-05-

∆ Une histoire d'amour ∆

—KARTER—
—BROWNBEAR—

Los libros son mi pasión.

Los mundos atrapados entre el papel productos de la imaginación de otra persona son simplemente mi deleite de todos los días.

He aprendido tantas cosas gracias a ellos, gracias a esos mundos llenos de locura, diversión, a veces perversión, demencia.

Todas esas pequeñas sensaciones que me provocaron me sirvieron para ahogar mi realidad.

Por eso es que estoy tan agradecido. Por agregar color a mi mundo de grises. 

Suelto el hermoso libro en mis manos, es de esos libros de drama, acción, cotorreo, picardía, una cucharada de sexo Y una pizca de comedia. Mis convicciones favoritas para pasar horas y horas leyendo.

Dios, ¿Cómo es posible que la mente de un desconocido sea tan adictiva?

Por desgracia, ya no tenía tiempo para leer. Tantos libros y tan poco tiempo. Eso si que es cruel.

Hoy tenía planeado arreglar el desastre de librero que tenía en mi habitación, la mayoría de mis libros estaban tirados por el suelo, según yo los iba a arreglar despues, pero ese ese después nunca existió.

Le di un largo sorbo a mi bebida helada y me dispuse a acomodar toda las cosas que mi abuelo Frederick me había regalado para acomodar en mi librero.

Escultura de la cabeza de David de Miguel Ángel, una de la Venus de Milo y demás figuras artísticas de cerámica. Un globo terráqueo de colores cálidos, y algunos "juguetes" de algunas series que veo en mis tiempos libres, cuando estoy de buen humor.

Aquí hace un calor infernal, estoy en sin camiseta y aún así siento como su me derritiera. Amo el verano, pero a veces el calor infernal de la época no es tanto de mis favoritos.

Una vez terminado mi trabajo, me quite los pantalones de pijama y me dirigí al baño, a tomar una larga ducha de agua fría.

Se siente tan relajante como el agua navega por todo mi cuerpo, amo está sensación de calma y de paz en estado puro que la agua me da.

Ésto también dura poco tiempo, claro está.

Salgo de mi hermoso paraíso y busco algo decente para este calor tan infernal. Escojo una camiseta blanca de Queen Que muestra los laterales de mi torso y unos shorts negros de mezclilla, algo rasgados. Cepillo mi cabello hacia atrás para que seque y me pongo unos zapatos blancos. Me pongo un brazalete de plata y mis anillos habituales.

Salgo de mi "refugio" y bajo las escaleras, camino hasta la cocina para prepararme algo rico de comer. Vi el tutorial de un señora para hacer unas fajitas crugientes con Doritos, veré qué tan bien sale eso.

Abro el refrigerador y saco un jugo de caja para beber mientras cocino, busque las fajitas y las saque, luego busque una bolsa de Doritos.

Sin embargo, en mi proceso de espera para que las fajitas de descongelen escuché como alguien la daba un portazo a uno de los cuartos superiores de la casa. Por el sonido de los tacones supe que era mi madre.

Mechones de su cabello rubio caían perfectamente en su rostro. Tensaba los puños y la mandíbula. Estaba enojada. Quizás por alguna pelea con mi padre, o algún altercado en la empresa. Pero a decir verdad, siento que es la primera suposicion.

Sus bonitos y perfectos ojos azules marinos caen sobre mí, brillando de rabia. Sus finas cejas se relajan un poco, desapareciendo el mayor rastro de enojo en su rostro.

Yo levantó mi mano para saludarla, hago el intento de una sonrisa. Ella me sonríe, y se acerca a mí.

—¿Que haces, Nounours?—Me pregunta, muestras camina más a mí. Su acento francés se hace notar un poco camuflandose en su acento inglés.

—Una locura de internet.—Respondo.

Ella mira mis ingredientes y sonríe de lado no tan convencida de lo que estoy intentando hacer.

—¿Estás seguro de querer combinar Doritos con pollo y luego freírlo?—Me cuestiona, tratando de desarmar mi plan.

—A mis arterias podrían gustarles.

Se muerde los labios, asintiendo ante mis locuras y las boberías que a veces salen de mi boca.

La curiosidad me llama.—¿Problemas en el paraíso?

Ella me mira con algo de sorpresa, suspira y bebe de mi jugo.—Sí. ¿No quieres que comamos algo afuera? No quiero estar en casa ahorita.

La entiendo. Mi padre es un hombre de un carácter fuerte y dominante, estar con él debe de ser algo difícil.

Vuelvo a poner todos mis ingredientes dónde estaban para poder ir con ella a dar una vuelta y buscar algo de comer.

Cuando terminó, le hago una señal de que nos vayamos.

Ella me repara de pies a cabeza.—Karter Brownbear, si quieres enseñar los músculos de tu torso. ¡Mejor quédate sin camisa, esa nada logra taparte!

Típico regaño de mamá.

—Ve y ponte una que sea más "completa".

Ruedo los ojos y hago lo que ella me pide. Subo a mi habitación y busco en mi closet una camiseta que sea "aceptada" por mi mamá. Elijo una camiseta de botones blanca con el estampado de pececitos Koi's al estilo de un dibujo japonés. Vuelvo a salir de la habitación y bajo las escaleras.

Ella se puso sus grandes gafas de sol, mientras sostenia las llaves de su auto convertible.

—¿Ves? Tienes mejor ropa, pero siempre te pones los mismos trapos.—Se sigue quejando.

—Aunque usará los peores harapos, siempre me vería hermoso.—Afirmo con arrogancia.

Ella me sonríe.—Por desgracia, tienes razón. Pero lo que tienes de hermoso, lo tienes de arrogante.

Ahora yo le sonrió.—Es mi mayor virtud, señora Roux.

—Y te lo creo.—Dice, para que empecemos a avanzar a su auto.

Nos subimos al hermoso convertible de color negro, nos subimos al mismo tiempo y ella manejo hasta salir a la calle.

En realidad yo no tenía no la mínima idea de a dónde íbamos, pero yo estaba aquí, sentado en el lado del copiloto viendo cómo conduce.

Mi mamá es muy linda, y no lo digo por qué sea mi madre, lo dicen sus tres títulos en concursos de bellaza. Desde pequeña perteneció a ese mundo de vanidad. Estoy más que seguro, que le hubiera gusta tener una niña para meterla en ese mundo también.

Pero, como decía, ella es hermosa. Sus llamativos ojos azul marino destacan en su cara, al igual que su bien formadas cejas cafés. Su sedoso cabello rubio que siempre luce tan perfecto. Ella es naturalmente hermosa, y eso la hace aún más perfecta. A pesar de ir por su cuarta década, ella se mira tan jóven.

Ella es dulce, amable, tranquila...

Pegamos un frenazo ya que en la autopista un gran idiota con una camioneta se le metió en el camino al auto.

—¡Idiota! ¿¡Dónde mierdas te enseñaron a manejar!? Nique ta mere!

—¡Mediquese, señora!—Grita el gran imbécil.

—Oh, Va te faire foutre!

Mi hermosa madre le empieza a gritar groserías al tipo de la camioneta en frances. Toma el volte con fuerza, repirando con pesades.

Yo no digo nada, solo río por lo bajo ya que si me hizo un poco de gracia la reacción de mi mamá.

Delicada como una flor.

—Hazme el favor de no decir esas palabras, ¿Ok?

—Ok.

Nos relajamos un poco, y nos ponemos a escuchar musica mientras mamá busca en qué lugar se siente lo suficientemente bien como para comer.

We're not gonna take it empieza a retumbar por los altavoces del vehículo.

Yo empiezo a cantar con emoción, ya que si me gusta esa canción. Pero si yo estaba emocionado por la canción, mi mamá lo estaba aún más.

—We're not gonna take it,
Oh no, we ain't gonna take it,
We're not gonna take it anymore.—Canta ella a todo pulmón.

Cantar es liberador, ella me enseñó eso. Cantar es muy liberador para el alma, para el espíritu y para la mente.

«No importa que tan feo cantes, o lo loco que piensen los demás que estás, tu canta que el alma te lo agradecerá.»

Eso es lo que ella siempre decía.

Al acabar la canción, ella se queda con una gran sonrisa de oreja a oreja. Quizás si tenía bastante razón al decir que el cantar es bastante liberador.

—¿Recuerdas el cuento que siempre te contaba cuando eras niño?—Habla.

Mi mente no carga esa información.—¿Cuál de todos?

—¿Quieres que vuelva a contartelo?

—Por favor.

—Era, hace una vez, un castillo enorme de cristal. En el castillo, habitaba una pequeña y gentil princesa. Sus ojos eran de diamantes, labios de zafiros, cabello de ámbar. Ella vivía en su propio mundo, presa de la imaginación de algún día salir del castillo, la vaga ilucion de enamorarse de alguien real y no de una idea como los que aparecían en lo libros de su biblioteca. Un día, viendo a través de la ventana de su alcoba, puedo notar que en unapequeña casita de madera se encontraba un pequeño títere abandonado... Ella tenía curiosidad de lo que habria pasado con el pobre títere, más que la luna también insistía en que fuera hasta él. Necia y decidida, huyó para irlo encontrar. Bajo la luna, sobre el mar, ella decidida iba llevada de la curiosidad. Sin que nadie se diera cuenta burlo la seguridad del castillo y lo busco en su casita de madera. Al encontrarlo, teniéndolo cara a cara, la luna los iluminó, causando así que que el títere hecho de otros pedazos de tela cobrará vida. ¿Recuerdas lo que pasó con el títere?

—Él ya no tenía ni un gramo de amor, por eso estaba tan abandonado. La luna le dijo: "Yo encontraré quien te ame, sabrás lo que es ser amado y jamás te faltará el amor."—Digo, recordando las palabras de mi mamá.

—La princesa estaba decidida en amarlo. Él tenía algo, algo que capturaba la atención tan distinta de ella. Algunos decían que era un amargado de lo peor, que nunca conocería el amor.—Ella concluye.

Ella sonríe, como si recordará algo. No le presto tanta atención, y vuelvo a maquinar las palabras de ese viejo cuento.

—¿No crees que ambos estaban siendo dependientes el uno del otro?—Pienso en voz alta.

—Ambos se necesitaban. De una manera u otra, ellos eran lo que más necesitaban en esos momentos de su vida.—Contesta ella.

—¿Por qué se necesitaban?

Mi madre suspira.—Ninguno de los dos era feliz. Ni ella teniendo su enorme castillo, ni él teniendo "la vida resuelta" como pensaban los demás.

Reí para mí mismo.—¿Por qué el tendría la vida resuelta?

—Por que nunca se había enamorado. No enamorarse es una gran virtud, Karter.

—¿Por qué?—Pregunto con más curiosidad.

—Sonará cliché, pero enamórate te hace débil. Entregar tanto a una persona, darle todo de ti. Eso es peligroso. Le estás dejando las puertas abiertas para que te destruyan.

—Entonces, ¿Nunca debo de enamorarme?

—No, no estoy diciendo eso. Solo que debes ver bien de quién te enamoras. Porque esa persona tiene muchas formas de destruirte y se puede divertir con cada una de ellas. Piénsalo bien, antes de entregarle tu corazón.

!! ━―━―━(･ω･)━―━―━― !!

N O T A   D E   A U T O R A:

Hola, fantasmas! :D

Hoy les traje un hermoso y bonito capitulo.

Personalmente, la mamá de Karter me agrada mucho. Talvez su decesion de quedarse con Xavier no fue la mejor pero bueno. Quien somos nosotros para juzgar.

Nounours: Osito

Nique ta mere!: Que jodan a tu madre!

Va te faire foutre!: Bésame el trasero!

Ya saben dos insultos en francés.

Se me cuidan.

Beban awita y nunca dejen de sonreír!

—K.