Día 10
Llegó a casa sangrando a mares. Me aterré, pero al final fue solo un susto. ¡Gracias al cielo! Creí que lo perdería.
Cuando regresé por la noche, lo he encontrado en la calle haciendo cosas que ninguna madre desearía ver haciendo a su hijo; solo puedo pensar que está tomando sus propias decisiones y que no debo interferir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro