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Fuga


Lan WangJi reflexionó sobre su impulsivo actuar. Sin embargo, era bastante tarde para arrepentimientos.

Lan WangJi siempre se caracterizó por la prudencia y la sensatez. Cuando su hermano se acercó una tarde señalando que fue imposible disuadir a su tío de arreglar un matrimonio ventajoso para una posible unión con un mago de primera clase, entró en pánico. Lo que a su vez la forzó a tomar la decisión de correr hacía el mundo humano una primera y última vez antes de ser forzada al lado de un desconocido.

En ansias de conocer la libertad de la que sería despojada pronto, se permitió satisfacer un deseo infantil de aventura.

Lo que le trajo a su presente. En una situación poco excitable y apenas soportable.

Tenía hambre y frío; perdida y muy sucia.

Lo más angustiante de todo fue que estaba atascada en su forma animal.

Los bloqueos eran poco comunes, aunque ocurrían en relación al estado mental del cambiaformas.

Ya habían transcurrido algunas semanas desde que abandonó las fronteras de Gusu. Extraviada en algún bosque encantado, en los límites bajo la protección del reino Jiang.

Cuando WangJi escapó de las protecciones del palacio de jade para ver el mundo, terminó sumida en un ataque de ansiedad. Lo que le obligó a correr en pro de preservar su vida.

Su primera parada fue Caiyi, un poblado rico en cascadas heladas y lagos llenos de náyades. Donde, pese al título de 'el poblado bajo un reino sobre las nubes' no albergaba a demasiados magos, y en su mayoría habitó la gente común. Los pobladores realizaron actividades ordinarias, lo que fascinó el interés silencioso de Lan Zhan.

Vagó por los mercados, y disfrutó del vistazo de la vida civil. Pero, a pasos fue reconocida, vista con curiosidad, e incluso se apartaron de su lado como si fuese divina. De hecho sus ropajes destacaron por el blanco inmaculado, en perla, hilo de plata, nácar, velos y transparencias tejidas mediante encantamientos.

Una vez lejos de la conglomeración, adoptó su forma animal. Hubo un listón blanco y enorme en su cuello, el cual había sido atado por su hermano mayor. Pese al camuflaje, se distinguió como un animal refinado de familia importante, pero fue menos llamativo que su apariencia habitual.

Se permitió caminar por los tejados y andar en los muros altos. Vio el mundo desde los ojos curiosos de un gato y se maravilló.

'Me gustaría conocer más de este mundo extraño', pensó.

WangJi que estaba acostumbrada a la vida de gato doméstico, no dimensionó lo amargo del mundo mortal. Los hombres fueron soeces en su lenguaje, injustos los unos con los otros. Crueles e incluso amenazantes con ella.

¡Habían asumido que Lan WangJi era una ladrona de pescado!

No prestó atención a la dirección en la que se dirigía en su huida, pues un pueblerino desagradable lanzó a su perro para que le persiguiesen por el mercado.

Lan Zhan fue forzada a la conglomeración; y las personas en el mercado estuvieron cerca de pisarla, incluso de herida.

Trato de mantener la compostura.

Aunque, al ser consciente del atasco en su forma se abrumó.

Una manada de perros salvajes trató de alcanzarla, lo que la forzó a huir lejos de sus tierras.

Los atascos no eran nada nuevo en los de su tipo. Al momento en que WangJi se abrumaba tomaba la forma de un gato. En esos casos, su hermano mayor le mimaría hasta que estuviera mejor.

Pero verse desanimada no podía compararse con el pánico y la preocupación que se acrecentaba en su interior. Normalmente tenía un control excelso en su cambio; al estar sola e indefensa, su habilidad falló. Y, sin poderes mágicos quedó a la merced de depredadores, hombres crueles o bestias de todo tipo.

Fue entonces cuando decidió buscar a una bruja para que le ayudará. Después de todo, las brujas eran buenas. En especial aquellas brujas de aquelarres en contacto con la naturaleza.

Su madre solía hablar de brujas apartadas del poder y la extravagancia. Lejos de la etiqueta y la rigurosidad de las reglas familiares, quienes vivían como poseedoras de magia antigua, con vidas sencillas y obrando por el mero placer que implicaba el uso de la magia. Más como una conexión con la naturaleza y menos como una disciplina a memorizar de una academia mágica.

La madre de Lan WangJi había elogiado a dichas brujas como benignas y magnánimas. Con una opinión tan buena, Lan WangJi decidió emprender un nuevo viaje.

Desafortunadamente, su búsqueda había resultado infructuosa.

Ahora yacía perdida en un bosque lejano. Obligada a anidar en un viejo sauce con raices sobresalientes del suelo.

Desde su refugio vio a un grupo de brujas de un aquelarre en particular. Sus túnicas y sombreros tenían detalles en púrpura, con campanas en plata y diseños exquisitos bordados a mano.

Las mujeres jóvenes, apenas salidas de la adolescencia, actuaron como un grupo de matonas sin perder la postura digna, lo que enfureció a Lan WangJi. Sus risas chirriantes y joviales se burlaron de una bruja en particular.

La mujer, algunos años mayor al grupo de feminas, vistió ropajes humildes en rojo y negro. Sin afiliación en su sombrero y un largo lazo rojo que adornaba su conjunto. Una de las jóvenes arrojó una esfera de luz, la cual estalló en la cara de la bruja. Esta fue lanzada al barro en un destello de chispas. Y si bien el golpe no pareció provocar heridas, si lastimó el corazón de cualquiera que viese la escena.

Le llamaron 'bruja maldita', 'mujer terrorifica' y 'espíritu demoníaco'. La joven no intentó levantarse, y tragó los insultos conteniendo la humedad en sus ojos.

Cuando una bruja en ropajes dorados preguntó por su escoba, otra mujer alegó entre risas "¿Acaso no lo sabes? Cuando la exiliaron del aquelarre al que pertenecía. La líder del gremio quebró su escoba por tener una naturaleza mágica ruin"

Lan WangJi se lamentó por la injusticia vista. Su corazón se estrujó por las palabras crueles. Sin embargo, la bruja humilde de listón rojo, comenzó a reírse. Libero una carcajada maníaca, llena de energía renovada, sin rastro de tristeza en sus ojos. Dio una burla que más tarde se convirtió en amenaza, e hizo que de la tierra se extendieran manos esqueléticas, sin carne en los huesos.

Las mujeres se aterraron al ser aprisionadas en sus tobillos. Chillaron, gritaron y golpearon el conjunto de huesos con sus escobas. No satisfecha, la bruja, que había sido humillada, siguió caminando en dirección del gentio, provocando que la oscuridad se espesara como receptáculos. Amenazó con una sonrisa, dijo: "Una bruja maldita, ¡Ah!... ¡No tienen ni idea!"

Aterrorizadas, las jóvenes tomaron sus escobas y huyeron.

Una vez sola, la sonrisa de la bruja se borró de sus bellas facciones.

Sacudió el polvo y la tierra de su conjunto. Recuperó su canasta y continuó su viaje en solitario.

Lan WangJi considero pedir ayuda a la bruja oscura. Sin embargo, la magia que invocaba a los muertos era de una naturaleza siniestra. Un tabú entre los grandes libros. Se decía que existió una vez un gran mago que dominó el sol, el cual levantaba ejército de muertos y arrojaba maldiciones a los inocentes por mera diversión. Esto provocó la persecución de los magos oscuros.

De hecho, algunas pocas brujas con dicha habilidad eran condenadas a muerte si eran inestables y potencialmente peligrosas.

WangJi meditó sus alternativas. Prefirió continuar en su búsqueda de una bruja de la naturaleza para que levantara el bloqueo sobre su forma.

Permaneció en su nido. Restringida, sucia e incómoda.

Cuando Lan WangJi no pudo más, comenzó a llorar.

La lluvia cayó por la tarde, y el frío fue hostil al punto de helar los huesos. Desafortunadamente, le fue imposible buscar un mejor refugio.

Era tarde y los animales salvajes salían a cazar con la caída del sol. WangJi no tenía instintos animales, más allá de unos pocos con su forma felina. Era vulnerable, por ello había permanecido en un ovillo dentro de las raíces que tomó por guarida.

Al instante en que su madriguera comenzó a inundarse, Lan Zhan luchó por su vida. Nadó fuera del estancamiento el agua y se enfrentó al hostil exterior.

Sin embargo, fue descuidada. A su lado se hizo una presencia cual sombra de muerte. Al reconocer de qué se trataba, vio la forma de la bruja humilde. Quien, pese a estar empapada, se mostró curiosa y conmovida de su apariencia desgraciada.

"Mira eso, ¿Por qué estás aquí? ¿Te has perdido?"

Lan Zhan luchó por escapar del agarre, pero su pelaje estaba húmedo y temblaba con gran intensidad. "Estaba en una cacería nocturna por hongos luminiscentes y raíces de sauce muerto. ¡Ha sido una gran coincidencia que estuvieras aquí!"

La sonrisa de la mujer fue pura, como un manantial claro. Por lo que Lan WangJi dejó de lanzar las garras por un minuto. Al serenarse, trató de colocarla en sus brazos. "Hace frío, ¿no?"

La bruja, la enrolló en la tela de una bufanda a punto de lana roja, y la acunó. El toque le recordó a su madre. Ella también solía acunarle como un pequeño cachorro. Antes de que WangJi se desmayara de agotamiento, la mujer dijo "Vamos a mí casa, te calentaré cerca de la chimenea. Tengo un cojín muy cómodo que podría gustarte"

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