Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

A Thousand Peach Flowers Pt 2

Me sentía cómo un acosador, incluso me veía como tal. Pero… ¿Cómo me acercaba a ella sin llamar la atención, o sin asustarla?.

Me gustaba sentarme bajo un enorme árbol de durazno, pero últimamente una chica ha estado bajo el, todos los días.

Lucía tan hermosa contando aquellos pálidos petalos que caían a causa del aire.

«a la mierda» pensé.

Caminé con pasos temblorosos hacía aquel banco dónde ella se encontraba, tan sumergida en sus pensamientos.

De vez en cuando daba pequeñas miradas, pensando en si iniciar una pequeña conversación o no, pero entonces recordé que somos tan instantáneos. Y tal vez mañana ella ya no esté aquí.

—Tan hermoso…—susurre.

Ella se inmutó de mi presencia gracias a mi voz, la cuál provocó que diera un leve salto antes de contestarme.

—sí…lo es, sin duda.—sonrió

¿Cómo le decía que su sonrisa era aún más linda de cerca?

Parecía un poco distraída, cómo en su propio mundo, pero luego me demostraba que prestaba total y completa atención a todos mis chistes y anecdotas.

—entonces, imagina a siete chicos en un pequeño coche, tirados en la carretera.

—no quiero pensar en lo desastroso que fue.

— sí te soy sincero, sentí un poco de miedo—la miré a los ojos— yo sólo… era un poco más pequeño.

—descuida, se muy bien lo que es sentir miedo.—carraspeo— si te soy sincera, vengo aquí cada vez que tengo miedo a dormir sola.

Eso era seguido. Pensé

Ella me contó que desde niña, hay veces en las que teme dormir, pero también teme estar despierta.

Conversamos acerca de muchos traumas. Era un poco callada, pero muy risueña.

Ni siquiera me incomodó el hecho de que hablase muy poco. Era una persona a la que no le importaba darse a conocer primero. Cosa con lo que vivo cada día de mi vida.

Aunque le dije mi nombre, ella no pudo reconocerme. Incluso me trato cómo un viejo conocido.
Y por si fuese poco, cuando nos dimos cuenta, eran las diez de la noche. Asi que decidimos continuar con nuestra platica en otra ocasión. A lo cual ella aceptó sonriente, cómo ya era su costumbre.

Intercambiamos numeros, pero seguía sin saber su nombre.
Al decirnos el último adiós con la mano, pude darme cuenta de que ella realmente lucía cómo el amor de mi vida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro