Antes de empezar
-¡No lo sé, Namjoon! Se supone que habíamos usado protección. Yo... Yo no puedo creer lo irresponsables que fuimos. Que fui... -Seokjin tomó su rostro entre sus manos, y se sentó en la gran cama intentando desahogar su frustración. La frustración de volver a quedar embarazado a sus casi treinta y tres años sólo por no haber tomado precaucaciones ante ello. ¿En qué estaba pensando cuando se dejó llevar por la pasión y el descontrol? Ahora se veían los resultados. -¡No me mires como si estuviera loco, Namjoon! -dijo este apenado viendo a su marido con desesperación cuando este le miraba divertido. -¡Sabes muy bien cuánto sufrimos cuando quedo embarazado! ¿O no recuerdas el de Tae?
-Amor, pero en ese momento tenías diecisiete. No puedes comparar ese contexto con este -refutó divertido, dejando el test de embarazo que daba positivo a un lado de la mesilla de luz- ahora estamos casados, somos adultos, y además me pone muy feliz que luego de tantos años quedes embarazado. -dijo el mayor con ternura acercándose a la pancita de su esposo y acariciandola suavemente. -Hey, bebé, aquí. -dijo llamando la atención de Jin quien ahora tenía una sonrisa- ¿Quién diría que después de casi quince años alguien me haría sentir tan feliz de nuevo? Soy papá, por si aún no sabes. Mamá tiene paranoia, pero sé que te ama, te ama tanto como yo. Y quiero cuidarte, quiero mimarte y calmar tu llanto en las noches, pero por sobre todo quiero que llenes nuestra hermosa familia de amor. -besó suavemente el plano vientre- ¿lo ves, Jin? Nuestro futuro bebé está feliz de que lo amemos. -esta vez el pelirrubio subió hasta los labios de su marido y los besó dulcemente-. Sé que después de haber tenido a Tae y a Jennie ha pasado mucho, y nos acostumbramos a ser padres de adolescentes. Pero no sabes cuán feliz me hace saber que seremos padres una vez más, y que vamos a pasar de nuevo todo aquello. ¿No te emociona la idea de volver a tener un bebito en tus brazos?
-En realidad no -bufó Jin.
-Cariño... -Namjoon comenzó a acariciar su mejilla con desdén, haciéndole saber en cada suave toque todo aquello que la emoción no le permitía poner en palabras- el bebé ya está hecho, vas a tener que acostumbrarte a la idea de que te emociones. -le sonrió cómplice una vez más.
-Tú no te emociones tanto, es la última vez que la fábrica abre. -devolvió el gesto besándole de vuelta. -No puedo creer que las noches sin dormir y los llantos volverán. Con los de Jennie me había jurado no volver a pasar por ello... No puedo creer esto, de nuevo -llevó sus manos a su vientre.
-Creelo, amor. Porque seremos padres otra vez. -Namjoon fue directo a la puerta, con la idea de bajar para preparar un té para su esposo, cuando al girar la perilla sintió el peso de algo más cayendo encima suyo, para ser más específicos el peso muerto de sus hijos al hacer el brusco movimiento de golpe hacia adelante, no dándoles tiempo de reaccionar.
-N-Nosotros... -dijo su hijo, Taehyung, tartamudeando cuando cruzaron sus miradas junto a Jennie a su lado.
-¿Estaban escuchando detrás de la puerta? -Namjoon inquirió con su ceja levantada.
-P-papá... Es que Jennie... Había... -dijo con dificultad. Sus ojos estaban algo brillosos, y su mandíbula temblaba con cada palabra. Parecía como si estuviese a punto de... ¿largar a llorar?
-Es más fácil decirles que estabas buscando las respuestas al fracaso de tu vida que poner la tonta excusa de que se me había perdido el pendiente, ¿sabes? -su hermana se levantó del suelo sacudiendo disimuladamente las pelusas suponen se habían pegado a su pijama por haber estado en el piso. -Estabamos escuchando, papá. -dijo ella adentrándose a la habitación de sus padres, a la vez que Taehyung también se levantaba con ayuda de su padre y seguía su acto. -Felicidades, mamá -ella le sonrió a Seokjin quien seguía en la cama recostado, y una sonrisa de agradecimiento ya que no tendría que pasar por tener que darles la explicación de un nuevo hermanito-, tal vez si no sale tan revoltoso y molesto como Tae lo quiera -ella sonrió, al igual que Jin. Sabía que su hija a sus cortos catorce años no era de expresar muy fácilmente lo que sentía, pero le alegraba que en ese momento lo haya logrado.
-¿U-Un hermanito? -Taehyung se acercó a ellos y miró el vientre de Jin. Este le tomó de la mano.
-¿En serio vas a llorar?
-Jennie... -su padre le dio una mirada de advertencia.
-No es eso es... -Tae interrumpió- no puedo creerlo, ya quiero que nazca, cuidarlo, y mimarlo. No importa si es niño o niña, seré muy buen hermano mayor... -alegre abrazó a Jin.
-Ahora que lo pienso... No seré más la niña pequeña de la casa, eso es bueno -Jennie soltó un suspiro cansado.
-Cariño, tú siempre serás nuestra niña pequeña... -Namjoon se acercó a ellos, retomando su lugar sentado en la cama y dejando un pequeño beso en la cabeza de su hija. -Al igual que Tae... -dejó un beso en la cabeza de este- y al igual que la hermosa niña o precioso bebito que nazca. Serán para siempre nuestros bebés -acarició la mano libre de Seokjin, haciendo que aquella calidez fuese sentida por cada uno de los más pequeños y de su esposo. Podía decir que era uno de los pocos momentos en el que sentía que en su vida todo estaba bien; tenía a sus hermosos hijos, y a la persona que más amaba y admiraba junto a él. Realmente Namjoon era un afortunado, sobre todo porque esa sensación no se la había dado nunca nadie. Siquiera la satisfacción de haber ganado un caso en la corte, o cuando había comprado su primer auto. Esa calidez de tener amor verdadero, amor del bueno junto a ti.
-Es lo mejor que pudiste decir, papá... -Taehyung suspiró y apoyó su mano en el vientre de Jin-. Tengo que confesarles algo...
Rápidamente aquella frase captó la atención de todos los presentes, sobre todo cuando esta era tan... Tan... Taehyung.
-¿Ahora qué hiciste? -Namjoon demandó.
-¡No es nada malo! -se defendió- es que yo... ¡yo hice al nuevo hermanito!
-¿Qué? ¿Tae, de qué hablas? -Seokjin cuestionó preocupado por el tipo de información que su hijo pudiese tener acerca de cómo se hacían los bebés.
Vale aclarar que Taehyung tenía dieciséis años.
-Alguien reprobó biología... -Jennie comentó por lo bajo. -¿Al menos le dieron la charla?
-¡No seas tonta! -Taehyung histeriqueó, retomando lo que decía- sólo para que sepas, sé perfectamente que los bebés no vienen de la cigüeña.
-¿Entonces cómo se hacen? -ella levantó su ceja en cuestión, tal como su padre hace minutos atrás denotando ese escalofriante parecido.
-Estás perdiendo el punto -se excusó.
-Fue la historia de la abeja que pica la flor, ¿verdad?
-Sip -Seokjin respondió a la pregunta de su hija.
-En realidad fue la de la fábrica -corrigió Taehyung.
-¿Qué decías? -Hasta ahora Namjoon fue el que retomó la conversación.
-Cuando cumplí los dieciséis, en diciembre... Pedí un deseo; tener un hermanito. ¡Se hizo realidad!
-Menuda inteligencia Taehyung, gracias por tu colaboración no requerida. Para la próxima podías, no sé ¿pedir un millón de dolares? A lo mejor y caen del cielo en la cena de Navidad.
-Estás siendo histérica, Jennie. Hablo en serio. -Taehyung se aferró a las caricias de Jin.
-Por si no sabías, los bebés no vienen exactamente de pedir un deseo. Mamá y papá-
-¡Jennie! -Namjoon y Seokjin dijeron al unísono.
-No me miren así -se excusó levantando los brazos-, al menos me estoy encargando de darle la información a su hijo que no le dieron. De nada, ¿no? -ella bufó.
-Nos alegra de que hayas pedido un hermanito, Tae -Seokjin dijo con suave voz, calmando a su hijo-, ahora lo tendrás. Puedes estar bien con eso.
-En realidad, si fuese el bebé lo pensaría dos veces. Conociendo a nuestra familia, a Tae y todo... -Jennie negó con la cabeza, bostezando por el sueño- te deseo buena suerte, hermanito.
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