Capítulo #3: "Nuevos amigos"
—Vaya, vaya... ¿a quién tenemos aquí? Es acaso... ¿la niña bonita y calladita? —los muchachos la encerraron alrededor de su casillero. Ella por inercia se quedó en su lugar, sin decir palabra.
—¿Por qué no hablas, hermosa? ¿Tienes miedo de algo? —uno de los muchachos, quien era rubio y parecía tener ganas de molestar la intimidó. Ella cerró los ojos cuando sintió la mano del muchacho pasar suavemente por su mejilla. Se tensó al instante, si se supone que aquello era una caricia no estaba funcionando.
Sus amigos hicieron soniditos de aprobación y aplausos, como si eso lo hiciese quedar como un ganador. Lo cierto es que la chica tenía ganas de desaparecer ahora mismo, sea lo que sea que él estuviese haciendo no le agradaba.
—Sueltame... —ella susurró suplicante cuando el rubio se acercó más, casi como si sus rostros rozaran. Aunque inconsciente, no podía hacer ningún esfuerzo para soltarse.
—Pero eres tan linda... ¿cómo podría hacer algo así?
—Y-yo...
—Si dijo que la sueltes, eso harás.
El rubio, junto a sus amigos e incluso ella misma se dieron vuelta al escuchar esa amenazante voz. Segundos pasaron en los que el rubio quedó anonadado. ¿Quién era esa tonta que le hablaba con ese tono?
—Ya la oíste, y me oíste —repitió la castaña. —Si no quieres problemas va a ser mejor que tu estúpido grupito y tú se vayan.
Él rió con algo de gracia, y soltando a la otra chica se dirigió a ella. La expresión de sus amigos se tornó confusa. Él no se pelearía con una tonta niña de segundo, ¿verdad?
—¿Y tú quién eres? —el rubio, presuntuoso dijo despacio, como si estuviese a punto de cazar su próxima presa.
—Quien te va a patear las bolas si no terminas con tu show de chico malo.
—¿Niña mala, ah? —él quedó a escasos centímetros suyos, como segundos atrás con la otra muchacha intentando cercarla con su rostro. Lo cierto es que a ella no le movía un solo pelo.
—Vuelve a llamarme así, y prometo que va a dolerte. —ella sentenció con una voz hilarante, casi como un cuchillo. Su mirada era seria, pero el rubio no se sintió intimidado ni nada parecido. Su mirada era juguetona, como si estuviese desafiándola. Claramente no hizo caso a las señales, por lo que cuando quiso besarla a la fuerza ella fue más hábil y dio una prominente patada con la rodilla justo en el lugar que necesita para en el futuro tener hijos. Claro, si el rodillazo no fue lo suficiente como para dejarlo estéril. Al instante el rubio cayó al suelo con sus dos manos cubriendo su entrepierna y a sus amigos detrás imitando el acto por inercia. La muchacha que estaba pegada al casillero soltó una risilla y en sus ojos hubo gracia. —¿Alguno más quiere darme el honor de patear sus vírgenes bolas o van a terminar con el acting?
Siquiera hizo falta una respuesta por parte de ninguno. Ellos ya habían desaparecido cuando la castaña dio un paso. El rubio, apenas y pudo levantarse del piso para repetir el acto de sus amigos.
Ella, como si el día no hubiese tenido nada de importante se dirigió a su casillero, abriéndolo con poco humor. Dada la casualidad estaba justo al lado del casillero de la niña asustadiza. Esta la miró impresionada y cerró su casillero al instante, como si le agradeciera con la mirada.
—No le des la importancia que no merecen. —dijo la castaña. Cerró también su casillero y la pelirroja la miró, no tenía una expresión definida en el rostro, pero suponía que intentaba ser amable. Aunque era una imagen contrastada para ella sabiendo lo que había hecho recién con el rubio.
—Lo sé, sólo que... Me tomaron de sorpresa. Soy nueva aquí, llegué hace dos días y no tuve la posibilidad de hacer muchos amigos —dio como respuesta, como si ello fuese la razón del porqué. Hubo una sonrisa en su rostro, aunque pequeña, notoria. —Prometo que lo que hiciste recién valdrá la pena. Soy Roseanne —le extendió la mano, pero esta quedó suspendida en el aire cuando la castaña volvió su rostro una línea recta.
—Jennie —respondió con simpleza.
{...}
—¡Al fin llegas! —Taehyung chilló a su hermana cuando la vio entrar por la puerta de entrada de la casa. Ella frunció su ceño con desdén y bufó.
—Sí, por favor. Voy a estar en mi cuarto, no molesten, no toquen mi puerta, ni esperen que haga algo. Si me necesitan: no estoy —ella fue directo a las escaleras que daban a la segunda planta para ir a su cuarto, pero la fastidiosa voz de su hermano la fastidió de nuevo.
—¡Que ni se te ocurra, Kim! ¿Olvidaste lo de hoy? Si haces eso, papá va a molestarse.
—Modestia... —ella se quejó poniendo sus ojos en blanco. —Ni siquiera conozco a ese señor que viene a la cena. ¿Es realmente necesario que yo esté presente? Papá es el abogado, no yo. Es a él quien necesita.
—Claramente tú no eres la abogada. Si lo fueses nada saldría bien —él ironizó con gracia.
—Bien, me voy —hizo ademán de subir las escaleras pero Taehyung no se lo permitió.
—Jennie, por favor. Preparate para la cena con el señor Min, no será nada del otro mundo. Sólo queremos apoyarlo en este momento difícil. Vamos, ¡será divertido! Hasta traerá a su sobrina que tiene nuestra edad, hace unos días llegó del extranjero. Algo me dice que nos llevaremos con ella.
—¿Qué? ¿Más visitas? ¿Qué tiene que ver esta reunión con traer más gente?
—Jennie, es solo una adolescente.
—Definitivamente no bajaré a esa cena. —ella negó con la cabeza.
Algunas horas después Namjoon, Seokjin, Taehyung y Jennie -también Jungkook durmiendo en su catre- se encontraban en la gran mesa del comedor, esperando al momento en el que el timbre sonara para avisar que el señor Min se había hecho presente. Todos ellos se encontraban vestidos de manera formal, incluyendo Jennie quien llevaba un vestido negro pegado al cuerpo, y quien horas atrás se había negado a participar.
—Te odio —le escupió a Taehyung cada palabra entre dientes.
Como había de esperarse, Tae se salió con la suya haciendo que su hermana estuviera presente esa noche en la cena.
—El señor Min va a llegar pronto —Namjoon estiró una vez más su saco y se acomodó la corbata aun cuando esta estuviese en el lugar correcto. —Por favor, tratenlo bien a él y a su sobrina quien llegó hace poco a Seúl y seguramente le gustará hacer amigos.
—Jennie, ¿por qué no la invitas a tu cuarto y le muestras cosas de chicas? Intenta ser su amiga.
—Siquiera la conozco, mamá. No seré amiga de alguien que no conozco —ella rodó sus ojos. En ese momento cruzó mirada con su papá y Tae al mismo tiempo apretó su muslo por debajo de la mesa. Ella suspiró, como si se diese por vencida. —Bien... Lo haré —bufó.
El timbre les dio la excusa para cortar la tensión del ambiente, y el primero en alertarse fue Namjoon.
—Yo voy —Taehyung se apresuró a decir, levantándose.
Min Yoongi era el cliente de Namjoon, a quien se había acercado gracias a las recomendaciones de unos buenos amigos del trabajo para poder llevar a cabo el divorcio con su esposa luego de enterarse de que esta le estaba siendo infiel y sólo se quedaba a su lado por el dinero fácil que hacía gracias a ser un reconocido empresario. La idea de la cena era achicar lazos ya que el caso se estaba volviendo difícil, sobre todo por la oposición de la mujer quien no tenía pensado hacérsela fácil, poniendo trabas todo el tiempo detrás de ellos para que el divorcio no se lograra. Por ello tuvieron que empezar con el juicio.
Namjoon tuvo la idea de una pequeña pero cálida cena familiar en la que se pudiesen conocer más y la confianza sea estrecha. Quizás a veces sea necesario en relaciones interpersonales llevar todo un poco más allá. Un café, una charla, y ya habrán pasado a otra instancia. Y él no lo hacía por nada relacionado a parecer un interesado, sino porque no quería fallar, y en todo ese proceso necesitaba de su familia.
—Bienvenidos —Taehyung abrió la puerta y saludó a quien supuso como el señor Min y a una muchacha pelirroja detrás suyo con una sonrisa. Hizo una reverencia y les invitó a pasar.
—Min —Namjoon se paró de su asiento, Jin y Jennie repitieron su acto reverenciandose también. Cuando la menor levantó la mirada se encontró con aquellos ojos asuatadizos que le pareció haber visto antes en la muchacha pelirroja al lado de Min. En el rostro de esta había un destello de curiosidad de igual manera, el cual le hizo soltar una sonrisa.
—Por favor, Namjoon. Deja las formalidades. Aquí, junto a tu familia sólo soy Yoongi —él se reverenció y la muchacha a su lado lo hizo también.
—Soy Roseanne —ella se presentó con una sonrisa, a lo que todos asintieron. Miró fijamente a la castaña —Hola, Jennie —puso una sonrisa. Todos las miraron atentas, y la castaña fruncio su ceño.
—¿Se conocen? —Jin preguntó curioso.
—No.
—Sí.
—¿Se conocen o no? —Yoongi fue quien preguntó mirando a su sobrina, casi como si no le sorprendiera el hecho de que fuese muy sociable y consiguiera amigos rápido pero Jennie parecía mostrar en su rostro poco conocimiento acerca de su existencia.
—Jennie fue la primer persona que se me acercó cuando llegué —Roseanne respondió. —¿No lo recuerdas, Jennie? ¿Casilleros? ¿Umnh? —dijo en códigos para que tuviera el punto. Al instante el rostro de la castaña se enderezó, como si una imagen que quisiese olvidar cruzara por su mente.
—Ah, sí. Ya te recuerdo. Me había olvidado de ti.
Ella respondió con una sonrisa recta y los adultos al darse cuenta de aquella tensión decidieron seguir con una charla basada en cosas triviales, dando lugar a que se sentaran en la mesa para comer.
Todo fue muy ameno, empezando por Taehyung quien creía que el señor Min era demasiado agradable como para tener que estar pasando por la situación de lidiar con un divorcio. Namjoon quien se olvidó de los nervios y de preocuparse por que parezcan una familia, comenzando a demostrarlo cuando Jin le hacía un cumplido y lo besaba en los labios, o cuando sus hijos hablaban con Yoongi. Y sobre todo Roseanne, quien no podía creer aquella casualidad de que la familia amiga de su tío favorito fuese la de aquella muchacha quien la salvó hace días atrás, y con la que se dio cuenta que tenía muchas cosas en común.
El momento más divertido y tierno de la cena -según todos- fue cuando Jungkookie se despertó alertándolos de su presencia, y llegó el momento de que tomara la mamadera. Yoongi no paraba de halagar al bebito de tan solo un mes y medio. Se dio cuenta que cuando del más pequeño de la casa todos se volvían locos, Namjoon con aquella cara con la que parecía que tenía de piedra se transformaba en una suave brisa cuando Jungkook hacía una muequita o lloriqueaba por algo. Se notaba a lejos la sobre protección de todos allí sobre él.
Yoongi sintió un pinchazo al pensar en que también le hubiese gustado ser parte de eso; una familia, un hijo propio, por quien preocuparse como Namjoon y su familia lo hacían. Era algo terriblemente tentador y acogedor.
—No puedo creer cuánto se quieren aquí dentro —él confesó, cuando Roseanne había tomado al pequeño en sus brazos y comenzó a alimentarlo. —Estoy feliz por ti, Namjoon. Esto que llevas junto a tu esposo e hijos se llama familia. Y espero muy ansioso algún día poder disfrutar de una también.
—Llegará tu momento, tío —Roseanne dijo con una sonrisa nostálgica. Taehyung le miró con incógnita en sus ojos, y eso le dio gracia.
—¡Tengo una gran idea, señor Min! —él subió como un rayo hasta su habitación, y buscó su cámara para volver con alegría hacia donde todos estaban.
—Oh, no. Aquí el maniático de nuevo —Jennie protestó cuando Taehyung había encendido su cámara y se acercaba a ellos. Yoongi y su sobrina no entendían nada, pero cuando Jin les susurró algo como “hablenle a la cámara a Jungkook”, intentaron seguir la corriente.
—¡Hola, Jungkookie! Lo sé, hoy somos más personas en el vídeo, y por eso quiero que las conozcas por ti mismo. Por favor, Roseanne, Señor Min, ¿podrían presentarse?
Ellos se miraron entre sí, y sobre todo la pelirroja quien tenía al bebé en sus brazos. De igual manera asintió cuando Jennie le hizo una mueca aprobatoria y miró a la cámara.
—¡Hola, Kook! Soy Roseanne, o bueno, Rosé. Hoy tuve la oportunidad de conocer a tu familia, y realmente estuve muy encantada. Espero que sigamos siendo amigos cuando crezcas, eres muy adorable —agitó su mano y lanzó un beso.
Taehyung dirigió la cámara al señor Min, quien confuso miró pero entendió a dónde todo esto iba dirigido.
—Hola, Jungkook. Tu familia me demostró ser muy formal llamándome "Señor Min", pero tú puedes decirme sólo Yoongi. Me alegra saber que los tienes, y ojalá que crezcas muy feliz aquí dentro.
—¿Hay algún deseo que quiera expresar, señor Min?
Él encontró gracia en sus ojos, a lo que rió ladino y suspiró.
—Tu familia es muy atenta contigo, aunque ahora no puedas verlo andan de aquí para allí contigo porque realmente te aman, y soy un hombre que quisiera amar de esa misma manera. Eres muy afortunado, y eres la persona más adorable.
—Bien, Kookie. ¿Lo ves? Ellos dos son nuestros nuevos amigos, en quienes podrás confiar y pasar el rato. Aunque no me lo crea estás grande, y creo que dentro de poco vas a poder tomar decisiones por ti mism...
—Aún no cumple los dos meses, Tae. ¿No crees que estás exagerando?
—El tiempo pasa volando, mamá. Claro que no lo hago. ¿Lo ves? Kookie ya hasta abrió sus ojitos- ¡Un momento! —la cámara casi se resbala de sus manos cuando vio dos orbes negras observando a toda la habitación cuando dejó de chupar su mamila. Todos captaron su atención, y Jungkook simplemente soltó una risita para volver a succionar su mamadera. Era la primera vez que el bebé los estaba viendo de manera clara. Tae apuntó la cámara a su rostro inmediatamente y todos comenzaron a dar grititos -Yoongi incluido- por el reciente hecho. —¡Jungkookie! ¡La primera vez que abres tus ojos! Mira nada más que tiernito te ves, bebé.
—Vas a asfixiar al niño, dejalo, Taehyung.
—Callese vieja loca, y observe a Kookie. Es tan pequeño. Awwww —Tae le respondió a Jennie luego de babosear a su hermano.
—Wow... Si así se lo toman ahora, no me imagino cuando vaya creciendo. Espero que lo soporte con esta familia tan... Especial —Rosé dijo a su tío en un susurro.
—No sé qué pasará de ahora en adelante —habló mirando al bebé. —Pero pase lo que pase, te deseo buena suerte, Jungkook.
—Ya lo dijo el señor Min —Taehyung guiñó un ojo a la cámara terminando el vídeo.
{...}
Luego de la gran cena llegó el momento en el que los más chicos tuvieron que ir arriba para conversar, porque en la mesa quedaba la charla de los mayores, y la realidad es que necesitaban de hablar de muchas cosas y pruebas que Min fue consiguiendo de las infidelidades de su esposa. Entre otras cosas que calificaban dentro de “la charla de mayores”.
Con lo que no contaban es que media hora después aquellos nubarrones que molestaron durante el día en al ciudad como simple decoración se convertirían en una precipitación que los llevaría a una gran tormenta que había desatado muchas complicaciones, entre una de ellas el regreso de Rosé y Yoongi a casa debido a las inmensas calles inundadas.
—No quiero que tomes ese riesgo, Yoongi —Namjoon le dijo al rubio cuando tuvo la intención de volver a casa con la adolescente. —Pueden quedarse esta noche, aqui hay lugar de sobra.
—Jennie y Rosé pueden dormir juntas, y tú aquí en el living. Por favor, quedate. Aquí te trataremos bien —Jin lo persuadió con una sonrisa. Yoongi evaluó como horas atrás ellos se habían comportado como una verdadera familia, como los habían incluido y como les habían hecho ser parte de todas las bromas. Esto no podía ser nada malo.
—Bien, lo haré.
Pero con aquella aceptación, no esperó que vendría una de las decisiones más importantes de su vida...
.......
Volví para no perder el hilo y con ganas de seguir actualizando, si alguien tiene una sugerencia será totalmente bienvenida💕 gracias por el apoyo al fic😊
Nos vemos mañana✨
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