Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17.

Caminando hacia la avenida en busca de un taxi comencé a pensar fríamente la situación. «Pensar después de actuar, tan raro en mí, alguien tan poco impulsivo» pensé lleno de sarcasmo.

Quizá era egoísta meter a Matthew en mis idioteces y confusiones infantiles, no sabía bien que le diría o qué haríamos, pero él siempre me hizo sentir seguro de alguna forma, su extraña y dañina forma de ser me resultó curiosa más que atemorizante y jamás deja de sorprenderme como reacciona con diferentes situaciones.

A decir verdad él es más de lo que aparenta, siente muchas cosas por sus amigos y demuestra solo su lado desagradable porque... Vaya, porque es un hijo de perra muy malvado, pero en el fondo es bueno, muy en el fondo, pero lo es.

No perdería nada con intentarlo y si me rechaza solo reiré y seguiríamos como siempre... Jamás perdería mi amistad con Matt por algo así, somos lo suficientemente adultos como para hablar de forma normal si llegara a dare asco mi descabellada idea.

«Pero si me dice que sí ¿Qué haré concretamente? Con un beso sería buena idea comenzar ¿No? ¿Tomar su mano? ¿Tocarle una nalga? Ja, ja, Joder que raro es esto, me siento nervioso y es emocionante sentir nervios así» comencé a reír por la calle ensimismado en mis pensamientos y divagaciones.

Se sentía raro pensarlo, pensar que Matthew quizá podría gustarme y no hablaba de un simple "lo follaría", cosa que todavía ni me planteé, sino de gustar realmente, algo que no llegaba a entender o saber si eso era lo que sentía.

Era mi amigo y un hombre además. De más jóvenes quizá hubiese reído solo de imaginarlo, pero últimamente no, no me generaba ninguna gracia. Sí tuviese que intentar explicarlo sería: incertidumbre, confusión y emoción a la vez, junto a una voz que gritaba "¡No puede ser! Que joto soy" resonando en el fondo de mi mente junto a algo de culpa. Supongo que lo usual en estos casos... O no. La verdad no lo sabía, ya que no me sentía homosexual, pero sí me generaba algo extraño pensar en Matt y no podía fingir que no era así, eso de mentir u ocultar lo que sentía no iba en absoluto conmigo.

Incluso ahora me costaba mantener la compostura cuando hablaba sobre lo que sucedió con Angie y sobre olvidar aquello, como ella me sugirió varias veces. Era difícil tener mi mente cuerda y pensar que era un asco de persona al mismo tiempo, pero mi autoestoma me ayudó a no deprimirme al extremo estos meses y finalmente creo que debo superar lo que sea que haya pasado.

No lo estaba negando, intentaré de todas formas compensar a Angie, aunque sonara imposible, lo intentaría, lo haría de una forma que no me obligara a casarme con ella. Quizá si hablamos claramente comprenda, entendía que no la podía corresponder de ese modo ya que nunca fui esta clase de sujetos, los que salen con alguien por culpa.

De tanto pensar terminé llegando a casa de Angie a pié, reí al notarlo y negué con la cabeza.

¿Si pensaba que era una locura? Sí.¿Imposible? No. ¿Que no sabía como iba a reaccionar Matt y si solo se reiría de mí? Lo más probable. Pero suelo ser muy convincente y no me gustaría intentarlo con otro que no fuese él.

-Además se vive una sola vez. -pensé en alto y suspiré ya que esa era la frase típica que utilizaba antes de hacer cualquier pendejada.

Pero no podía detenerme, vivo a mi manera, solo hago lo que deseo y lo que me hace realmente feliz... O eso hacía. Lamentarme por lo que hice tanto tiempo me hizo sentir infeliz, putamente infeliz, y pensar en Matt era lo contrario.

Cuando finalmente ingresé a la enorme mansión fui recibido por un cálido abrazo por parte de Angie. Se colgó de mi cuello y depositó un pequeño beso en mis labios, aplastando sus grandes pechos contra mi cuerpo y sonriendo.

Pov Angie.

Colgué la llamada con las retardadas de mis hermanas, donde me daban sus falsas excusas del porqué no habían asistido a mi cumpleaños. Rameras de cuarta, sabía que no irían ya que hace años olvidan mi cumpleaños y por lo único que me hablan es para hablar mal de papá o entre ellas mismas.

-No se sienta mal señorita, ellas seguro le enviarán un regalo esta semana. -opinó mi dama de llaves.

-¿Acaso te pregunté, cariño? -inquirí hostil- Pero sí, por eso contesté sus llamadas, para recordarles que mandaran a sus empleados a comprarme algo. -acomodé mi cabello detrás de mi oreja y me crucé de brazos.

-Lo siento -siempre disculpándose la tonta senil-. Su prometido vendrá hoy y su padre también, no olvide que su madre le ordenó ir a visitarla durante el transcurso de la semana.

-Agh, que fastidio. -me quejé.

-Pero usted los invitó... ¿Quiere que cancele su cita? -levanté una ceja ofuscada.

-Ni lo pienses, esos dos idiotas tienen que verse y hablar hoy, a Frank le agrada el gordo infantil de mi padre y así se mantiene más callado durante la semana siguiente. Ja, seguro siente tanta culpa.

-¿Puedo preguntar algo?

-Ya lo hiciste, Gertrudis. -siseé con desinterés.

-¿Por qué hace esto? Ese joven parece un buen chico, es apuesto... Muy apuesto -levanté una ceja y aclaró su garganta-. Quiero decir, no parece malo y su padre... -la mandé a callar levantando mí mano en señal de alto.

Odio a ese estupido hombre, inútil e interesado, el dinero le importó más que su hija. Más que mi bienestar, más que...

-Es una bestia. Frank también lo es. Todos los hombres son animales y si fuese por mí... -apreté mis manos y al sentir mis uñas dejé de empuñarlas. Respiré ondo y me calmé sonriendo amenazante-. Como decía, no me interesa si crees que lo que hago esta mal, puedo hacer lo que quiera con mi padre y el rebelde de Frank -mi sonrisa creció al recordar que lo tenía exactamente donde lo quería.

Nadie nunca más volverá a hacerme sentir inferior como él lo hizo esa noche. Desde niña necesito controlar todo lo que me rodea, la noche que lo conocí fue la primer persona que no me obedeció, tan salvaje y codiciado por todas las que conocía, no había una sola chica que no desease adueñarse de él. Un precioso premio cual presumir sería, o eso creí, resultó ser muy frío en el tema romántico, no parecía interesado realmente en nadie y al mismo tiempo en todas.

Como algo que se podría usar solo como prueba de tiempo limitado, pero no comprar y obtener el producto completo. Una sensación de fracaso se apoderó de mí al darme cuenta que no planeaba ser uno de mis juguetes, pero no me impidió coquetearle y si su reputación era correcta obtendría una buena probada del chico playboy del instituto Morrisek. Pero no hizo lo que yo quería en absoluto, fue horrible esa sensación y me ridiculizó por completo.

Días después quise olvidar el asunto, pero mi obesión hacia él no hizo más que aumentar junto a mi resentimiento, no podía dejarlo pasar como un incidente menor, porque él tuvo el control e hizo lo que se le vino en gana. En cambio yo sentí por primera vez, en muchos años, que había pedido el poder sobre lo que me rodeaba y lejos de superarlo deseé hacerle daño, mucho daño.

Pasó más tiempo y hacía pocos meses había estado toda la mañana discutiendo con mis abogados y los de mis hermanas por el testamento que dejó mi difunto abuelo. El viejo olor a geriátrico estipuló que ninguna podría tocar un centavo de él si no se casaba con un hombre, sabiendo claramente que mi hermana mayor era una lunática y enferma de celos que aleja a cualquier sujeto cuerdo; mi otra hermana era la explicación que aparecía en el diccionario al buscar la palabra "lesbiana"; y yo nunca fui de las que están con un hombre más de una semana o le atrajera el matrimonio. En otras palabras el jodido viejo nos jodió a todas. Nunca nos quiso de todos modos. Por lo que estaba irritada al extremo cuando entré a ese bar ese día, donde vi a Frank luego de tantos años.

Inconfundible, atractivo como siempre e incluso más, solo al entrar su gran sonrisa llamó mí atención, tenía a todos cautivados a su alrededor sin siquiera hablarles, él tenía ese poder de persuasión que siempre deseé poseer, un carisma único y luminoso. También sus ojos, carajo, siempre salvajes e intensos, como un animal indomable, pero recordar que era la única persona que no podía controlar me erizó la piel.

Lo miré fijamente y humedecí mis labios, esta era la oportunidad que la vida de daba para retomar el control, para domarlo y también conseguir la herencia con una sola movida, demasiado bueno ¿No?

Me acerqué a él con una sonrisa, a lo que sus ojos me decían claramente que no sabía quién diablos era yo pero a su vez tenían ese toque seductor.

-Oye, llegó mi cita, luego te llamo. -comentó mostrando sus dientes y colgando la llamada.

Miré a ambos lados esperando ver a la chica y alejó la silla junto a él de la barra ofreciéndome asiento.

-Tuve que mentirle porque ya no quería hablarle teniendo a alguien tan linda e interesante para hacerlo justo frente a mí -tocó su labio con su pulgar y ladeó su armonioso rostro con una mirada cómplice-. ¿Qué dices, quieres merendar, linda?

Admito que me tomó por sorpresa y sonreí sin pensar, luego recordé que era el mismo imbécil que no se sometía a mí y mi sonrisa se forzó un poco en mi rostro. Me senté y comenzamos a a hablar normalmente... Lo demás ya es historia, sabía que no podría domarlo enamorándolo ya que eso era imposible con Frank Wolff, debía ir más lejos, pero él se lo merecía ya que...

-Me disculpo. -habló Gertrudis bajándome de mis pensamientos y rodé los ojos.

-Haré lo que quiera con quienes yo quiera, así es como debe ser y como siempre va a ser. Y el dinero me ayudará, el dinero lo es todo ¿Verdad? Lo compra todo. - cerró los ojos sabiendo a qué me refería y asintió.

De repente me informó uno de mis empleados que mi novio trofeo había llegado, sonreí triunfal y caminé hacia la puerta principal. Acomodé mi atuendo y sonreí todavía más al pensar en una follada a media tarde para mejorar el día.

Aunque todos los hombres eran iguales y una mierda, cabía rescatar que Frank era el mejor que he tenido en la cama, no solo por el tamaño de su delicioso pene, sino por su experiencia, sabía exactamente lo que hacía y como satisfacer a una mujer y no solo a él mismo. En resumen: jodidamente bueno. Bien merecida tenía su reputación y haberme apoderado de él era el doble de satisfactorio gracias a eso.

Pov Frank.

Tomé sus brazos alejándolos de mi cuello y respiré hondo, al parecer mi cara delató que tenía algo que decir y arqueó una ceja.

-¿Podemos hablar? -ella rió sutil y delicadamente.

-Eso hacemos lindo. -tomé su mano y la quise guiar hasta los sillones para sentarnos pero soltó mi mano bruscamente, tomó su muñeca y miró a un costado.

Cuando tiene estas reacciones me hace sentir un abusador de mujeres. No fue esa mi intención, solo quería que se sentase conmigo, pero ella tomó el control de nuevo y sus labios se curvaron en una sonrisa.

-Mejos vayamos a mi habitación para hablar con más... -miró a la señora que cuida de la casa y luego a mí- privacidad.

Iba a negarme a su propuesta, pero me detuve antes de emitir sonido, ella necesitaba mandar, ha sido así desde que la conozco y si fuese cualquier otra la hubiese mandado al carajo, pero tiene un motivo válido luego de no haber podido controlar lo que le hice... Ahora controla todo a su alrededor, a veces la veo acomodando una y otra vez objetos de la casa o su atuendo de forma compulsiva, de todo debía ser acorde a su voluntad para que no le de un ataque de histeria.

En su cumpleaños estaba muy alterada cuando mis amigos irrumpieron en la fiesta, pero no pasó a mayores porque de una u otra forma animaron el lugar.

Asentí junto a un leve suspiro y sonrió victoriosa. Odio estos momentos porque debo reprimirme a mí mismo para que ella esté bien.

Al llegar a su habitación sujetó el muñeco rosado y algo viejo que se niega a botar.

-Ven Franky, te he extrañado mucho estos días... -admitió con su voz baja y sumisa.

-Oye An... -me negué a sentarme junto a ella, ya que estar en una cama junto a una chica atractiva y persuasiva como ella siempre terminaba en sexo, según mi basta experiencia. Despeiné mi cabello y respiré profundo como por sexta vez en el día.

-¿Mmh? ¿Qué sucede? Me estás asustando. -comentó.

«Al diablo, haré esto de la única forma que sé, siendo yo mismo» la miré directamente a los ojos y ladeé mi rostro altanero, dejando de lado mi culpa y sentido de responsabilidad hacia ella.

-Angie, lo nuestro no puede continuar.

Su rostro se desfiguró de un momento a otro, parecía petrificada en esa rígida posición, hasta que hizo una mueca todavía más dura que la anterior.

-¿Cómo dijiste? -me acerqué a ella e incliné un poco mi rostro hasta la altura de sus ojos- ¿Por qué? -insistió.

-Vamos, no es necesario explicar tanto ¿O sí? -sus ojos se volvían cada vez más llorosos y enrojecidos- Oye... -no me ha gustado jamás ver a una chica llorar, siento incomodidad en estos momentos- No soy feliz Ann. -me miró furiosa y dolida.

«Vaya, priemra vez que termino con alguien y sé correctamente su nombre, me siento orgulloso de mí mismo carajo.»

-¿De un momento a otro no lo eres? -inquiró entre dientes y bajé a la tierra- No puede ser... Me parecía que algo te estaba pasando cuando estabas cansado para tener sexo o ni me mirabas, como si pensaras en otra, ¿Hay otra verdad! -gritó comenzando a alterarse y puse ambas manos em mis bolsillos.

Bueno... Literalmente hablando no, no tenía a nadie, pero que ella lo dijera me hizo pensar "sí hay otra persona". Fue contradictoria e interesante la idea en mi mente.

-Lo nuestro desde el comienzo estuvo destinado a fracasar Angie, hicimos las cosas mal, pero estamos a tiempo de parar. -me apoyé contra la puerta y la mire fijamente elevando mi barbilla.

Estaba realmente serio y convencido de lo que estaba diciendo. No quería seguir siendo infeliz, ella tampoco sería feliz con alguie que no la amara, sin contar que mis ganas de saber que me pasaba con Matt eran inmensas.

-¡Eres un hijo de puta Frank Wolff! -ese debería ser mi lema, todas me gritan prácticamente lo mismo cuando las dejo.

-Lo lamento. -dije honesto y arrepentido por no haberlo hecho antes, hubiese evitado esto para ambos.

-¡Te aburriste de mí no es así? -se puso de pie mientras arrojaba todo lo que estuviese a su alcance- ¡Muérete! No puedes solo rechazarme después de todo lo que hice por ti -la miré por el rabillo del ojo y no dije absolutamente nada, aunque no hacía falta, todo en mí aclaraba que no había vuelta atrás y que luchaba por no caer ante la culpa. Abrí la puerta y me dispuse a irme-. Oh claro, la estúpida chica de la que abusas vuelve a caer con el mismo idiota, nunca debí confiar en un violador como tú. -lo último me dejó estático a medio camino.

-No puedo... -aclaré mi garganta y contuve el vuelco en mi estómago-, no puedo borrar el pasado... Pero sí hacer las cosas bien de ahora en más -la miré una última vez y mi expresión seria la hizo callarse, incluso parecía temblar un poco-. Nadie puede vivir de su pasado An, solo queda seguir adelante, serse fiel a uno mismo... la vida es muy corta, sé feliz, porque yo no puedo darte eso, ni hacerme eso a mí.

Escuché sus tacos resonar en el suelo y acercarse.

-Eres un cobarde doble cara, no me vengas a dar sermones ya que no negaste tener a otra y ahora solo hablas de dejar el pasado atrás, claro, porque a ti nadie te violó miserable de cuarta. Típico en los hombres como tú. Seguro la puta con la que te revuelcas terminará igual que yo, usada y violada por ti.

Joder, se estaba pasando, mi sangre bajaba o ardía cada dos minutos, y si no tuviese tan buen físico y salud estaría sufriendo algún colapso nervioso.

-No hables así de... -apreté los dientes y mis manos, calmándome- No sabes nada Angie, es ese tipo de comportamiento una de las cosas que no soporto de ti, alejas a la gente, la usas, no tienes remordimiento de nada y sí puede que te haya dañado, pero yo sí lo siento, tu dañas y no te importa. Nadie te importa, solo quieres joderme y ¡No entiendo por qué!

-¡A mí no me levantes así la voz pedazo de mierda! ¡Preso deberías estar! ¡Que te jodan a ti y a toda tu pobre familia indignante y mediocre! ¡Basura de la sociedad! -gritaba a medida que golepaba mi pecho y brazos, ni intenté cubrirme, estaba demasiado enojado y solo me centraba en no salirme de mis casillas por su violencia.

Esa idiotez de golpear objetos, paredes o devolverle los empujones o golpes no iba conmigo, pero tampoco dejarme golpear. En ese momento una de las tantas palabras de mi madre resonaban en mi mente "si una mujer te golpea, vete, simplemente vete y aléjate de ella lo más que puedas, antes de que pase algo grave". Estaba claro que eso debía hacer ahora.

-Esto no cambiará nada, ¿No lo ves? -hablaba y tenía que levantar la voz para que sus chillidos y gritos no opacaran mi voz- ¡Nadie es feliz cerca de ti, mujer! ¡Ya reacciona! Vas a quedarte sola a este paso y tu dinero no va a consolarte en absoluto, lo digo por tu bien, valorate un poco más, ¡Auch! -rasguñó mi brazo y vaya eso dolió- ¡Para ya! Hazte ver por un psiquiatra o especialista, porque yo no sé que mierda hacer contigo. -la alejé de mí y no me dejaba ir, mis brazos y pecho tenían rasguños y algunas magulladuras.

Me alejé finalmente y estuve por irme, pero se paró frente a la escalera, miró hacia abajo y luego a mí de nuevo, disconforme con mi partida.

-¿Estás jugando verdad? No soy tu puto esclavo o rehén, muévete ahora mismo. -quise pasar por su lado y por alguna razón ella tropezó conmigo, intenté sostenerla, pero evitó mi agarre alejando su mano.

Gimió y se quejó todo el trayecto desde el inicio de la escalera hasta su último escalón, donde se veía muy herida en varios sectores gracias a la caída desastrosa que tuvo. Quedé impactado por eso, no supe que hacer, pero eso no era lo más grave...

-¡Hija! ¿¡Por todos lo Santos, que es esto!? -su padre, no podía ser peor.


Tuve que dividir este capítulo en tres porque eran cerca de 9 mil palabras y NO GOD NO.jpg jajjaja se iban a morir. Así que serán unos 22 o 23 capítulos💕

Los amo amores, bai♥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro