5 días después:

Narra Jin:

Me desperté e hice la misma rutina de siempre para bajar a desayunar.

Al llegar al salón, me dirigí hacia la mesa donde se encontraban mis hermanos. Hace algunos días había notado algunos cambios en ellos: Jimin estaba más alegre que de costumbre, además de que pasaba bastante tiempo con Yoongi, me encantaba verlo así de feliz. El que me preocupaba era Tae, estaba demasiado decaído, casi ni salía del hotel, y cuando lo hacía se la pasaba sentado en la arena en silencio, intenté hablar con él...pero lo único que conseguí fue un "estoy bien...no te preocupes".

Luego de unos minutos Yoongi llegó a nuestra mesa y se sentó a un lado de Jimin, mientras éste comía galletitas de animalitos.

- Buenos días... - Acarició el hombro del menor y éste le dedicó una sonrisa.

- ¿Cómo está Kookie?. – Pregunté algo preocupado, ya que, éstos últimos días no había salido de su habitación.

- Bien...aún está algo triste...pero está mejor. – Me sonrió leve.

Al terminar, salí junto con Tae del salón, los demás se quedarían un rato más allí.

Antes de que mi hermano se dirigiera a su cuarto lo detuve. – Tae, ¿porqué no sales?...te hará bien, el día está hermoso.

- Gracias hyung...pero prefiero quedarme aquí. – Su mirada estaba puesta en el suelo.

- Vamos...hazme caso, por lo menos camina por la playa un rato ¿si?. – Le dediqué una tierna sonrisa. El solo suspiró y terminó asintiendo.

Mi madre me había dado el día libre, así que pensé en comprar algo para mis hermanos.

Fui a mi habitación a prepararme, y al terminar, bajé, salí del hotel y me dirigí hacia las tiendas. En todos éstos días no había podido recorrer el lugar debido al trabajo. No es que me molestara, pero se sentía bien tener un día para ti mismo.

Me encontraba mirando un brazalete muy lindo cuando al voltearme para seguir caminando choqué con alguien.

- L-lo siento mucho...no me fijé. – Hice una reverencia y al levantar la mirada mis ojos brillaron y sonreí automáticamente.

- No te preocupes...fui yo quien no prestó atención. – Namjoon estaba frente a mí sonriéndome y mostrando sus hoyuelos. Llevaba algunas bolsas en sus manos.

- ¿Necesitas ayuda?...se ven algo pesadas. – Digo señalando aquellas.

- No tranquilo puedo solo...¿qué te trae aquí?

- Pues...mi madre me dio el día libre así que pensé en recorrer un poco y hacer algunas compras.

- Perfecto entonces, tendrás un acompañante. – Lo miré y me sonrojé. – C-claro...s-solo si tu quieres... - Pude notar un leve sonrojo en sus mejillas, lo cual me pareció tierno.

- Me gustaría... - Le dediqué una tierna sonrisa.

Comenzamos a caminar, mirando y entrando a cada tienda de ropa que encontraba. Terminamos por llegar a un puesto de hamburguesas.

- ¿Qué te parece si comemos?. – Namjoon se sentó en una de las mesas, dejando las bolsas a un lado. Asentí y tomé asiento. Al cabo de unos minutos vino una chica muy sonriente, tomó nuestro pedido y luego nos trajo unas bebidas.

- ¿Hoy no trabajas?. – Pregunté mientras bebía un poco de mi vaso.

- No...Hoseok quiso que nos tomáramos el día. – Respondió viéndome con una sonrisa. – Así que, al igual que tú, también salí de compras.

Luego de unos minutos, nos entregaron nuestro pedido. La pasamos hablando de cosas triviales mientras disfrutábamos de nuestra comida y la brisa que había en ese momento. Namjoon insistió en pagar por la comida y yo a regañadientes terminé aceptando. Continuamos recorriendo el lugar, compré algunos dulces y cosas para mis hermanos. Terminamos en su puesto de comida, donde al parecer también tenían su casa.

- ¿Quieres pasar?. – Dijo abriendo la puerta.

- E-está bien. – Él se hizo a un lado y yo entré. La decoración era muy bonita, había plantas a un lado de las ventanas, las cuales, eran enormes. Las paredes eran de color café claro y tenían algunos cuadros.

- Ponte cómodo, traeré algo de beber. – Se dirigió a lo que supongo era la cocina, me senté en uno de los sillones y miré las fotos que había en la mesita de centro. Al parecer eran de Namjoon y de Hoseok cuando eran pequeños, sin querer sonreí, se veían realmente adorables.

Estaba perdido en mis pensamientos que cuando sentí el sonido de lo que pareció un vidrio romperse me alarmé.

- ¿E-está todo bien?. – Pregunté algo preocupado, levantándome de mi lugar para ir a donde se encontraba Namjoon.

- Si tranquilo... - Abrí la puerta y lo vi juntando los trozos de vidrio. – Esto siempre me pasa. – Dijo sonriendo algo avergonzado mientras rascaba su nuca. Sonreí y me acerqué a él.

- Déjame ayudarte. – Juntamos los trozos con cuidado y los tiramos a la basura. Me encargué de servir las bebidas y de llevar los vasos a la sala para evitar otro accidente.

- Lo lamento...se supone que eres mi invitado.

- No te preocupes...no me molesta hacerlo.

Narra Namjoon:

Jin tomó de su bebida mientras me sonreía, tenía un rostro muy bonito. Me senté a su lado mientras continuábamos nuestra charla. Me parecía muy tierno como hablaba de sus hermanos, más cuando mencionaba alguna travesura del mayor de ellos.

- ¿Cómo un niño tan pequeño pudo inundar un hotel?. – Pregunté mientras reía.

- Al parecer, había estado jugando en el sótano con las llaves del agua. Cuando mi madre lo atrapó, tenía su carita llena de lágrimas y estaba temblando. – Contestó con una sonrisa en su rostro.

- ¿Se molestó mucho?

- Al principio sí, pero después de verlo a los ojos simplemente lo abrazó y trató de calmarlo. Creo que nunca la hemos visto molesta. Siempre nos apoya en todo y por eso trato de ayudarla en el hotel.

- ¿Y tu padre?. – Luego de escuchar eso bajó su mirada.

- El...murió cuando éramos pequeños... - Me quedé en silencio, no sabía que decir. – Tenía problemas cardíacos...y...una noche... - Vi como sus ojos comenzaban a cristalizarse.

- L-lo siento...no debí preguntar. – Acaricié su espalda y el me miró a los ojos sonriendo.

- Tranquilo...él siempre nos hizo reír y fue bueno con nosotros, así que lo recuerdo con mucho amor. – Tenía una sonrisa nostálgica en su rostro.

- Te aseguro que está orgulloso de su hijo mayor. – Le dediqué una sonrisa mientras acariciaba su mejilla.

- Gracias...

Estuvimos así unos minutos, el nunca borró su sonrisa, aunque en sus ojos había tristeza él no lo reflejaba.

- Creo que ya debo irme...es algo tarde. – Tomó sus cosas y se levantó del sillón, hice lo mismo para acompañarlo a la puerta. – Gracias por acompañarme hoy, me divertí contigo.

- No hay de que, me gustó pasar tiempo contigo. – Me acerqué a él y deposité un beso en su mejilla.

- C-creo que y-ya me voy...a-adiós Nam. – Dijo nervioso mientras sus mejillas tomaban un color rosa que lo hacía ver adorable.

Salió de mi casa y yo cerré la puerta apoyándome de espaldas en ésta suspirando. - ¿Qué acabo de hacer?...

Narra Jin:

Mi cara seguro era la de un tomate, caminaba rápido para llegar cuanto antes al hotel. Cuando lo hice, entré en mi cuarto, dejé las bolsas en una mesa y me recosté en mi cama suspirando. Sonreí mientras acariciaba mi mejilla.

- ¿Realmente puedes ser tan lindo?... – Susurré aún con esa estúpida sonrisa en mi cara.

Al rato salí de mi cuarto y me dirigí al salón donde estaba Jimin mirando por la ventana. Me acerqué a él y dejé una bolsa a su lado, el me miró confundido.

- Te compré algunas cosas pequeño, espero que te gusten. – Le sonreí y el hizo lo mismo para después ver lo que había dentro de la bolsa.

- ¿Viste a Tae?. – El negó y yo salí de allí. Pulsé el botón del ascensor y esperé, cuando las puertas de éste se abrieron pude ver que dentro se encontraban Tae y Jungkook, pero al ver a mi hermano mis ojos se abrieron.

- H-hola Hyung...

- Tae ¡¿Qué rayos te pasó!?...