A Thousand Peach Flowers (JK)
Toda la vida he pensado que somos demasiado pequeños y frágiles, pero aún así, gozamos de un montón de cosas maravillosas.
Guardamos recuerdos, conseguimos compañía, y podemos ser espectadores de cosas maravillosas. Cómo sentarte bajo un gran durazno, y ver caer las flores y petalos, de un color pálido y delicado.
El aire fresco llenaba mis fosas nasales de aquél aire puro y suave. Se sentía fresco, pero no al grado de querer marcharme de aquél gran árbol.
Admiraba a la gente cómo cada tarde, casi noche. Era precioso ver como la gente paseaba, unos corrían, otros admiraban el paisaje lentamente. Y lo mejor de todo era ver a todas esas parejas paseando de la mano, tan tranquilas, tan frescas cómo el aire que se llevaba las flores de durazno.
Toda mi vida deseé un amor fresco, un amor de niños. Un amor tan hermoso.
JK:tan hermoso—susurro el chico con gorra y cubre bocas al lado mío.
—sí…lo es, sin duda—reí.
Podía existir gente mala, gente normal, enamorados. Y si me dieran la oportunidad de responder por ellos mismos, diría que sí, definitivamente es lo mas hermoso jamás visto.
—lo más hermoso jamás visto—exclamamos al unísono.
viendonos los unos a los otros. Viendo sus ojos, sus facciones, sus gestos y sus sonrisas. Lucía cómo un perfecto y modesto modelo, sacado de una de las tantas novelas cliché que hay.
El me contaba su vida mientras yo contaba las hojas y flores de durazno que caían mientras nosotros, y yo, podía escucharlo atentamente. Aquél hilo de conversación que comenzó con dos palabras, ahora se había convertido en una gran y enredada bola de estambre, enredadonos en un tema, pasando a otro, y a otro, mientras reíamos. En cada palabra y respiración que dabamos, podía recordar las palabras de mi madre.
"No hables con extraños"
Pero seamos sinceros, Jungkook se había convertido en mi amigo bajo el árbol.
JK: me gusta mucho venir aquí, este árbol es cómo mi terapeuta
534…
—Ojalá nos pudiese hablar, aunque sería un poco perturbador—reí.
JK: hey, tienes una linda sonrisa
540…
—¿Te gusta? Era de mi madre—volvimos a reír.
JK: bueno, espero poder verla algún día.
La tarde pasó rápidamente, y nos dimos cuenta que nos habían dado las diez de la noche. Jungkook se despidió con un movimiento de la mano a lo lejos. Y en ese momento recordé que el no sabía mi nombre. Me giré sobre mis pies, sólo para ver cómo caía la última flor de aquél cerezo.
1,000…
Y cuando me di cuenta, habían caído mil pétalos de durazno bajo nosotros. Y ya me había enamorado de ti, Jeon Jungkook.
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