Junho no sabía nada de Yohan en unas horas, no había contestado su mensaje desde el viernes, de todas formas Junho se encontraba en ese parque donde habían quedado de verse.

Pasaron los segundos, minutos e incluso horas, pero Junho tenía la esperanza de que Yohan llegara por atrás cubriendo sus ojos y dandole un ramo de flores y pidiendole perdón, se había imaginado muchos escenarios.

Pero cuando empezó a oscurecer es cuando empezó la preocupación.

Llamó y mando mensajes al pelinegro pero este nunca contesto y ni le llegaron los mensajes.

Pensó lo peor...¿Y si lo asaltaron? ¿Y si le pasó un accidente? No podía pensar con claridad, si algo le pasaba ¿Donde lo buscaba? ¿Con quien iba? ¿Que es lo que haría?

Se paró después de estar durante 2 horas y media sentado, intentó llamarlo de nuevo, sin embargo esta vez fue directo a buzón.

Empezó a temblar, sus piernas se congelaron, sus labios se secaron y la visión se le hizo borrosa, su corazón empezó a doler, solo pudo tratar de sobar su corazón, la respiración le falló y sin previo aviso cayó al suelo.

A pesar de su ataque su mente solo se enfocaba en una persona, Kim Yohan, ¿Donde estás?

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Junho despertó en su cama, el sol le daba en toda la cara, era obvio que había pasado un día completo, rápidamente buscó su celular para ver la hora, eran las 11:23 de la mañana, buscó algún mensaje de Yohan, alguna llamado, pero estaba vació.

¿Qué le pasó a Kim Yohan?

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Bajó las escaleras de su casa después de darse una ducha y cambiarse de ropa, fue por un vaso de agua, su garganta estaba demasiada seca.

Estaba por dar un trago de agua cuando una cabellera conocida se hizo presente.

—Creí que nunca despertarías, me estaba empezando a preocuparme- dijo recargándose en el marco de la puerta.

—¿Como demonios entraste en mi casa? Más importante ¿Que demonios haces en mi casa?- Junho dejo su vaso en la mesa para acercarse al pelirojo.

—Se dice gracias, te salve la vida, te encontré en medio del parque y te traje para tu casa, debes cambiar la contraseña- Dijo Eunsang como si fuera lo más común, incluso agarró el vaso que anteriormente Junho había llenado de agua y lo bebió.

—¿Y Sihoon?- El pelirojo dejó de tomar del vaso para pasar a estar incómodo.

—Tengo que platicarte muchas cosas, lo que pasa es que...-Cuando iba a empezar a hablar el timbre sonó demasiadas veces- ¿Esperas a alguien?- Eunsang parecía enojado.

Junho lo ignoró y fue a abrir, lo primero que recibió fue un abrazo.

—Perdóname, enserio tengo una buena razón, solo déjame explicarte, por favor no me dejes, no me apartes de tu lado, no lo soportaría, te lo suplico- Yohan poco a poco iba arrodillándose- solo déjame explicarte.

—Vaya, que drama- el pelinegro dejó de estar cerca de Junho para dirigir su mirada al nuevo- ¿Y tu quien eres?

—¿Quien eres tu?- contraataco el pelinegro.

—Yohan, el es Eunsang, un viejo amigo, Eunsang el es Yohan, alguien importante- Yohan sintió demasiado lindo cuando Junho le menciono que era importante, Eunsang por su parte estaba confundido.

¿No le costo olvidarlo? ¿Por que parecía feliz sin el? Que envidioso era.

—Los dejó hablar, se nota que tiene que ponerse al corriente- tomó su sacó y se dispuso a salir cuando Junho le llamó.

—Eunsang...gracias-