo usaban los caballeros en los cuentos de hada. Billy se quedó alucinado viéndolo pero lo aceptó.
¿De que siglo había salido ese hombre?
El pelirrojo se limpió los ojos con él y se fijó en las letras bordadas en un costado.
—¿H J?
—Jack Harrel.
—Bill.—Le tendió la mano a lo que el castaño se la estrechó como si acabaran de cerrar un trato.
Un agarre firme, hombre recio, pensó le gustaba. Miró sus ojos oscuros, dos monedas de chocolate de mirada sincera, era de los que miraba de frente y tenía un porte seguro que podía limitar con lo arrogante.
—No deberías llorar por él, Bill. —Le aconsejó y eso hizo que el pelirrojo se fijara en el bonito acento en el que no se había fijado antes.
—¿Crees que lloro por el? ¡Ja!—Bill hizo gesto con la mano quitándole importancia—¡Acabo de arruinar un Armani!
Jack lo observó incrédulo pero el chico a su lado con la nariz tan roja como su cabello parecía demasiado seguro de sus palabras.
No pudo evitar sonreír, ese chico era un caso sin remedio.
Primer cap! que opinan?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro