Primer y único capítulo.
Llevo mis manos hacia mi cara, tapándome la nariz y boca, tratando de respirar algo de aire tibio. Mis manos están rojas del frío. Todo mi cuerpo está temblando.
¿Dónde estás, Ryouta?
Mis pies duelen a causa del frío, a penas puedo caminar. Llego a la biblioteca y me siento al lado de la pequeña estufa a gas para calentarme aunque sea un poco, a los pocos minutos después llegan más personas buscando calor al igual que yo. Me incomodo estando entre tanta gente desconocida y renuncio al calor que la estufa eléctrica me estaba brindando.
Sigo con mi búsqueda, tratando de ignorar el frío que me recorre de pies a cabeza.
El timbre suena y bufo, no había podido a encontrar a Ryouta.
***
Ahora sí que lo voy a encontrar, después de todo, él tiene práctica de básquet hoy después de la escuela. Me dirijo hacia el gimnasio y me sorprendo al ver sólo a Kasamatsu discutiendo con el rechoncho entrenador de Kaijo. Espero a una distancia prudente, y cuando dejan de hablar entre ellos camino hacia el chico pelinegro, que tiene el ceño fruncido.
—Kasamatsu-san —le llamo, y él inmediatamente se gira a verme—. Quisiera hacerle una pregunta.
—Dime.
—¿Dónde está Ryouta?
—¿Kise? —Asiento— No lo sé. La práctica se canceló hoy por el frío y la lluvia, los jugadores podrían enfermarse.
—Ah, entiendo...
—Oi, ¿estás bien? Te ves algo pálida...
—E-Estoy bien... sólo tengo algo de frío —reconozco en voz baja.
—Sé que si alguien nos ve podría malinterpretarlo, pero... —Kasamatsu me estrecha entre sus brazos, dándome de su calor. Yo me aferro a él ya que está tibio, muy agradable.
—Gracias, Kasamatsu-san. —Levanto la cabeza para mirarlo a los ojos, y me doy cuenta de que estamos muy juntos.
Kasamatsu-san se sonroja violentamente y se separa de golpe, pero yo sigo en el mismo lugar de antes.
—S-Si quieres vamos a la enfermería para que te den algo caliente o algo... —murmura, perdiendo el sonrojo.
Vuelvo a asentir y me acompaña a la enfermería. Por el pasillo, la gente que queda en la preparatoria nos mira y nos señala «disimuladamente».
«¿Qué hace la novia de Kise-kun con el capitán de Kaijo?»
«¿Estará engañando a Kise-kun?»
«¿Cómo se atreve a engañar a Kise-sama?»
«Zorra desgraciada...»
Y así, insultos, conclusiones demasiado apresuradas para mi gusto, de todo para llevar. Aunque ambos escuchamos todo lo que están diciendo de nosotros, ninguno gira. Kasamatsu-san no ha parado para golpear a nadie porque lo tengo sujeto del brazo y le susurro cosas para calmarlo, sin importar mis esfuerzos, esa vena se sigue notando en su frente.
Llegamos a la enfermería y le informamos de mi situación a la encargada de la salud, ésta nos mira con cara de «¿Es en serio? ¿Sólo por eso vinieron a cargosearme?» y me prepara un té, de mala gana. Kasamatsu-san se despide de mí mientras ingiero la infusión y me desea buena suerte con eso de encontrar a Ryouta.
Termino de beber el té y me apresuro a salir de ahí para buscar a mi lindo novio, pero desafortunadamente, no lo encuentro.
***
Al día siguiente sigo con mi acción de buscar a Ryouta, pero sigo sin poder encontrarlo. Ayer había tratado de contactarme con él por Facebook dado que no tengo saldo en el celular para llamarlo, no contestó ninguno de mis mensajes, incluso, me dejó en visto. A pesar de eso, no estoy enojada en lo absoluto. Ryouta si no está ocupado con el equipo de básquet, está ocupado con su trabajo de modelo, él tiene que tener sus razones.
De nuevo, hace mucho frío. Entro al baño para ver un poco mi aspecto, mi piel está blanca a excepción de mi nariz, la cual está roja en la punta, me río de mí misma. Abandono mi acción cuando veo que algunas chicas comienzan a mirarme mal y salgo inmediatamente del baño. Desventajas de ser la novia del chico más popular de Kaijo; no sé cómo Ryouta se pudo haber fijado en mí, nadie lo sabe. Al principio pensaba que era una broma cuando él se comportaba tan lindo conmigo, pero luego de algunos sucesos se confirmaron sus sentimientos y ahora lo estamos intentando, lo cual va bastante bien ya que él me gusta mucho y realmente me estoy esforzando.
No lo encuentro en toda la jornada escolar, y me entero de que hoy no había asistido a clases. Preocupada, me decido a ir a su departamento. Él vive solo, por lo que me preocupo aún más.
Toco su puerta repetidas veces, pero nadie atiende.
—¡Ryouta! —sólo silencio.
Maldigo el hecho de no tener saldo en el celular.
Escucho ruidos del otro lado de la puerta y apego mi oreja para poder oír mejor. Me aparto rápidamente cuando la puerta se abre. Ryouta tiene su cabello desordenado, sus ojos se ven apagados y se ve malhumorado, casi irreconocible.
—¿Mh...?
—¡Ryouta! Te ves muy pálido, ¿estás enfermo? Tienes cara de enfermo, ¿cómo te sientes? ¿Estás bien? ¿Quiere que te prepare algo de comida o te traiga algo? —pregunto rápidamente y acercándome a él.
Pero él me aparta dándome un empujoncito con la palma de su mano en mi frente, cosa que me deja consternada.
—No actúes como si yo te importara.
—Ah... ¿qué?
—No te hagas.
—¿Por qué hablas tan frío? —pregunto con mi voz quebrándose.
Ryouta nunca me había hablado ni mirado así, con desprecio. Me encojo en mi lugar, instintivamente.
Él me enseña una foto en su celular mientras habla:
—Por esto.
En la foto, Kasamatsu-san me está abrazando. Trato de decirle la verdad detrás de esa escena, pero las palabras no salen de mi boca, no puedo creer que Ryouta piense que yo sería capaz de hacer tal cosa. Quiero golpearlo, y decirle que terminamos, por imbécil, pero a lo único que atino es a salir corriendo para poder ordenar mis pensamientos.
Escucho la puerta de la casa de Ryouta cerrarse y yo sigo corriendo.
***
No asisto a clases al próximo día, pues no me siento nada bien. Mi madre me mira triste antes de partir al trabajo.
El día pasa aburrido y bastante triste, no tengo ningún mensaje ni llamada de Ryouta, supongo que eso es un «terminamos» indirecto. Lloro, porque es el primer novio que tengo, y todo sale mal, yo sabía que nada de esto podría ser tan bueno y tan real. A mí no me pasaban esas cosas, nunca me han pasado.
Miro el reflejo de mis ojos tristes en la ventana y la golpeteo suavemente con la yema de mis dedos.
La puerta suena frenéticamente y me paro de golpe. Me acerco lentamente a la puerta y con sigilo, me pongo de puntitas y veo por la mirilla de la puerta, me sorprendo al ver a Ryouta, todo mojado gracias a la lluvia y con su pecho subiendo y bajando.
Se tira sobre mí a abrazarme mientras balbucea cosas que no le entiendo. Lo aparto, no porque esté mojado, sino porque no quiero que alguien que pensó mal de mí ahora me esté tocando.
—¡Lo siento, lo siento mucho! —es lo primero que le entiendo.
—¿Sientes qué?
—¡Haber pensado que me estabas engañando! Fui tonto... Senpai me explicó todo, que tú me estabas buscando y debido a que hacía tanto frío él trató de darte un poco más de calor y que luego fueron a la enfermería y... ¡lo siento muchísimo! —e hizo un reverencia.
—Te estaba buscando porque tenía frío y ya me acostumbré a abrazarte cuando tengo mucho frío... quería estar contigo... —susurro, mirando el suelo ya que es vergonzoso decirlo mirándolo a los ojos.
—¡...eres tan linda! —gritó Ryouta abalanzándose contra mí. Ahora sí acepto su abrazo— Saqué conclusiones apresuradas... me acordó a Teiko cuando me quitaron mi novia...
—Kise Ryouta, ¿qué cosas estás diciendo? Las novias no se quitan. Se ganan. Tú me gustas, así me ganaste, y aquí estoy, contigo. Además... se supone que me conoces, ¿no? Si yo estoy contigo... es por algo... Yo no quiero el calor de nadie más que no sea Ryouta...
Ryouta toma mi cara entre sus grandes manos, acerca su rostro al mío lentamente, hasta que nuestros labios se tocan. Pasa su lengua lentamente por mi labio inferior, lo lame, lo atrapa entre sus dientes para luego jalarlo con delicadeza, suelto un suspiro, amo los besos de Ryouta. Aprovecha que mi boca está entre abierta para adentrar su lengua en mi boca, la explora a pesar de que ya ha estado muchas veces ahí. Mi lengua se entrelaza con la suya y nos separamos por falta de aire. Le doy un piquito más, un beso en la nariz y luego hunde su cabeza en la curva de mi cuello; su respiración me da cosquillas, me agrada.
Lo invito a pasar y a secarse. Le doy toallas y se seca el cabello mientras conversamos sobre cómo le va en el equipo de básquet y en su trabajo cómo modelo.
—Ryouta... una pregunta...
—¡Pregúntame! —exclama feliz.
—¿Por qué....? ¿Por qué yo...? Tsch... ya sabes... —él me mira confuso— ¿Por qué yo te gusto?
Ryouta se pone a pensar en una respuesta.
—La verdad no sé cómo responder a eso. Sé que me gustas mucho pero no sé por qué... Supongo que por ser tú —me sonríe y se encoge de hombros.
—Esa no es una buena respuesta... —mascullo por lo bajo, y él se ríe.
***
En la preparatoria, al llegar, Ryouta se tira sobre mí exclamando mi nombre agregándole al final su típico «cchi», llamando la atención de todos. La gran mayoría chicas me mira mal, lo sé. Había rumores de que nuestra relación había terminado, pero confirmamos que no al besarnos enfrente de todos.
—¡Tengo un regalo para ti! —dice, contento y sonriente.
—¿A-Ah, sí? —pregunto, sorprendida y sonrojada.
—¡Sí!
De su mochila saca una bolsita de papel rosa y me la entrega.
—¿Puedo abrirla?
—¡Claro!
La abro tímidamente y veo con sorpresa que es una especie de bufanda de lana color rojo.
—¿Esto...?
—Es una bufanda. Ayer en cuanto llegué a casa busqué tutoriales para hacer bufandas, compré los materiales y me desvelé haciéndola.
Se notaba que todo lo que decía era completamente verdad. Se veía mal hecha y con agujeros, pero me parecía completamente perfecta por el simple hecho de que Ryouta la había hecho para mí.
—Eres la persona más genial que he conocido, Ryouta.
Él se sonroja levemente y yo quiero morir de la ternura. Lo amo, ahora sí puedo decir con toda seguridad que realmente lo amo, pero no se lo diré.
—E-Es para q-que cuando no me encuentres, puedas darte calor con ella, y recordar que aunque yo no esté contigo físicamente, si lo estaré m-moralmente...
Se escucha un «Awww» y recuerdo que aún estamos en medio de la preparatoria, con casi todo el mundo observándonos. Me sonrojo hasta las orejas y tapo mi cara con la bufanda. Ryouta me abraza mientras carcajea levemente y planta un beso en mi frente.
«Te amo, Kise Ryouta».
Lo escribí hoy en el mediodía, pues quería escribir algo de Kise y no poz, salió esto xd
Espero que les haya gustado uwu bye bye~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro