Capítulo 22.
Pasaron varios días desde el incidente ocurrido en la casa de Matthew Freeman, donde ninguno de los dos involucrados había vuelto a ver al otro.
Que el rubio desapareciera no era algo extraño, más como había estado de asocial las últimas semanas tras el beso con Frank que no quería hablar ni ver a nadie que no tuviera que ver con el trabajo, pero luego de esa noche desbordada el que tampoco daba señales de vida era el mismísimo Frank Wolff.
Sus compañeros de universidad, colegas de trabajo y amigos ya estaban más que inquietos por su ausencia, no haberse conectado a sus redes sociales o contestado su móvil.
Por lo que un muchacho alto, moreno y mascando chicle, con ambas manos en sus bolsillos, caminaba rumbo al departamento del desaparecido en cuestión.
Luego de tocar insistentemente el timbre notó que la reja de abajo no tenía seguro, de hecho la cerradura estaba tan oxidada que parecía que iba a romperse en cualquier momento.
—Vaya porquería —rió al entrar sin problemas al edificio.
Subió hasta el tercer piso y nuevamente tocó timbre, pero esta vez junto a varios golpes en la puerta.
Dicha puerta se abrió y Chad creyó haber visto a un fantasma, pero al pestañear varias veces entendió que era Frank, un demacrado, sin afeitar y despeinado Frank.
—Viejo... Estás... ¿Bien? ¿Qué te pasó?
El castaño no contestó, se veía fatal, como si se hubiese ido su alma del cuerpo. Sin siquiera cerrar se fue dentro de su apartamento, pasó por la pequeña sala y entró a su habitación.
—Oye este lugar se cae a pedazos, es peligroso vivir aquí. ¿El ayuntamiento de la cuidad sabe que siquiera existe este edificio? —tosió por el gran olor a humedad y Frank se encogió de hombros.
—Da igual. Espero que se caiga un día de éstos —rió estirando una mano hacia el suelo, levantando un pedazo de revoque de la pared y lo arrojó sin ánimos a un lado.
—Oye me asusta verte así, eres el idiota pero siempre alegre del grupo, esto va en contra de las leyes naturales del universo. —Se acercó para tocar el hombro de su amigo pero éste reacio se alejó con una mirada indescriptible.
Eso lo hizo ponerse serio de repente.
—Ya. —Levantó ambas manos sin entender—. ¿Te hicieron algo? Vamos, solo dame un nombre y sabes que iré a partirle la cara —insistió su preocupado amigo al creer que podrían haber golpeado o aún peor a Frank.
—Yo no... No sé lo qué... —suspiró—. No me siento muy bien. No puedo hacer las cosas bien —sollozó.
—Te ayudaré, haré lo que sea, solo dilo.
—¿Ayudarme? —Lo pensó varios segundos—. Entonces ve con Matt. Cerciorarte que esté bien... si no es así por favor cuídalo, él te insultará o alejará... Pero odia estar solo, se deprime cuando piensa demasiado las cosas, así que por favor quédate con él...
—¿Qué? Todos sabemos que ese es tu trabajo, eres su guardaespaldas encargado de que sea un ser humano y no un monstruo venenoso.
—No puedo ser yo... Ya no puedo ser el que lo cuide. —Levantó la mirada y Chad retrocedió—. Ayúdame.
El moreno no solo no comprendía lo que pasó, sino que lo perturbaba la idea que se estaba formando en su mente al oír y ver a Frank.
—Yo... Sí, lo haré, sabes que sí. —Movió un poco su cabeza para pensar mejor—. Pero dime qué te ocurrió.
—Deja de fastidiarme Chad, si no vas a hacer lo que te pedí simplemente cállate y vete por donde viniste.
—Así como estás juro que no te reconozco Frank. —siseó molesto, pero entendiendo que algo estaba muy mal con Frank.
—Yo tampoco me reconozco. —Una tenebrosa y desconocida sonrisa se formó en el rostro del castaño y los ojos del moreno se abrieron por completo.
Si el estado de su amigo tenía que ver con Matthew quizá él tenía parte de la culpa de lo que hubiese ocurrido entre ellos.
—Haré lo que me pides, pero no creas que no vendré a verte más tarde. —finalizó saliendo del edificio y al llegar a la entrada suspiró rendido.
—Hey ¿Qué onda? —el delgado chico sonrió al ver a su buen amigo levantando la mano en forma de saludo— ¿Estabas con Frank? —preguntó Aaron alegre.
—No lo sé... —rió sin gracia y se encogió de hombros—. No sé cómo ayudarlo, esta mal ¿Vienes a verlo? —Aaron asintió.
—¿Sabes qué le pasó?
—No, pero claramente no hablará de eso. —respondió Chad.
—Bueno... Si es así hay solo una cosa que podría intentar. —Pasó junto a Chad y le apretó el hombro con calma—. Quita esa cara de preocupación, todo estará bien.
Luego de un corto tiempo, oír ruidos y golpes vio a Frank salir de su departamento con cara de pocos amigos y detrás estaba Aaron con una cínica sonrisa.
Cerró la reja detrás de sí y se acercó a su vehículo sin desaparecer su sonrisa de su cara, tomó a Frank de la nuca y cual secuestrador profesional lo metió dentro de su auto y trabó las puertas con seguro.
—¿Qué carajo? Dije ayudarlo, no empeorarlo. —Se quejó preocupado Chad con ambas manos en su cabeza y Aaron acortó toda la distancia.
—No te preocupes. —Lo tranquilizó con sus ojos cerrados y ladeado su rostro.
—Tu sonrisa me asusta, basta de esa actitud pasivo-agresiva por favor. —Chad vio como Frank quería escapar y Aaron apretaba el botón de sus llaves trabando una y otra vez las puertas sin siquiera voltearse a verlo.
—Yo no puedo hacer algo por él ahora, si fuese Sanna o Sam quizá sí, pero si hablamos de calmar a Frank... —El mayor comprendió—. Solo puedo hacer esto, llevarlo con Hunter.
—Oh... Ya veo. —Asintió.
—Haría lo que sea por nuestra rara familia, incluso que Frank vaya golpeádome durante el viaje si es necesario. —rió y se subió al vehículo oyendo las replicas de Frank— ¿Vienes?.
—No bro, supongo que yo también debo hacer mi parte por la familia. —Se irguió y caminó rumbo a la pequeña casa de su rubio amigo.
Cuando llegó a lo de Matt nadie le contestó, se quedó prácticamente una hora esperando y cuando se dispuso a irse los divisó, una cabellera rubia y otra negra acercarse a él.
—No compramos nada negro, thank you. —Se burló el oriental al saludarlo.
—Lo dice el del supermercado chino, muy gracioso. —ironizó el contrario y ambos hicieron una boba mueca hasta que Matthew sin ninguna emoción abrió la puerta y la cerró dejando a los dos afuera.
—Oye, eso es más que maleducado. —Le reprochó Chad y Tao negó con la cabeza abriendo nuevamente la puerta— ¿Qué le sucedió a él? —inquirió preocupado y tajante mientras seguía al chico tatuado.
—Pues, malas decisiones supongo —afirmó sin más.
—Estoy con Frank, baja ya mismo Hunter —ordenó tranquilo pero exasperado Aaron, luchando con el cadáver ambulante de su amigo en el asiento trasero.
El pequeño joven se apresuró como pudo y llegó a la entrada del edificio en menos de siete minutos.
—Aaron ¿Podrías darme una explicación además de "baja ya mismo"? Porque no sé... qué... —guardó silencio gradualmente al ver a ambos y la expresión de su mejor amigo.
—Te necesitamos —masculló Aaron, sujetando a Frank por su brazo, impidiendo que se cayese al perder el equilibrio.
—Eh... Ah... Sí, sí. Pasen. —Les abrió y los acompañó al ascensor sin problemas.
Al llegar arriba se toparon con Kilian mientras se quitaba la ropa que traía del hospital y se disponía a entrar al baño.
—¿Y esto? —preguntó el fornido chico y se detuvo antes de quitarse el boxer.
—¡Desnúdate en el baño Kilian! —le reprochó Hunter.
—Pero era más fácil dejar la ropa aquí en el cesto y luego ir al baño. —Le guiñó un ojo coqueto, para luego elevar una ceja al ver a sus amigos llegar sin improvisto.
El menor hizo un gesto de "yo tampoco sé que pasó" y vieron como Frank se desplomó en el sillón boca abajo.
—Listo, lo perdimos, murió —añadió Aaron frustrado por la situación.
—¿Podrías decirnos qué sucede Frank? —demandó Hunter inquieto—. ¿Tiene que ver con Angie?
—¿Con Angie? —preguntó por lo bajo Aaron, Kilian elevó la barbilla y Hunter apretó sus labios.
—Ya no me interesa, dile, dile a todos —vociferó Frank agotado—. Es más, vayamos a la policía directamente, estoy cansado de esta mierda.
Los ojos del pequeño se abrieron con sorpresa, mientras los otros dos chicos no comprendían todavía lo que decían Frank y Hunter.
—¿No se enteraron? —ironizó el castaño— Al parecer abusé de Angie hace años y le hice lo mismo a Matthew hace días, estoy enfermo sin duda. —Apretó sus ojos y su rostro mostraba sumo dolor.
—¿Tú? ¿Qué? Es decir ¿Abusar de quién? —Aaron estaba atónito.
—¿Matthew qué? —le siguió Hunter.
— ¿Qué matt abusó de ti dices? —añadió Kilian.
—No... Yo lo... —carraspeó su garganta—. Yo le hice daño.
—Imposible. —Todo era un caos y nadie entendía nada.
—Recuerdo fragmentos, pero él estaba muy mal esa noche, se veía tan destrozada su mirada, su expresión era tan... dolía verlo. —Tomó su pecho y Kiian vio lo afectado que estaba.
—¿Lo dices en serio? ¿Tú y Matt? —Aaron se sentó de repente— Vaya... Pero ¿Abusaste de Angie?
—Exact- —Hunter interrumpió a Frank.
—¡No! —Apretó sus puños— No estás seguro de eso, no lo recuerdas en absoluto.
—Pero lo que pasó con Matthew sí. —Se sentó pesadamente.
—¿Hablaste con él? —habló finalmente Kilian cruzándose de brazos.
—No... se fue antes.
—Ja, puto cobarde. —Los tres levantaron la mirada a Kilian extrañados y Hunter levantó sus hombros con una mueca que decís "¿Qué pasa contigo insensible?".
—Esto... —balbuceó Aaron.
—Pues háblalo con él —siguió Kilian—. Seguro hay otra explicación, porque créeme cuando te digo que no debe ser lo que piensas.
—Yo... No entiendo bien, pero no es posible que violaras a alguien... los enfermos que abusan de los demás no tienen el rendimiento que sientes tu ahora. —prosiguió Aaron.
—Esa gente son bestias, basura sin empatía ni humanidad, créeme, ellos son demonios. —Lo secundó Kilian con su quijada apretada.
—Y tú no eres de esos —continuó Hunter— bajo ningún punto. La droga, el alcohol o las substancias solo sacan lo peor de las personas, pero nunca algo que no exista en ellos. Si no tienes esa degeneración dentro de ti no es posible que estar ebrio te haga hacer esas cosas, jamás. —Se acercó a su amigo y se sentó junto a él—. Estar borracho no es un desencadenante para violar, ser violador es un desencadenante, tener la mente enferma...
—Y sí... ¿Lo estoy? —Su voz salió quebrantada de su garganta y le tembló el labio inferior.
—No. —sentenciaron los tres al mismo tiempo.
—Es la primera vez que estoy seguro de la inocencia de un acusado de ese tipo de cosas... —Hunter suspiró y abrazó a Frank, al principio el mayor se negó a su contacto, pero poco a poco Hunter fue sintiendo como lo rodeaba con ambos brazos por su pequeña cintura y lo presionaba cada vez más—. Podría poner mis manos al fuego por ti, jamás le harías daño a alguien así y debe haber una explicación de Matt igual que Angie, no creo que las cosas hayan sido de ese modo.
La mirada atenta de Kilian no podía evitar seguir cada uno de los movimientos de esos dos, tanto sus celos como posesividad querían apoderarse de él y arrancar a su pareja de los brazos de Frank. Pero no se dejaría llevar por ello, sabía que no era sano para ninguno de los dos ese tipo de reacciones de su parte, aunque eso no quería decir que esa noche no fuese a disfrutar poseyendo el hermoso y delicado cuerpo de Hunter como recompensa por su autocontrol.
—Pero no puedo negar todo y seguir con mi vida como si nada... —objetó Frank— Me siento tan mal solo de pensarlo que no puedo dormir...
—Es porque eres un poco retrasado, eso es todo. —anunció Kilian relajado.
—¡Kilian! —chilló Hunter y Aaron negó con la cabeza.
—Sh, lo superará. —Miró a Frank—. Ve y habla con Matt... Los mayores problemas en nuestra relación fueron por no hablar claramente. —Un suspiro se escapó de los labios de Hunter y abrazó con más intensidad a su amigo.
—Debes hablar con él claramente... luego veremos qué hacer con lo de Angie, una explicación razonable debe existir —recalcó Aaron.
—Podría... ¿Podría ser un malentendido? —pensó con algo de esperanza Frank.
—Hasta que sus únicas dos neuronas se pusieron de acuerdo. —se sentó Kilian junto a Aaron y se cruzó de piernas.
—¿Entonces hablarás con Matt? —reiteró Aaron, inhalando hondo y tomando con la mayor calma toda la nueva información, pero se desató un leve tic moviendo de arriba abajo su pierna—. En serio ¿Matthew? De todos los seres vivos, hombres, mujeres o bestias ¿Matt? —una gran risa resonó por parte de Kilian y Hunter sonrió sin querer, era la pregunta del millón.
—No puedo negar que tengo la misma duda. —Hunter miró a su mejor amigo entre sus brazos—. No es por ofender, sabes que a pesar de todo lo aprecio... Pero de todos nuestros amigos eres el que tenía la más enorme, gigantesca y extensa lista de opciones para elegir con quien salir.
—¿Qué tiene de especial él? No me digas que ese rubio horrendo tiene algún tipo de dote especial en la cama y- —La mirada asesina de Hunter hizo callar al mismo Kilian Hemsworth y éste hizo un gesto de inocencia.
—Tiene muchas cualidades. —proclamó el castaño separándose de Hunter—. Pero no es por eso que me gusta. —Los tres se miraron entre sí—. No puedo creer que esté diciendo esto o que lo haya descubierto al fin —sonrió por primera vez en días—, pero a veces no se puede explicar por qué te enamoras de alguien, es simplemente la forma en la que te hace sentir, es especial. Solo verlo sonreír es tan...
—¿Malicioso? —preguntó Kilian.
—No esa sonrisa —contestó Frank con seriedad—, sino la real... No sé cómo explicarlo —miró hacia la nada—. Con él me siento como...
—Como si estuvieras pagando todos tus pecados hasta la fecha —continuó Aaron.
—Como cuando vas a un examen sin haber estudiado —siguió Hunter.
—Muchas ganas de golpearlo y no parar. —finalizó Kilian y Frank estrechó los ojos.
—Son una mierda de amigos ¿Lo saben no? —Los tres jóvenes empezaron a reír y eso relajó muchísimo el ambiente—. Sé que también lo quieren, soportar su carácter estos últimos meses no fue tarea fácil y todos han dado lo mejor para no ofenderse demasiado con sus comentarios.
—Por supuesto, es un hijo de perra, pero es nuestro hijo de perra. —afirmó Aaron con un tono familiar.
—Tiene un buen corazón debajo de toda esa hostilidad y nada sería igual sin él... —admitió Hunter.
—Entiendo que este último tiempo ha estado peor que nunca, me recuerda a como era cuando éramos niños, muy cerrado, a la defensiva y poco honesto. Pero incluso así lo quiero, diablos, no puedo evitarlo. —opinó nuevamente Frank y Kilian hizo una mueca.
Él se daba una cercana idea del porqué el rubio estaba el doble de odioso y todo el tiempo con su guardia en alto, pero no diría nada, no era de su incumbencia en absoluto.
Frank comenzó a cerrar cada vez más sus ojos gracias a las caricias en su cabello.
Y al pasar un poco el tiempo, entre charlas, bromas y reflexiones, notaron que Frank se había dormido recostado con un cojín sobre las piernas de Hunter.
—¿Se quedará hoy también? —le preguntó Kilian a Hunter, habiendo pasado dos días desde que Frank llegó a su departamento.
—Se quiso ir varias veces pero no quiero que lo haga —respondió batiendo frenéticamente varios ingredientes en un bowl—. No esta comiendo bien, prácticamente lo obligo a que lo haga, no quiere ir a la universidad y va a perder sus buenas calificaciones que tanto le costaron conseguir si sigue así. Dios esto esta mal, las veces que ha ido a lo de Matt no le ha contestado y vuelve más deprimido.
—Vas a... —Le advirtió demasiado tarde ya que derramó un poco de la mezcla en el suelo— Oh... Sh, —se acercó y le quitó el recipiente, besando sus temblorosas manos y abrazándolo—. Estás muy afectado por esto niño.
—Él es mi hermano amor —sollozó devolviéndole el abrazo y ocultando su rostro en el amplio pecho del mayor—, sus hermanos me llaman constantemente y están muy preocupados también, Frank pidió que no dijese nada para no preocupalos, Sanna pregunta por Matthew, en el grupo ya no sé que contestarles y su prometida llama desesperadamente. Pero lo peor es que yo sé que mi hermano esta mal, él esta tan perdido amor... Todo se jodió y no sé cómo cambiar las cosas. Tengo miedo, tanto miedo que vaya a hacer una locura.
—Hey no, hablamos de Frank, siempre que tú ves las opciones negativas y extremistas él ve el lado optimista y ridículo de la situación. No recuerdo una vez en la que estuviese más de dos días serio o preocupado por algo, es solo que pasa un mal momento... No te desanimes así, te necesita más que nunca. —Tomó ese pequeño rostro con ambas manos— Yo estaré aquí para ti, llora todo lo que quieras conmigo, enloquece y patalea frente a mí, luego limpia tu rostro y sonríe para Frank —besó sutilmente sus mejillas húmedas—, él te necesita fuerte, del mismo modo que estuvo para ti en tus peores momentos, sonriendo para ti y animándote.
—Ti-Tienes razón —rió entre lágrimas— ¿Puedo llorar un poco más ahora? —preguntó retóricamente recibiendo una amable sonrisa por parte de su novio.
—Todo lo que quieras. —Lo abrazó y apoyó su cuerpo sobre la mesada para acurrucar mejor ese espasmódico y tiritante cuerpo que no paraba de llorar—. Te cuento un secreto —susurró en su oído—. Siempre dije que no tenía fe y que ésto terminaría muy mal... Pero no pensé bien, ya que esto te afectaría a ti... Y no lo pienso permitir. —el menor al pasar el tiempo levantó la mirada.
—¿Tú sabías de ésto? —inquirió.
—Bueno, no, solo algunas cosas supongo. —Rascó su nuca—. Pero no me gusta meterme en la vida de otros, es una jodida molestia.
—Y... —sus ojos enrojecidos, llorosos y suplicantes se clavaron en los de Kilian— Si te pido que lo hagas... Una sola vez... Solo una —tomó su camiseta con desesperación— ¿Lo harías?
—Esto... —quedó atonito unos instantes y suspiró— Es una guerra perdida si me miras así —pensó en alto y lo tomó de la cadera, uniéndolo más a si cuerpo de forma insinuante— Solo dilo y lo haré.
La sonrisa alegre y avergonzada de Hunter hizo que el pecho de Kilian se siente cálido y esa calidez desapareció al oír su propuesta.
—No, rotundamente no. —sentenció.
—Por favor, ve a hablar con Matt, cerciorate que esté bien y si sabes algo que los ayude a hablar o esclarezca la situación por favor hazlo. —repitió el menor.
—Es qué... —suspiró y despeinó su cabello— ¡Bien! Lo haré. —Humedeció sus labios y se acercó al cuello del pequeño— pero te costará, mucho.
—L-Lo sé —soltó caprichoso—, te amo por hacer esto... Iría yo pero si me dice cosas crueles con lo triste que me siento hoy terminaré quebrándome y viéndome muy patético frente a Matthew, estoy seguro que hacerme llorar lo hará sentir peor y no quiero eso...
«Pensando en el bienestar de otros antes que el suyo, ya no debería sorprenderme a estas alturas» pensó Kilian.
—Te lo dije —masculló lamiendo el cuello de Hunter y oyendo ese erótico gemido de su parte—, para eso estoy yo. —Deslizó sus dedos por debajo del pijama del pequeño y lo sintió estremecerse—. Protegeré esa bondad en ti. Iré.
—Dejen de preocuparse, en serio, saldré por trabajo y oí sus llamadas, también tienen responsabilidades que atender. —Se quejó el rubio con mal carácter hacia sus dos amigos.
Los cuales no se habían ido de su casa en varios días, obligándolo a bañarse, reponiendo sus llamadas, incitándolo a comer, atendiéndolo como si fuese un enfermo terminal o algo por el estilo. Demasiada atención que incomodaba al apático chico con depresión.
Pero a comparación de lo mal que había estado anteriormente ahora por lo menos les hablaba, aunque claramente era un falso estado de negación donde Matt se negaba a aceptar la realidad.
—¿Estás seguro de trabajar así? —preguntó Chad.
—Solo debo entregar unos videos que ya tenía del encargo anterior y recibir el resto de dinero. Nada extraordinario. —Le restó importancia.
—Ohw pero extrañarás mis hamburguesas con queso y papas si me voy, yo lo sé —dijo Chad abrazando al menor y escuchando como bufaba.
—Tienes un importante reportaje que cubrir, eso es lo que sé —sentenció para luego mirar a Tao—. Y tú, ve a atender un supermercado o lo que mierda hagas.
—El día que aceptes que soy Coreano y no Chino creo que nevará en el infierno. —masculló Tao tomando bruscamente el rostro de Matt y viendo como lo apartaban de sí y sonreía vagamente.
Eso hizo a Tao suavizar su mirada y peinar pausadamente un rubio mechón de cabello rebelde y detenerse en su mejilla, regalándole una sonrisa y alejando su mano al reaccionar.
—No te pongas raro que me pones nervioso —comentó Chad burlón.
—Celos de tus ojos cuando miras a otro chico tengo celos —cantó sarcástico el mayor y Chad rió al oírlo.
—Los llamaré con tal de no tener que ver sus feas caras e idioteces otro día más —dijo Matt, para no admitir que no quería que sus amigos tuvieran problemas o incovenientes en sus vidas por su culpa.
—Ten una linda noche, estaré atento al móvil por si me extrañas cariño o quieres buena compañía. —Tao pasó a su lado y le pellizcó la nariz para fastidiarlo.
—Que te jodan. —Lo vio alejarse y solo quedaba Chad.
—Sabes Matthew... Siento mucho lo que pasó, no comprendo bien todo y cuando te sientas mejor quizá hables claro de ésto, sobre haber "lastimado a Frank" y lo demás... Pero siempre estaré para oírte. —Los sentimientos de hermandad y la culpa que sentía Chad lo hacían estar más preocupado por Matt.
—Eres, extrañamente, un chico de palabra —sonrió con algo de ironía—. Dijiste que los amigos son útiles cuando todo va mal y que estarías para mí si eso pasaba, o algo así si mal no recuerdo, y aquí estás —miró a un costado—. No fuiste tan inútil supongo.
El moreno sonrió con algo de tristeza y se acercó al rostro de Matthew.
—Un simple "Gracias" te haría gastar menos saliva. —lo abrazó por la altura del cuello y cerró sus ojos—. No importa lo mucho que te digas a ti mismo que no mereces tener buenos amigos o que te pasen cosas buenas, yo sé, con todo mi ser, que mereces lo mejor de éste mundo Matthew. No eres tan malo como crees.
—No me conoces entonces.
—De hecho tú no te conoces al parecer. —De nuevo le sonrió y despeinó su cabello saliendo de la casa—. Algún día lo verás. —Levantó su mano en forma de saludo y continuó su frase de espaldas a Matt—. Y espero que ese día llegue antes de que pierdas a la persona que más te va a amar en este mundo tan jodido.
Pov Kilian.
Al llegar frente a su puerta me irritó el hecho de que las luces estaban encendidas y aún así nadie me abría. Por lo que, corriendo el riesgo de ser visto por un vecino y que llamasen a la policía, me trepé como pude hasta llegar a la ventana y entré sin problemas a la casa de Matt.
—Oye rubio teñido —grité temiendo que no estuviese en su casa realmente.
Pasaron los minutos y regresé de mi tour por el lugar, sin rastro del rubio. Estuve a punto de salir por la ventana cuando oí un ruido desde lo que parecía ser el baño al cual no entré antes.
—Hey... Matthew —insistí abriendo la puerta con cautela y heme aquí, ahí se encontraba el desparecido en acción.
Estaba hecho un desastre, no solo por el olor a alcohol, o que estaba inclinado y vomitando en el váter, sino porque al ver sus ojos parecía tener el humor de mil infiernos.
—Ja, patético —solté, el intenté levantarlo.
—Déjame puto huérfano.
—Mis padres están muertos pero peor sería que mi madre estuviste viva y no me quisiera. —contraataqué al dejarme llevar.
—Por lo menos mi padre es un buen hombre y di lo que quieras pero eres solo un puto huérfano -escupió con desdén y lo empujé por impuso, derribándolo dentro de la bañera.
Así mismo abrí el agua fría e intenté calmar mi enojo, pensando en lo mucho que me pidió Hunter que viniese a ver como estaba este rubio hijo de puta.
Trató de lavarse como pudo y quiso salir de ahí entre maldiciones, de nuevo lo empujé y me pateó fuerte en el rostro, lo tomé por el cuello, golpeó mi brazo con todas sus fuerzas y tiró de mi camiseta, de ese modo ambos caímos dentro de la estrecha bañera, quedando él sobre mí.
—No te dejaré ir tan fácil —mascullé tomando sus brazos.
—Jodido dolor de cabeza eres, te detesto. —Sonreí apretando la mandíbula.
—Es mutuo puta rubia dramática —dije controlando mis ganas de romperle algo.
Terminamos ambos completamente mojados, a él parecía habérsele pasado el malestar estomacal y ebriedad, pero no su mal humor. Lo aparté de mí algo brusco y me puse de pié, quitándome la ropa que chorreaba agua, estaba totalmente empapada, la escurrí ahí mismo y la sacudí un poco.
Matthew se levantó como pudo y tambaleó hasta pasar junto a mí, casi cayó al suelo cuando por impulso lo tomé del brazo, se sujetó de mi otro brazo y levantó su vista hacia mí, luego bajo sus ojos por mi cuerpo semidesnudo e hizo una mueca de desagrado.
—Hunter sí que tiene mal gusto —sonrió fríamente y se deshizo de mi agarre en su brazo.
—Tendrá mal gusto, pero por lo menos es correspondido. —Le guiñé el ojo y soltó un gruñido.
Chasqueé la lengua al ver lo mal que intentaba llegar a la cama, lo tomé sin más por su costado, di varios pasos escuchando como me insultaba y lo arrojé sobre la cama, a lo que oí un quejido y mis ojos inspeccionaron su cuerpo, me acerqué y le quité a la fuerza su húmeda camiseta mangas largas y entendí la razón de su dolor.
—¿Y eso? —pregunté al ver hematomas y dos raspones en su extremadamente blanca piel.
—No lo sé... —Se levantó sobre su brazo derecho e hizo una mueca sujetando su costado.
Flashback.
Un hombre, con claras intenciones de coquetear, se acercó a Matt en el bar donde había ido a buscar su cheque y entregar el vídeo de su anterior encargo. Se había quedado a beber más de la cuenta ya que no sabía cómo lidiar con sus demonios internos y el sujeto a su lado no paraba de hablar.
—¿Quieres salir? —sugirió Matthew.
—¿Eh? Oh, sí sí, genial. —El alegre hombre pasó junto al rubio y sonrió.
—Es un hecho —afirmó Matt—. Bien, allí mira. —Señaló la salida y le guiñó un ojo.
—Entiendo —sonrió coqueto nuevamente dándole una leve caricia a la cintura de Matt y al ver que el rubio se levantaba de la butaca donde estaba sentado se creyó un ganador y fue camino a la salida.
Por otra parte Matt lo vio alejarse y volvió a sentarse con fastidio.
—Idiota —masculló, seguido miró tajante al barman y éste temeroso le dió otro trago.
Alrededor de veinte minutos después el imponente sujeto regresó.
—Oye ¿Qué pasó? —Lo interrogó confuso.
—¿Sobre qué?
—¿No íbamos a salir? Te estuve esperando afuera...
—Yo te invité a salir, tú saliste, todos cumplimos ¿No? —sonrió con maldad—, nunca dije que saldría contigo, retrasado. Solo te sugerí que salieras... de mi vista —La arrogancia en la cara del rubio enfureció al hombre mayor—. E insisto, sal, bestia.
Fin del flashback.
—Ya recuerdo, un idiota resentido me golpeó.
Caminé en ese pequeño departamento hasta la cocina, busqué en los estantes y lo encontré, un pequeño botiquín con analgésicos y algunas cosas que podía necesitar.
—Quítate eso —señalé su pantalón y soltó una risita.
—Estoy desesperado pero no tanto —rodé los ojos.
—Estás mojando la cama —se dio cuenta intentado razonar.
—¿Qué haces con eso? —se refirió al botiquín y el vaso de agua que traje de ma cocina, le extendí el vaso y una pastilla que le ayudaría con la resaca.
Seguido saqué una gasa, agua oxigenada y una pomada que reconocí era para la inflamación.
—Solo quédate quito y déjame hacer mi trabajo. —Me senté a su lado y lo jalé bruscamente hasta mí, apretó los labios y pude ver todo el enojo en su mirada— . Hazlo por Hunter, no lo odias tanto como a mí ¿No? Él esta muy preocupado —dije más suave, apoyando la gasa en su abdomen y viendo como se contaría por el dolor, instintivamente sujetó mi brazo con su mano y cerró los ojos.
—Hunter he... —habló intentando ignorar el dolor— ¿Por qué esta preocupado? —cuestionó.
—¿Hace falta decirlo? No contestas las llamadas, no atendiste a la puerta y Frank... —abrió los ojos levemente al oír ese nombre— él estaba todavía más extraño que tú, parecía estar en un estado irreconocible, demasiado mal a decir verdad. -Matthew apretó los labios.
—Es mi culpa —sentenció.
—¿Le dijiste?
—Me acosté con él. —quedé estático y sin querer presioné en la herida donde estaba colocando una gasa limpia— ¡Auch Kilian!
—Oh, sí, lo siento —dije bajando a la tierra— pero Frank es... —me interrumpió.
—¿Heterosexual? ¿Mi amigo desde hace casi diez años? ¿Un hombre comprometido? Sí, todo eso es -cubrió su rostro— soy tan imbécil, arruiné todo.
—Iba a decir "Frank es un idiota y no sabe lo que sientes por él", pero bueno todo lo demás es factible también. —reí y al rubio no le causó tanta risa.
—No hablaré de ésto contigo. —Luego de decir eso no emitió palabra alguna.
Terminé de curarlo con ese jodido y molesto silencio que se había generando.
—¿Cómo... entraste? —preguntó ya cuando el alcohol dejó un poco su sistema, apoyándose contra el respaldar de la cama y su brazo sobre su rodilla relacionada.
—Es solo un segundo piso, no sé por qué les sorprende tanto algo tan simple, más si dejas la ventana sin seguro —admití y asintió lentamente.
—Oye y... ¿Hablaste con Frank? —solté sin más y busqué algo de ropa en su ropero, ya estaba entrando viento por la ventana y mi cuerpo sintió el frío cerca.
—No te incumbe —respondió seco y me acerqué la ventana para cerrarla.
—Ohh, mira, ese es un muchacho nuevo —dijo una viejecita y elevé una ceja.
—Ohh que guapo, y no trae ropa —se escandalizó.
—Son unas chismosas, no tienen nada más interesante de qué hablar o qué hacer. —Me dijo Matthew sin darles importancia.
—¡Las escuchó fuerte y claro señoras! —comenté y ambas se sobresaltaron— Y soy prostituto, no cobro mucho si les interesa —sentí una patada de Matt en mi costado y cerré la ventana, colocándome la camiseta que saque del placard y todavía tenía en la mano.
—Eres un imbécil, creerán semejante asquerosidad —sonreí satisfecho.
—Te acostaste con la prostituta más grande y cotizada del país, no tienes derecho a decir que los prostitutos son asquerosos. —siseé y en vez de contestarme solo decayó su mirada, sin dejar de verse altanero.
—No sabes nada... No tienes idea de lo que es amar tanto a alguien, de lo que es temer que te rechace por no ser suficientemente atractivo, o divertido, o bueno o simplemente no ser su tipo... No sabes lo que es- —Lo interrumpí ofuscado.
—¡Cállate! —dió un leve respingo— ¿¡Sabes por qué no le has dicho a Frank lo que sientes!? ¿Por qué no admites toda la mierda que te pasa hace una puta década con él? No es solo miedo, no es mera cobardía o sentimentalismo, es porque no confías en él. No lo amas tanto como dices porque amar es entregarse a otro por completo, es cerrar los ojos y saltar esperando que el otro te atrape y tú Matthew —lo señalé— no confías, no confías realmente en nadie, creo que ni en ti mismo. La simple idea te aterra. Así que no me vengas con tus porquerías de amor puro cuando él sí lo arriesgó todo por ti, se lanzó a un puto precipicio esperando a que lo atraparas y solo... solo lo dejaste caer.
—¡Me arriesgué por él! Perdí los estribos e hice todo lo que jamás me hubiese atrevido a hacer con él ¡Y mira como terminamos! ¡Al diablo toda esta mierda de amor! ¡El amor nunca me dio nada bueno! ¡Nunca me dio un hogar! Jamás me... Yo no... —cubrió su rostro con una mano y se calmó a sí mismo.
Me senté junto a él y miré a un lado.
—Esto que tanto llaman familia, este grupo de desconocidos que se reunieron por casualidad, son la única familia que éste huérfano conoció ¿Sabes? Y eso es amor también. Si vieras lo preocupados que están todos por Frank y por ti verías que eres más amado de lo que crees.
El silencio del rubio era una clara afinación.
—No me meteré en el desastre de tu vida, porque me vale verga lo idiota y deshonesto que quieras ser contigo mismo, pero por el bien de todos ten algo de huevos y habla cara a cara con Frank. Ambos necesitan aclarar sus ideas.
—No sé por qué haces esto o estás aquí pero si esperas un abrazo y un beso de agradecimiento o algo por tu buena acción del día olvídalo.
Hice una expresión de repulsión y le di la espalda.
—Primero muerto. —Ladeé mi cabeza con cansancio y solo pensar en mi largo día mañana me hacía doler el cuello.
Pero esperaba que de una vez por todas los idiotas hablasen y todo se tranquilizara de una vez.
Narrador omnisciente.
Al día siguiente Frank despertó, Kilian ya se había ido antes de que siquiera saliese el sol, Hunter dormía porque entraba a trabajar más tarde y el castaño tomó una larga ducha, listo para enfrentar a Matthew quiera o no. Estaba más que decidido.
Al llegar a la casa alguien parado en la puerta lo sorprende.
—¿También busca a Matthew Freeman? —preguntó el hombre mayor.
—¿Mmh? Oh, sí. Usted es... —lo incentivó a continuar.
—Mario, el marido de Giselle, la madre de Matthew. —Eso hizo a Frank abrir los ojos demasiado y hacer un gesto como "oh vaya".
—¿Algo le sucedió?
—No... No a ella. —Mario miró la ventana por última vez y suspiró—. Pero Kamil tuvo un accidente en su motocicleta, un lunático lo atropello y esta bastante grave y por someterse a cirugía. —Finalizó con su voz angustiada y rota.
—Eso es... Es grave. —Apretó ambos puños—. Al carajo, no se preocupe, yo se lo haré saber, quiera o no abrirme. —afirmó el castaño subiéndose a la tapia que conectaba la casa de los vecinos con la de Matthew, el perro de al lado le ladró y casi se cae— ¡Puta madre! Sh, shu, basta Scooby Doo, cierra el hocico —maldecía al gigantesco perro hasta que llegó a la ventana, pero estaba cerrada y tuvo que romper el seguro para entrar—. Ups.
—He-Hey chico ¿Estás seguro de eso? —preguntó el señor mayor confundido.
—Pff, para nada, pero lo haré de todos modos. —rió abriendo la parte interna de vidrio que milagrosamente no tenía traba alguna y así ingresó finamente a la casa.
Buscó y llamó a su amigo por cada rincón pero no estaba allí, regresó a la habitación y algo en el ordenador llamó su atención.
—Matthew... No me digas que...
Borré sin querer mi cosito de "continuará" e improvisé éste bien feito jajsjs. Ya cuando edite los libros los voy a hacer todos bien lindos van a ver🍒
Emm, bueno, sé que muchos dejan de leer cuando las cosas se ponen feas y por eso ustedes, mis lindos amores y que ahora mismo están del otro lado de la pantalla tienen TODO EL AMOR QUE PUEDO DARLES por no abandonar a los personajes y su intento de escritora♥
Los amo el doble por esto, bai🍒
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