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Capítulo 7

Ploy llevaba en cautiverio una semana y media, la tensión en la estación de policías podía cortarse con un cuchillo, el jefe de policías ya no sabía que más hacer, sus hombres estaban cansados, tenían que hacer doble trabajo, ayudar a los detectives y seguir patrullando las zonas que les correspondían, sumándole que después de la rueda de prensa la estación se habia llenado de llamadas paranoicas de miembros respetados de la sociedad que afirmaban que los asesinos los vigilaban, llamadas que fueron atendidas por los mismos detectives en compañía de los policías, encontrándose que solo eran delirios de personas asustadas, cosa que ya los tenia de mal humor, aun no sabían nada de su compañera de equipo.

Ellos estaban pasando por un momento difícil, no tenían ninguna pista que los llevara a saber algo del paradero de Ploy, ni siquiera exponerse frente a los medios habia hecho que los sospechosos dieran alguna señal, ninguna llamada, ningún asesinato, era como si la tierra se los hubiera tragado y la verdad no esperaban aquello, tanto que Krist llego a la conclusión de que esas personas que perseguían eran más inteligentes de lo que pensaban, simplemente no hicieron lo que se esperaba de ellos.

No dejaban de revisar las pruebas que tenían de las ultimas escenas del crimen, necesitaban algo, un indicio, no podían ser tan perfectos, una de los suyos estaba desaparecida, tenían que encontrarla a como diera lugar, simplemente querían por lo menos saber que aún se encontraba con vida, un mensaje que esperaban recibir en cualquier momento, por ahora todo lo que tenían eran carpetas con fotos y anotaciones forenses que les hablaban de lo que hacían sus asesinos.

Por su parte, Ploy ya habia sido trasladada a su nueva habitación, una que en otro momento hubiera admirado por la cantidad de cámaras, focos e instrumentos de fotografía que allí habia, sus captores prepararon lo que parecía un set fotográfico con una cama siendo el foco de atracción, esta tenía sabanas perfectamente blancas sobre las cuales ahora descansaba, lo único que la perturbaba de todo aquello eran los cuadros que colgaban de las paredes, era una galería al crimen, podía observar cuerpos mutilados, masas irreconocibles, sangre salpicada sobre paredes, imágenes que estaba segura no podría sacar de su mente aunque quisiera, si salía viva de aquella casa tendría muchas pesadillas.

Las cicatrices que ahora llevaba en su cuerpo, serian un recordatorio de lo que habia pasado, se sentía débil físicamente, incluso después de que cada uno de sus cortes fueran curados, entrada la noche el hombre que se hacía llamar Judo habia acudido a ella con un botiquín médico y se dedicó a revisar cada una de las heridas que su pareja, Peter y el mismo le habían hecho, como si eso fuera remediar algo, después de todo con ellos no habia tiempo de recuperación porque siempre querían jugar, estaba segura de que Fluke tenía muchas fotos para seguir adornando su galería.

Y como si lo hubiera convocado con sus pensamientos, este apareció por la puerta con una enorme sonrisa en sus labios, sabía que aquello no era para nada bueno, traía consigo algo de ropa que coloco con cuidado sobre la cama antes de dirigirse hacia ella y comenzar a desatarla, oportunidad que aprovecho Ploy para intentar escapar, empujo a su captor y como pudo corrió hacia la puerta, no desperdiciaría su oportunidad, se encontro con un pasillo que la llevaba hacia unas escaleras, que intento bajar como pudo, sintiendo como cada paso que daba era como caminar por un piso lleno de vidrios, las heridas sin cerrar en sus pies y piernas ardían.

Su corazón latía acelerado por la adrenalina del momento, su visión tampoco era del todo buena, el cambio de luces la habia dejado un poco ciega, por eso cuando estaba a mitad de las escaleras no vio venir el fuerte tirón de cabello que le dio Fluke arrastrándola nuevamente hacia arriba, intento soltarse de sus brazos que ahora estaban alrededor de su cintura, fue una pequeña lucha de voluntades que termino cuando apareció Peter y la tomo lanzándola sobre su hombro para llevarla rápidamente al estudio fotográfico.

—Fluke, tienes que cuidar mejor tus juguetes—, dijo Peter tirando la mujer sobre la cama.

—Lo sé, eso no volverá a suceder—. Frunció el ceño mirando a su modelo, para luego pintar una sonrisa en sus labios —Me asegurare de que a nuestra querida Sani se le quiten las ganas de volver a escapar.

—Bien, te dejo entonces—. Miro a la mujer y agrego —Por su culpa tengo que hacer más horas de las normales en el trabajo, no vemos en la cena—. Le dio un beso en la frente a su amigo y lo dejo solo para que se divirtiera.

Ploy solo se encogió en su lugar, sabiendo lo que estaba por venir, ya se habia enfrentado a la vena sádica de Fluke y estaba segura que esta vez no se iba a contener, la tensión en aquella habitación podía cortarse con un cuchillo, arma que su captor tenía entre sus manos y la miraba pensativo paseando alrededor de la cama, podría darle una patada cuando se acercara, pero no creía que contara con la fuerza en sus piernas para hacerlo, así que no se defendió cuando el rubio se acercó y ato sus piernas.

—Has sido una niña mala, te cambie de lugar a uno más bonito y así me pagas—. Para el momento de pronunciar esas palabras la tenía agarrada fuertemente del mentón haciendo que lo mirara directo a los ojos —Vamos a jugar un juego, uno en el cual no quiero que grites, al primer sonido que salga de tu boca te ira peor, ¿has entendido? —. La soltó bruscamente sobre aquella cama, recibiendo un asentimiento de su parte, cosa que coloco nuevamente una sonrisa feliz en el rostro de su captor —Ahora jugaremos un juego, conseguí un hermoso vestido para ti, soltare nuevamente tus piernas, me girare y tú te cambiaras, ya sabes las reglas, sin hacer nada estúpido o te ira muy mal.

Ella hizo lo que pidió, tomo aquella prenda en sus manos, era un hermoso vestido de alta costura en color blanco, en otras circunstancias se hubiera sentido feliz por llevar puesta una prenda como esa, pero no era una ocasión feliz, solo estaba complaciendo los gustos macabros de un vulgar asesino que seguro iba hacer algo.

—No escucho que te estes cambiando, ¿quieres que lo haga yo?, también podemos llamar a Peter, estoy seguro que estaría encantado de quitarte la ropa, no importa que tengamos que esperar a más tarde para jugar—, hablo sobre su hombro Fluke sabiendo que ella solo lo estaba observando sin hacer nada.

Por supuesto que no quería hacerlo, pero la segunda opción tampoco era de su agrado, a pesar de tenerla cautiva y torturarla, ninguno de ellos la habia tocado de manera sexual, incluso el medico de manera profesional la habia limpiado quitándole la suciedad de encima, así que sin más remedio comenzó a quitarse la ropa sucia y colocarse aquella prenda que no pudo terminar de poner en su lugar porque no alcanzaba el cierre en su espalda, el cual sorpresivamente fue subido por el rubio sin siquiera tocar su piel.

Cuando estuvo completamente lista, la volteo y admiro su belleza, aquel vestido le quedaba perfecto, de la manera que habia imaginado, era una hermosa modelo lista para ser fotografiada, ahora solo tenía que arreglarle el cabello para darle el aspecto de una novia, la sentó en la cama y fue por kit para esas ocasiones, primero tomo el cepillo y comenzó con su labor, para luego pasar al rostro y hacerle un hermoso maquillaje, estaba perfecta, luego se movió a uno de los estantes para tomar una de las tantas cámara para hacerle una sesión de fotos, la colocaba en diferentes poses, buscando el mejor Angulo que le diera lo que quería, miro las fotos que habia tomando y sintió que les faltaba algo.

Así que agarro su fiel cuchillo, se acercó hacia donde estaba para hacerle un cortes en los brazos y que de ellos brotara la sangre, líquido que no le importo frotar por aquel hermoso vestido blanco, desarreglo un poco su cabello, su maquillaje y la acomodo sobre la cama en una posición algo ortodoxa, dando la sensación de que se habia suicidado en el día más importante de su vida, era perfecto, tanto que no paro de hacer cortes y llenar de sangre las sábanas y el vestido hasta que estuvo satisfecho con la cantidad de tomas que tenía.

—Fuiste una buena modelo, me diste excelentes fotografías que pronto estarán adornando las paredes, ahora es tiempo de curarte—. Ella solo lo miro mal sin pronunciar palabras —¡No me veas así!, Judo me ha enseñado como debo de hacer para vendarte, eres mi juguete, no permitiré que mueras, por lo menos no todavía—. Sonrió sacando el botiquín de primeros auxilios para hacer lo que habia dicho; Ploy habia sobrevivido a una nueva sesión de tortura.

Entre tanto, en la estación de policías Kao habia recibido una llamada de su jefe, Thyanayong le habia dado nuevas órdenes, los quería fuera del caso, el hombre pensaba que estaban demasiado involucrados en la investigación, al punto de no dormir y comer con el interés de encontrar pistas que los llevaran a saber el paradero de su compañera, por ello los estaba enviando a la provincia de Chiang Mai a resolver un nuevo caso de asesinatos múltiples, debían irse esa misma tarde, el alegaba que el caso se habia enfriado y ni siquiera tenían la certeza de que Ploy estuviera con vida, no podían detener el trabajo por una sola persona, tampoco tenían el tiempo de esperar que los asesinos atacaran de nuevo, eran inteligentes y su superior creía que no lo harían, se mantendrían bajo perfil sabiendo que ellos aun los estaban buscando.

De eso ya habían pasado cuatro meses, justo el tiempo que se conmemoraba del día de la muerte de Sushar y se encontraban fuera de Bangkok, el jefe mayor los mantuvo alejados de ciudad, volvían por tres días e inmediatamente los mandaban a otra provincia, hubieron muchos intentos de querer retomar el caso por parte de Kao, pero como los asesinos se mantuvieron silentes, no era una prioridad, incluso los altos mandos ya daban por muerta a Ploy; de todas maneras bajo perfil Farida seguía haciendo su propia investigación en su tiempo libre, manteniéndolos al tanto de lo que sucedía en la ciudad, sin encontrar nada que le diera un indicio del cual se pudieran agarrar para volver abrir la investigación.

Nike era otro que no perdía la fe, como el mayor del equipo se sentía responsable por las dos chicas que ya no estaban con ellos, para él no era una opción que los asesinos siguieran libres haciendo de las suyas, habían resuelto casos más complicados que eso, tenía años de experiencia en el campo de los homicidios y sabía que no era fácil atrapar a un asesino, pero no imposible, aunque pasaran años la justicia siempre llega.

Todos todavía tenían la esperanza de que su compañera aun estuviera viva, incluso Krist lo creía, tenía una voz en su cabeza que le decía que habia fallado, que no hizo nada para evitar que aquello pasara, se preguntaba ¿en qué condiciones la encontrarían?, odiaba con todas sus fuerzas cuando un sospechoso se metía con los suyos; ahora tenían un nuevo integrante en el equipo, el jefe Thanayong decidió que debían cubrir las dos vacantes y llamo a sus filas al joven detective Gulf Kanawut, él era un elemento que se habia destacado en una pequeña provincia de Tailandia a donde lo enviaron a servir, demostrando que era bueno en su trabajo.

Y al igual que ellos, al enterarse de lo que paso, creía firmemente que tenían que encontrar a Ploy, una vida no podía terminar de esa manera, él también la habia conocido, cuando estuvo en la academia compartió algunos momentos con ella, notando lo buena persona e inteligente que era; actualmente se encontraban en Pattaya terminando de resolver un caso, en aquel lugar se habían perpetrado varios asesinatos contra los turistas, como era de esperarse a al gobierno no le convenia que los tacharan de un lugar violento, así que fueron enviados rápidamente a resolver el problema, cosa que no fue muy difícil y en dos días ya habían encontrado al hombre que cometía tal delito, solo era un lugareño que odiaba a los extranjeros por pisar tierras que según él eran sagradas, un simple fanático religioso que no le gustaban las personas extrañas.

Así que después de entregar el informe, salieron de aquella comisaria listos para regresar a Bangkok, estaban a punto de subirse al auto cuando el teléfono de Nike comenzó a sonar, miro la pantalla y era un numero desconocido, por lo general no contestaba ese tipo de llamadas, pero algo lo impulso a hacerlo —Detective Nitidon al habla...— En un principio, no se escuchó nada, hasta que segundos después las palabras "ayuda... ayúdame por favor, aún estoy con vida" resonaron a través de aquel aparato, conocía esa voz , así que algo petrificado solo alcanzo a preguntar: —¿Ploy?, ¿Ploy eres tú?—. Los demás se congelaron en sus sitios prestandole atención, para ese momento el hombre coloco el altavoz y todos oyeron claramente a la persona del otro lado.

—Soy yo... Soy Ploy, por favor sácame de aquí... me golpean y me torturan todo el tiempo... ya no puedo más, necesito salir de este lugar...

–¿Dónde estás?, ¿pudiste identificar a tus captores? — Nike estaba desesperado por saber algo más de información para poderla ayudar, sin embargo, la respuesta no llego, solo un grito a través del teléfono fue lo que se escuchó, habia sido descubierta.

Una nueva esperanza florecía en sus corazones, ella estaba viva, ahora tenían una razón de peso para volver a trabajar en ese caso, su compañera habia logrado mantenerse con vida a pesar de la tortura por la que estaba pasando, eso les hizo que con renovado vigor se subieran al vehículo, tenían que regresar lo más pronto posible a la estación central, tenían un trabajo que hacer, una compañera que rescatar y unos asesinos que atrapar.


Presentando el nuevo personaje

Gulf Kanawut (Detective)


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