Capítulo Único
Yuma y Rin se detestaban. Ambos eran buenos en clases y terminaban por hacer competencias entre ellos para ver quien salía mejor, y por esto siempre eran los mejores dos promedios. El tercero era Len pero a ese nadie lo notaba.
Pero si había algo que ambos tenían en común era su mismo grupo de amigos. Incluso Len, hermano gemelo de Rin, era el mejor amigo de Yuma, y Gumi quien era la novia de Len, era también amiga de Yuma y mejor amiga de Rin. Los cuatro habían empezado estar juntos desde que comenzó la secundaria y ahora en preparatoria no habían perdido esa costumbre. ¿Cómo era entonces que se llevaban tan mal luego de convivir por tanto tiempo? Los que se pelean se aman respondían Len y Gumi cuando les preguntaban.
Esa noche era navidad y habían decidido hacer una salida de amigos para comer y celebrar juntos haciendo un intercambio de regalos entre los cuatro. Qué curioso que a Yuma y a Rin les haya tocado justamente entre ellos, fue lo que le dijo Gumi a Len luego de haber arreglado el sorteo.
La pareja sabía que sus amigos se gustaban, sólo necesitaban un empujoncito.
Por su parte, Rin y Yuma sabían que todo había sido un truco de Gumi como los muchos trucos que hacía para juntarlos, por lo que decidieron no protestar y lo aceptaron. Había pasado tantas veces que ya veían inútil resistirse.
Ya había llegado la hora de abrir los regalos y Yuma fue el primero en abrir el suyo, todos, en especial Rin, estaban atentos para ver lo que él había comprado.
—Ten —le dijo con poca gana y Rin lo recibió para empezar a abrirlo al instante.
Eran unas guías de estudios de matemáticas y plumas de colores.
—Yuma, ¿es en serio? —preguntó Gumi con mucha decepción casi sintiéndose defraudada por el regalo, pero Rin no decía nada solo observaba las cosas en silencio.
—¿Cómo...? ¿Cómo supiste? —preguntó Rin finalmente.
Yuma se rascó el cuello y apartó la mirada un poco avergonzado.
—Escuché que le preguntabas a la profesora el precio de esas guías y que dijiste que deberías ahorrar mucho para comprarlas. Y bueno, de casualidad las vi y las compré. No es que las haya buscado o algo por el estilo, fue casualidad. Y las plumas pues... sé que te gusta dibujar en clase y estaban junto a las guías.
—Pero, Yuma, esto es caro. No puedo aceptarlo. Es decir las guías y...
—Úsalas para ver si algún día logras ganarme en matemáticas.
Rin hizo una mueca de molestia y guardó las guías en su bolso junto a las plumas de colores. En el fondo estaba feliz por ello. Creía que quizá sería algún regalo mediocre como una blusa o un perfume, eso que regalas cuando no sabes que regalar, pero en realidad Yuma la conocía muy bien.
—Gracias, Yuma.
Un pequeño rubor se formó en la cara del chico por lo que apartó la mirada y volvió a rascarse la nuca.
—No es que lo hubiese hecho con gusto, pero de nada.
Gumi dio un grito interno de fangirl.
—¡Sigue Rin! —exclamó Gumi y la nombrada la vio extrañada.
—Pero seguías t...
—Eso no importa. Len y yo nos amamos y ya sabemos que regalarnos, primero háganlo ustedes.
—Claro —respondió Rin resignada. Después de todo aunque dijese algo no serviría de nada.
Sacó una bolsa de debajo de la mesa y se la dio a Yuma.
—No es la gran cosa pero no he logrado encontrar un trabajo y bueno... es lo que hay.
Yuma abrió la bolsa y se encontró con una tela suave de color rojo casi vino, y al sacarlo se dio cuenta de que era una bufanda bastante larga.
—E-el otro día escuché que dijiste que no tenías una bufanda así que vi esta y decidí comprartela. Es bastante larga pero... a mí me gustó, digo por si me la quieres devolver.
Yuma en realidad se había comprado una bufanda el mismo día que había dicho eso, pero por supuesto no lo diría.
—No tenía más dinero así que eso es lo que hay.
—Vaya, me diste una salvada, la verdad no había encontrado una bufanda tan grande como esta. Gracias.
Rin se sonrojó y empezó a beber un poco de su bebida para después hablar.
—De nada.
—Diablos, son tan lindos —le susurró Gumi a Len mientras le daba golpes a su pierna bajo la mesa por la emoción.
—Sí, lo son —le respondió Len para luego reír un poco.
[...]
—Me la cuidas bien, por favor —le dijo Len a Yuma mientras tomaba a Gumi de la cintura.
Como era normal, Len pasaría la navidad con los padres de Gumi y luego Gumi iría a pasar año nuevo a casa de Len, por lo que Rin tendría que volver a casa acompañada de Yuma como favor de su hermano. Y aunque quisiese Rin no podría decir no porque no quería que Len perdiera tiempo en ella que podría gastar con Gumi, y si decidía volver sola, sus padres la regañarian, además de que su hermano no lo permitiría.
Yuma asintió respondiendo al pedido de Len pero Rin hizo una mueca de disgusto como respuesta.
—Yo puedo cuidarme sola, gracias.
—Ay, Rin, no hay nada que se compare a que un hombre te cuide —le dijo aferrándose al brazo de Len.
—No necesito que un hombre me cuide.
—Uy, la feminista —habló Yuma.
—No soy feminista, imbécil.
—Bueno, nos vemos el lunes entonces —dijo Gumi para acercarse a Yuma y a Rin para darles un abrazo y un beso en la mejilla—. No importa lo que diga, tú cuídala —terminó, refiriéndose a Yuma.
Este asintió en respuesta.
—Ya estuvo bueno —se quejó Rin empezando a caminar dejando atrás a los demás.
—¡Hey! ¡Espera! —exclamó Yuma y la persiguió apresurando el paso y dejando a la pareja atrás, quienes en seguida empezaron a caminar juntos hacia su destino.
Pronto Yuma la alcanzó y Rin bajó el ritmo de sus pasos para ambos ir a la misma velocidad. Sabía que quisiera o no, debía ir con Yuma.
Ambos no dijeron nada mientras caminaban, era incómodo siempre que tenían que estar sólos. Mientras caminaban una fuerte brisa helada sopló haciendo que Rin se abrazara a sí misma y temblara por el frío. Yuma también lo sintió, pero él estaba mucho más abrigado que ella.
—¿Tienes frío? —preguntó y Rin hizo una mueca de molestia.
—No, estoy temblando porque tengo calor.
—Uy, ¿siempre tienes que ser tan insoportable?
—¿Y tú siempre tienes que preguntar estupideces?
—Al menos yo no salí en short en una noche fría.
Ella hizo una mueca de molestia y apresuró un poco el paso para caminar adelante de él. No quería darle alguna otra razón para molestarla. Sin embargo, no podía ignorar el frío que sentía. Sus uñas ya se habían vuelto moradas y su labio empezaban a temblar. Definitivamente había sido mala idea ponerse una ropa tan corta esa noche.
Yuma notó que la chica temblaba y se sintió un poco mal por ella, a pesar de que ella había sido "muy tonta" al salir así. Se quedó de pie un momento para poder sacar de la bolsa la bufanda que ella le había comprado y se apresuró a alcanzarla para poder dársela.
—Rubia, ten —le dijo Yuma, y Rin se detuvo un momento mirando incrédula la bufanda.
—¿Para qué me la das?
—¿No sabes para qué sirve una bufanda?
—No seas idiota —respondió con molestia—, ¿crees que una bufanda va a cubrirme de todo el frío que está haciendo?
—Peor es nada ¿no?
La chica la tomó pero lo pensó demasiado hasta que se la devolvió.
—¿Y ahora qué?
—Fue un regalo, no puedo estrenarla yo.
Yuma rodó los ojos y tomó la bufanda para luego ponerla al rededor de su cuello, de forma muy desinteresada, y luego la quitó para devolvérsela.
—¿Feliz?
—Simula que te gustó el regalo al menos —le dijo recibiendo la bufanda de nuevo.
Él se sintió un poco mal con ello, en realidad la bufanda sí le había gustado, y quería estrenarla, pero con Rin presente era algo muy vergonzoso.
—¿Qué te parece si entonces compartimos la bufanda? Es grande de todas formas, si permanecemos juntos podríamos caminar con ella.
Rin lo miró extrañado, pero en cierta forma la idea no le parecía tan descabellada, después de todo, quería ver a Yuma con la bufanda que le había regalado.
—Intentémoslo —respondió para sorpresa de Yuma. Habría esperado alguna ofensa o burla de su parte, pero parecía que por fin se ponían de acuerdo con algo.
Y así lo hicieron.
Empezó Yuma enrollando la bufanda en su cuello. Era muy caliente y le dio una sensación reconfortante. Luego le dio otra parte a Rin y esta se la acomodó. Por un momento parecía que la idea iba a funcionar, hasta que empezaron a caminar.
La bufanda era larga, pero no demasiado.
—Camina más cerca de mí o no podremos hacerlo —le dijo Yuma, y Rin hizo una mueca de disgusto.
—¡Esto no va a funcionar! exclamó —exclamó haciendo que Yuma perdiera un poco la paciencia.
—Sólo tienes que caminar cerca de mí, es todo.
—Ugh, no. Ya es suficiente tener que caminar contigo.
—Rayos, qué molesta —se quejó y tomó a Rin por los hombros decidido a obligarla a acercarse a él.
—¿Qué haces?
—Ya deja de ser una niña malcriada.
—¡No me toques con tus manos! —exclamó para empezar a correr, pero olvidó que justamente no podía hacerlo porque sus cuellos estaban unidos por la bufanda que ahora parecía cuerda.
Ella perdió el equilibrio y terminó por caer el suelo llevándose a Yuma con ella. Cayó sentada sobre el frío suelo lleno de pequeños cúmulos de nieve que la hicieron estremecerse al contacto. Y Yuma se llevó la peor parte cayendo sobre su rodilla izquierda provocando un fuerte calambre en toda su pierna.
—¡Mierda! —exclamó por el dolor.
Rin también se había lastimado, pero estaba consciente de que Yuma se había llevado la peor parte.
—Oh, Yuma, lo siento —dijo prepcupada mirando su pierna, luego levantó su mirada hasta sentir que su nariz había rozado algo.
Era la nariz de Yuma.
Ambos se quedaron estáticos al ver el rostro del otro tan cerca del suyo. Y sus mejillas en seguida se coloraron. Incluso la sensación caliente de sus alientos daba cierta sensación de calidez que en un frío como ese era bienvenida, sin embargo, en ellos solo terminaba por provocar un cosquilleo extraño sobre sus labios. Sus narices volvieron a chocar cuando Yuma hizo un movimiento para intentar ponerse de pié, pero perdió el equilibrio en el intento. Se movía torpe y ni siquiera sabía qué hacer.
¿A caso quería besarla?
Por su parte, el corazón de Rin latía tan rápido que sentía que iba a desmayarse. No podía moverse. Inconsciente llevó una mano al pecho de Yuma sintiendo la calidez de este. Sintió un fuerte impulso de abrazarlo. No sabía si era el frío el que provocaba esa sensación en ella, pero quería hacerlo.
—Lo siento —se disculpó Rin y se acercó al pecho de Yuma adentrando sus brazos dentro de su chaqueta y sintiendo esa calidez que sólo el calor corporal de otra persona podría proporcionarle.
Yuma cambió de estar sonrojado a estar sorprendido por la acción de Rin. Era quizá la primera vez que lo abrazaba. Borró de su sistema sus pensamientos pasados y sonrió un poco apenado.
—Creo que deberíamos ponernos de pie antes de estar así —le dijo, y Rin se alejó avergonzaba.
Se había dejado llevar por el momento.
Yuma fue el primer en ponerse de pie, aunque terminó por poner más peso en su pie derecho por el dolor que le ocasionaba su rodilla izquierda. Rin estaba avergonzada por ello, y no sabia que hacer o qué decir para remediarlo, y él lo notó.
—Tranquila, fue un accidente.
Pero eso no fue suficiente para Rin.
—Vamos, rubia, tranquila. Ven, ayúdame a caminar y eso será más que suficiente.
Él extendió sus brazos hacia ella, y Rin, aunque estaba un poco avergonzada por su acción, se acercó sin decir nada, y sintió de nuevo la calidez de Yuma cerca de ella. Para él también era placentero.
Era agradable cuando sus cuerpos estaban juntos.
—Quizá mamá te deje dormir en la cama de Len por hoy —le dijo y él rió.
—Tu mamá me adora, por supuesto que me dejará.
Ambos rieron y empezaron a caminar juntos. Aún compartiendo la gran bufanda que en cierto modo los había acercado más esa noche.
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Este es mi regalo de cumpleaños de mí, para mí y para ustedes <3
Llevaba rato queriendoles escribir por lo menos un shot y aquí está.
Yo hice el dibujo kk de la portada, pero este shot salió porque lo estaba haciendo y yo como "¿por qué no hago un fic donde...?" Kajdjajd
Gracias por leer <3
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