10. Trabajo grupal
—¿Estas nerviosa?
Magda cerró el casillero que había dejado varios libros pero que solo agarró uno y ese era biología. Giró su rostro a la derecha y se encontró a su amiga Judy, de brazos cruzados apoyada en los casilleros.
—Un poco.— susurró.— no estaremos solos pero... aún así, nunca estuve tan cerca de él.
—Es normal ponerte nerviosa en frente del chico que te gusta.— le comentó Judy.— solo disfruta ese momento junto a él.
—Y con Isabella.— murmuró aplanando los labios disgustada.— ¿Puedes creer que la vi husmeando las bolsa y la nota que le dejé al pelo de escoba la última vez?
Judy bufó.
—Que molestia que es.— exclamó la Quileute, asqueada.— ¿Por qué diablos no se mete en sus cosas?
》Anda pegada como garrapata al escuálido, y cuando no está con él busca a Ava, Ethan, o hasta Elliot para saber de él.《
— Si... los chicos se quejaron la otra vez.— susurró la pelirroja, cansada, las dos ya caminando hacia el exterior.— pero tú... ¿Por qué tan enojada?
Judy se acomodó un mechón de su cabello rebelde y dijo.
— Me molesta la gente de ese tipo... siempre buscando la aprobación de otra persona, o que dependen de otras.
— Hola chicas.— canturreó contenta Alice, interumpiendo la conversación, apareciendo al lado de Magda.— ¿Nerviosa de qué iras a casa?
—Ya, dejen de recordármelo.— murmuró avergonzada, las tres saliendo del instituto.— y si... ¿Estarás en el auto conmigo?
—Mmm... no, lo siento.— sonrió apenada.— iré con Jasper y Emmett junto con Rose.
》¡Pero estarás bien! Solo... no pienses en las notas ni en las bufandas, en serio, no lo pienses.《
Magda y Judy se miraron confundidas para luego mirar a Alice que sonreía tensa.
—Ok...
—Agh... esta otra vez aquí.— murmuró molesta Judy, llamando la atención de la pelirroja y de la Cullen.— ¿Que es lo que quiere?
Alice y Magda miraron en la misma dirección donde miraba Judy, encontrándose a una chica de su misma edad, de cabellos lacios largos, piel rojiza y labios finos. Esta muchacha miraba aburridamente el estacionamiento hasta encontrarse con su mirada en ellas.
La chica sonrió y comenzó a caminar en su dirección, provocando que los músculos de Alice se tensaran al oler el aroma a perro mojado proviniendo de ella.
—Hola Judy.— saludó la chica con una sonrisa gigante en sus labios.
La de rizos rodó los ojos.
—¿Que quieres Agatha?
La chica estaba a punto de hablar cuando sus orbes negros se dirigieron a la sanguijuela Cullen, en donde la miró con desprecio.
Tanto Magda como Judy notaron las miradas de muertes que se dirigían, tornándose el ambiente pesado, asfixiante.
—¿Te juntas con una sanguijuela Cullen?— le preguntó a la de rizos pero que en ningún segundo apartó la mirada de la sanguijuela.
—Oye, ten más respeto.— se quejó Magda, abrazando por los hombros a Alice.— su nombre es Alice Cullen y yo soy Magda y somos amigas de Judy.
》¿Tú quién eres?《
La castaña alzó una ceja y dijo.
—Soy Agatha Uley.— sonrió.— y soy la ex de Judy.
Alice agradecía con todo su corazón que Magda la estuviera agarrando fuertemente entre sus brazos porque por un momento sintió sus piernas aflojarse.
Era su ex.
Una chucha era la ex de su Judy.
Un metamorfo.
Y ahora que lo pensaba bien...
¿Judy también se transformará más adelante?
¿Se convertirá en un lobo?
¿Se volverán enemigas?
¿Ella se alejará por las leyes de la tribu?
—¿Ex?— preguntó sorprendida Magda, mirando a la chica para luego mirad a Judy que se encontraba de brazos cruzados, con un rostro furioso.— ¿Es tu ex novia?
—Si, ¿Algún problema fósforo andante?
—Oye.— habló esta vez furiosa Alice, colocándose en frente de Magda que se quedó en shock ante el apodo que le dijo.— ten más respeto.
》Viniste a nuestro territorio.《
—Ustedes son los invasores.— susurró la loba, acercándose a la Cullen, en donde Alice no se inmutó en ningún segundo.— a mí no me importa el estúpido tratado... soy capaz de arrancarte la cabeza aquí y ahora.— susurró tan bajo, que solo los oídos sobrenaturales, que se encontraba el resto de los Cullen observando la escena tensos, lo escucharon.— a la manada le gustará saber que están rompiendo las reglas.
—No hemos roto ninguna.— susurró con un gruñido.
—Eso lo veremos.
—Ok.— interrumpió Judy, apartando a Alice de su ex, sorprendida por el comportamiento de la Cullen y molesta ante la cercanía de ambas.— tú..— se colocó en frente de Alice y miró con enojo a su ex.— trata bien a mis amigas.
—Veremos cuanto dura esta amistad, cariño.
Judy rodó los ojos, entendiendo el porqué lo dice.
Por las leyendas de la tribu.
—Si, da igual no me importa.—respondió, cruzándose de brazos.— ¿A qué viniste? Ya es el tercer día que vienes.
—¿No es obvio? Quiero que me des la oportunidad y salgamos de vuelta.— le respondió con una sonrisa coqueta.— quiero hablar contigo de cosas importantes, lo nuestro puede quedar para después pero... en serio, debo hablar de temas importantes que tiene que ver contigo y la tribu.. y tú familia.
Judy frunció el ceño.
Y dudas aparecieron en su corazón.
Si tenía que ver su familia, era importante.
Suspiró.
—Bien, el sábado en el restaurante de Cover café.— respondió.— a las 9, se puntual.
—¡Al fin!— aplaudió contenta.— me pone feliz saber que podremos hablar tranquilas sin espectadores desagradables.
》Espero con ansias que llegue el sábado.《
Agatha se acercó a Judy y le besó la mejilla, mirando solamente a la sanguijuela en donde Alice apretó los dientes, furiosa.
—Nos vemos pronto cariño.
Y se marchó.
—Lo siento.— se disculpó Judy, girando sobre sus talones, mirando apenada la de rizos a sus amigas.— lo siento por como las trató, no es mala... solo...
—No la defiendas.— se quejó Magda, con sus mejillas rojas.— ¿No es mala? Nos insultó a mí y principalmente a Alice. ¿Que le hizo? ¡Nada!
》Viene aquí con sus auras de grandeza, agh..— arrugó la nariz de desagrado Magda, gesto adorable que le pareció el cobrizo que se había acercado a las chicas, preocupado por su hermana.— ¿Quien se cree? ¡Encima ella fue la que te causó problemas!《
—Es complicado Magda.— murmuró mientras se acomodaba sus rizos.— y en serio lo siento.
—No te disculpes.— le reprochó Alice, con sus orbes oscuros, sorprendiendo a Judy el cambio de humor.— ella es una maleducada.
》¿Irás?《
—Seguro que si.— respondió molesta, ante este ambiente incómodo y tenso que hay entre las dos.— si me tiene que decir algo de mi familia... es importante, aunque me hayan echado tengo primos y me preocupo por ellos.
La Cullen bufó y susurró.
—Si claro... familia...
—¿Que es este comportamiento tan infantil?— le reprochó Judy, cruzándose de brazos.
—¿¡Infantil!?— chilló indignada, en donde Edward la agarró del brazo delicadamente al verla avanzar un paso hacia la Quileute.— ¡No soy infantil!
—Chicas no peleen.— susurró Magda preocupada por las dos.— son amigas..
—¿Entonces? ¿Por qué estás actuando así?— le preguntó, ignorando al cabellos de escoba, Magda, Ava y a los gemelos que se habían acercado preocupados.— ¿Hay algo que me quieras decir?
—Dilo.— pensó la Quileute, llamando la atención de Edward.
—No.— respondió seria Alice.— solo que no me cae bien.
》Nos trató mal a Magda y a mi, eso es suficiente motivo para que no me caiga bien.《
Judy aplanó los labios disgustada.
—Si, por eso me disculpé.— susurró, negando con la cabeza.— ya, ya me voy.
》Nos vemos mañana.《
Y se fue.
Sin mirar a ninguno de sus amigos.
Alice arrugó la nariz y se fue hacia donde se encontraba sus hermanos.
Tanto Magda, Edward, Avary y los gemelos miraron como las dos habían tomado diferentes caminos, separándose.
Se miraron preocupados.
Edward suspiró en donde debería hablar más adelante con Alice sobre los pensamientos de la Quileute. Sus orbes dorados pararon en la pelirroja, que sus orbes brillaban de preocupación y sus mejillas rojizas como tomate, le causó ternura los pensamientos de la muchacha hacia su hermana y la joven de rizos.
》No quiero que peleen, son amigas.《
—¿Vamos?— le preguntó a la pelirroja, en donde esta se asustó y se encontró con la mirada dorada del cobrizo. Sus mejillas se sonrojaron aún mas que antes y asintió con la cabeza al no poder encontrar su voz.
— Oye cabellos de escoba trata bien a nuestra Magda.— amenazó Ethan, abrazando por los hombros a la pelirroja.— o sino te la verás con nosotros.
》Y con nuestro bate.《
—Exacto.— habló Elliot, estando de acuerdo con su hermano, cuando los gemelos sienten un gran tirón de orejas por parte de Avary.
—Ya déjenlo en paz.— los castigó a los dos.— mandame saludos a Andy.
— Lo haré.— sonrió incómodo el lector de mentes ante las miradas amenazantes de los gemelos.
—Realmente tu casa es muy hermosa.— comentó Magda todavía mirando el interior del hogar Cullen.
》Una casa de cristal, hermoso.《
Edward sonrió al escuchar ese pensamiento de parte de Evans y dijo.
— Ya viniste aquí.— le habló cerrando la puerta de la entrada, mientras se sacaba el saco y lo dejaba en el perchero.
—Oh bueno...
—¿Que?— interrumpió Isabella mirando confundida a la pelinaranja.— ¿Tú ya viniste?
Magda hizo una mueca con sus labios al no entender ese tono acusatorio y asintió con la cabeza.
— Si.— respondió.— Andy me invitó a una noche de chicas, aquí.
— Si... y a mi y a los chicos nos echó.— rió negando con la cabeza el cobrizo.— por aquí.
Las dos lo siguieron hasta llegar al salón en donde allí colocaron sus mochilas en los sillones, agarraron varios almohadones y los tiraron en el suelo para sentarse allí cerca de la mesita.
— ¿Quieren tomar algo?— preguntó cordial el cobrizo, intentando ignorar el ambiente incómodo que hay entre los tres, sin entender el por qué.
— Mmm... agua por favor.
—Si, lo mismo.
Edward asintió con la cabeza y se dirigió hacia la cocina dejando a las dos allí. Magda se concentró en sacar sus materiales de la mochila intentando ignorar los orbes chocolates sobre ella.
—¿Quién es Andy?
La ojiceleste miró a la Swan al escuchar aquella pregunta y respondió.
— Es la novia del doctor Cullen.
—Oh...— murmuró.— ¿Y ella puede echar a los chicos de su propia casa solo por una fiesta?
》Ella solamente es... una noviecita.《
Magda frunció el ceño molesta y dijo.
—No se que estas pensando.— murmuró.— pero todos estuvieron de acuerdo.
》Y Andy no es solo una noviecita, es la pareja del doctor Cullen.《
— Si tú lo dices...
Magda abrió la boca indignada a punto de responderle cuando apareció el cobrizo con una mueca de desagrado en sus labios. Colocó los vasos sobre la mesa y sin mirar a ninguna de las dos, dijo.
— Comencemos.
Los minutos pasaron y cada uno se dividió las preguntas. Magda se encontraba intentando concentrarse en sus preguntas ignorando la conversación divertida entre el cobrizo y la castaña, con un sentimiento de molestia y de incomodidad al sentirse como un tercero y verlos hablar tan cómodamente mientras que ella apenas podía hablarle.
Suspiró.
—Vamos.— pensó.— no es tan difícil esto...
Edward miró a su otra compañera de biología en donde la vio que mordía con fuerzas la punta del lápiz, y arrugaba su nariz frustrada.
—¿Quieres ayuda?
Los ojos celestes de Magda pararon hacia el cobrizo y sus mejillas se volvieron a colorear de un adorable carmín.
La pelinaranja negó con la cabeza.
—No, puedo hacerlo.
Edward sonrió ladino.
—¿Segura?
—Si.— asintió con la cabeza, volviendo su atención hacia su libro de biología intentando calmar a su acelerado corazón que se había quedado deslumbrado ante esa hermosa sonrisa.
— Edward yo no entiendo esto.— aprovechó la castaña, sonriendo en su interior al tener la atención del cobrizo.
Edward se acercó a la Swan, conteniendo la respiración para no oler el exquisito aroma de la castaña, agradeciendo en su interior que la pelinaranja estuviese aquí al poder tapar su aroma desagradable por el de Isabella.
Magda aplanó los labios y gruñó al seguir atrapada en esa pregunta, llamando la atención del cobrizo, en donde se la encontró con la frente apoyada en la mesa, rendida.
El Cullen rió y se acercó a Evans, al terminar de ayudar a la Swan que se encontraba insatisfecha al verlo alejarse de ella.
—¿Magda?
La pelinaranja levantó la cabeza, pegándose en su frente la goma de borrar en donde el Cullen se lo sacó y lo dejó a un costado, disfrutando en su interior las mejillas rojas de Evans.
Era muy adorable.
Tan adorable como su chica de las notas.
— ¿Ahora quieres mi ayuda?
Magda bufó y asintió con la cabeza con timidez, pasando su hoja llena de preguntas que le tocó hacer, junto con el libro de biología y sus respuestas.
El cobrizo intentó en no arrugar su nariz al pegarle de lleno el aroma de Magda, sin poder creer ni entender como es que su padre junto con sus hermanos pueden estar tan cerca de sus compañeros al oler de aquella manera desagradable que siempre los rodean, que la pelirroja tenía casi el mismo aroma.
¿El amor?
¿La unión que hay entre ellos es tan fuerte?
Y recordando ver a su padre y hermanos tan felices con sus parejas... debe ser así.
Y viéndolo de un lado positivo, se pueden acercar a ellos sin ganas de comerlos o con miedo de saltar a su yugular cada vez que huelen su sangre, como le pasa a Edward con Isabella.
El lector de mentes miró con curiosidad la pregunta que le costaba a la pelinaranja y observó las respuestas en donde se quedó sorprendido.
—¿Están mal las otras respuestas?— preguntó con timidez la pelinaranja al ver que no hacía ningún movimiento, sino que observaba la hoja muy atento.
Edward apartó su mirada de la hoja para clavarla en su compañera que lo miraba curiosa y esperando alguna respuesta.
Miró con atención una vez más las palabras de la hoja, cada letra, cada trazo que había y no tuvo ninguna duda.
Era las mismas letras de la chica de las notas.
Su chica misteriosa.
Sus orbes dorados volvieron hacia la pelirroja...
No.
Espera, ella no es pelirroja.
Su cabello no es rojo.
》En fin, esta bufanda es rojo y me encanta este color y no, no es porque me llaman pelirroja.
No es por mi cabellos.
¡Joder! ¡Ni siquiera es de ese color!
¡No es rojo, rojo!《
¡Es naranja!
De tonos naranjas.
Edward rió al recordar aquella carita de anteojitos en donde decía que necesitaban lentes.
Porque si.
Él realmente los necesitaba al no haberse dado cuenta que estaba más cerca de lo que imaginó.
— ¡No te rías de mis respuestas!— se quejó Magda con sus mejillas rojas de la vergüenza.— ¿Tan mal estan?
Edward negó con la cabeza y le devolvió la hoja junto con el libro.
— Están muy bien.— le respondió.— y la respuesta está en esta parte del libro.— le señaló.
— Oh... tienes razón.— agarró el libro.— ¡Gracias Edward!
— De nada.— respondió con una sonrisa en sus labios.— por cierto... tienes muy linda letra.
》 Me gusta.《
— ¿La letra?— se le escapó en donde carraspeó avergonzada, y se corrigió.— ¿Mi letra?
— Si.
— Es horrible.— arrugó la nariz en desacuerdo.— mira, ésta se mezcla con la P, ¿Y qué es esto? ¿Una S o una R?
》¿Sabes cuanta veces no pude comprender mis apuntes por no entender mi letra? ¡Muchas! Mamá siempre me retaba por ser tan desprolija.《
Edward notó el cambio de tono al hablar de su madre, en donde logró ver en la mente de la pelinaranja una imagen de una mujer adulta con el mismo tono de cabellos ondulados en donde le decía a una Magda más pequeña que su letra debía ser mejor, ya que después no lograría comprenderse. Luego otra imagen pasó, en ella se podía ver a la joven Evans con un hombre de cabellos rizados castaños, que supuso que era su padre enseñándole a escribir.
—Creo que tu letra es bastante linda y se puede comprender.— fue lo único que pudo decir para que dejara de estar triste y no comenzara a recordar a sus padres.
— Tu letra es hermosa.— le respondió Magda.— hasta te tengo envidia de que sea tan prolija.
》Encima de hermoso, escribe precioso.《
Edward sonrió ladino ante el pensamiento de la pelinaranja que la miraba confundido. Sus orbes se encontraron, celestes versus dorados, provocando que el corazón de Magda comenzara a latir con rapidez y sus mejillas a colorearse de un tono rojizo, pareciéndole al lector de mentes muy adorable.
Como siempre se la imaginó.
— ¿Podemos terminar esto?
Tanto el Cullen y Evans apartaron la mirada para clavarla en la castaña Swan que los miraba molesto a los dos.
— Sisi, yo... ya termino.— tartamudeó nerviosa Magda comenzando a escribir aquella respuesta que el cobrizo la ayudó.
— Bien.— respondió la Swan, ahora mirando al Cullen.— Edward necesito que me ayudes con esta pregunta.
— Si, dime.— le preguntó prestando atención a la castaña pero mirando de reojo a la pelinaranja.
Y sonrió.
Pasaron varios minutos y ya tenían más de la mitad del trabajo hecho, solo faltaba hacer algunos gráficos de bacterias y gérmenes que eso se encargaría el Cullen.
— Hola chicas.— saludó de repente el patriarca Cullen que llegaba del trabajo mirando a las invitadas, que se habían asustado ante la repentina voz, que luego el rubio miró al cobrizo.— hola hijo.
— Hola papá.
— Hola Doctor Cullen.— saludaron las dos tímidas.
— ¿Quieren que prepare algo para comer?— le ofreció.— puedo intentar prepararles algo...
— Oh no... ya terminamos.— habló Magda.— mi tío me debe estar esperando...
》Eso si... ¿Puedo pasar al baño?《
— Si, por supuesto.— le sonrió el patriarca Cullen.— acompañame.
— Oh.. bien.
—¡Papá!— apareció de repente Alice con anteojos negros, llenas de bolsas junto con Jasper, Rosalie y Emmett también con bolsas.— ¿¡Y Andy!?
》Oh... hola Magda, es bueno verte aquí todavia.《
— Hola Alice... otra vez.— sonrió la pelirroja.— y hola chicos.— saludó a los otros, en donde asintieron con la cabeza, ya que se encontraban de mal humor por su hermana de cabellos pixie.
—Andy dijo que ya vendría... tuvo que ir a hacer algunas cosas...
— ¿¡Como!?— chilló indignada.— ¿¡No está aquí!? ¡La necesito!
》¡Es urgente!《
— Me doy cuenta.— susurró el patriarca Cullen al verla llena de bolsas del shopping.
Cuando Alice va de compras... es porque está en una crisis existencial.
Y se ve... que esta es una crisis existencial muy importante.
Los oídos sobrenaturales escucharon la voz de Andy cantar 》NO CULPES A LA NOCHE, NO CULPES A LA PLAYA, NO CULPES A LA LLUVIA, SERÁ QUE NO ME AMAS《 mientras apagaba el motor del auto y salía de él, para dirigirse hacia el interior de la casa. Que ni siquiera pudo tocar la puerta ya que había ido el doctor Cullen a abrirle mientras que Magda siguió a Rosalie que amablemente la llevó al baño y Alice junto con Jasper y Emmett llevaron las bolsas a la habitación de la vampira.
— ¡Carlitos!— se abalanzó para darle besitos por todo el rostro al rubio.
— Hola amor.— se dejó de mimar por su humana.
— ¡No sean tan empalagosos!
— ¡Tu y Elliot son peor!— se defendió la pelinegra con una sonrisa burlona en sus labios.
Andy se acercó hacia donde se encontraban la mayoría, que era el salón donde se encontraba Edward junto con la humana, en donde sus orbes negros chocaron en la castaña que no conocía, que la miraba fijamente sintiendo incomodidad.
— Hola soy Andrómeda.— saludó la morocha, ignorando ese sentimiento y llevó su mano para estrecharle con el de ella, cuando la castaña no le correspondió.
Solo dijo.
—Hola.
Andy aplanó los labios y llevó su mano hacia el bolsillo trasero de su jean y asintió con la cabeza.
— Eres... Isabella Swan.— comentó.— la hija del Sheriff...
— Si.— cortó, para luego mirar al cobrizo.— ¿Me... podrías llevar a casa Edward?
La rubia, Rosalie, que había bajado del segundo piso al igual que Emmett y Jasper, gruñó de desagrado al ver la falta de respeto hacia la pelinegra, que ésta se quedó perpleja ante lo cortante que fue con ella.
Y no iba a quedar así.
— ¿Te hice algo?
La castaña miró a la mujer común en frente de ella, que no tenía el mismo atractivo que los Cullen y negó con la cabeza.
— No.— negó con la cabeza.— solo estoy cansada.
—Bueno si... yo también estoy cansada.— sonrió falsamente.— y no hablo cortante hacia una persona que no conozco y que te habló bien.
》Pero bueno... todos manejan sus cansancios de diferentes maneras, Edward ya llévala a casa y vuelve ¿Si?《
— Si.— respondió incómodo y molesto por la actitud de la Swan.— estoy esperando a que Magda salga del baño...
—¿¡Mi bella Magda está aquí!?— aplaudió emocionada Andy cuando proceso la información.— oh.. pero ¿Ya se va?— hizo un puchero.
— ¡Nadie se irá de esta casa!— chilló Alice bajando las escaleras colocándose sus lentes en la cabeza y siguió.— ¡Tenemos una reunión de chicas! ¡URGENTE!
》Bueno... Isabella si se irá... ¡Pero Magda no!《
— ¿Que paso conmigo?— preguntó la pelirroja justo bajando las escaleras, en donde se avergonzó al tener todas las miradas sobre ella y más al tener la mirada furiosa de la Swan sobre ella.
—¡No te irás!— la señaló Alice.— ¡Hoy sabrás la verdad!
—¿Verdad? ¿De qué?— preguntó curiosa.— espera... mi tío me debe estar esperando..
—Yo te llevo después, ahora le hablo a tu tío de que hay una reunión de chicas... no te preocupes.— le sonrió Andy, sacando el celular comenzando a mandar el mensaje a Theo.— pero igual no podemos empezar la reunión súper urgente porque falta Esmeralda.
—¡Andy!
—Hablando de Roma.
Todos vieron como venía danzando en las nubes Esme Cullen con sus flores tulipanes y la bella nota en sus manos. Los orbes le brillaban como dos soles causándole ternura a la mayoría allí.
—¿Si, Esme?
—¡El ya está listo!— chilló emocionada, dejando la flores en la mesita, entregándole la nota a Andy que lo leyó.— ¡Una semana! ¡En una semana sabré quien es!
Magda sonrió incómoda y feliz al ver a Esme de aquella manera, en donde cuando llegue al departamento le hablará seriamente a su tío para que todo salga bien.
Edward sonrió aún más, al ya saber quién era el misterioso hombre de las notas de su madre y al confirmar por completo que su chica misteriosa no era nada más ni nada menos que la hermosa pelirroja que sonreía gigante con sus mejillas rojas y esos orbes celestes brillando como el cielo despejado que miraba emocionada a su madre, Esme chillar de la emoción junto con Andy que saltaban las dos contentas por la nota y las flores.
Esa hermosa pelinaranja era su chica de las notas y bufandas.
Magdalena Evans.
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¡POR FIN PUDE TERMINAR EL CAPÍTULO! No saben lo que me costó.
👉 ¿¡Que les pareció!?
👉 ¿¡Les gustó!?
👉 ¿Que piensan de Alice, Judy y la loba?
👉 ¿De la situación entre Magda, Edward y Bella?
Al final me decidí... van a odiarla.
Espero que les haya gustado.
¡Voten y comenten!
QUIERO MUCHOS COMENTARIOS Y VOTOS.
Y VAYAN A DARLE AMOR A ALICE, LOCO, ESTA RE ABANDONADA POBRECITA.
Las amo con todo mi corazón, se acerca los finales de estas historias <3
Besitos.
~M.
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