c i n c u e n t a y u n o
—¿Entonces no han terminado? —se quejó Jessica.
Louisa se encogió de hombros.
—No... Creo que se podría decir que aún no.
Jessica suspiró.
—Tómate tu tiempo —acabó por decir—. Sé que ya lo sabes pero no puedes estar así, Lou, cuando las cosas van mal con uno corres a los brazos del otro y viceversa. No puedes alejarte sólo porque las cosas se pusieron difíciles, las relaciones son así: difíciles. Tienen momentos buenos y malos pero nos quedamos, nos quedamos porque amamos y queremos resolverlo. Y si no quieres quedarte a resolverlo quizá sea porque no lo amas, no como tanto te empeñas en creer.
La castaña asintió y sintió cómo le faltaba el aire, todo eso ya lo sabía pero no era lo mismo escucharlo en voz alta y de la boca de otra persona.
—Lo sé... es sólo que me da tanto miedo —murmuró, intentando no llorar.
Jessica le sonrió levemente y le apretó la mano.
—Las mejores decisiones siempre lo causan.
• • •
Caminó junto a Bella, a quien la inmortalidad le sentaba bastante bien, incluso parecía haber adquirido algo de vida, lo cual era irónico ya que, técnicamente, estaba muerta.
Había comenzado a pasear con Bella desde que se había transformado, ya que la chica necesitaba aprender a controlar su sed de sangre y Louisa era ideal para ello, no podía herirla ni aunque se lo propusiera.
—¿Cómo estás? —preguntó Bella al cabo de un rato en silencio.
Louisa sonrió lo mejor que pudo, sabiendo que no conseguía engañar a nadie.
—Bien... Algo distraída, es todo. ¿Qué hay de ti?
La castaña observó a Bella, quien se veía radiante, incluso sonrió.
—Me siento increíble —admitió—. Por primera vez en mi vida soy feliz.
Louisa sonrió, le alegraba que la chica fuera feliz. Nunca habían vuelto a ser tan amigas como al principio, cuando se habían conocido; sin embargo, se llevaban bastante bien.
—¿Has visto a Paul últimamente? —acabó por preguntar Bella, Louisa sabía que llevaba rato queriendo hacer esa pregunta.
Negó.
—No he sabido nada de él.
Bella asintió.
—Es mejor así, ¿no crees?
Louisa se contuvo de responder con sinceridad.
—Sí, supongo que sí —murmuró, sabiendo que mentía.
La chica le apretó el hombro levemente intentando consolarla y Louisa estuvo a punto de soltar un gemido de dolor, Bella tenía demasiada fuerza.
—Lo siento, aún no lo controlo... —se disculpó.
Louisa sonrió levemente, intentando tranquilizarla.
—No hay cuidado, debe ser difícil.
—Bastante, ya lo verás.
La castaña frunció el ceño, ella no podía convertirse en un vampiro y tampoco quería hacerlo. Le parecía extraño no desearlo tanto como Bella lo había hecho, realmente había rogado por su transformación y no lo logró hasta que se encontró con la muerte cara a cara. Seguramente Edward le habría seguido dando largas, de no ser por Renesmee.
Decidió ignorar el comentario de Bella, no estaba segura de querer saber de qué hablaba.
Caminaron un rato más, en algunos momentos Bella la dejaba y utilizaba su velocidad sobrenatural para recorrer el bosque, Louisa simplemente seguía avanzando, sabiendo que la chica no tardaría en aparecer a su lado.
Llegaron a casa de los Cullen, donde Emmett las esperaba con una sonrisa.
—¿Qué tal el paseo?
Bella sonrió y Louisa simplemente se encogió de hombros, había estado bien. Sólo eso.
—Venga, Louisa, Jasper está esperándote.
La chica asintió y entró a la casa en busca de Jasper, quien parecía no estar por ningún lado. Tampoco había rastro de ninguno de los Cullen, había algo muy mal en todo eso, estaba segura; no dudaba de que hubieran planeado algo, casi podía asegurarlo.
Intentó borrarse el pensamiento de la cabeza, seguro eran sus paranoias, sí, eso debía ser.
Se sentó en la sala, recordando los días que había pasado ahí junto a Bella, costaba creer que apenas hubieran pasado unos pocos meses. Era como si hubieran intercambiado a la chica que conoció alguna vez, incluso físicamente las recordaba distintas.
Le resultaba sorprendente lo mucho que podía cambiar una persona en tan poco tiempo, tal como ella misma había hecho. Un año atrás jamás hubiera imaginado nada de lo que había ocurrido, su mundo había cambiado y continuaba haciéndolo. Muchas veces se preguntaba si cambiaría algo, si le dieran la oportunidad, ¿no preferiría una vida normal? ¿Tener problemas normales tal como Jessica o Angela? ¿Sufrir por un chico que no tuviera nada sobrenatural?
Suspiró. Muchas veces sí llegaba a desearlo, no conocer nada de ese mundo, que ni vampiros ni lobos hubieran existido nunca en su vida. Probablemente sus padres aún seguirían vivos y viviría una vida normal, pero nunca hubiera conocido a los Cullen, sólo de vista, ni tampoco a la manada, seguramente tampoco se llevaría bien con Marianne. Su mundo estaba de cabeza gracias a ellos, pero era eso: su mundo.
—Louisa —la llamó Jasper sacándola de su trance.
Iba vestido bastante elegante con una camisa negra y un pantalón del mismo color, además de un suéter gris. Casi sonrió al verlo.
—¿Cómo te fue con Bella? —preguntó el vampiro parándose frente a ella.
Louisa lo imitó, estar sentada así frente a Jasper daba una imagen completamente diferente de lo que estaba ocurriendo y tampoco podía mirarlo cuando hablaba sin tener que torcer el cuello.
—Bien, logramos conversar más que otras veces.
Jasper asintió y Louisa pudo notar lo nervioso que se encontraba, evadía su mirada y parecía vacilar antes de hablar.
—¿Qué te parece? Bella siendo vampiro, me refiero.
La castaña se encogió de hombros, había que reconocer que lucía bastante bien.
—Se ve bien —admitió—. Feliz.
—¿Y te gustaría? —preguntó Jasper mirándola.
Louisa abrió la boca sin saber qué decir.
—¿Te refieres a...?
—Ser un vampiro. Louisa, quiero que te cases conmigo.
Muchísimas gracias por leer, votar y comentar<33.
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