Desde otro lugar, por supuesto, que no es el mundo de los vivos explicaré mis orígenes.

Me llamo Sage, Sage Greenwood y tengo una hermana gemela que se llama Àngela Greenwood.

Alta, delgada, pelirroja y ojos verdes así era yo. Siendo pelirroja y viviendo en una sociedad dirigida por la Santa Inquisición y la Iglesia, no puede ser bueno. Por eso siempre vestía con vestidos y capas largas, normalmente, de colores oscuros para poder camuflarme.

Mi hermana era todo el contrario a mí, alta, delgada, cabello negro y ojos azules.

Nacimos en una pequeña cabaña de un pueblecito, donde vivimos hasta mudarnos a una casa más grande.

No puedo explicar gran cosa de mis padres porque nos abandonaron. Lo único que sé es que mi padre era muggle y mi madre era bruja, así que yo soy de descendencia mágica.

Nuestra abuela nos adoptó para criarnos como sus propias hijas.

La mujer era vieja y adorable, pero dominaba la magia negra como nadie lo había hecho nunca. Nos enseñó a volar por la vida como una pluma con el viento. También nos enseñó algunos conjuros, pero no podían ser mostrados bajo ningún concepto porque la gente del pueblo nos podría descubrir y delatarnos con graves consecuencias que no se pueden resolver con dinero sino con la muerte por herejía.

Los años fueron pasando, y nosotras acompañábamos a nuestra abuela por las casas, haciendo sus visitas habituales, llevaba remedios para curar enfermedades, los ayudaba con las heridas, les sacaba los maleficios, les daba hechizos para que la cosecha fuera abundante. 

Todo esto con la complicidad de la gente del pueblo, que lo encontraba normal, puesto que siempre lo había hecho.

¡Hola peña!


Este capítulo es un poco de descripción de los personajes, así sabéis como es Sage ;)

Bueno... no soy muy buena escribiendo estas cosas, lo siento

¡Adiós peña!