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50. El susurro del odio


Esa misma tarde-noche, alguien llama a la puerta en la casa de las Cloverfield.

La única que se encuentra allí ahora es Grace, que al escuchar el timbre se apresura en bajar con brío las escaleras, mientras silba.

Su silbido se detiene en cuanto abre la puerta y su boca se queda abierta, sonriente.

—¡Dustin! ¡Qué sorpresa! ¿Habíamos quedado?

Él se limita a saludarla con un beso en la frente.

—Entro a trabajar en quince minutos. No me digas que has venido a acompañarme...

—Justo eso. Pensé que podríamos pasear un poco antes de que entres.

Ella se le abraza al escuchar eso, para luego acercarse a la mesilla de la entrada y coger de allí las llaves de casa.

—¿Nos vamos? —pregunta la chica, a lo que él asiente sin más.



—Y dime, ¿hiciste algo divertido, hoy? —le pregunta la chica—. Te veo un poquito serio. No te habrán vuelto los dolores de cabeza, ¿verdad?

Dustin únicamente niega, caminando de la mano de Grace sin prisas.

—Entonces, ¿qué tienes? ¿Ha pasado... algo con tu familia?

—No.

Grace se permite unos segundos para pensar qué otra cosa puede decir, pues empieza a creer que sus preguntas le incomodan.

—Bueno... podemos hablar de algo diferente, si quieres. Dime, ¿viste algo de la serie que te dije ayer?

—No. Estuve ocupado.

—Ah...

Su paseo les ha acabado llevando por el parque donde Dustin se reunió esa misma mañana con Logan, pues se encuentra cerca del Clover's. Dustin se queda mirando el banco donde se sentaron y mantiene su gesto disgustado.

—Dustin... ¿qué es lo que te pasa? —El tono quebradizo de Grace lo saca de sus pensamientos y gira la cara a ella.

—Tengo algo importante que decirte, Hannah Grace. ¿Podemos sentarnos ahí?

—Claro...

La pareja camina hasta dicho banco de madera y se sientan en él. Apenas toma asiento, Grace envuelve una mano de Dustin entre las suyas.

—Dustin... ¿qué es lo que hecho mal?

En silencio, el chico observa a su alrededor y ve que el parque prácticamente desierto. Sus ojos deambulan apáticos por el lugar e ignora la pregunta de Grace, detalle que empeora la inseguridad de la chica: su baja autoestima amenaza con salir de nuevo, a pesar de lo mucho que había mejorado desde que empezó a salir con él.

—Dustin, por favor...

La mirada indiferente de Dustin se detiene entonces en un punto en concreto, en el reposabrazos metálico del banco donde están: una pequeña araña teje su elaborada tela de un extremo a otro, con suma paciencia, ajena al resto del mundo.

—¡Dustin...! —Sus manos hacen un poco más de fuerza en las de su novio, que al fin reacciona y aparta esa mano de ella. Ante el desconcierto de Grace, Dustin adelanta los codos sobre sus piernas y entrelaza las manos, al tiempo que suspira.

—Estoy preocupado, Hannah Grace —dice, mientras mira al frente—. Hace tiempo que no sé si podemos fiarnos de nuestras familias.

—¿Cómo...? ¿De qué estás hablando?

Los ojos de Dustin bajan un poco pero no su cara, con el mismo rostro serio.

—Me siento atrapado. Como un insecto apegado a una telaraña, esperando a su inevitable muerte.

Con las esquinas de sus ojos ya húmedas, Grace no sabe qué responder a eso. No puede evitar extrapolar hacia sus propios miedos, después de haber visto cómo Dustin apartó su mano de ella.

—¿N-no te sientes libre conmigo? —cuestiona ella en un hilo de voz—. Si es así, puedo cambiar, puedo ser mejor. Haré lo que sea para no romperte de ninguna manera, ¿recuerdas?

Dustin entonces la mira y niega.

—Tú no eres el problema, Hannah Grace. Lo que me duele es ver que aquellos a los que llamábamos "familia" continúen ocultándonos cosas importantes, después de todo lo que hemos pasado juntos.

Grace sigue sin saber qué decir, agobiada.

—Dustin, no comprendo de qué hablas...

—Sebastien nunca debió ocultarte que eres una niña arrancada de los brazos de su madre —le revela entonces, sin dejar de mirarla—. Tu verdadera madre era la hermana de Geraldine.

—¿Geraldine? ¿La madre de Logan...?

—Igual que ellos, tú tienes un don más poderoso que mi propio Stigma. Porque eres una Hija del Mundo.

—¿Una... qué?

—Hoy mismo me he enterado de que pretenden seguir ocultándotelo porque te tienen miedo. Temen que enloquezcas como lo hizo tu madre al descubrir de qué eres capaz.

Grace hace rato que siente una losa en su pecho. La idea de que su familia no sea real y la vea como a una amenaza le tiene el corazón en un puño.

Todo esto le suena a locura, pero escucharlo de parte de Dustin la impulsa a creerlo.

—Pero... ¿qué tipo de poderes son esos que tanto temen?

Dustin, que no ha dejado de mirarla mientras contaba aquello, toma las manos de Grace entre las suyas con firmeza, aproximándose un poco más a ella.

—Júzgalo tú misma, niña mía.

Un escalofrío recorre el cuerpo de Grace entonces. Su espina dorsal se tensa y un frío se apodera de su nuca en el momento en que oye a Dustin hablar con la voz de otro hombre.

Con ojos temblorosos, Grace ve como la apariencia de Dustin se va deshaciendo como si se tratase de ceniza para dar paso a otro rostro, a otra persona: ante ella tiene ahora a un hombre de aspecto joven pero torturado, con medio rostro cubierto por una quemadura y greñas grisáceas que cubren la otra mitad de este.

Las piernas de Grace logran responder al cabo de unos segundos y consigue levantarse y apartarse de él, presa del pánico. Sin poder decir ni una palabra, la chica echa a correr lejos de aquel desconocido, cuyos ojos le han resultado terroríficamente familiares a los suyos.

◇◇◇

La lluvia sigue cayendo con fuerza sobre la ciudad de Schuld City, desde el día en que Scarlett murió.

Ya es de noche y Grace se ha convertido en un batido de sentimientos confusos y dolorosos, que la han llevado a vagar sin rumbo por las calles de "la ciudad de la culpa". Ha ignorado durante horas las llamadas telefónicas de Dustin y Rachel, pues faltó a su trabajo en el Clover's y no apareció por su casa ni por la de los Krausser.

Ahora ella se encuentra frente a los portones de las mansiones Edler. Las palabras de aquel extraño desconocido dijo nombraron a Sebastien y Grace no pudo quitárselo de la cabeza.

Empapada por completo por la tormenta, llama y hace saber a los inquilinos que se encuentra en la entrada. Atónito, Sebastien la reconoce a través de las cámaras y abre los portones enseguida. Le pide que se quede allí y él se acercará a acompañarla con algo para protegerla de la lluvia.

Grace no dice nada cuando el hombre llega hasta ella y la cubre con un abrigo por sus hombros, bajo un paraguas.

—¿En qué estabas pensando, Grace? ¡Con la que está cayendo! —le dice él, mientras la lleva arrimándola a él. La chica tirita y tiene los labios morados.

El ruido de la lluvia y los truenos tampoco propicia una conversación tranquila. Una vez llegan al interior de la mansión, Sebastien deja el paraguas en su sitio y cierra la puerta principal.

—Ven, acégcate a la chimenea del fondo. Necesitas que entrar en calog.

Acompaña a la chica hasta el salón donde él estaba cuando ella llamó. Hace que se siente en uno de los sofás, haciéndole sitio entre los libros que por allí tiene desperdigados. Grace los observa con mirada errante, sin tener ni idea de que esos tomos hablasen precisamente de aquello que vino a averiguar.

Sebastien se acerca a uno de sus muebles para sacar algo de un cajón y guardárselo en el bolsillo de su pantalón.

—Te traeré algo caliente de beber y ropa seca. Espega aquí...-

—No te vayas, Sebastien —le pide, con voz acatarrada—. He venido a preguntarte algo.

El hombre se detiene y duda por un momento. Regresa con ella y tras buscar de mirada, encuentra una manta que poder utilizar para envolverla y frenar esos tiritones, arrodillándose ante ella.

Los dientes de Grace siguen castañeando y no puede decir nada por unos segundos. Sebastien continúa arropando a la chica y secando un poco su rostro, con el gesto serio.

—¿Qué ha pasado, Grace?

—¿Por qué provoco tanto miedo, Sebastien? —cuestiona al fin, devastada.

Él no puede apartar los ojos de los suyos, sintiéndolos como puñales en el pecho.

—Has hablado con Logan, ¿ciegto?

Ella niega. Su cuerpo todavía tiembla al no recordar con claridad qué fue lo que vio. Revive el miedo que sintió al acordarse de aquel rostro tan torturado.

Tganquila, Grace... Todo igá bien —le dice él. Coloca una mano sobre su hombro pero la reacción de la chica es apartarse de forma instintiva—. Grace...

—¿Por qué en mí no confía nadie? ¡¿Por qué soy la última mierda en enterarme de las cosas importantes?!

—Eso no es vegdad, Grace —asegura, apesadumbrado. Asume del todo que ya sabe lo que le contó a Logan—. Egues pagte de nuestra familia y te queremos. Pog eso vamos a ayudagte, ¿de acuegdo?

Las cálidas palabras de Sebastien son interpretadas por Grace como un intento de exculpa, algo ajeno a lo que ella entiende por amor.

—Dudo que esa sea la familia que yo necesito. Gente que me tema y me oculte cosas, como si yo fuese un monstruo escondido en el desván —espeta con gran pesar—. Ahora... ahora comprendo tantas cosas...

—¿De qué estás hablando, Grace?

—Ahora entiendo por qué nadie quiso mover un dedo por mí cuando el verdadero monstruo me rompió.

—¿El vegdadero monstruo...? Grace, ¿qué...?

La chica entonces se zafa de él y se aleja, caminando hacia atrás con tal de no quitar ojo de Sebastien.

—Porque yo no merezco ser salvada, ¿verdad? Porque no tengo vuestra sangre... ¡porque no soy el bueno de Logan!

Sebastien se incorpora despacio. Extiende una mano hacia ella y retira la otra tras él, preparado para tener a punto lo que guardó en el bolsillo trasero de su pantalón.

Acaba de ver en Grace un ligero parpadeo en su imagen, que se ha mezclado de forma fugaz con el aspecto de Logan.

—Eso es... para vosotros solo he sido un gato callejero, ¡¿no es cierto?!

—Grace... tganquilízate. Podemos afrontar esto juntos. Somos tu familia.

A la chica todavía le tiemblan los labios. Ve en Sebastien un rostro de verdadera congoja, algo totalmente opuesto a esas palabras que buscan calmarla.

—¿Entonces por qué me miras así? ¿Acaso te recuerdo a mi madre "la loca"?

Al tiempo que el mobiliario cercano a ella comienza a temblar debido a la inestabilidad de sus emociones, la apariencia de Grace vuelve a sufrir otro parpadeo distorsionado en su imagen: por un momento Sebastien ve en ella a la propia Hann, como si su hija la evocase con solo pensar en ella.

—Grace, pog favor, escúchame. —Al acercarse a ella, pretende usar la mano extendida como ofrecimiento pacífico—. Tienes que calmagte. Te contagué todo lo que me pidas, ¿de acuegdo? Trabajaremos juntos en ello, no te dejaremos sola con esto.

—Quieres decir... ¿otra vez?

De tanto caminar hacia atrás, Grace termina por chocar su espalda con un espejo de pared. Con la agitación física de su entorno yendo cada vez a más, la chica se gira y se ve reflejada en el espejo. Horrorizada, ve allí aquello que perturbó a Sebastien: su nariz sangra y tiene un aspecto difuso, un rostro que cambia de una persona a otra según su afectada mente piensa en una o en otra.

Ve en ese reflejo distorsionado la cara de Dustin, la de su hermana Felicity... y, por unos angustiosos segundos, se ancla en la de su padrastro.

—No... ¡¡NOOOOO!!

El desgañitado grito de Grace rompe en mil pedazos el cristal y sacude la sala entera.

—¡¡Grace!!

La voz de Sebastien es ignorada por la chica, que ha echado a correr rumbo al exterior. El hombre trata de perseguirla pero la puerta se cierra ante él y le bloquea el paso de forma brusca. A su alrededor, armarios y estanterías llenas de libros traquetean y caen al suelo, vibrando con la energía de la Hija del Mundo.

—¡¡Mèrd!! —Golpea la puerta cerrada con el puño, al serle imposible abrirla. Apoya la frente contra ella, con gran frustración—. Mèrd...

Escucha al otro lado la puerta principal dando un sonoro portazo. Es consciente de que Grace ha conseguido salir sin problemas y en el fondo agradece que Logan no esté esa noche allí.

Pero al pensar en Logan y recordar que ahora mismo él estaría con Felicity en casa de las Cloverfield, teme que a Grace se le ocurra ir hacia allá y les haga daño.

Se afana entonces en alcanzar su teléfono para llamar a Arnold Krausser e informarle de lo que ha ocurrido, mientras se maldice duramente por la situación que han provocado sus propios temores. 

https://youtu.be/UB7-Zs16Fnk

Kodaline - Take control

Toma el control de quien eres
Sigue siendo el mismo, no dejes que te cambien
Toma el control de quien eres
porque nadie va a salvarte

Toma el control de quien eres
Cuando el mundo se vuelva extraño
Toma el control de quien eres
Sigue siendo el mismo, no dejes que te cambien

Pero cuando todo se venga abajo
Cuando todo se venga abajo, empieza otra vez
Y abre tu corazón
Toma el control de quien eres

Toma el control de quien eres
Cuando te mires al espejo
Bajo los cielos
verás todo un poco más claro

Toma el control de quien eres
Cuando el mundo se vuelva extraño
Toma el control de quien eres
Muéstrale a la gente de lo que estás hecho

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