Fluke Natouch creció siendo un joven diferente a todos los demás que lo rodeaban, desde muy temprana edad se interesó en las películas de terror, entre ellas las que trataban de asesinatos como matanza de Texas, por eso cuando llegaba Halloween se ponía muy feliz, aunque no fuera una fecha del todo celebrada en su país, era una oportunidad de poder salirse del molde sin la necesidad de tener que justificar sus acciones o el contar historias de terror a sus compañeros de clase, además de las diferentes fiestas que organizaban en donde podía usar maquillaje, sangre falsa y tener un comportamiento espeluznante, cosa que no le importaba mucho a su amigo Peterpan que solo se encogía de hombros siguiéndole la corriente, mientras que Judo su pareja, se divertía en la misma medida con todo aquello.

Los tres tenían una sólida amistad, que los habia llevado a que ahora en su adultez convivieran en la misma casa, una que era lo suficientemente grande y cómoda para ellos, sus vecinos hablaban a sus espaldas por lo inusual de su situación, incluso algunos pensaban que eran un trio de amantes, una idea muy alejada de la realidad; ahora se dirigía emocionado a su casa, ocupando el asiento de copiloto del auto de su pareja, la razón, era 31 de octubre y habia convencido a su amigo Peterpan de tener un maratón de películas de terror para esa noche y por ello le llevaban un pequeño presente, en definitiva tendrían una velada inolvidable.

Su amor por todo lo relacionado al género del terror, habia surgido gracias a la sórdida vida que llevaba con un padre alcohólico y una madre indiferente, la televisión y las cámaras fotográficas se habían convertido en su refugio, sus padres realmente se odiaban entre sí, o al menos su padre lo hacía, no podía soportar que su madre fuera quien trabajara en un cargo político mientras él se quedaba en casa viviendo gracias al dinero que ella aportaba y a la herencia que le dejaron sus padres al morir, solo se mantuvieron casados para mantener las apariencias de una vida que no era del todo perfecta, teniendo en cuenta que lo único que tenían en común era su amor por golpear a su hijo aunque no hiciera nada, con ello, lograron que se aislara de sus compañeros de clase, era demasiado raro como para juntarse con él, situación que cambio cuando llegaron a tener residencia definitiva en Bangkok y conoció a Judo y Peterpan durante su tiempo en la secundaria.

Judo miro a su pareja y sonrió, él era feliz, su amor por aquel hombre que ahora iba a su lado llego con un sentimiento de triunfo, ninguna de las personas que se burlaban de él habrían imaginado que tendría una vida cómoda junto a una persona maravillosa que lo quería con todas sus virtudes y defectos, todos siempre creyeron que sería un rechazado de la sociedad toda su vida, por eso daba gracias todos los días por haberlos unido durante la secundaria, junto a su amigo Peterpan, los tres habían construido una buena vida de la cual podían sentirse orgullosos.

—¿De verdad solo quieres quedarte en casa viendo películas hoy? —, pregunto Judo queriendo cerciorarse que aquel plan era lo que su novio en verdad quería.

—Si, pero podrías ser mi sirviente zombi—. Meneo las cejas coqueto el otro.

—Puedo ser tu sirviente, pero no un zombi, creo que hoy en la noche seré un vampiro.

—Esa idea me gusta—. Sonrió feliz ante la perspectiva que se le presentaba delante de el —Podemos probar tus habilidades de succión después que juguemos con la sorpresa que le llevamos a Peter.

—Me parece bien—. Estaciono el auto directamente en el garaje de la casa, ya habían llegado y no quería que los vecinos los vieran, fueron recibidos por su amigo quien ya estaba allí.

—Solo quiero que sepan que estoy haciendo esto del maratón de películas solo por ustedes, no es mi plan favorito—. Los saludo mientras los veía bajar del auto.

—Ya sabemos que Halloween no es una fecha que celebres y por eso te hemos traído una sorpresa—. Sonrió Judo.

—¿Qué clase de sorpresa? —. Entrecerró los ojos Peter queriendo saber de qué trataba todo aquello.

—Fluke, ¿crees que deberíamos mostrársela ahora o esperar a después de ver algunas películas?

—¡Ahora!, ¡debemos mostrarle ahora!, yo también estoy emocionado con esto—. Sonrió feliz recibiendo el medio abrazo de su pareja, que solo le dio un beso en la mejilla antes de alejarse hacia el maletero del auto, llamo a su amigo con la mano y ahora los tres estaban allí parados mirando su contenido.

—¿No es maravillosa esta sorpresa?

Peterpan no dijo nada, solo sonrió salvajemente, era perfecto, su regalo era completamente maravilloso, en aquel maletero estaba una chica atada y amordazada, la cual lloraba y gemía de miedo, sabía quién era, la habían estado estudiando desde hace unas semanas, su nombre era Pin Saetang, una mujer con mucho dinero, de esas que le encantaba matar; lo mejor de todo es que ella al verlo pensó que podría pedirle ayuda, salvarla, pero al ver su expresión supo que no estaba sucediendo nada de eso, aquel nuevo hombre simplemente estaba encantado, jamás en su vida llena de lujos y protegida llego a pensar que estaría en una situación como aquella.

—Ella es toda tuya, es nuestra ofrenda por hacer lo que nosotros queremos esta noche—. Le dijo Judo dándole unas palmadas en el hombro.

—Nada de eso, la compartiré con ustedes, después de todo están tan involucrados en esto como yo.

—Ya lo escuchaste, señorita Saetang esta noche sufrirá mucho— Fluke rio como un niño pequeño al cual se le habia dado un juguete.

La noche transcurrió con total normalidad para todas aquellas personas que eran ajenas a lo que sucedía en aquella casa, Pin Saetang fue torturada y asesinada lentamente por un equipo de asesinos en serie que se escondían a la vista de todos, siendo unas personas normales que contribuían de alguna manera u otra en la sociedad.

Presentando a los personajes

Fluke Natouch

Judo Tantachj

Peterpan Thasapon