Capítulo 6
Peter estaba furioso, acababa de terminar la rueda de prensa que habia dado Yeena Salas y lo único que le habia provocado era una terrible jaqueca, además de las ganas de agarrar su bate para golpearla justo en la cabeza, que la sangre salpicara a todos los presentes, solo hablo tonterías, especulando sobre cosas que no conocía, así que decidió salir a una de las cafeterías cercanas por algo que lo ayudara a calmarse, sino estaría ocupando el juguete de Fluke para desahogarse.
Pero al parecer no iba hacer falta, porque el destino le estaba sonriendo, en aquella cafetería se encontro con la persona que esperaba ver desde hace mucho tiempo, habia investigado lo suficiente como para saber cómo se veía ahora y estaba seguro que era ella, Lingling Sirilak se encontraba en una de las mesas de fondo disfrutando de un café, era hermosa tal como la recordaba, aun llevaba su cabello oscuro y largo que hacia un hermoso contraste con su blanca piel, se veía tan delicada mientras tomaba un bocado del postre que tenía frente a ella.
Mientras esperaba su café, pensó en varias formas de acercarse, sabía muy bien que no lo reconocería y tampoco podía acercársele diciéndole "hola, ¿te acuerdas de mí?, soy uno de los que te salvo de aquel cerdo que te quería violar", por supuesto que no podía, así que decidió irse por un plan algo simple aprovechándose que aun llevaba su uniforme, camino hacia su mesa y le pregunto:
—¿Puedo sentarme aquí? —. Señalo la silla vacía.
—Si—, respondió ella en voz baja, estaba un poco sorprendida, pero no se negó al darle un vistazo al lugar y notar que no habia un lugar vacío.
—Gracias, era sentarme contigo o en la mesa de allá—. Señalo una mesa en donde estaba un asiento disponible, pero estaba compuesta por varias adolescentes algo escandalosas y demasiado arregladas para su gusto, que solo estaban pendientes de los chicos lindos que ingresaban al establecimiento.
—Definitivamente no hubieras sobrevivido si te sentabas allí—. Se rio imaginándose la escena.
—¡Por supuesto que no! —. El acompaño con las risas.
—¿Vienes mucho a esta cafetería? —. Contra todo pronóstico Lingling fue la que comenzó la conversación.
—Algunas veces, hoy lo hice porque necesitaba algo dulce después de la conferencia de prensa que hicieron en la estación de policías, estaba encargado de la seguridad.
—Entiendo, a veces hace falta un poco de dulce en la vida para olvidar el trabajo, ¿de qué trataba la conferencia? —. Por lo general ella no les prestaba mucha atención a las noticias, así que no sabía que era lo que estaba pasando.
—Fue sobre los cuerpos que descubrieron a las afueras de la ciudad, el mejor equipo de detectives del país está trabajando en el caso y llego el momento de hablar con la audiencia para que supieran lo que está pasando.
—Hace unos días vi la noticia, dicen que los asesinatos fueron horribles.
—Así es, ellos están haciendo todo lo posible por atraparlos—. Ahora estaba usando la máscara de policía bueno, así que tenía que hablar de atrapar a esos despreciables asesinos que mataban a sangre fría, aunque pudo notar un brillo especial en la mirada de su acompañante cuando comento sobre los asesinatos horribles, no quería imaginar nada, pero eso le daba algo de esperanza de que podría convertirla a su filosofía y no dejarla ir —¿Vienes seguido a esta cafetería? —, pregunto para cambiar el tema.
—Es mi primera vez aquí, un amigo me dijo que tenían buena conexión a internet y necesito revisar algunas páginas, estoy buscando trabajo—. Saco su laptop del bolso que tenía en el espaldar de la silla, se notaba el cansancio en su voz.
—¿Paso algo en tu trabajo? —, interrogo sabiendo que la chica ostentaba un buen puesto de trabajo y le iba bien allí, algo debió ocurrir para que lo dejara y el comportamiento cohibido que mostro con sus gestos se lo comprobó, ella estaba incomoda —Lo siento, no debí preguntar, apenas nos conocemos, es solo que el policía que hay en mí no pudo dejar de notar que hay algo mal.
—Está bien, no me molesta, pero no es algo de lo que quiera hablar en estos momentos—. Le regalo una sonrisa, para luego pasar hablar de temas más ligeros, habia una conexión entre ellos y no pudieron evitar conversar como si se conocieran de toda la vida, hasta que Peter recibió una llamada y la contesto.
—Me tengo que ir—. Lo habia llamado Poon su compañero de patrullaje, el jefe de policías quería hacer una reunión con todos sus oficiales, así que debía regresar a la estación, sin embargo, antes de irse decidió decir: —Llevamos un tiempo hablando y aun no nos hemos presentado, mi nombre es Peterpan Tanapon, ¿cómo te llamas?
—Lingling Sirilak.
—Un bonito nombre, para una hermosa mujer—. Ella se sonrojo ante el cumplido —¿Te gustaría ir a cenar conmigo mañana? —. Decidido jugársela, no sabía cuándo tendría otra oportunidad de verla.
—Me encantaría—. La chica se sintió alagada, su nuevo amigo le gustaba y el hecho de que la invitara a salir hizo que su corazón se acelerara; intercambiaron números telefónicos y se pusieron de acuerdo del lugar en donde se verían, la cita ya estaba hecha.
Llego rápidamente a la estación de policías sabiendo que a su jefe no le gustaban las tardanzas, pero si le daban a elegir preferiría mil veces estar hablando con Lingling en la cafetería o estar en su casa que allí, les dieron una nueva charla aburrida sobre los asesinos seriales, cosas como que los sospechosos los estaban vigilando, que seguramente habían visto la rueda de prensa y que lo más seguro era que atacaran nuevamente, cosa que Peter juro no sucedería, hablaría con sus amigos y no harían nada, quería tener la satisfacción de ver como se frustraban porque sus teorías no se cumplieron.
Ya era tarde cuando por fin termino aquella estúpida reunión, que solo hizo que volviera a sentirse un poco molesto, cosa que apago rápidamente, no era momento para ser impulsivo, así que se fue directo a su cubículo en donde dejo la carpeta con las nuevas órdenes que el jefe le habia dado para el día siguiente, después del asesinato en el estacionamiento lo asignaron a trabajar con los detectives, por eso estuvo acompañando a Ploy a algunas entrevistas y ahora le tocaba formar parte de la seguridad del caso.
Miro a su compañero y se notaba algo cansado, a diferencia de él, Poon aún estaba asignado a hacer los patrullajes —No trabajes demasiado, sino puedes con todo habla con el jefe—. Las ojeras bajo sus ojos le indicaron que no estaba durmiendo bien.
—Lo hare si es necesario, por cierto, ¿dónde estabas?
—En la cafetería que esta aquí cerca, conocí una chica—. Sonrió feliz al recordar a la pelinegra.
—¿Le pediste una cita?
—Si, mañana iremos a cenar—, respondió mientras recogía sus cosas, estaba feliz y ningún caso sobre ellos le iba amargar la noche.
El buen oficial llego a casa, anuncio su presencia sin recibir respuesta alguna, se imaginó que sus amigos habían salido a dar una vuelta o estaban encerrados en su habitación, se encogió de hombros y se fue directo a su habitación, allí se quitó el uniforme y se dio una ducha, se sentó en sentó la orilla de la cama decidiendo que le haría una visita a la prisionera que tenían en el sótano, al bajar la escalera sintió un pequeño toque de emoción al ver el atisbo de miedo en su mirada, Fluke se habia divertido con ella, las vendas y la sangre en su ropa eran testigo de ello, camino a su alrededor admirando la obra de arte que habia hecho su amigo, una que de seguro inmortalizo en muchas fotografías que pronto verían.
—¿Qué quieres?, ¿porque me acechas como un buitre? —, pregunto Ploy molesta con aquello, odiaba no saber que querían de ella, prefería que fueran directo a la tortura.
—Nada, solo quería saber que ven tus compañeros en ti—. Coloco sus manos en los apoya brazos de la silla y la miro directo a los ojos —Hoy Gina dio una linda rueda de prensa, en donde hablo estupideces acerca de nosotros y no dejo de suplicar porque le devolviéramos a su querida colega—. Sonrió al recordar todo el asunto, ahora que habían pasado algunas horas, le causaba algo de gracia, aquella estúpida estaba hablando de los asesinos sin saber que tenía uno detrás de ella, era tan irónico.
—¡Ella estaba haciendo su trabajo!, creo que no estas en posición de juzgar lo que haga Gina o no, sobre todo cuando esto es culpa tuya, eres la peor escoria que he visto en mi vida, un hombre de la ley que es el primero en infringirla—. Sabía que se arriesgaba con sus palabras, pero no se las pudo contener, no quería ser una estúpida victima que no luchaba por ella misma.
Peter la tomo de la barbilla y la hizo mirarlo directamente a los ojos —No sé qué estás pensando en hablarme así, no estas en posición para retarme, aquí nosotros somos los que mandamos, dices que somos escoria, pero he visto peores personas, unas que por tener dinero creen que pueden salirse con la suya y pendejos como tú que solo voltean la cara y no hacen nada para defender a los más débiles, nosotros en cambio solo matamos a aquellos que necesitan ser castigados—. Se aparto de ella dado le una patada a la silla tumbándola en el suelo.
—Querida Sani—. La llamo por el nuevo nombre que Fluke le habia dado —Yo no habia venido con intenciones de hacer nada, solo quería hablar, pero mira lo que me haces hacer—. La agarro por el pelo para levantarla nuevamente a la posición de antes, —Al parecer eres algo estúpida—. Golpeo su cara dejándola inconsciente, los juegos previos que habia hecho Fluke con ella la habían dejado débil y no aguanto lo suficiente como para divertirse, así que se encogió de hombros y decidió dejarla allí, con lo que no conto fue que Ploy estuviera fingiendo y que cuando cayó al suelo las cuerdas se hubieran aflojado permitiéndole soltar sus manos, estaba algo débil, pero no lo sufriente como para no luchar y tratar de salir allí.
Así que corrió en su dirección y se lanzó contra la espalda de Peter, quien no esperaba el ataque y solo alcanzo chocar contra la pared intentando quitársela de encima, momento en el cual hicieron su aparición Fluke junto a Judo quien no dudo en preguntar: —¿Que está pasando aquí?
—Nada, esta estúpida que se soltó de las ataduras cuando la deje caer al suelo—. El impacto contra la pared habia hecho lo suyo, fue un golpe certero en la cabeza que hizo que ella rodara por la misma dejando un pequeño rastro de sangre.
—Sani, veo que no te rindes—. Fluke se agacho a la altura de la mujer —Lastima que tu compañera no fuera una luchadora como tú, ella ni siquiera le puso oposición a mi Judo, simplemente se dejó morir, ¿cómo se llamaba cariño? —. Miro a su pareja, sabía muy bien lo que hacía, estaba doblegando la voluntad de su prisionera, siempre habia querido saber que paso con ella, ahora ya sabía la verdad.
—Sushar Manaying, ese era su nombre, algo joven para pertenecer a la unidad de detectives, simplemente no lo vio venir—. Fue Peter quien contesto su pregunta.
—Si, solo hicieron falta de dos golpes de mi hacha, fue tan satisfactorio ver que no pudo hacer nada, incluso le corte un brazo, no tuvo ninguna oportunidad—. Siguió contando Judo cada uno de sus pasos, las lágrimas corrían incesantes por el rostro de aquella mujer —Luego Peter y yo hicimos arte con su cuerpo, fue un hermoso cuadro el que encontro tu equipo cuando llego a esa casa.
Los sollozos se hicieron más fuerte tras esas palabras, ella tenía la esperanza de que su compañera aun estuviera con vida, podía imaginar como dejaron su cuerpo, fue testigo de las escenas del crimen anteriores y eran de lo más grotesco que habia visto en su vida, Sushar era una chica joven que aun creía en el lado bueno de las personas, se le revolvió el estómago nada más con imaginar todo lo que le contaron, así que se hizo a un lado vacío lo poco que habia ingerido en el suelo.
Los otros tres solo se miraron satisfechos, lograron su cometido, ella no intentaría escapar en un corto periodo de tiempo, así que no vieron ningún problema en dejarla allí tal y como estaba.
—Creo que es momento de moverla de habitación—, dijo Fluke mientras llegaban a la sala de la casa.
—Estoy de acuerdo, también hay que limpiarla, necesitas que se vea bien para tus fotos, después de todo es tu nueva modelo—. Le dio un beso en la mejilla su pareja mientras lo invitaba a sentarse en el sofá.
—Por mí no hay problema, ahora tengo algunas cosas que hablar con ustedes...
Esa fue la entrada de Peter para comenzar a contarles todo lo que habia dicho el jefe de policías en la reunión posterior a la rueda de prensa, sus amigos también estuvieron de acuerdo en no dar ninguna señal de vida en algún tiempo, que esperaran sentados a que hicieran una demanda para devolverles a Ploy, esa mujer no saldría con vida de esa casa, solo esperaban que durara lo suficiente para poder jugar con ella, estuvieron un rato conversando sobre sus impresiones sobre la rueda de prensa y las ganas locas que tuvieron de tomar sus armas y matar uno a uno aquellos detectives que no sabían nada.
Luego pasaron a cosas más felices como el encuentro de su amigo soltero con Lingling, estaban felices por él, ya era tiempo de que encontrara su otra mitad, creían firmemente que ella seria su compañera de vida, también tenían ganas de volverla a ver, ella fue la que les hizo ver la luz de lo que tenían que hacer con su vida, siempre la recordarían como la primera persona que salvaron.
—¿Te reconoció? —, pregunto con los ojos brillantes Fluke.
—No lo hizo, tampoco se lo iba a decir en medio de una cafetería, si todo va bien ya habrá tiempo de contarle y ver cómo reacciona.
—Es lo mejor, tienes que traerla a casa, debe comenzar acostumbrarse a nosotros, seremos un buen equipo de cuatro—. Para el rubio no habia duda de que ella formaría parte de ellos, algo en su interior le decía que era la indicada para completar su familia.
Con eso en mente, cada uno de ellos se fue hacer sus cosas, tenían una habitación que arreglar para meter a su prisionera, así que subieron las escaleras para realizar su labor antes de irse a dormir, ya verían que les depararía el nuevo día.
Presentando el nuevo personaje
Lingling Sirilak
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