Capítulo 3
Judo Tantajch no nació en Bangkok, el llego a la ciudad con sus padres en su adolescencia, un nuevo trabajo los habia llevado hasta allí y apenas puso un pie en su nuevo hogar supo que las cosas no serían tan diferentes a lo que vivió en su pueblo natal, no sería la persona más popular de la escuela, sus rarezas lo harían ser de nuevo el rechazado del salón, aparte de que no se llevaba del todo bien con sus progenitores, no fue un niño deseado, era el error que cometieron en una noche de locura y para completar era muy diferente a ellos.
Llevándolo a sufrir malos tratos de su parte, que no ayudaban en nada a que perdiera su personalidad retraída, esa en la que no le importaba el mundo que lo rodeaba y que solo se centraba en estudiar, sabía que el conocimiento era poder y mientras más cosas supiera mejor le iba a ir en la vida, les demostraría que no dependía de ellos para ser una persona exitosa, esa era la razón por la que no estaba especialmente motivado para hacer amigos, sentía que eso le impediría continuar con sus objetivos perfectamente trazados.
Pero necesitaba una vía de escape, una cosa que lo hiciera sentir vivo, que corría sangre por sus venas, todo habia comenzado después de las palizas de su padre, las ganas de desquitarse con alguien lo habia llevado a golpear un perro callejero cuando huyo de casa, luego ya no fue suficiente y comenzaron los cortes, hasta que decidió que debía matarlos, ver aquellos animales perder la vida le hacía feliz, sentía que tenía el control sobre algo, así que lo convirtió en su pasatiempo fuera de la escuela, una en la que no duro mucho, porque uno de sus maestros lo habia visto golpear un gato, razón por la que fue retirado, a su padre no le gusto aquello y se ganó una enorme paliza, pero igual le busco una nueva secundaria para que completara sus estudios, no iba a ser bien visto que su único hijo no terminara la escuela.
Aquella nueva escuela cambio su vida por completo, fue allí donde conoció a quien sería el único amor de su vida, Fluke Natouch, un joven atormentado con sus propios problemas y que al igual que él nunca tuvo algún tipo de amigo a su alrededor, sus padres tampoco lo querían, recibía palizas de estos cada vez que ellos lo creían necesario, sobre todo porque él conocía el sucio secreto de su progenitor, ese que tenía una fachada intachable ante la sociedad no era más que un vil violador, que le gustaba llevar niñas indefensas a casa cuando su mujer no estaba para hacerle cosas inimaginables.
Poco tiempo después, descubrió que aquellas pequeñas niñas provenían de las zonas más desfavorecidas de la ciudad, unos lugares en los cuales la policía no se molestaría en hacer alguna investigación, las pobres simplemente desaparecían y no habia nadie reclamándolas o preguntando por su paradero, solo eran almas olvidadas por la nefasta sociedad en la que les habia tocado vivir.
Que Judo y Fluke se conocieran fue como una bocanada de aire fresco para sus vidas, ambos compartían la misma vena morbosa por las cosas oscuras, consiguieron un igual y fue allí como comenzaron a matar animales juntos, incluso llegaron a esconder sus cadáveres entre las cosas de los estudiantes que les gustaba acosarlos por ser los raros de la escuela, nunca nadie los descubrió o simplemente no tuvieron las suficientes pruebas como para acusarlos; juntos aprendieron muchas cosas nuevas, como su primera borrachera, la música y el sexo, sin que se dieran cuenta ya eran una pareja en todo el sentido de la palabra, ellos fueron la primera vez del otro.
Peterpan Thasapon, se unió a la secundaria un año después que ellos e inmediatamente habia sido notado por las chicas e incluso algunos entrenadores deportivos que lo querían para sus equipos, tenía todo para convertirse en uno de los más populares de la escuela, sin embargo, no fue así, pronto descubrieron que también era del tipo raro, un poco violento para el gusto de muchos, adicto a las películas sangrientas de terror y que prefería mantener las cosas para sí mismo, aunque le llamo la atención que hubiera alguien que dejara cadáveres de animales muertos dentro de la escuela, un misterio que descubrió un poco más adelante.
Su pasado era algo turbulento, venia de una familia que se habia desintegrado cuando su padre policía murió en el cumplimiento del deber, su madre no soporto el dolor y termino suicidándose, dejándolo a él y sus hermanas completamente desamparados, como era de esperarse terminaron separados en diferentes orfanatos; su primea familia adoptiva habia sido bastante mala, comenzando así con una serie idas y venidas en hogares de acogida, cada uno peor que el otro, eso habia moldeado su personalidad.
Conocer a Judo y Fluke fue encontrar a dos personas que compartían sus mismos sentimientos, no los busco, simplemente un día al salir de la escuela se los habia encontrado cortando en pedazos a un perro, el solo se quedó allí observando como lo hacían hasta que se dieron cuenta de su presencia, al principio se sintieron algo cohibidos pensando que los iba a delatar, pero cuando Peter pregunto si podía y extendió su mano para que le dieran el cuchillo una sonrisa se extendió por sus labios, tenían un nuevo amigo dentro de su círculo.
Desde ese día siempre fueron visto juntos, una amistad que con el tiempo se hizo cada vez más fuerte hasta el punto de contar lo que verdaderamente pasaba en sus vidas, creándoles una total repugnancia a lo que el papá de Fluke hacia, los niños eran algo sagrado que no debían ser tocados, ellos los sabían, venían de lugares abusivos, así que un día tomaron una decisión, aquello tenía que parar, alguien tenía que hacer algo, trazaron un plan, asesinarían al señor Natouch, la próxima noche que aquel hombre llevo a una niña a su casa fue el momento para actuar.
En el momento exacto, que estuvo a punto de hacerle daño a aquella joven, ellos entraron impidiéndolo, eran tres contra uno y aquel hombre no estaba completamente en sus cinco sentidos, se encontraba algo borracho, así que lo llevaron hacia su auto en donde lo obligaron a ingerir más alcohol, se habían llevado aquella niña con ellos, no podían dejarla allí en caso de que la mamá de Fluke regresara antes de tiempo, condujeron lo más alejado de la ciudad que pudieron justo hacia el camino que los llevaría a Chiang Mai, allí con el hombre ya en estado de ebriedad solo hizo falta dejarlo a cargo de manejar para que estrellara directamente contra unos árboles muriendo en el acto.
No pudieron hacer algo más porque sería demasiado sospechoso, luego tomaron a la niña que descubrieron se llamaba Lingling Sirilak y la devolvieron a su hogar, convirtiéndose así en sus ángeles salvadores, sobre todo Peter el chico que la habia tomado de la mano y tranquilizado mientras todo sucedió, quien internamente se habia hecho la promesa de volverla a ver.
El padre de Fluke fue el primero, los animales a partir de ese día fueron hechos a un lado, ahora las personas serian su objetivo, aquellos que lo merecieran serian sus víctimas, uno de los padres de acogida de Peter fue el siguiente, aquel hombre solo le gustaba ofrecerse como hogar para niños huérfanos para aprovecharse de ellos, al igual que el señor Natouch le gustaba violar a los más jóvenes, con la particularidad que él no tenía preferencias por algún sexo y después de aquel hombre simplemente desaparecieron al padre de Judo, la policía nunca pudo resolver ninguno de los tres crímenes, así que conociendo la fórmula para no ser descubiertos ya no se detuvieron y siguieron matando cada vez que la sed de sangre los llamaba.
Los tres hombres llegaron a casa y ahora Fluke se encontraba recostado en la puerta del despacho de su pareja, mientras veía como Peter era regañado por lo que habia hecho, Judo estaba completamente furioso, no le habia gustado para nada que se expusieran de esa manera, por suerte las cosas salieron bien, pero ¿que hubieran hecho en caso contrario?, los detectives pudieron seguir la investigación dándose cuenta que ellos fueron los que perpetraron el crimen.
—¡De verdad no sé qué estabas pensando!, ¿quieres que nos atrapen? —, grito furioso queriendo tener una respuesta.
—No sé qué me poseyó, solo los tenía señalado como nuestros próximos objetivos, solo escuche que se iba de la ciudad y fue como si algo se encendiera, tenía que deshacerme de ellos antes de que se fueran—. Miro a su amigo que estaba completamente furioso, tanto que se habia movido hacia su persona agarrándolo del cuello listo para golpearlo —De verdad lo siento, sé que no debí involucrar a Fluke en mi estupidez—. Sabía perfectamente que de allí venia la rabia del otro.
—Yo sé que lo siente—. Tomo la mano de su pareja para que aflojara su agarre —Sabe que cometió un error, lo vi en sus ojos cuando me vio llegar, por eso yo mismo me ofrecí a cubrirlo, simplemente supe que tenía que hacer y sabía que no seriamos descubiertos—. Lo miro a los ojos diciéndole que dejara todo por ahora —Ya es tarde, mejor vamos a descansar, tomemos esto como una victoria, después de todo nos hemos burlado de nuestros perseguidores en sus propias caras y ellos ni cuenta se han dado.
El hombre asintió dejándose llevar, siempre hacia lo que Fluke le dijera sin importar que, por eso cuando estuvieron solos no dudo en hacerle el amor desesperadamente, necesitaba sentir que estaba entre sus brazos, la llamada de Peter lo habia vuelto loco, el saber que estaba en esa estación de policías cerca de aquellas personas lo asusto, por primera vez desde que todo aquello comenzó sintió que estaban cerca de ser descubiertos.
Peter no pudo dormir bien esa noche, su mente no dejaba de darle vueltas a porque habia tomado aquel impulso y llego a la conclusión de que simplemente estaba frustrado, era algo que ya habia hablado con sus amigos, a veces se sentía fuera de lugar al ver la felicidad que los otros dos compartían, él también quería eso, pero era difícil encontrar a alguien que pudiera aceptar su pasatiempo, razón por la que sus relaciones solo eran líos de una noche y las que fueron más serias solo duraron unos meses, lo dejaban cuando no podía explicarles porque necesitaba hacer cosas con sus amigos en sus ratos libres, llevándolo siempre a la misma conclusión de que la indicada para él era Lingling Sirilak, habia seguido sus pasos para asegurarse que estuviera bien, tenía que saber que estaba a salvo, ella sabía quién era de verdad, aun podía recordar como si fuera ayer lo que paso aquella noche cuando la consoló...
—No te preocupes, una vez terminemos con esto te iremos a dejar a tu casa sana y salva, le diremos a tus padres que fue nuestra culpa que no llegaras.
—Eso no será problema—, respondió ella en voz baja —No hay nadie en mi casa, todos salieron, por eso fue que yo salí a comprarme algo de comida y el aprovecho para llevarme—, sollozo contra su pecho.
—No es tu culpa, no tienes la culpa de que él te haya secuestrado—. Ella no tenía la culpa de nada, sino de aquel bastardo que se la habia llevado.
Los demás también la consolaron haciéndole saber que ella no era culpable de nada, incluso le dijo que su padre era un maldito pervertido, que solo quería su propio placer, sino era ella iba a ser otra; Lingling solo se habia refugiado en sus brazos, se sentía protegida en ellos, era la primera persona después de sus amigos a la que podía hacer sentir así, por eso la despedida fue algo dura para su persona, no era bueno que se volvieran a encontrar, ella vio todo lo que hicieron, demás estaba pedirle que guardara el secreto y hasta ahora la chica mantuvo su palabra, nunca nadie se enteró.
Aquel primer asesinato fue el que definió las características de sus víctimas, la razón por la que se convirtió en policía como lo fue su padre, quería proteger a los más desfavorecidos, estaba claro que no eran ningún tipo de ángeles, solo eran unos asesinos con sed de sangre que decidieron sacar sus impulsos con personas nefastas y hacerle un favor a la humanidad, Lingling habia marcado la diferencia en sus vidas, les dio un objetivo y ahora ella estaba de nuevo en Bangkok, jamás le perdió la pista, supo que se mudó con sus padres a Chiang Mai un año después de aquel acontecimiento, la pregunta del millón y que no dejaba de rondar por su cabeza era: ¿debía buscarla?, ¿podría hacerse su amigo? y si así era ¿podría llegar a decirle quien era en realidad?, ¿introducirla a su mundo?, tantas preguntas y ninguna respuesta clara, así que dejándose vencer por el sueño, se durmió esperando tener las respuestas en algún otro momento.
La mañana siguiente, vio llegar a los detectives de homicidio muy temprano a la estación de policías, debían reevaluar las pruebas que tenían hasta ahora, el ultimo asesinato se salía un poco del patrón que estudiaron, fue un acto de impulso.
—¿En dónde estamos ahora? —, pregunto Krist algo cansado de mirar aquellas carpetas, no tenían nada, los testigos del último crimen no dijeron nada que les pudiera ayudar, ninguno de los dos habia visto al asesino —La única conclusión que puedo sacar de todo esto es que matan presuntamente figuras paternas, aparte de que ocupaban una posición prominente en la sociedad—. Eso era lo único que podía aportar al caso.
—Si esa es la victimología, quizás tienen algún trauma de infancia, deberíamos buscar personas que tuvieron padres violentos o que estuvieron en malos hogares de acogida—. Aporto Ploy.
—Antes de eso, creo que deberíamos estudiar más a fondo quienes eran las víctimas, tiene que haber otro punto que los vincule aparte de la edad y que tenían dinero— Kao aun no estaba del todo seguro de aquello, sentía que habia algo más que no estaban viendo.
—También tenemos que trazar un perfil geográfico, ya han llegado otros informes forenses en donde se identifican más de las victimas que encontraron, si sabemos en donde vivían quizás podamos reducir su área de acción— Nike quería cubrir también todas las bases antes de señalar a posibles culpables que ni siquiera habían dado una señal de existencia.
Se dividieron en varios equipos para buscar pequeños detalles, siendo apoyados de cerca por Farida, quien no habia dejado de investigar el pasado de cada una de aquellas personas asesinadas, pero no encontraba nada, siempre llegaba a un callejón sin salida, eran personas intachables, ejemplos para la sociedad, muchos de ellos fieles contribuyentes a obras de caridad, no hubo ningún progreso real, al parecer los asesinos eran lo suficientemente inteligentes como para saber ocultar cada una de sus huellas.
Los siguientes días pasaron rápidamente, entrevistaron a cada una de las familias de las víctimas, lo cual fue una tarea dura para ellos, en especial para Ploy que podía sentirse identificada con muchos de las personas que visito, ella aún estaba viviendo las secuelas de un secuestro y en aquellas declaraciones más de uno de los sobrevivientes les dijeron que fueron sometidos y encerrados hasta que todo termino, podía sentir la simpatía del compañero policía que le habia tocado, uno que curiosamente era el que se vio involucrado en el último asesinato, Peterpan la acompaño a cada una de las entrevistas y se podía ver la gran compasión que habia en sus ojos hacia cada uno de los sobrevivientes con los que hablaron.
Aun tenían visitas que hacer, entre empleados, familia y amigos cercanos de las victimas tenían las manos llenas, lo único que los tenía algo intranquilos era el silencio de los asesinos, incluso Krist creía que era porque estaban preparando algo grande, un movimiento que necesitaba planeación, así que les habia advertido que tuvieran cuidado con cada paso que daban, sin saber que pronto aquel mal presentimiento se haría realidad.
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