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EPÍLOGO.

Pov Elian.

—Oye, ¿Nos hemos visto antes cierto? —le pregunté a un apuesto hombre empleado de ojos celestes y barba algo crecida pero prolija.

—¿Tan rápido olvidas a los que te hacen favores? —enarqué una ceja— Te presté un pantalón en una de las fiestas de la señorita, siempre nos contrata para eventos.

—¡El camarero amable! —sonreí con más emoción— Vaya y pensar que todavía me recuerdas. Elian, un placer. —Estando a su costado le extendí mi mano, la cual miró por la cantidad de anillos, pulseras y mi hermoso barniz negro que le encantó, seguramente.

—Scott —la estrechó en forma de saludo—. Difícil de olvidar a semejante personaje —murmuró haciendo una mueca, mientras continuaba acomodando lo que supongo eran adornos.

—Adivina qué... —me acerqué moviendo mis hombros juguetón—. Necesito otro favor.

Giró el rostro y su divertida sonrisa quedó a centímetros de mi cara.

—Que descarado —miró mis labios— ¿Esta vez me recompensarás? —respiré hondo, lo miré fijamente y dejé caer mi rostro a un costado.

—Podemos ser amigos si eso te es suficiente —me encogí de hombros—, el resto de mí le pertenece completamente a otra persona, así que no puedo ofrecerte nada más. —quedó gélido unos segundos para soltar una espectacular risotada y componerse cuando la gente se nos quedó viendo.

—Pensar que puedes ser todavía más extraño de lo que creí —con una media sonrisa humedeció sus labios y me observó sobre su hombro—. ¿En qué puedo ayudarte?

Mi sonrisa creció de extremo a extremo.

—Verás... —me acerqué por detrás a su hombro y pasando mis brazos sobre éstos señalé a los miles de paparazzis en la entrada—. Si algo interesante sucede —se vió curioso y extrañado—, por ejemplo, y hablo hipotéticamente, obvio... Si el novio necesitara salir ¿Podrías tú y tus lindos compañeros detener a los paparazzis y así puede irse sin interrupciones?

—¿Qué estás diciendo... —sonreí cerca de su oreja todavía mirando a las cámaras y mi lengua recorrió lentamente mi labio superior.

—¿Puedes o no mi lindo nuevo amigo? —respiró profundo y soltando un suspiro cómico asintió.

—No sé que planeas, pero pondré a mis chicos al tanto por si acaso.

Thank you, mi chica allá está convenciendo a la florista en ayudar a abrir camino, espero todo salga bien y el novio escape. —le hice un gesto de "yey, todo listo" a Susan y ella me lo devolvió guiñando un ojo.

—¿Qué el novio qué? Por Dios ustedes de verdad están dementes —rió por lo bajo— ¿Y ella es tu hermana? —preguntó y negué con la cabeza.

—Ya quisiera, es una de mis mejores amigas. —aclaré con cariño y el chico sonrió amablemente.

—Están locos, vaya grupo de gente. —dicho esto besé su mejilla como agradecimiento por su colaboración y su diminuto compañeros apareció de repente, me miró algo feo y apretó los labios.

Obviamente hice lo más sensato en esa situación: me acerqué a él y lo abracé.

—¿También quieres un beso? Solo en la mejilla —tartamudeó y no entendí nada de lo que quiso articular—, espero eso te haga feliz bonita bolita de celos tan cute. —susurré en su suave piel y no supo cómo reaccionar, pero sí que enrojeció.

—Elian. —esa perfecta, preciosa y autoritaria voz me hizo sonreír con total alegría y soltar al chiquillo entre mis brazos.

—Cariño —lo vi parado junto a una de las butacas donde nos sentaríamos y caminé hacia él para saltar y abrazarlo, pero me detuvo de ambos brazos.

—Estamos en una reunión religiosa y formal, mantén la compostura y no le faltes el respeto a las personas de la iglesia con comprometamientos inadecuados. Es importante para Frank y su familia, mantente bajo control o te someteré. —me miró de una forma aterradora y solté un jadeo

—¿Estás consciente que cada palabra sofisticada y rebuscada que sale de tu boca me la pone dura no? —cubrió mi boca cuando una señora mayor, supongo abuela de Frank, nos miró arqueando una ceja.

—Cállate de una puta vez. —adoro que insulte, una fuerte corriente recorrió mi espalda y me senté en la butaca, quedando él frente a mí.

—¿Solo un poquito? Con diez minutos juro que estaré feliz y hasta le sonreiré a la novia, por favor. —le rogué tomando una de sus manos que me sujetaba y la froté suavemente por mi rostro.

—E-Eres... —respiró hondo y casi lo convencí, diablos—. En la casa de Dios no se permite ese tipo de comportamientos Elian.

—¿A sí? Pues explícale eso a los curas y sacerdotes que se follan mujeres, niños, hombres, niños, monjas, otros curas... —iba enumerando con obviedad— Más niños.

—No me convencerás hoy.

—Joder, amo y detesto ese lado adoctrinado y estricto tuyo cuando hay algún evento formal. —Hice una mueca pícara—. Recuerdo todavía la primer reunión formal que asistí contigo, fue putamente- —la hermana mayor de Hunter me dio un golpe en la nuca.

—La boca Elian. —Connor le dio la razón e hice un puchero de resignación.

—Yaaa, me callo, me callo. —a lo que mi príncipe me miró con mucho cariño.

Mis ojos se vieron calmados y brillantes al ver los suyos, sinceramente no necesito sexo siempre que me mire de ese modo. Todo en mí se tranquiliza cuando él esta cerca.

—Deja de ponerme inquieto tirándote excesivamente sobre otros sujetos... —susurró besando mi sien y volviendo a erguirse

—Mmh... —lo vi suspicaz con una mirada prácticamente felina— ¿Qué harás para entretenerme aquí? Es aburrido.

Vi como abría sus ojos y su inexpresivo rostro se suavizó.

— Te haré muchos... Muchos mimos. —noté sus mejillas liegramenre enrojecidas y mi corazón dió un salto.

Lograr acelerar el corazón de una persona que te conoce hace tantos años es increíble. Él es increíble.

—¿Te gustaría quedarte conmigo un poco más? —susurró en mi oído.

—Más de lo que podrías imaginar. —solté sin querer al sentir el calor de su mano en mi nuca.

Subió acariciando tiernamente mi sedoso y semilargo cabello, cosa que me relajó y lo dejé mimarme con soltura hasta que la orquesta comenzó a sonar, señal que la novia entraba.

Pov Frank.

Me encontraba parado en mi lugar designado frente al pequeño y algo cohibido hombre de Dios que iba a casarnos. Hunter, Chad y Aaron eran mis padrinos a mi costado, para sorpresa de nadie el cuarto padrino -Josh- estaba tarde.

Todos mis seres amados estaban ahí y entre ellos dos cabelleras negras, Susan y Elian se hicieron un ademán de "okay" y se guiñaron el ojo entre sí.

Algo planeaban esos dos, pero no tenía tiempo de preocuparme por sus juegos ahora.

Me paré de forma más hostil, con ambas manos en mis bolsillos, mientras Angie entraba a la sala con ese deslumbrante vestido, acompañada con la música de la orquesta, la iluminación y todo perfectamente calculado para verse mágico.

Pero mi mirada permanecía en mi familia, luego mis amigos y seguido se posó en la familia de Angie. Eran personas frías, falsas y de muchas maneras opuestas a mi lado de la iglesia. Podrían destruirnos si lo deseasen.

Miré la hora y habían pasado ocho minutos desde el audio de Tao, por lo que el tiempo seguía corriendo para mí y no podía seguir desperdiciándolo aquí.

—Al carajo. —Bajé los tres escalones cuando Angie estaba por la mitad del pasillo y me situé frente a frente con el señor Palace, su padre.

La música de inmediato se detuvo cuando levanté la mano en dirección a ellos y los miré hastiado.

—¿Frank? —La escuché balbucear confundida.

—Ustedes me dan asco —dije mirando fijamente al desconcertado señor—, no sé cómo dejaron que ella llegase tan lejos con sus delirios —la miré con repudio.

—¿Qué? No entiendo ¿Estás drogado? —inquirió molesto Palace al ponerse de pie.

—No pienso casarme con la arpía de su hija, que tuvo que manipularme para que esto sucediera y poder jugar conmigo —la miré y estaba estática— ¿Qué diablos está tan jodido en tu cabeza como para hacerme todo esto? ¿Tan lejos tenías que llegar? Usar mi culpa para tenerme ¿Te parece normal?

—No es... —balbuceó bajando la cabeza, sin quitar su perdida expresión—Yo solo quería... —pude sentir el frío y la angustia que ella estaba sintiendo.

En el fondo parecía quererme, aunque de una forma retorcida e insana, pero aunque no fuese así, dejarla en el altar era algo que la heriría. Más aún con todos los reporteros tomando fotos e inmortalizando el momento en internet.

—Me voy. —afirmé y el padre de Angie me tomó del brazo.

Pude ver en ese instante, por el rabillo del ojo, a mi pacífico padre ponerse de pie con una mirada feroz, seguido por todos mis hermanos apretando la quijada.

—Ni siquiera piense que... —me extrañó verlo tan confundido— Señor, se ve consternado ¿No lo comprende? —las hermanas de Angie, ambas, parecían sorprendidas y curiosas por la situación también.

Pero la madre y ama de llaves no lo estaban en absoluto, incluso evitaban mirarme, por lo que deduje por sus gestos que eran ¿Cómplices?

—Puede que mí familia sea pobre —me deshice del agarre del señor Palace y acomodé mi manga— Pero mi otra familia no lo es. —divisé a Connor el cual se levantó de su asiento al igual que Kilian, tomando su saco y colocándolo sobre su hombro.— Así que intenten acercarse a los míos y sabrán de lo que son capaces.

—¿Por qué... dirías eso? —preguntó el hombre que parecía estar por sufrir una especie de derrame por la confusión.

—No hablaba con usted ¿No es así señora Gertrudis? —ella levantó la nariz asqueada y me ignoró—. Amenazó a mi familia si no accedía a casarme. —Todos en la iglesia se asombraron, hasta el cura detrás de mí dijo "Cielos".

—Uhhh esto se puso buenísimo. —oí a Elian decir emocionado mientras metía bocadillos, velas, postres y todo lo que cabía dentro de una de las cestas de obsequios, que supongo quería llevarse.

—Son parte de los regalos que trajeron los invitad... —le susurró uno de los empleados que fue callado por Elian.

—Es una canasta, esta en una mesa: es un centro de mesa y punto. —Estrechó sus ojos a lo que el más pequeño levantó las manos—. Y me lo llevo. —asintió repetidas veces, rindiéndose el menor.

—Franky, escuchame —los ojos de todos volvieron a nosotros—, si te calmas puedo explicarlo... —Angie se quiso acercar, pero mi mirada furibunda la detuvo.

—Usted desconoce muchas cosas, dígame —observé a su padre fijamente— ¿Sabe sobre un acuerdo con su socio Funesy? —los ojos de esa gélida mujer, la madre de Angie, por primera vez se clavaron en mí.

—¿Una rata cómo tú cómo pudo conseguir... —siseó la delgada señora y podía ver como por dentro maldecía mi existencia.

—No... ¿Acuerdo? —murmuró Palace.

—¡No finjas! —gritó Angie con sus ojos llenos de lágrimas. Por primera vez la vi realmente expuesta a algo.

—¿De qué hablan hija? —el señor nos miraba a ambos moviendo su cabeza de un lado a otro, al igual que todos a nuestro alrededor.

—¡Me das asco! ¡Te odio, hipócrita! —chilló ella con la quijada apretada.

—¿A él? —pregunté— ¿Sabes que la que firmó ese contrato fue tu madre verdad? —me acerqué un poco a ella para que no muchos oyesen lo que iba a decir— Ese donde prometen no hablar de que fuiste violada por un pederasta ricachón siempre que le diesen dinero a cambio. El nombre de tu papi no aparece en él. —quedó en shock completamente.

—No... Eso no es cierto... Fue papá el qué... —miró a su madre en busca de ayuda, como esperando que lo negase y la salvara de todo el terror que mostraban sus ojos—. Pero dijiste que los hombres eran todos... —de repente sus padres comenzaron a discutir cuando su mamá intentó irse.

Estaba furioso con Angie, me había usado y ser usado por otra persona es una de las sensaciones más frustrantes que he experimentado, no se lo deseo a nadie. Pero también pude ver lo destrozada que estaba ella. Al ver su lado de la iglesia solo vi gente sin corazón, quizá una de sus primas valía la pena, pero ni siquiera se llevaban bien. Estaba sola. Herida, desequilibrada y sola. Viendo su lado de la iglesia y el mío noté lo afortunado que era.

Es más, mis familiares y amigos eran tantos que no pudieron venir a la ceremonia porque no entraban en la iglesia, por lo que la celebración de bodas en la noche sí que iba a ser una enorme con todos los que iban a asistir. Lo único malo de cancelar la boda iba a ser perderme semejante fiesta, pero lo valía.

—Tienes muchos problemas mujer y no soy un puto centro de rehabilitación mental para solucionártelos. —Caminé hasta quedar a unos centímetros de su rostro—. yo jamás, en este vasto universo, seré tuyo Angie. —algo dentro de ella pareció romeprse y me miró al fin. Sin dejar se verla le quité el ramo de rosas blancas que sujetaba y con una sonrisa ladina se lo arrojé a Hunter, el cual torpemente lo tomó— Y al parecer encontré a mi dueño, así que no vuelvas a acercarte a mí.

Podría haber hecho y dicho más para lastimarla por lo que me hizo, pero tenía más que suficiente con su familia que estaban discutiendo detrás, su perturbador pasado y las consecuencias que tendría que afrontar.

Para ese momento varios estaban impactados, otros grabando, algunos de pie y el resto sentados confundidos.

—¿Van a casarse o no? —preguntó el cura con preocupación.

—¡Yo puedo! —gritó Elian levantando la mano y una pierna hacia atrás estilo princesa Disney. El religioso vio su vestimenta tan ceñida y provocativa e hizo un gesto raro— Mi novio es esa cosita hermosa de all...

—No. —se negó rotundamente y Elian hizo una mueca caprichosa y graciosa.

——Aaron, tus llaves. —le ordené mientras caminaba en dirección a la puerta y apresuradamente las sacó de su bolsillo y me las arrojó desde el otro extremo de la iglesia.

Kilian ya de pié tomó la mano de Hunter, el cual había corrido detrás de mí y ambos me sugirieron, Chad detrás de ellos dos y frente a mí divisé esa enorme horda de personas tomando fotografías mientras me quitaba el puto y costoso saco negro, al mismo tiempo que desajustaba mi odiosa corbata.

La prensa hacía preguntas y hablaban todos al mismo tiempo prácticamente acorraládome en el pasillo y no podía evitarlos.

—¿A dónde va? ¿Tiene una amante? ¿De qué clase de manipulación se refería antes? ¿Detalles sobre sus motivos para dejarla? —miles de cuestionamientos salían de las bocas de susodichos, mientras yo solo podía pensar en "necesito llegar a tiempo".

Narrador omnisciente.

Mientras Frank se detenía frente a la muchedumbre, rodeado de flashes y micrófonos en su dirección, un pelinegro se acercó a la abandonada y perturbada novia que había caído de rodillas al suelo.

—Solo quería que supieras que en tu fiesta de compromiso, en esa mansión, ¿Recuerdas? Bueno, tuve sexo en el baño de tu habitación, te lo digo solo para que recrees esa bella imagen mental cuando vayas a orinar —le guiñó un ojo—. Me corrí en tu espejo ja, ja, que lindo todo. —sonrió coqueto— buena fiesta y decoración, bye te me cuidas.

Elian no perdonaría nunca lo que ella le hizo a su amigo, ya que él sufrió un sin fin de abusos, violaciones, golpes y denigración desde que tenía memoria y no por ello lastimó a los demás. No justificaba su maldad y no quería volver a verla.

El pelinegro se fue dando saltitos y detrás de él Connor le extendió cortésmente un pañuelo a la chica con vestido de novia y su maquillaje corrido. Seguido caminó hacia Elian que tomó su canasta y le dió una mirada cómplice a Susan.

—¡Ahora! —ordenó ella, los del servicio de catherine junto al equipo de decoradoras hicieron una barrera entre ellos, moviendo a los paparazzis y dejando un camino libre hacia donde estaban los autos estacionados.

—¡Les debo una! —gritó Susan quitándose los zapatos y corriendo detrás del novio en fuga.

—¿Qué esperas? ¡Vamos! —le advirtió Megan, la hermana mayor de Frank, a su pareja.

—¿Nosotros también? —inquirió el mayor.

—Tenemos una bendición en casa y no todos los días podemos hacer pendejadas como correr detrás de alguno de mis estúpidos hermanos.

—Pues que así sea. —y lo fue.

Los gemelos saltaron sobre las butacas e iban a toda velocidad hacia afuera, el resto en el lado de la familia Wolff estaban de pié, no se podía decir lo mismo del extremo de Angie, que la miraban a ella y a todo el otro sector con asco.

—¡También quiero ir! Soy amiga de Frank, creo... —gritó una linda chica pariente de Angie al ponerse de pie.

—¿La prima de Angie que una vez se folló o algo así? ¿Camila era...? —preguntó Rossy directamente.

—¡La misma! —ambas rieron y le hizo una seña de que fuese con ella.

Gran parte de la familia Wolff estaba impidiendo que los reporteros subiesen a sus autos para seguir al novio escapista, como lo nombraron algunos. Todo era un caos por doquier, trabajadores forcejeando, empujones, vehículos queriendo salir detrás del novio y la gente que pasaba se apresuraba a cuchichear el escándalo.

—¡N-No voy a bajar!  —advirtió una pequeña muchacha con gafas al pararse sobre una de las camionetas blancas del noticiero.

—Lu... —la llamó su rubia amiga preocupada.

—¡Vayan! —contestó evitando un manotazo cuando la quisieron bajar del vehículo, a lo que Aaron empujó fuertemente al sujeto.

—Inténtalo una vez más. —Todos a su alrededor se alejaron cuando fue secundado por Gastón, Ambar y Orien, hermanos de Frank, que tenían miradas feroces y decididas.

Miró a Sanna y a pesar de ser un chico pacifista, esta vez le sonrió como diciendo "ve, yo la cuido" y su mejor amiga comprendió, corriendo tras Elian que le extendió la mano antes de subir al vehículo de Connor junto a las demás.

—¡Llamaremos a la policía! —los reporteros estaban furiosos ya que esta sería la noticia de la semana y nadie tendría la exclusiva si no podían traspasar a ese grupo de personas tan tercas.

—"Llamaré a la policía" ¡Ja, putito! —lo menospreció un tío de Frank por su amenaza.

—Dios Santismo —el pobre y novato cura rezaba y temblaba hasta que fue palmeado en el hombro con vehemencia por un fornido hombre.

—Y creí que por llegar tarde me perdería la diversión, ese Frank no deja de sorprenderme. —sonrió con sorna Duncan Freeman, que había salido antes del trabajo para ver a su hijo de corazón contraer matrimonio.

Frank, casi llegando a la esquina, subió al auto de Aaron rápidamente y Hunter a pesar de negar repetidas veces fue metido por Kilian entre el apuro de que los reporteros no los alcanzasen. Chad se sentó en el copiloto y Frank detrás del volante.

—No, no, no, no... —repetía el menor de los cuatro y con nerviosismo le colocó el cinturón a Kilian, que lo miró confundido por su estado de pánico.

—¿Qué diablos te pasa hombre? —preguntó Chad y vio como el menor rígido mirando hacia la nada y prácticamente clavando sus uñas en el asiento se colocaba el cinturón.

—¡Allá vamos! —se animó a sí mismo Frank y arrancó de forma violenta, subiendo la velocidad de un segundo a otro.

—Padre nuestro que estás en el cielo... —Hunter estaba ido en medio de oraciones y Chad quedó pegado a su puerta cuando Frank dobló en una esquina.

—¡Joder nos vas a matar! —replicó el moreno con una mano en el techo y otra en el cinturón que se estaba poniendo.

—¿Quieren llegar a tiempo o vivos? —contestó Frank.

—¡Vivos, vivos! —aseguraron Kilian y Chad.

—¡Pues lo hubiesen pensando antes de subir! —manifestó eufórico mientras esquivaba y conducía a una velocidad no permitida seguramente en ningún estado del país.

Faltando poco para llegar una patrulla hizo sonar sus sirenas y Frank no tuvo más opción que orillrse.

—Oh joder, oficiales juro que tengo una buena excusa por favor... —aseguró Frank, pero la mujer le gritó que se bajase del auto enseguida.

—Gracias Dios, es un milagro, estamos vivos —lloriqueó Hunter abrazando como pudo a su novio— ¿Creen que Frank no tiene auto solo por el dinero? No, no, una vez fuimos a que intentase sacar su credencial, pero prácticamente infartó al profesor.

—No tengo tiempo oficiales, solo necesito ir al aeropuerto, no causaré un accidente ni estoy intoxicado por favor compruébenlo si quieren pero déjenme ir. —les pidió Frank y al ver que se sacaban su gorra descubriendo su rostro se sorprendió.

—Hey, perl si es el lindo y melancólico chico del bar. —le sonrió la otra atractiva oficial desde la patrulla.

—Ustedes... La pareja que se esta por casar ¿El mes que viene si no recuerdo mal? —la más alta sonrió y suspiró.

—¿Sabes cuantas leyes rompiste? —le reprochó y Frank juntó ambas manos en señal de disculpa.

—Yo conduciré, no se preocupen que jamás lo dejaré que toque un volante ese animal. —añadió Chad con sus manos todavía temblando.

La mujer lo miró, analizó su desesperada mirada y cerró los ojos.

—Si me entero que hubo un accidente hoy con ese auto involucrado te declararás culpable tú solo y cumplirás mínimo nueve meses en la cárcel eh, estás advertido. —lo amenazó de forma amistosa pero justa. Corrió a ella, la abrazó y volvió a su vehículo.

—¡Espero verlas de blanco preciosas! —les gritó antes de subir y así retomaron su camino.

—Tu popularidad es jodidamente útil en ocasiones. Me había olvidado lo que  era salir contigo a algún sitio —recordó Hunter.

Gracias a la forma errática y veloz que fue Frank solo estaban a cinco minutos de llegar al aeropuerto.

—Oh no... —vieron un embotellamiento que había sido causado por una cañería rota y los autos no avanzaban ni delante o detrás de ellos.

—¿A cuánto estamos? —cuestionó el castaño.

—Ocho calles. —afirmó Kilian.

El móvil de Frank comenzó a sonar y contestó la llamada al ver al dueño de ésta.

—Hey hombre, creí que era el único llegando tarde a tu boda pero ¿Adivina a quién estoy viendo ahora mismo en el aeropuerto? —comentó Josh con normalidad—Matthe...

—¡Mierda! —el mayor se asustó del otro lado de la línea— ¡No dejes que se vaya! No le digas nada de mí solo, solo... ¡Entretenlo Josh!

—Pero él...

—Y envíame su ubicación exacta dentro del aeropuerto. —Colgó de inmediato y salió del vehículo.

Se quitó con irritación el chaleco,  desabotonó el cuello de su camiseta y arremangó ambas mangas.

—Los veo allá chicos. —dicho esto y dejando a sus amigos perplejos comenzó a correr, lo hacía como si su vida dependiera de ello... Y para él así lo era.

Todos dentro y fuera de los autos estacionados lo miraron asombrado, un chico apuesto, usando ropa formal a medio vestir, su cabello desordenado y mirada feroz corría en medio del tráfico.

Al llegar finalmente vio a su hermana mayor, Connor, Rossy, Sanna, los gemelos, Thomas y varios de sus amigos en la entrada.

—¿Cómo... Llegaron... —alcanzó a decir tomando aire.

—Notamos en mal tráfico antes de meternos en la intersección y tomamos un atajo. —Sam le guiñó un ojo, pero como su flequillo cubría su rostro no lo vieron e hizo un puchero al notarlo.

—Bien... Debo seguir. —afirmó con convicción y comenzó a correr, pero uno de los guardias quiso detenerlo porque claramente se veía sospechoso.

—Lo van a arruinar. —masculló Caleb, uno de los gemelos, molesto.

—No, no lo harán. —Rossy le quitó su libro de las manos a Thomas y se lo arrojó a la cabeza al oficial de aeropuerto.

—¡Oye tú! —ella hizo una mueca de "joder ¿Qué hice?" Y comenzó a correr mientras Thomas tomaba su inhalandor y calmaba su ataque de asma por la impresión.

Frank siguió corriendo hasta donde su hermano le dijo que estaba Matthew y detrás de éste sus amigos y hermanos, pero nuevamente la seguridad del lugar comenzó a amontonarse y rodear a Frank.

—Joder... —Azael miró a Sam y cerró sus ojos unos segundos mientras se disculpaba.

—¿Por qué te disculpas? —preguntó ingenuamente cuando recibió una tacleada por parte del chico Wolff.

—Sígueme el juego... —le susurró encima de éste— ¡Hijo de puta! —exclamó llamando la atención de todos y Sam lo derribó mientras forcejeaban.

—¡Ustedes, separense! —ordenó un gran guardia.

Sanna y Caleb quedaron quietos al ver a esos dos así y segundos después comprendieron mientras los oficiales ignoraban a Frank por la pelea.

Mientras los separaban preguntaron "¿Qué pasa con ustedes?" y Azael, acostumbrado a meterse en problemas mintió al instante.

—Se acostó con mi novia. —señaló a Sanna y Sam casi ríe, pero se mantuvo serio.

—Confirmo, yo los vi en acto. —se unió Ambar y el oficial hizo una mueca de "vaya".

—¿Éste chico raro? —le comentó una policía a otra sobre Sam, sin creerles, mientras sujetaban a Azael.

A lo que Sanna levantó el flechillo de Sam, dejando ver su angelical rostro y cautivando incluso a los hombres que lo miraron.

—Eso explica muchas cosas. —se retractó.

Cuando uno de los oficiales salió del transe y se giró en busca de Frank, Caleb, el otro gemelo, lo notó y su lado problemático se encendió.

—¡Pues yo también me la cogí! —abrazó a Sanna y Azael se libero del agarre del policía para darle un cabezaso a su gemelo.

—¡Hijo de tu puto padre! —gritó y de nuevo los uniformados se vieron envueltos.

—¡Le diré a papá como lo llamaste pendejo! —éxito, acapararon toda la atención mientras se los llevaban a todos hablar con su supervisores.

—No se permiten vagos en el Aeropuerto Vandrell, por favor retírese. —le ordenó un gigantesco hombre de seguridad que vio a Frank que estaba a solo unos metros del lugar donde quería llegar.

—Por favor... solo... —se encontraba tan agitado que no podía hablar bien.

—¡Ahhhg! —gritó Megan, la hermana mayor, y se sujetó del brazo enorme hombre.

—¿Q-Qué le ocurre señora? —a ella casi se le hace un tic cuando le dijo señora, pero lo obvió por un bien mayor.

—Una contracción, Dios, moriré, el bebé ya viene. —lo agarró más fuerte y el hombre se asustó al no saber que hacer, sin ver que Frank había vuelto a correr.

—Pero... —vio su vientre plano y levantó una ceja— Usted... No esta embarazada.

—¿Ah no? —se reincorporó como si nada hubiera pasado—. Vaya que alivio, gracias, es un milagro. —su pareja la tomó por los hombros y miró al enorme tipo que no entendía nada.

—Ella olvidó tomar su medición señor, gracias por hallarla. —susurró y acarició la cabeza de Megan—. Sh cariño, vamos a tomar la pastillita y apresurémonos o perderemos el vuelo. —ambos soltaron un suspiro y una risita cuando se alejaron del sujeto finamente.

Todos sus amigos y familiares harían lo que fuese por el chico que siempre los cuidó y protegió. Frank no sabía lo lejos que todos llegarían por él, pero así era.

Pov Frank.

Lo vi, después de todo el caos divisé esa cabelleras rubia tan particular hablando con mi hermano mayor.

—¡Matthew! —grité con todas mis fuerzas mientras corría a toda velocidad hacia él, se giró en mi dirección e iba tan rápido que no podría detenerme a tiempo, así que salté impulsivamente sobre él, cayendo ambos al suelo.

—¿¡Qué mierda pasa contigo demente!? —estalló él— ¿Qué haces... ¿La boda?

—Como si fuese a hacerlo... solo por gusto —calmé como pude mi respiración—, si no le hice nada... no tengo por qué casarme...

—Ahh entiendo, recibiste el mensaje... —apartó la mirada— Irte de tu propia boda es lo más trillado y cliché que existe, lo odio.

—¿Me amas matt? El audio no decía nada de eso, se claro y conciso conmigo. —eso fue como una bofetada a la guardia baja del rubio y quedó en blanco.

—De-Deja de decir cosas imprudentes, que estés feliz por ser inocente es diferente a esto, solo cálmate y se te pasará —quiso apartarme de él y levantarse—, debo irme.

—Oye... Lo dejaría todo porque te quedaras, mi credo mi pasado mi religió... —me cubrió el rostro con su mano desconsideradamente.

—¡Deja de ser tan idiota! —exclamó.

—¡Ya! —reí ansioso— es que no sé que hacer, es la primera vez que me voy a declarar y hago algo que requiera tanto esfuerzo por alguien que niega quererme.

—¿Estás drogado? —«Segunda vez que me preguntan eso, ya hasta creo estarlo por la emoción y adrenalina que siento» pensé.

—No puedes tomarte ese avión Matthew, hablo en serio, por favor. —Le pedí con tristeza y convicción.

—¿Avión? —se levantó sobre sus codos, sobándose un poco la cabeza y todavía conmigo aferrándome a él.

—Tao me dijo... Es decir me habló como si tú y él se fueran... Una foto y la maleta... —recapacité que no traía más su maleta.

—Me arrojó su equipaje de mano mientras bajaba las otras maletas del auto y luego olvidé que la traía, pero se la di recién mientras abordaba. Irá a ver a su hermana ¿Para qué carajo iría yo con él?

—Es que como era la boda y me enviaste ese audio y todo lo que pasó entre nosotros creí que... Pensé que te irías.

—Pff. —Se le rió en la cara—. Irse por discusiones sentimentales es de maricas. —juraría que Kilian sintió un escalofrío o estornudó en este momento— Tampoco puedo simplemente dejar mis clientes aquí, mi casa, al viejo, es decir tampoco soy rico ¿Sabes eso no? No puedo simplemente desaparecer como hacen los perdedores.

—Tao hijo de mil zorras. Puto coreano pendejo ¿Por qué haría algo así? —a Matthew se le escapó una malévola carcajada.

—¿"Por qué" preguntas? Si es como yo pienso las azafatas tendrán que darle clonazepam para acallar las incontrolables carcajadas que debe estar teniendo en este mismo momento por joderte de éste modo. Seguro le dolerá el estómago.

Segundos después de ver mi rostro,  nuestro alrededor y nuevamente mi cara reaccionó toda la situación y se congeló.

—No sé que me pasa, cuando quiero aclarar las cosas contigo todo se confunde porque tú eres pesimista y yo muy optimista —hablé antes que él y me levanté sobre mis manos—, tus pensamientos y reacciones son contrarias a las mías, sin contar el maremoto de emociones que sentí este último año y lo pedido que me encontraba a mí mismo... Pero me encontraste.

—En resumen lo nuestro no va a funcionar. Ya, quítate de encima que es vergonzoso. —ordenó.

—¿Lo ves? Yo estaba pensando "nuestra relación va a necesitar más esfuerzo que una relación normal, pero podremos con ello". Por eso te digo que me siento algo idiota en estos asuntos, porque no te entiendo en absoluto, no entiendo tus sentimientos o tu forma de actuar. Pero es porque no entiendo al amor tampoco... pero quiero aprender contigo. Solo si eso quieres.

—¿Esto es...? ¿Hablas en serio Frank? —no sabría decir qué clase de expresión tenía Matt, literalmente parecía no entender al pestañear varias veces.

—Entiendo que no me creas, soy espontáneo, cambio de pensamientos y tomo todo con tanta normalidad que eso va en contra de todo lo que tú eres. Pero... pero yo soy simple ¿Sabes? Si me dices algo te creeré, si me prometes algo confiaré en ti, porque eres tú. Porque quiero que seas tú. —lo tomé del rostro— Ahora dime, ¿Lo que me dijiste en el audio sobre tus sentimientos, era verdad? Si tú me lo confirmas no habrá vuelta atrás, porque no te dejaré, si aceptas mis sentimientos me declararé completamente tuyo.

Creí que iba a desmayarse por lo pálido que se vió.

—Todo era... —levantamos la mirada hacia varios hombres que nos rodearon.

—Vengan con nosotros —ordenó demandante un oficial de policía del aeropuerto junto a otros dos.

—Pensar que me hiciste preocupar tanto, correr detrás de tu culo y perder una gran oportunidad de adueñarme de aquél interesante y lindo minino y al final estás vivito y coleando saltando de aquí para allá. —masculló mi terrorífico hermano mirándonos de arriba.

Nos pusimos de pié y los oficiales nos iban a escoltar para interrogarnos, supuse.

—¿Y eso de ayudarme en la batalla? —miré a Josh— ¿Solo te quedarás viendo?

—¿Lo conoce? —preguntó el hombre de la ley.

Hunter y los demás aparecieron mientras el oficial le preguntaba eso a mi indignado hermano.

—¿Mmh? —me rebajó y estreché mis ojos al ver sus intenciones— No lo creo... —sonrió para sus adentros el infeliz— Ni idea, llevénselo.

—Sucio hippie, traidor, mala persona, pordiosero —maldecía mientras me llevaban y mi mejor amigo me vió preocupado—. ¡Llegué a tiempo! —grité con una sonrisa y eso los tranquilizó mucho mientras Elian y Susan aplaudían de fondo.

—Chau chico raro, nos vemos en casa. —soltó el cabrón de Josh con ambas manos en sus bolsillos y su bolso hacia atrás, con una sonrisa ganadora.


—Hay algo con esta casa. —dije cuando ya ambos bajamos del taxi y estábamos parados frente a la casa de Matthew.

—¿Qué problema tienes con mi casa? —habló de mala gana.

—De hecho ninguno, amo este lugar, nuestros caminos se cruzaron aquí y siempre se encuentran aquí, sin importar el tiempo volvemos juntos hasta la puerta y... —tomé al sorprendido y algo inquieto Matt de la mano, arrastrándolo hacia adentro.

—¿P-Pero qué hac... —lo interrumpí.

—Tenemos que hablar, nadie va a interrumpir, nada nos hará tener malos entendidos ahora, quiero aclarar todo de una vez.

—Esto... Bien. —rascó su brazo— Sí... es verdad.

—¿Por qué dudas tanto? ¿Tan poco confiable soy? —matt enarcó una ceja— auch, dolió, no soy tan irresponsable e inmaduro.

—Lo dice el que fue acusado de alborotador por gente del aeropuerto, casi nos vetan de por vida. —me regañó y abrí mi boca indignado.

—¡No puedo creer que nos retuvieron y tuvimos —«mejor dicho tuviste porque yo no tenía nada»— que pagar una multa por distrbios, alteración de la paz y comportamiento indecente en público.

—¡¿Y quién te manda a ponerte indecente en público eh!?

—¿Ésto aparecerá en mi expediente? Quién sabe... Ya qué. —me encogí de hombros.

—Tan irresponsable, por todos los infiernos.

—Y ¿En qué estábamos? —retomé la conversación.

—En... En medio de la mayor perdida de dignidad que te he visto hacer en mi vid- ¡Auch! — le di un leve golpe en el brazo.

—Soy serio. Por única vez seré enteramente serio y entenderé lo que sea que elijas responder. Pero será la última vez que te preguntaré esto... —levanté la mirada y me acerqué a él—. ¿Quieres que me quede a tu lado como amigos, que me aleje o también sientes algo más por mí?

—Tú solo... —despeinó su cabello estresado mientras sus manos tiritaban— No te tomas nada en serio, lo mío no es un capricho ¿Entiendes eso? No estoy jugando.

—Yo tampoco, nunca digo que amo a alguien si no es así, y te consta. Jamás iluciono y miento sobre mis sentimientos.

—¿Tanto crees amarme repentinamente? —ironizó y noté que esa hostilidad trataba de esconder a toda costa su pánico. Parecía aterrado desmedidamente.

—Sé que es así... No es repentino ¿Tú lo crees así? —desvió su vista orgulloso— Es difícil de explicar, confuso y no lo entiendo bien, pero descubrí lo que realmente sentía por ti y no quiero perderlo por no intentarlo ¿No te es suficiente luego de todo lo que sucedió o necesitas que nos detenga la policía de nuevo?

—Eres un idiota. —dejó caer la cabeza y empuñó sus manos a sus costados, completamente rígido.

¿Por cuánto tiempo se sintió de éste modo solo y no lo noté? Debió ser muy solitario y difícil.

—¿Y en mis peores días? —me sorprendió— Porque somos muy diferentes y... —lo miré fijamente cuando sus ojos encontraron los míos.

—Sobre todo en tus malos días. De hecho aprendí mucho de ti en este último año, viendo como te volvías cada vez más cerrado y contradictorio, estabas extrañamente  explosivo. Si te quise así nada va a hacer que te odie. —«Ahora creo comprender un poco el por qué de su enfado interno estos meses.»

Matt quedó en silencio, no lo iba a admitir, pero necesitaba oír claramente que era mutuo. Que admitiera lo que sentía para no confundirnos.

—Deja de calcular las posibilidades —demandé molesto—, para de sobre pensar todo, solo haz lo que sientas, lo que te haga feliz. Quiero que seas feliz.

—Ahora mismo, después de tanta mierda —mis ojos se abrieron con inquietud— quizá... Lo soy.

Por impuso me tiré sobre Matthew, lo abracé y giré en el suelo arrastrando al rubio a mis tontos giritos hasta que me detuvo.

—Eso me basta —murmuré.

—¡Ya deja de saltar sobre mí, salvaje! ¿Qué clase de animal eres? —se sobó la espalda— Que me gustes no significa que voy a deja que me golpees como idiota, hijo de tu coneja madre —masculló.

—Estoy tan aliviado, no lo sabría ponerlo en palabras joder, es tanta tranquilidad. Solo déjame estar en tu pecho un poco más, eres tan cálido y me siento tan satisfecho.

—¿Q-Qué cojones dices sin siquiera pensar? —noté como su fría piel subía de temperatura y sonreí sin mirarlo.

—Esto es lo que todos hablan eh, no pensé que amar a alguien fuera tan magnífico ¿Así te sientes cuando me miras Matthew? Porque espero que sí, es hermoso y que todo se aclarase contigo me da tanta emoción que podría llor... —me callé al sentir una gota tibia caer en mi mejilla y al levantar la vista mis ojos fueron cubiertos por la mano de matt.

—No... Mires. —antes que tapara mi vista lo divisé claramente, esa profunda e impactante sonrisa en su rostro, mientras que finas lágrimas le daban un brillo inigualable a su precioso rostro.

—Miraré. —esto dejó a Matt atónito y en medio de tal asombro me levanté sobre sus brazos—. Que reprimas lo que sientes solo nos ha hecho daño y ya no quiero eso. Mejor dicho, no lo permitiré, no dejaré que te sigas hiriendo a ti mismo nunca más.

—Eso es muy cursi hasta para ti... —quiso ocultar sus emociones detrás del sarcasmo y sonreí.

—Sopórtame, soporta que te mire cuando estás enojado, cuando me odies, cuando me quieras, incluso más que antes... será difícil y nuevo para ti, lo es para mí —reí—, pero confía en mí... Déjame ver todo de ti. —sonreí y más lágrimas se derramaron de sus claros orbes.

—Nunca pude... —articuló orgulloso— Bajo ningún punto pude ganarle a esa sonrisa en tu estúpida cara. —un hipido por su llanto silencioso me hizo suavizar la mirada. Vaya que es lindo.— ¿Por qué me gusta hasta eso de ti? —mi rostro se vio extrañado y enrojecido a la vez.

No imaginé que lo dijese, me tomó por sorpresa.

—Nunca creí que sintieras eso por mí —apretó sus labios molesto—. No soy muy inteligente en esos temas... Así que dímelo, todo lo que sientas, ¿Puedes hacer eso por mí?, ¿solo un poco?

—Eres muy exigente. —se quejó y estuve por disculparme, entendía que le iba a ser difícil tanto a él como a mí esto, pero me detuve cuando me rodeó con ambos brazos.

Me abrazó con todas sus fuerzas y caí sobre él nuevamente, una de sus manos bajó a mi cintura y otra subió por mi espalda, como si quisiera abarcar todo lo que pudiese de mí cuerpo entre sus brazos.

Eso me tomó desprevenido, pero con una apacible sonrisa hundí mi rostro en su cuello, todavía estando ambos en el suelo sentí los pequeños espasmos que tenía mi rubio al desahogarse y llorar con lo que creí era alivio.

Narrador omnisciente.

Una vez más tranquilos, se sentaron sobre la cama, ambos se miramos y sin ningún motivo en particular Frank comenzó a reír, contagiando a Matthew y disfrutando de ese tranquilo momento.

Frank no cambiaría esta sensación por nada que pudiesen ofrecerle, era extraño, algo aterrador y muy pacífico sentir su corazón latir de este modo. Algo que antes nunca experimentó por ninguna mujer, mucho menos un hombre, pero aquí estaba decidido a ser feliz con la persona que nunca creyó posible algo así.

—Si yo... —habló Matthew— te hubiese dicho algo cuando nos conocimos ¿Tú qué hubieses hecho?

—Pues... Seguro te rechazaba y sería solo tu amigo —el rubio estrechó los ojos—. No me culpes, era adolescente, más inmaduro y no estaba muy familiarizado con las relaciones homosexuales. Sabía que Josh le iba a quien fuese, pero no estaba cerca y jamás lo vi hacer algo con un tipo... Pero luego de conocer la relación de Kilian y Hunter e incluso la extraña pero infinita forma en la que Elian y Connor se aman todo se sintió natural.

—Se te pegó lo gay —dijo sarcástico—. Esto es oro para los religiosos extremistas que nos ven como plagas infecciosas.

—No es eso lo que quise decir inútil retorcido —lo empujó con el codo—. Es solo que no conocía más allá de lo que la gente llama "estándar" o "normal". Y de hecho no me gustan los hombres ni siquiera un poco, pero vi que el amor puede venir de personas inesperadas, los estereotipos se rompieron al ver como Kilian quiere a Hunter. Me hizo abrir mi mente y pensar "no me va ese bando, pero no me molestaría si así fuese". Solo cuando me percaté de que quizá tú me gustabas fue un shock, eso cambió todo.

—¿Lo notaste cómo? —a Frank le encantó y sorprendió la curiosidad y en los ojos de Matt.

—Hablando con los muchachos, cuando te quise explicar que no me gustaban los hombres, que lo descubrí besando a Thom, —Matthew se vio algo molesto y a Frank se le escapó una risita al darse cuenta de la razón por la que se molestó antes en primer lugar—. No me dejaste explicarte y por eso creímos mal ¿Es gracioso ahora no lo crees?

—Oh sí, no sabes cuanto me río... espera —levantó la mano, inhaló hondo y lo miró sin nada de gracia— Necesitaba una pausa para no insultar tu falta de neuronas. Listo.

—Estoy tan feliz que nada de lo que digas va a arruinarlo —canturreó abrazando a Matthew y cayendo ambos sobre la cama.

—Ya me había acostumbrado a no tenerte encima, joder.

—¿Estabas bien sin mí alrededor? —preguntó el mayor con ojos de cachorro herido y derritió el duro corazón de Matt.

—No. —Se dejó llevar por una única vez y milagrosamente fue sincero—. Fue malo... —respiró profundo— Particularmente devastador, brutal. —en ese mismo segundo Frank respiró profundamente en el cabello de su tan importante persona y lo presionó aún más contra su cuerpo.

—Cuando eres honesto quiero que todo el mundo lo vea y al mismo tiempo guardarlo únicamente para mí... —pensó en voz alta.

El corazón de Matthew parecía detenerse y acelerarse con cada sílaba que pronunciaba su impulsivo amigo.
Pero nuevamente comenzó a repensar la situación y le surgió una duda.

—Si te enamoraste de mí porque alguien te lo hizo notar, quiere decir que si hipotéticamente, te decían lo mismo pero sobre alguien más ¿Amarías a esa persona?

—No, es solo porque eres tú, tu extraña y retorcida forma de ser es adictiva. —contestó sin vacilar y con algo de diversión.

—Entonces, si conoces a alguien igual a mí ¿Me dejarás por él o ella? —Frank rodó los ojos.

—Eres único, no existe otro igual a ti en el mundo... —eso paró el corazón de Matthew unos milisegundos, hasta que Frank continuó—. Porque tu maldad es tan inmensa que nuestro universo colapsaría —hizo la mimica con su mano sobre el mundo estallando—, estadísticamente solo se permite a uno como tú por galaxia.

Con muchas ganas de golpear a Frank se separó de éste apoyando ambas manos en sus hombros y lo mirándolo finalmente con indignación. Todo su enfado se esfumó al ver la dulce y traviesa sonrisa del castaño. Sonrisa que era para él, que ahora le pertenecía y se inclinó dejando un corto beso sobre sus labios.

Frank quedó estático sobre la cama y Matthew se levantó de un solo movimiento, caminó hasta el baño y se encerró ahí.

Tenía mucho que asimilar y muchos miedos e incertidumbres que eliminar, lo que no le llevaría un solo día.

Pero ya no podía huir más de él mismo, ni de Frank y mucho menos de las emociones y sentimientos que éste le provocaba. Cosa que no le sería nada fácil ya que no se adaptaba rápidamente a los cambios y le costaría mantener sus temores controlados.

Aunque sabía que lo que fuese a enfrentar sería mil veces más soportable que esconder ese amor, hasta entonces, unilateral por su más grande amigo.

—¿No vas a matarte ahí dentro verdad Hannah Baker? —vociferó el castaño con tono burlón del otro lado de la puerta y Matthew nuevamente se replanteó "¿Por qué amaba desesperadamente a aquél intento fallido de hombre?"

Abrió la puerta y se apoyó en el marco, viendo a aquél despreocupado chico jugando a lanzar y atrapar sus llaves como si no acabase de dejar a su novia en el altar, a sus parientes y amigos impactados y toda la prensa de la cuidad buscando contactarlo por sus redes, las cuales no revisaría igual que su móvil.

—Eres un desastre ¿Lo sabes no? —comentó el rubio con cierto cariño en su voz y una mirada apacible.

—¿No te lo había dicho? —colocó ambos brazos detrás de su cabeza— Soy el chico que se salva a último minuto —sonrió de la misma forma que hizo aquella noche bajo la lluvia, frente a esa misma casa—. Gracias por hallarme y traerme de nuevo Matthew.

«Sí... ya recuerdo por qué lo amo tanto» pensó Matthew sujetando su camiseta por altura de su pecho y soltó un ligero suspiro.

—Y dime —ladeó su rostro al cruzarse de brazos—, ¿Qué es lo que sigue en tu plan?

—¿Había que tener un plan? —Frank fingió asombro y rió— Pues desde que recibí tu mensaje fue pura improvisación y milagros —rió y Matthew masajeó el puente de su nariz estresado—. Pero  lo que sí tengo planeado es estar cerca de ti.

El rubio abrió sus ojos y notó la seriedad en el rostro de Frank.

—Si cuento con eso todo lo demás estará bien de algún modo... —mordió su labio con ternura— ¿Estás de acuerdo en que me quede un poco más?

Sin darse cuenta una sutil pero sincera sonrisa se formó en los labios de Matthew.

—Si no tengo más opción —ironizó queriendo disimular la enrome felicidad que sentía, en vano, ya que sus ojos lo delataban frente a Frank—. Siempre —susurró eso último dejando escapar una sonrisa.

¡Amores!

Muchos odiarán o amarán este final, sinceramente desde que inició la novela los personajes han seguido su propio camino y no he podido intervenir más que en detalles cómicos o bromas, porque sus acciones hasta a mí me enojaban pero así son ellos jajjaja.

Si querían un final diferente lo siento, no puedo hacer más. De todos modos agradezco que hayan llegado hasta el epílogo y espero verlos en mis futuros proyectos♥ Todo es por, para y gracias a ustedes amores🍒

Los amo, detrás de estos hermosos bebés literarios hay un intento de escritora que los ama mucho♥🌈

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