03. AHEGAO
CLASIFICACIÓN: Smut
PEDIDO DE: Kai_Loves_Hakkai
PAREJA(S):
→ Rindou x Ran
ACLARACIONES:
→ Rindou trans
→ Juguetes sexuales
→ Leve uso de Daddy Kink
→ "El ahegao es un término originario del idioma japonés que describe la expresión facial que muestra un estado rotundo de placer, usualmente de carácter sexual, en el rostro de un individuo durante el sexo"
→ "El binder es una faja que se utiliza para comprimir los pechos. Esto provoca un bienestar psicológico entre quienes lo utilizan, principalmente la población trans masculina y de género no conforme."
NOTA:
En mi cerebro quedó bien pero cuando mi editora me lo regresó corregido vi que mi cerebro me engañó. Hice lo mejor, espero lo disfruten.
Si no comentan lloro de verdad.
Los pedidos siguen abiertos! 🤍
Ran era un hombre sencillo a pesar de lo excéntrico que parecía.
Podía ser vanidoso con su apariencia y pretencioso con la ropa o las joyas, pero en realidad era alguien demasiado sencillo en distintos aspectos.
Su lugar favorito era su cama, no ningún restaurante o una ciudad en especial; su habitación era sencilla, apenas lo indispensable sin nada interesante; su comida favorita era la pasta con queso y no necesitaba ningún platillo caro o excéntrico para estar satisfecho.
Ran era un hombre sencillo con gustos sencillos y metas sencillas.
Excepto en esa ocasión.
Ese día Ran Haitani tenía la meta más pretenciosa y alta en su vida, y no descansaría hasta obtenerla.
Todo había comenzado un día normal, tan normal como un jueves cualquiera donde Rindou debía ir al hospital a recibir su inyección de testosterona como parte de su transición de género y el debía encargarse de la comida porque era su turno.
Estaba cocinando, escuchando la música reproducirse desde la televisión de la sala mientras buscaba las especias correctas para la comida que hervía lentamente en la estufa, cuando escuchó la puerta del departamento abrir y cerrar.
— ¡Ya llegue! —aviso Rindou con un toque de cansancio en la voz.
Había ido caminando al hospital que quedaba a veinte minutos de su casa, después de la inyección se había quedado treinta minutos en observación y sumando el cansancio como efecto secundario de la dosis y el sol agobiante en la calle, realmente Ran lo compadecía.
— ¡Estoy en la cocina! —le avisó, escuchándolo inmediatamente caminar hacia él después de tomarse unos minutos para quitarse los zapatos.
Rin entró, lo miró desde la puerta y le sonrió cansado; Ran se acercó y lo saludó con un beso casto en los labios.
— ¿Cómo te fue?
— Bien, me dejaron en la sala de observación con un niño que me contó como un dinosaurio secuestro a su Power Ranger.
— ¿En serio? ¿Un niño acaba de descubrir un dinosaurio no extinto?
— No, estoy seguro que solo lo olvido en la escuela y por eso no lo encuentra.
El mayor río y apagó la estufa, dedicándole ahora toda la atención a su hermano.
— ¿Quieres tomar una siesta antes de comer?
— ¿Puedo?
— Por supuesto —lo volvió a besar y Rindou sonrió sobre sus labios. Ran le despeinó el cabello con cariño y lo dejó ir a la habitación que compartían mientras él tomaba su portátil para hacer unos deberes que tenía pendiente.
Su intención era quedarse en la sala trabajando para no interrumpir el descanso de su hermano y luego despertarlo cuando pasarán unos quince minutos y estuviera un poco más descansado y listo para comer y seguir con su día.
Pero grande fue su sorpresa cuando en lugar de dormir como una roca, diez minutos después sintiera los brazos del menor enrollarse por sus hombros.
— ¿No deberías estar durmiendo?
— No puedo dormir —se quejó; era normal que después de la inyección tuviera problemas para conciliar el sueño o mantenerse dormido y eso solía frustrarlo mucho porque contrastaba con el estupido cansancio—; además, tengo un problema...
— ¿Que pasa? —preguntó preocupado por cualquier otro efecto secundario.
Rindou dejó de abrazarlo y rodeó el sillón para sentarse sobre su regazo, entonces Ran entendió qué efecto secundario lo estaba jodiendo ahora.
Por supuesto que Rindou estaba caliente, tenía el libido hasta las nubes y por la forma en que apenas se sentó comenzó a moverse sobre él también estaba bastante sensible.
— ¿Me ayudas? —preguntó inocente, como si en algún universo Ran le fuera a decir que no.
— Por supuesto que si, bebé —lo tomó de la cintura y comenzó a moverlo sobre su miembro que lentamente empezaba a despertar mientras besaba su cuello.
Los gemidos y la forma desesperada en que Rin intentaba agilizar las cosas le confirmaban que estaba jodidamente sensible, entonces decidió hacerlo más rápido para él y desabrochar su pantalón para encargarse directamente del problema.
Su ropa interior ya estaba húmeda, Ran acarició su intimidad por encima de la tela y las uñas de Rindou se clavaron sobre sus hombros; succionó una marca nueva sobre su cuello y siguió presionando sobre la tela, sonriendo al sentir las yemas de sus dedos humedecerse también.
— Nissan... por favor, lo necesito —suplico, temblando con el simple tacto superficial.
— Estas verdaderamente caliente, ¿eh? —sonrió.
— Ah, si, si, necesito sentir a Daddy joderme.
Ran gruñó; le encantaba escucharlo así, pero sabía que debía ser frustrante estar bajo tantas emociones y no poder apaciguar ninguna, entonces decidió ser benevolente y ayudarlo a terminar con sus sufrimiento.
Se deshizo de la ropa interior y presionó por fin su dedos contra el clitoris, moviéndolos en círculos sonriendo ante el gemido agudo y satisfecho del menor; después buscó su entrada, sin desatender ese punto importante ahora acariciado por su pulgar mientras un dedo se deslizaba fácilmente dentro de Rindou gracias a los fluido que ahora goteaban por sus muslos.
El rubio se dedicó a disfrutar la sensación dejando que su hermano devorada su cuello y toqueteara su entrepierna como le viniera en gana; sentía que estaba en llamas, que su cuerpo podía reaccionar y derritiese con el beso más pequeño y que la atención que recibía su intimidad lo estaba hundiendo hasta el infierno.
Ran añadió otro dedo, simuló estocadas y aumentó la velocidad de su pulgar. Rindou tenía la espalda encorvada y estaba siendo tan ruidoso, la imagen lo calentaba y lo motivaba a joderlo más fuerte, pero a penas sintió sus paredes apretar levemente sus dedos supo que no tardaría en llegar.
Mierda, incluso la idea de verlo tener un orgasmo solo siendo jodido por dos dedos lo calentaba.
El rubio se incorporó mejor y comenzó a intentar follarse a sí mismo con los dedos ajenos, se movió torpemente sobre la muñeca de su hermano y lloriqueo cuando se sintió cerca de su esperado final.
Entonces sucedió.
No supo si fue un movimiento en especial o lo extremadamente sensible que estaba en ese momento o una consecuencia de todo lo que estaba sintiendo o siemplemete un milagro divino.
No lo sabe y muere por descubrirlo, porque en ese momento los ojos de Rindou subieron levemente por las cuencas de sus ojos y su lengua se asomó por los labios mientras llegaba al orgasmo; el sonrojo en sus mejillas, su mirada cristalina y las lágrimas en sus pómulos hicieron todo tan surreal.
Ran pudo jurar que si no le hubiera sorprendido tanto, hubiera llegado a su propio clímax solo viendo cómo su pequeño Rindou hacía un ahegao.
Claramente fue involuntario, obviamente Rindou no tuvo idea de la expresión que hizo y solo se derrumbó en el hombro del mayor cansado y satisfecho.
Ran tampoco se lo hizo saber, aún sorprendido y agradecido por la imagen tan valiosa que ahora guardaba su cerebro, le ayudó a recostarse en el sofá y lo vio dormirse casi de inmediato.
Entonces el tuvo tiempo para ir al baño y arreglar el problema entre sus pantalones.
No es necesario aclarar cuál fue su apoyo visual para completar su misión.
Más tarde, cuando Rindou despertó más calmado y descansado, se disculpó por no levantarse a comer y le agradeció haberlo ayudado; Ran lo había besado y le había asegurado que todo estaba bien y que no importaba, pero nunca dijo nada sobre aquel detalle.
Y por la noche cuando la ropa estaba en el piso de su habitación y ellos se estaba divirtiendo en la cama (porque Rindou seguía estando caliente y Ran... era Ran) el mayor espero obtener el mismo resultado.
Pero no sucedió.
Obviamente se lo pasó bien, hizo a Rin sentirse bien y ambos disfrutaron de su climax y sus cuerpos, pero no obtuvo la misma vista que había obtenido por la tarde.
Tal vez Rin ya no estaba tan sensible como lo había estado antes o tal vez fue cosa de una sola vez, pero Ran no se rendiría hasta obtenerlo de nuevo.
Días más tarde (después de intentarlo un par de veces más) le contó a Rindou sobre la situación y el rubio había admitido sonrojado y avergonzado que no había tenido idea del gesto que había hecho y que no había sido intencional ni fingido.
Pero eso a Ran no le interesó porque él sabía desde el principio que no había sido nada fingido, Rindou parecía tan perdido en el placer en ese momento que era obvio que fue una reacción natural e involuntaria; él no buscaba culparlo de nada, de hecho, solo se lo decía para que él menor supiera que a partir de ese día no iba a descansar hasta obtener la misma reacción que obtuvo esa tarde.
— Y ni siquiera pienses en fingirlo, precioso, que si me doy cuenta tu castigo será peor —lo amenazo de inmediato, causando un sonrojo lindo en sus mejillas.
Entonces llegaron hasta ese día.
Ya habían pasado varias semanas, casi un mes desde ese incidente y Ran aún no se rendía sin importar cuantas veces fallaba.
Rindou había sido obediente y no había intentado forzar ni fingir nada, aunque tampoco le importaba porque él sexo se había tornado más delicioso y divertido desde que Ran se había encaprichado con verlo de nuevo hacer un ahegao.
Esa tarde era un sábado cualquiera, habían terminado con sus deberes personales y ahora estaban libres; Rindou estaba en la sala jugando videojuegos y Ran estaba preparando todo en su habitación porque le había dicho (asegurado) que ese sería el día en que cumpliría su meta.
— Una meta tan pretenciosa para un sujeto tan sencillo —se había burlado su hermano, sin tomarlo realmente en serio.
Pero debía admitir que se emociono un poco cuando salió de la habitación y le dijo que estaba todo listo.
— Déjame terminar con mi partida.
— Ese juego lo puedes pausar, el mío no —le dijo, abrazándolo desde el respaldo del sofá besando su nuca— Vamos, se un buen bebé para tu Daddy.
Rindou sonrió por el juego de roles, — ya casi acabo, solo debo poner el diamante en su lugar.
— ¿Y por qué mejor no juegas conmigo y me dejas poner esta lindura en su lugar?
Por el rabillo del ojo Rindou logró ver el plug anal que Ran sostenía en su mano, de color lila cristalino con la base en forma de corazón.
Sintió sus piernas temblar.
— ¿Ahora si vas a jugar conmigo? —preguntó victorioso, viendo cómo el personaje en la pantalla se había quedado inmóvil.
— ¿Qué es lo que planeas?
— Debes jugar para descubrirlo.
— Bien, dame quince minutos para ir al baño y regresaré con eso puesto —le pidió, disfrutando de los besos por su cuello y las caricias por su clavícula.
— Pero yo quería ponértelo —dijo con un tono de falso pesar.
Rindou rió, — sabes que eres horrible en cuestiones de lo anal.
— Por eso me gusta más follarte por delante
Rodó los ojos y se levantó del sofá, quitándole el juguete de la mano, — dame quince minutos y volveré.
— ¡Te buscaré en diez!
Lo último que escuchó fue su risa detrás de la puerta del baño.
Cuando regresó a la habitación (después de los quince minutos acordados) se veía igual que cuando se había ido, con la camisa holgada de Ran que llevaba puesta porque era un día demasiado tranquilo como para usar su binder, el short de tela negra que ocultaba el juguete debajo y las mejillas con un rubor ligero.
Rindou tenía pocos juguetes, pero Ran sabía cómo usar cada uno a la perfección y había ideado el plan perfecto para al fin cumplir su preciada meta.
— Ven aquí bebé—le pidió extendiéndome una mano para guiarlo a la cama— aún te falta uno
— ¿Qué?
El mayor sonrió y mostró el pequeño vibrador de color púrpura en su mano. Era el juguete más típico y básico de todos, de tamaño pequeño pero jodidamente bueno en su trabajo.
Rindou comenzó a sospechar de ese plan pero decidió no cuestionar nada y ser obediente. Se sentó en la orilla de la cama y gimió cuando el juguete que llevaba bajo la ropa se enterró más en el; Ran lo obligó a recostarse sobre sus codos y luego se arrodilló entre sus piernas, bajándole el short y la ropa interior al mismo tiempo.
Ya tenía el lubricante preparado, así que vertió un poco en sus dedos y se dedicó los primeros cinco minutos en jugar y preparar la entrada para que no fuera tan problemático introducir el vibrador, aunque sabía por experiencia que su bebé no tenía problemas en recibirlo sin preparación.
Rindou gemía y lo disfrutaba, demasiado tranquilo pero complacido con la sensación de los dedos jugando con el, el plug enterrándose en su interior y el juguete púrpura vibrando en la función más baja sobre su clitoris.
Se sentía tan bien y a penas estaban comenzando.
Ran dejó una serie de besos y mordidas sobre sus muslos antes de comenzar a introducir el juegue aún vibrando, causando gemidos más altos de su pareja, satisfecho de que todo fuera justo por donde esperaba.
Espero a que el contrario se acostumbrara y disfrutará de las vibraciones, viendo como movía sus caderas desesperado por sentir un contacto más humano y el plug moverse.
Y después, cuando sintió que era suficiente, subió el nivel de la vibración y él bajo entre los muslos para comenzar con la segunda parte de su plan.
Rindou esperaba sentir la intención de las vibraciones aumentar, pero no esperaba sentir la lengua caliente de su hermano sobre su intimidad, sobre ese pedazo de carne tan sensible y sobre el propio juguete.
Arqueo la espalda y uno de sus talones fue a parar a la espalda de Ran, presionándolo y motivándolo a seguir, a buscar más profundidad.
Ran siguió devorándolo con devoción, a pesar de ahora tener una meta distinta ambos sabían que siempre que Ran se arrodillaba entre sus piernas había una devoción ciega hacia ese cuerpo que tanto amaba a pesar de no ser lo que su dueño esperaba.
Y Rindou podía jurar sentirse perfecto cuando estaba con Ran, a pesar de siempre sentirse incompleto y defectuoso.
— Ni-Nissan... joder, joder, me encanta...
— ¿Cómo se dice?
Rindou maulló ante la orden, —G-Gracias Daddy... ah, gracias, gracias, g-gracias... ah
— De nada, bebé —sonrió complacido, tomándose un respiro para besar su pelvis— ¿Te sientes bien, pequeño?
— Si, muy bien —gimió, tomando el control de la cama, subiendo por sí mismo la vibración al penúltimo nivel.
Ran sonrio.
Volvió a bajar la cabeza y jugar con su lengua entre los pliegues y lugares sensibles que sabía que a Rindou le encantaban; sintió la mano de su hermano caer sobre su cabello y hundirlo más y no pudo evitar sonreír sobre la humedad de su intimidad.
Sin embargo, antes de que pudiera llegar a la cima se separó, escuchando al menor gemir tan roto e insatisfecho que casi le causó ternura.
— Daddy... mierda, Daddy por favor, vuelve abajo, estoy tan cerca.
— Lo se, bebe, pero eso no es parte del juego —tomó el control y bajo un nivel más la vibración. Rindou volvió a gemir frustrado.
— Por favor... por favor Daddy, quiero terminar —suplico, con las lágrimas formándose en el rabillo de sus ojos.
— Lo harás cariño, te haré correrte como nunca lo has hecho en tu vida —le aseguro besando su mejilla sonrojada— estarás tan húmedo cuando acabe contigo que terminarás chorreando.
Eso lo excito aún más, gimió y buscó el control para subir el nivel del juguete pero Ran no se lo permitió; en cambio se separó y comenzó a bajarse el pantalón y la ropa interior.
Rindou intentó unir los puntos a través de la niebla en su cerebro y cuando lo vio tomar el lubricante entendió lo que pasaría.
— Ran...
— Tranquilo, no dolerá —le aseguró, apoyando una rodilla sobre la cama, al costado de la cadera de Rindou, para hacer la posición más cómoda— sabes que puedo meterlo aún cuando tengas el vibrado dentro
Y si, Rindou lo sabía porque ya lo habían hecho; y no sabía si Ran lograría su objetivo principal o solo sería otro intento fallido, pero estaba muy seguro de que al menos él lo iba a disfrutar.
— ¡Ah, mierda... Ran, ah... Ran!
— ¿Estas bien, cariño? —preguntó pausando la intromisión.
— S-si... joder, no pares, solo- sólo sube un nivel más.
El mayor obedeció y subió el nivel del vibrador. Rindou se sentía en las nubes al sentir la longitud entrando en el, tan sensible por antes ser devorado, con el vibrador causando una sensación tan placentera y el plug enterrándose y moviéndose por el movimiento y las estocadas.
Ran dejó caer su cabeza en el hueco del cuello del menor, mareado por lo apretado y caliente que se sentía, las vibraciones también lo estaban afectando y los gemidos de Rindou en su oído no estaban ayudándolo a mantener la cordura.
Mordió fuerte la zona y sintió la espalda contraria arquearse debajo, junto a un gemido agudo. Se enterró más profundo y aumentó la velocidad de las estocadas.
Se sentía tan cerca de su orgasmo y sabía que Ridnou debería de estar igual o peor.
Se separó del hueco de su cuello aún cuando quisiera quedarse toda la vida ahí; tomó firmemente la barbilla del menor para que no girara el rostro y no pudiera perderse cualquier reacción y gesto.
Rindou gimió más cuando encontró su punto dulce y Ran supo que ninguno de los dos podía esperar más; tomó el control del vibrador y lo llevó hasta el último nivel, embistiendo ese punto tan especial en su interior una y otra vez.
Y solo fue cuestión de tiempo para que sucediera; cuestión de minutos realmente.
Ahí estaba otra vez, el sonrojo en las mejillas, su cabello desordenado, sus ojos lagrimeando y la lengua asomándose entre sus labios en una reacción de placer puro. Ran lo tomó del cuello impidiéndole moverse siquiera un centímetro y los ojos de Rindou se entrecerraron por la acción, mejorando mil veces más la vista.
Y ambos llegaron al clímax completamente satisfechos.
Rindou no podía con más, su cuerpo había sido llevado al límite y Ran estaba perdido en una niebla mental que no lo dejaba pensar con claridad.
Volvió a caer sobre el hueco del cuello de su hermano respirando con dificultad. El menor le pidió con un gemido adolorido que apagara el vibrador y lo hizo de inmediato, sin moverse ni salir de él aún.
Ambos tenían las respiraciones aceleradas, el cosquilleo del orgasmo aún vibrando en el abdomen y el calor picando por su piel.
— Mierda... no sabes lo lindo que te veías —jadeo Ran sobre su cuello, cansado como el demonio.
Rindou ni siquiera se había dado cuenta del gesto que había hecho, pero si Ran estaba satisfecho no le importaba.
— Por favor dime que no harás esto cada vez que me quieras ver así.
— Me gusta la idea —admitió, dejando un beso casto sobre su cuello— pero es mucho trabajo. Desde ahora tienes permiso de fingirlo.
Rindou rió y lo abrazó, dejando que sus respiraciones se sincronizaran, — Tonto.
Ambos sonrieron y se quedaron así por un largo tiempo.
Días después se sorprenderían de lo habitual y fácil que era ahora provocar el gesto en Rindou sin que esté lo fingiera.
Claramente Ran se adjudicaría todo el crédito.
Gracias a mi editora por su trabajo
Siguiente pareja:
IZANA X RINDOU
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