Pequeño retoño
Desde que tengo recuerdos de mi infancia siempre me recalcaron las cosas buenas y malas, cada quien decide que camino tomar a partir de sus acciones. Talvez lo decían por como era cuando estaba de chamaco, no lo dudo, nunca fui responsable y cuando lo era las cosas que hacia no daba buena vista a la demás gente.
Pensé que con el tiempo cambiaria, seguí estudiando, conseguí un pequeño empleo para sacar algo de dinero y pude dejar respirar un momento a mis padres. Pero aun no sucedía nada que me hiciera ver que tan responsable era, todo había cambiado en mi: actitudes, formas de pensar, mi aspecto, todo cambio excepto aquel sentimiento. Ni siquiera pude prestarle la atención necesaria a mi pareja que terminamos con los lazos, ahora no había nada que pudiese hacer para cambiar.
Estaba en el almuerzo mientras revisaba algunas cuentas, debía hacer lo posible para poder comenzar a ejercer mi carrera de Arquitecto e ingeniero era un deseo que desde pequeño siempre quise alcanzar, no había duda, dentro de algunos meses podría recoger el dinero necesario para poder presentarme de forma excelente en una encuesta de alguna empresa. Guarde la cuenta en mi bolso esperando a que fuera la hora de volver a atender el restaurante.
Vi una pequeña cabellera blanca pasar por las ventanas, se me hacia curioso ver ese color entre la gente por no decir que raro. Casi la mayoría era cabelló natural azabache o castaño con diferentes tonalidades, de vez en cuando podrías ver cabello tintado. Pero viniendo de un infante era curioso.
-Hey Alex, ya paso la hora del almuerzo. ¿Que tanto miras?- Era uno de mis mejores amigos, Randy, o podría decir que mejores compañeros, casi no convivia demasiado con nadie por estar haciendo otras cosas.
-Nada realmente, vayamos a trabajar.- Enseguida me puse un chaleco negro encima viéndome algo mas elegante, junto a un delantal en mi cintura.
-No me lo creo... ¿Seguro que no veias acaso a alguna chica?- Aunque parecía ser una broma de su parte me molestaba, era como una espina que no te deja hacer nada por el dolor, odiaba recordar a mi pareja.
-Ya cállate si no quieres salir de aquí con varios dientes caídos.- Ordene los menús en una cacerola donde llevaba varias cositas que la clientela utilizaba.
-Esta bien Alex, solo era broma.- Solo río mientras el hacia lo mismo que yo. -Por cierto el bote de basura esta lleno, tal vez tu y tu poderoso olfato nos ayude a sacarla.- Era normal que me pidieran eso, era asqueroso pero con mi falta de olfato me ayudaba a no terminar devolviendo las cosas.
-¿Acaso soy el único que hace ese trabajo?-
-No, pero eres el que mas resiste el horrible hedor sin hacer un desastre.-
Solo ignore sus palabras y atendi a algunos clientes. Mi turno ya iba a acabar asi que al final le deje los otros clientes a mi amigo Randy para yo encargarme de los desechos. Cuando salí, ya con mis cosas para irme enseguida, de nuevo vi la melenita albina de la mañana asi que deje la bolsa de basura en su lugar y seguí a la pequeña criatura.
Estando cerca note que era un infante parecía perdido, volteaba a diferentes lugares buscando algo o alguien hasta que vi que una señora se acerco a él.
-¿Que sucede pequeño? ¿Que haces aquí solo? ¿Donde esta tu madre?- Parecía que el pequeño no quería hablar hasta que la señora me vio. -Oye chico, tu.- Me señala.- Llama a un policía por mi, por favor.- Solo asentí mientras marcaba al numero de la policía.
Dentro de un rato llegaron un par de policía en su patrulla sin hacer alboroto. La señora hablo con ellos y yo solo estaba junto al pequeño que en esos momentos parecía estar triste.
Tenia que hacer algo así que de mi bolso saque una pequeña libreta y un lápiz.
-Hey peque, ¿Quieres dibujar un rato?- Solo asintió viéndome a la cara, le pase la libreta y lápiz, comenzó a dibujar algunos bosquejos, algunos parecían animales o personas. Yo solo observaba los trazos que hacia hasta que vi un personaje algo llamativo para mi. -Hey ese me recuerda a alguien.- Note su mirada de curiosidad.
Solo saque otra libreta, esta vez un sketchbook y lo abri mostrando a un chico muy parecido como al que dibujaba aunque se diferenciaban por sus colores.
-¡Wow! Es como Ayali.- Su voz era tierna y mas con esa mirada de emoción.- ¿Como se llama él? -
-Se llama Alex.- Le pase el skech para que pudiese verlo.
-¡Wow! Usted dibuja muy bonito señora- Sus palabras me hicieron reír mientras tomaba las hebras de mi cabello largo.- ¿Por qué se ríe?- Note su mirada algo enojada.
- Soy un chico pequeño, aunque gracias por el halago. A de ser que soy muy lindo tal como una chica.- Solo fingi ser una diva de primera mientras el se comenzaba a reír por las poses que hacia.- Tu tambien dibujas muy bien, hasta podría decir que mejor que yo-
-No creo... Me falta mejorar demasiado.-
-¿Cuantos años tienes?- Siempre utilizaba ese método, asi podía mejorar su autoestima.
-9 años-
- ¡Wow 9! A esa edad yo ni a tus pies llegaba.- Era parte de la verdad lo que le contaba. De una cosa llevo a la otra y pude hacerlo sonreír entre platicas.
Los policías al ver esto me pidieron el favor de ir con ellos, decían que seria una ayuda mientras ellos buscaban a la madre del menor o siquiera avisar y asi lo hice, aquel niño me había cautivado.
2 Años después...
La familia no fue por él, realmente eso me hizo sentir mal aunque en el no le parecía afectar a simple vista. Talvez sabia que tenia una mejor vida próxima. Yo lo visitaba todos los días ya casi podría decir que era como las cuidadoras de aquel lugar y no lo negaba, me encantaba estar con él. Hasta eso que cuando llegue un día el intentaba hacer algo con su cabello.
-¿Que es lo que tanto haces, Ayali?- Solo sonreía par ver como intentaba con el cepillo acomodar su pelo.
-Solo quiero intentar peinarme como tu.- Sonrei más y me hinqué para después agarrar el cepillo y comenzar a hacerle una pequeña coletita. -¡Yey! Casi me parezco a ti. Gracias Alex. -Recibi un pequeño abrazo mientras me susurraba algunas palabras.- Eres genial, te quiero mucho.-
Esas palabras me habían hablandado mucho, realmente nunca fui bueno soportando estos sentimientos.
4 Meses después...
Entre mis manos llevaba aquella solicitud aceptada en una carpeta que sostenía con la mano derecha mientras cargaba una pequeña mochila en mi hombro izquierdo. Sentí el tibio roze de una pequeña manita en la única mano desocupada.
-¿Puedo tomar tu mano, Alex?- Sonaba preocupado o nervioso.
-Claro que si mi niño, no tenias por que preguntar- Tome suavemente su mano para seguir caminando, mientras el daba saltitos alegremente.
3 Meses después...
Desperté más temprano que lo habitual era aproximadamente las 4:30. La razón era por el hecho de que Ayali iría a la escuela, la cual fue un lio en meterlo pero gracias a un contacto de Randy pude meterlo a la secundaria, pero yo tendría que ir a hacer unas cosas en la empresa para la que comencé a trabajar. Eran muy estrictos conmigo, debía hacer lo mejor que podía para salir adelante junto a él, no quería me lo apartasen de mi lado, era mi pequeña familia.
Comencé preparando un desayuno ligero para mi pequeño mientras ponía a calentar agua para tomar mi café mañanero, eran como las 5:30 al acabar de hacer las cosas, incluso nuestros almuerzos, así que decidi echarme en la cama que compartia temporalmente con mi niño. Recorde que tenia unos bocetos que terminar, no eran del trabajo pero eran muy importantes para mi, asi que tome mi carpeta y comencé a escribir en una hoja algunas cosas esperando hasta que fuera la hora de despertar a Ayali.
Ya eran las 6:00 asi que guarde mi carpeta para comenzar a despertar a mi pequeño.
-Ayali, cariño. Ya es hora.~ -No lo quise mover demasiado no quería molestarle, asi que solo acariciaba su pelo blanco.
-5 minutitos más...- Se arropo un poco con las sabanas su carita, buscando reclamar esos minutos.
-Debes levantarte ahora Ayali, es tu primer día y no nos gustaría llegaras tarde a tus clases.- Saque del ropero un uniforme de color negro, era detallista en todo asi que busque algún defecto.
-¿Tengo que ir? Realmente quisiera ver como trabajas a estar allá...- Por fin se levanto mientras se hallaba sus ojos.
-Yo tambien decía eso de pequeño pero sabes algo... La escuela casi nunca es mala, te enseñan nuevas cosas, mejoras tus habilidades y tus compañeros son una buena y divertida compañía.- Deje sobre la cama su uniforme.- Si quieres averiguar más deberas verla con tus propios ojos. -Le di un beso en su frente para salir de la habitación y ordenar algunos materiales y hojas para mi trabajo.
Vi como salia con su uniforme puesto, quien diría se vería tierno. Juntos fuimos a la cocina a tomar nuestra merienda.
4 años...
Nunca pude creer llegaría este día, frente a mi se encontraba mi pequeño niño junto a un chico. Estábamos en la misma mesa comiendo pacíficamente, aunque no me gustaba el hecho de que mi pequeño a plena adolescencia estuviera con alguien, era algo difícil de procesar. Hace mucho había ocurrido lo mismo pero eso nos dejo malas experiencias a los dos, verlo triste me enfurecio tanto que hasta incluso llegue con la madre del chiquillo con el que andubo con mi retoño. Pero ahora era diferente, aunque suene algo exagerado y muy protector, aquel chico ya lo tenia a la vista, estaba al tanto de cualquier acción cuando estaba a mi alcancé.
Aunque debes en cuando recibía quejas de Ayali, no me importaba mucho, con tal de saber si mi niño era y será feliz con ese chico me era suficiente.
Otra cosa que me mantenía loco era el hecho de que ya comenzaba a ser mayor, solo faltaban dos años para que el fuese mayor de edad y decidiera irse como yo lo hice con mis padres, me hizo decaer demasiado esa idea. Ahora yo me consideraba un mal tutor y un pésimo hijo, así no podía ser una buena imagen para él.
2 años ...
Finalmente llego el dia que cumplió su mayoría de edad, en la casa se veían algunos chicos y chicas, amistades de mi niño, que estaban felices por el inicio de la adultez en mi bebé. Y aunque la mayoria de invitados eran jóvenes no faltaba uno que otro adulto, eran solo 3 sin contarme a mi y a un amigo que me acompañaba y ayudaba con mantener esta casa estable.
-¿Que tanto piensas Alex?-
-Solo son unas cosas Luis... ¿Tu nunca has sentido como es que se te va la vida de las manos?- El era un buen amigo, desde que lo conocí él era atento conmigo y especialmente con Ayali.
-Si es por tu edad no debes que preocuparte, te sigues viendo joven y ademas...- Solo le di un golpe en el hombro solo recibi risas de su parte.
-Idiota, no lo digo por eso... Ayali ha crecido demasiado estos dias solo míralo, ya no es mi pequeño retoño, esta mucho mas alto que yo... Y pensar que de crió el queria ser como yo. - Solo pensar eso hizo que me sintiera peor y buscara llorar.- No quiero el sea como yo, que se aleje de mi sacandome de su vida...- Solo recibi un pequeño abrazo.
-Eres un buen chico Alex, se que el, a base de lo que le enseñaste, nunca se alejara de ti por mas que una muralla los separe.-
-Gracias Luis.- Me aparte para después tomar entre mis manos una pizza que él mismo me ayudo a prepararla para no quemarla.
Al llegar a la sala lo vi con aquel chico que hace años me había presentado, se veía lindo verlos agarrados de sus manos mientras celebraban emocionados. Quizás no seria tan malo seguir viendo como mi pequeño Ayali crecía.
7 años...
Tranquilo me encontraba tumbado en mi sofa leyendo uno de mi tantos libros de la mini biblioteca que tenia. En mi estomago se encontraba aquel que fue una vez mi mejor amigo, asi es, Luis. Ahora era parte de mi familia y al parecer esos 43 años no le hacia ver nada mal, no podía creer que siendo tan joven mas que yo se viera mas adulto, solo por 2 años.
Paso un montón de sucesos, mi retoño ya se encontraba casado con el chico que siempre amo y ahora juntos ellos hacían su vida junto a una preciosura de niña que adoptaron.
Podría decir que mi vida se había vuelto hermosa.
-¡Abuela!- Ese pequeño grito hizo despertar a mi compañero de sorpresa. -Hola abuelo Luis.- La pequeña le dio un pequeño besito en su mejilla para después acercarse a mi.- Abuela adivina quien salio bien en matemáticas.-
Deje mi libro de lado mientras hacia un espacio entre Luis y yo.
-¿Acaso fuiste tu mi princesa?.- Solo asentia frenéticamente mientras dejaba ver su sonrisa con un que otro diente caido.
-¡Si! Ahora papa Ayali me prometio ir a por unos helados después.-
-Que bien princesa- Luis solamente revolvió su cabello haciéndola enojar levemente.
-Luis, mamá. Lo siento si les molestamos, ella quería darles la noticia y pues no podía negarme.- Su cabello ya no era corto como antes esta vez se lo había dejado crecer, se podría decir que si se veía bien después de todo.
-No te preocupes bebé, mejor siéntate. Iré a preparar un café para ti. Por cierto ¿Mi nuero?- Fui a la cocina, desde ahí aun podía escuchar la conversación.
-Esta en el trabajo, en un rato mas saldrá.-
Asi comenzamos una pequeña charla mientras el tiempo pasaba. En la tarde la mesa no solo habia dos personas, eran 5. Eran de los mejores dias.
Nunca pensé lograr imaginar este momento, ni con estas personas.
-Te quiero Mamá-
-Y yo a ti mi bebé.-
~Fin~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro