-01-
•Ma Famille•
—KARTER—
— BROWNBEAR—
¿Aún me recuerda?
Espero que sí, porque soy una personalidad difícil de olvidar.
Me sentiré muy mal si llegaron a olvidarme. Aunque, eso es imposible, yo soy inolvidable.
Cómo sea, tomen asiento pequeñas cabecitas curiosas, está es la historia antes de la historia. Prometo que reiran.
Empecemos con ésto.
[...]
—¡Baila conmigo, Kamala!
—Papá, no se bailar.
—Vamos, yo te enseñaré.
—¡Baila con nosotros, Kamala!
Puedo escuchar a mi tío Fred, a Kamala y a mi madre hablar, mientras Selena se escucha en el fondo.
Llevan así toda la mañana. No solo ellos, también, Emily, mi abuelo Frederick y mi abuela Emilia.
Me siento en mi cama, veo el reloj de luces led blancas que iluminaban mi mesita de noche y puedo notar que son las 02:30 de la tarde. No acabo de despertar, solo no quiero salir de mi habitación.
Hoy es uno de eso hermosos días en los que no quiero una mierda con la sociedad.
Prefiero odiarme a mí, aquí encerrado en mi cueva. Que odiar a todos los demás, allá afuera.
Hice algo, o más bien, mucho de ejercicio, leí algunos libros pequeños que tenía por ahí y escribí algunas notas sobre ellos en mi libreta de apuntes, pase un pequeño rato en esa páginas profundas de internet. Nada importante, nada relevante, ni nada que me dé gusto detallar.
Quizás deba salir. Dejar de huirle a la sociedad, o mejor dicho, a mi familia.
Me bañé, busque algo de ropa en mi closet. Me puse una sudadera ancha de color beige y unos pantalones blancos, junto con unos viejos converse que siempre usaba cuando estaba en casa.
Las sudaderas no son lo mejor para el verano, pero ¿Que puedo decir?
Mi madre odia los tatuajes en mis brazos, ella los mira como si me hubiera tatuado todo el cuerpo, pero en realidad solo tengo como dos en cada uno.
Y también, me suele gustar vestir elegante para odiar mi existencia, lo sé, a veces soy muy extraño, y quizás, un completo loco.
Salí de mi habitación, baje las largas escaleras que daban a la sala y los puede ver ahí. Toda mi familia, bailando y siendo felices a si manera.
Ese candor en mi pecho de saber que tengo una familia y que todo está "bien" en mi vida me llena por completo. Verlos sonreí, es hasta ahora, lo mejor en mi vida.
En cambio, mi Padre, Xavier, no está en la sala con ellos. Al parecer yo no fui el único que no deseo salir de su habitación hoy.
La primera en notar mi presencia es la pequeña Kamala, mi mejor amiga prácticamente desde que nació. Es la niña de mis ojos y la luz de mi alma.
Corre hacía mí y salta sobre mi humanidad, se cuelga de mi cuello y yo la levanto del suelo. Cargarla ha Sido muy fácil para mí ya que es una niña muy liviana y demasiado fácil de cargar.
—Hola, osito Karter.—Ella nota mi expresión no tan feliz.—Gruñeme.
Dios, ese apodo lo odio, lo odio con toda mi amargada alma. Sin embargo, amo que lo diga. Ella me lo puso desde que tenía unos cuatro años, talvez, desde que aprendió a hablar.
Ella podrá tener unos 50 años, pero su "osito Karter" siempre estará para ella, Gruñendole y cargándola.
—Hola, Mala.—Le respondo con una sonrisa y un pequeño gruñido. Uso ese juego de palabras cuando quiero molestarla.
Me dirijo a dónde está mi madre para darle un gran beso en la frente.
—Wow, alguien decidió salir de su invernadero.—Emily se mete entre nosotros.
Me giro hacia ella con Kamala en brazos.—Percibí el olor a chiles rellenos y no puede evitar venir.
Ella ahoga una risa.—¿Siempre piensas con el estómago?
Esbozo una sonrisa engreída.—Probablemente.
—Hablas como si no te hubiera tragado cuatro chiles rellenos, Emily glotona Brownbear.—Se burla mi tío Fred.
—Oh, perdón, "Señor dieta" que solo come un chile el reto en frutas.
—Ambos dejen de pelear, parecen niños pequeños.—Los regaña mi abuelo.
—Déjalos, Cariño. Ellos son así.—Ahora es mi abuela la que se pone entre su plática.
Emily y Fred se sacan la lengua como niños pequeños, tienen 20 y 35 años, pero eso no les impide pelearse como la primera vez.
Mi madre se para junto a Fred, poniendo su brazo sobre su hombro.—Es cierto, señor B, ellos jamás cambiarán.
Fred gira su rostro en dirección a mi madre, se miran a los ojos unos segundos y él le saca la lengua de una manera graciosa. Ella le golpea el hombro, mientras se ríe.
Mi madre y el tío Fred se llevan súper bien, son mejores amigos desde que tenían unos 16 años, se han vuelto inseparables desde entonces.
La música vuelve a sonar, ahora es un ritmo salsero. Fred le ofrece la mano a mi madre y empiezan a bailar. Yo dejo a Kamala en suelo y empieza a bailar con Emily, mi abuelo Frederick y mi abuela Emily empeza a bailar igual.
Yo soy el único que no baila y va a la cocina por su rica comida.
Los ojos de Emily me lanzan un 'Glotón amargado'.
Para yo responderle con mi hermosa mirada de 'Solo tienes envidia'.
Me siento en el desayunador para deborar el exquisito plato que mi abuela preparo. Pesados pasos se escuchan por las escaleras, mi vista viaja hacia el causante de los ruidos.
Es mi padre, con esa cara de pocos amigos que lo distingue tan bien.
Al parecer éste día no solo yo quise odiar a todo el mundo. Sin embargo, en él es completamente natural.
No saluda a absolutamente nadie, solo se dirige a cocina y se sirve el mismo platillo que yo me serví. Se pone a mi lado, sigue sin saludar ni nada parecido, solo come siendole indiferente a todo lo que pasa a su alrededor.
Resulta que todos le restan importancia a la precencia de mi padre, todo menos yo, lo miro de una manera disimulada.
Se me hace tan curioso como actúa, como se moviliza entre nosostros siendo tan frío y tan poco demostrativo.
Si yo soy un gruñón, él lleva el cartel de 'No, cielo. El rey de los gruñones aquí, soy yo.'
Xavier Brownbear intimida hasta cuando respira. Sus ojos cafés oscuro, con esa rara tonalidad verdosa que se camuflan entre el negro de su iris, le da esa mirada de severo terror, ese profundo aire de amenaza. Y sus cejas gruesas no ayudan en lo absoluto.
En cierto punto, siento que ambos nos parecemos. Pero es un punto muy alejado de lo que soy yo y de lo que es él.
En una mirada rápida, puedo ver cómo observa a mi madre bailando con el tío Fred. Su mirada, el brillo de celos danza sobre esa mirada.
Mi madre parece notarlo, le sonríe a Fred y paran de bailar. Mi madre le hace una mirada desafiante a mi padre, y se va se la sala hacia las escaleras. Mi padre suspira pasado y vuelve a comer.
Mis padres tienen un carácter bastante fuerte. Mi padre es enojón, y mi madre es desafiante. No sé cómo ambos acabaron juntos, pero bueno.
—¡Baila con nosotros, Karter!—Me piede Kamala.
—Ven, baila conmigo.—Dice mi abuela, extendiendo su mano hacia mí.
Yo pongo mi mano en el estómago.—Acabo de comer, podría vomitar.—Hago un poco de drama.
—¡Oh, vamos!—Mi abuela sigue insistiendo.
—Haz lo que te pide tu abuela.—Mi padre habla con esa fría voz congelante.
Sus órdenes, el tono de voz, sus palabras suelen molestarme bastante. No quiero sonar frágil, pero sus palabras suelen atacar bastante mi orgullo, mi autoestima y mi automotivacion.
De manera callada, me levanto de mi silla y tomo las manos de mi abuela para bailar con ella.
Emilia Marquez, alias "La mexicanita", mi abuela. Una mujer fuerte y muy dominante, una mujer guerrera que siempre es desafiante. Inteligente, activa y sobre todo muy audaz.
Emilia se destaca por tener un carácter bastante fuerte pero también juguetón. Su carácter no es dócil, ni mucho menos. Pero es una persona que por lo general es tranquila. Tiene un semblante bastante distinguido y elegante.
Sus intensos ojos avellanados con ese toque en verde que es bastante visible, los hace ser la trampa de la curiosidad absoluta. Su relajada sonrisa es bastante llamativa. A pesar de estar es un edad conciderable, ella baila y se divierte como si fuese la flor de su juventud.
Y nuestra pieza de salsa lo está demostrando a la perfección.
Ya no me concentro en ella, si no en mi abuelo. Frederick Brownbear, en casi similar a mi abuela, pero siempre habrán algunas diferencias.
Él tiene el cabello rubio, algo desvanecido por la edad, sus ojos tienen un profundo azul. Su semblante también suele ser algo serio, pero una vez lo llegas a conocer es súper divertido.
Es un hombre con un temperamento bastante dominante, su inteligencia también es muy envidiable. Y su colección de libros también.
Es el típico hombre británico que leé y toma té por las tardes en su gran jardín delantero.
Luego, mi mirada cae sobre mi tío Fred. Frederick Jr. Brownbear, es bastante parecido a mi abuelo físicamente, un cabello rubio cenizo y unos profundo ojos azules. Lo que heredó de mi abuela, sin duda, fue el encanto natural y su facilidad para hablar de cualquier tema.
Él es como un padre para mí, tiene mi respeto y total admiración.
Después, a un lado de él, puedo apreciar a Emily. Emily es la menor de los tres hermanos, su cabello es castaño claro y sus ojos son azules con algo de verde. Su semblante a veces es rudo, otras veces es juguetón. Es la mejor "combinación" entra mis abuelos.
También está Kamala, pero Kamala es Kamala. Una niña risueña de pensamientos locos, simpre audaz, nunca tímida. Es la pequeña niña que hace a mi corazón derretir en dulzura.
Y por último, pero no menos relevante, es mi madre. Jenna Roux, una mujer extremadamente hermosa, con los ojos azul cielo, su cabello rubio perfectamente acomodado, con un carisma que sin duda puede llegar a enamorar a cualquiera.
Aquí mi hermosa familia. Bailando salsa en el salón principal de su casa. Eso me hace pensar en lo diferentes que podemos llega a ser, y en lo muy parecido que a veces nos llegamos a comportar.
No sé cómo nos llegamos a soportar.
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¡Hey, gente hermosa!
Nuevo capítulo, de un nuevo giro para la historia de los Brownbears y de Karter también.
¡Ciao!
—K.
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