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c a t o r c e

Louisa despertó en la habitación de un hotel, habían llegado en la madrugada y al instante se había quedado dormida. Era una suite donde cabían los cuatro, Bella dormía en la cama de al lado con Alice junto a ella acariciándole el cabello. A Jasper lo habían dejado fuera, Louisa supuso que estaría viendo televisión o leyendo.

Lo primero que hizo al ponerse de pie fue ir a darse una ducha, disfrutó del agua caliente y terminando se vistió con unos pantalones de mezclilla y una playera blanca sin mangas. En Phoenix, a diferencia de Forks, el clima era en exceso caluroso.

Sonrió al ver a Jasper recostado en el sofá, tenía los ojos cerrados pero los abrió al sentir la presencia de Louisa.

—Buenos días —saludó la chica, tumbándose en el sofá junto a Jasper.

El rubio le besó los labios con suavidad, a Louisa le encantaba cómo se sentían los fríos labios de Jasper sobre ella, no podía evitar pensar que Jasper y ella eran un rompecabezas, uno que sólo funcionaba cuando estaban juntos.

—Pedí hot cakes de desayunar, ¿está bien? —le preguntó el rubio.

Louisa sonrió de oreja a oreja.

—Gracias, Jasper —dijo antes de besarlo en la comisura de los labios.

Mientras esperaban el desayuno se dedicaron a ver televisión, Jasper abrazaba a Louisa por la cintura mientras ella cerraba los ojos, realmente no le interesaba lo que estaban pasando en televisión, sólo quería disfrutar del contacto del rubio.

Alice no tardó de salir de la habitación con una expresión de susto en el rostro, al instante tomó una libreta y comenzó a dibujar.

Ambos se incorporaron y miraron a la vampira.

—¿Qué ves? —preguntó Jasper.

—El rastreador. Acaba de cambiar de rumbo.

—¿Hacia dónde va? —preguntó Bella apareciendo en la habitación.

—Un cuarto lleno de espejos.

La mirada de Alice estaba perdida mientras dibujaba, Louisa no podía evitar mirarla con curiosidad.

—Las visiones de Alice no siempre son precisas —dijo Bella caminando de un lado a otro.

—Ve el destino de la gente mientras siga en rumbo —aclaró Jasper—. Si cambian de opinión, la visión cambia.

—¿Así que ahora el rastreador va a un estudio de ballet?

—¿Has estado ahí? —preguntó Alice sin dejar de mirar a Bella.

—Tomé clases de pequeña. Mi escuela tenía un arco como ese.

—¿Estaba en Phoenix? —preguntó Jasper.

Bella asintió antes de responder el teléfono, Louisa supuso que debía ser Edward para avisarle que habían perdido el rastro de James.

• • •

—Iré con Alice a la recepción a avisar que debemos retirarnos —le dijo Jasper a Louisa—. Te veo abajo.

Se despidió con un beso en la mejilla y Louisa miró a Bella a su lado, la chica tenía la mirada clavada en el suelo. Louisa no estaba segura de poder decir nada que la hiciera sentir mejor.

Bella se puso de pie y salió de la habitación con Louisa pisándole los talones.

—Louisa, deja de seguirme —gruñó Bella, saliendo del hotel.

—Estás demente si piensas que voy a dejarte sola, Bella, mucho menos si harás lo que estoy pensando.

Ambas se subieron en un taxi, Louisa se sintió culpable por dejar a Jasper solo pero su amiga la necesitaba más en ese momento.

No intercambiaron una sola palabra durante todo el camino, Louisa simplemente le tomó la mano a Bella y se la apretó en señal de apoyo.

Tardaron un rato en llegar al estudio de ballet, Louisa sentía el corazón latiéndole con fuerza. Estaba por enfrentarse a un vampiro.

Ambas bajaron del taxi y dudaron antes de entrar.

—Louisa, no puedes venir conmigo... él me lo advirtió. Explícale a Edward por qué lo hice.

—Le vas a explicar tú después de que acaben con James.

Bella asintió y ambas entraron al lugar. Al principio estaba silencioso, podían escuchar su respiración agitada. El estudio tenía ventanas altas, dejando entrar la luz de la luna; quizá el lugar era bonito por el día pero estando oscuro lucía aterrador.

Al cabo de unos segundos escucharon la voz desesperada de una mujer, Louisa supuso que debía ser alguien especial para Bella, quizá su madre. No le había dicho cómo James había logrado llevarla hasta ahí.

—¿Bella? ¿Dónde estás, Bella?

—¿Mamá? —exclamó Bella, corriendo hacia el fondo del estudio.

Louisa se quedó justo donde estaba, observándola, dondequiera que estuviera James, era imposible que se percatara de la presencia de Louisa. Además de que el olor de la sangre de Bella probablemente haría que la de Louisa pasara desapercibida.

Louisa pudo ver cómo Bella abría el clóset y se encontraba con una televisión de donde provenía la voz de su madre. James la había engañado.

Escuchó la risa del vampiro proveniente de la parte alta del salón. Se tensó al escucharlo, estaba segura que el corazón estaba por salírsele del pecho.

Bella miraba confundida a todas partes, el reflejo del vampiro estaba en todos y cada uno de los espejos.

—Esa es mi parte favorita —dijo James sonriente—. Eras muy testaruda de pequeña, ¿no?

Bella tenía lágrimas en los ojos, Louisa simplemente la miraba incrédula, deseando que nada de eso estuviera ocurriendo.

James aprisionó a Bella contra la pared, oliéndole el cabello y pasándole la mano por el rostro. Louisa sintió el impulso de correr hacia ella y empujarlo pero se contuvo, estaban al otro lado del salón y James la vería llegar antes de que pudiera acercarse lo suficiente, sólo conseguiría que las mataran a ambas.

—Todo esto resultó tan fácil —susurró James—. Así que, para hacer las cosas más interesantes, voy a filmar nuestro encuentro. Encontré esto en tu casa, espero no te moleste —dijo mostrando la cámara de vídeo.

Bella evitaba el contacto visual con el vampiro pero éste le acercaba la cámara.

—¡Acción! Esto el partirá el corazón a Edward.

—¡Edward no tiene nada qué ver con esto! —exclamó Bella, con voz temblorosa, empujando al vampiro.

—Al contrario. Su enojo hará todo más interesante.

Bella le arrojó algo en la cara, Louisa creyó que debía ser gas pimienta y se lanzó a correr hacia la salida. Louisa se escondió detrás de una especie de armario, no quería que James la viera, no aún.

Bella apenas llegó a la mitad del estudio antes de que James la alcanzara y la arrojara contra una columna. El sonido del golpe fue terrible, Louisa se estremeció.

—Hermoso —dijo James acercándose a Bella—. Escogí bien mi lugar.

Tomó la mano de Bella.

—Qué pena que no tuvo el valor de convertirte, sólo eres una pequeña y frágil humana.

Apretó la pierna de Bella rompiéndole el hueso, las lágrimas escurrieron por las mejillas de Louisa al escuchar a su amiga gritar.

—¡Dile a Edward cuánto duele! ¡Dile! ¡Dile que se vengue!

—¡No, Edward, no!

—¡Dile! —volvió a gritar James.

Antes de que Bella pudiera responder, el vampiro salió arrojado hasta el otro lado de la habitación. Edward estaba ahí. Un suspiro de alivio salió de los labios de Louisa.

James tardó poco en recuperarse, tomó a Edward del cuello y lo estampó contra uno de los espejos.

—Estás solo porque eres más rápido que los demás —dijo James sin soltarlo—. Pero no más poderoso.

—Lo suficientemente poderoso para matarte.

Aventó a James contra una pared llena de espejos, que tronaron en seguida y tomó a Bella en brazos para huir. Pero James los detuvo, arrojándolos al suelo y haciendo que Bella se cortara con los trozos de espejo, en cambio Edward fue arrojado contra una ventana.

Louisa ahogó un grito al ver que James tomaba la muñeca de Bella, no pudo esperar más. Simplemente corrió hacia él, realmente no sabía qué esperaba que sucediera o qué pretendía hacer.

Empujó a James justo cuando éste estaba por morder a Bella. Al tocarlo el vampiro soltó un aullido de dolor, Louisa lo miró confundida, antes de que el rubio recuperara el control y la arrojara hasta el otro lado de la habitación.

Louisa no conseguía ver nada, todo se había convertido en una enorme mancha negra. Podía escuchar los gritos de Bella pero se escuchaban tan lejanos, como si no estuviera ahí y sólo fuera su imaginación.

Cuando consiguió enfocar la vista, vio cómo Edward estaba agachado junto a Bella, mordiéndola... ¡mordiéndola!

Se incorporó de golpe sintiendo un dolor agudo en la cabeza, era como si un centenar de agujas se le estuvieran clavando. Ni siquiera se percató de que Jasper estaba a su lado, simplemente corrió hacia Bella y jaló a Edward hacia atrás, quien no tardó en soltar un grito de dolor.

Carlisle la miró confuso pero asintió con la cabeza como agradecimiento.

Louisa no entendía nada, primero estaba esa habilidad suya de lastimar a los vampiros y después estaba todo lo que había ocurrido ese día: James, Bella sangrando, los Cullen quemando a James. Parecía un sueño, o mejor dicho, una pesadilla.

La atención de todos estaba en Bella, salvo por Jasper quien no tardó en llegar a su lado. Louisa lo miró, Jasper estaba tenso, sabía que la sangre lo molestaba; le tomó la mano buscando tranquilizarlo, Jasper intentó sonreír a su lado pero sólo consiguió hacer una mueca.

—Salgamos de aquí, Jasper —dijo Louisa con la voz cansada.

Jasper asintió y ambos salieron del estudio; la cabeza le explotaba, sentía que iba a desmayarse en cualquier momento. Sólo deseaba alejarse de ahí y dormir por horas.

—No vuelvas a hacerme eso, Louisa, no sabes la desesperación que viví. Temía... temía que te hubiera pasado algo.

Louisa miró a Jasper y le acarició el rastro.

—Estoy bien, Jasper, dejemos de pensar en eso.

El rubio asintió antes de besarla.

—No sabes cuánto te quiero —susurró el rubio.

—Mucho menos de lo que yo te quiero a ti, estoy segura.

Jasper negó con la cabeza, antes de ayudarla a subir al auto. Louisa suspiró, antes de ceder y dejarse envolver por la oscuridad.





Penúltimo capítulo, muchísimas gracias por sus votos y comentarios<33. Prometo actualizar el martes o miércoles.

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