Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3. La decisión



Silencio.

Se sienta en la cama de su hermano, mientras se sostiene la frente con la mano. La suave luz del mediodía baña la polvorienta estancia.

Le vuelve a la cabeza la pregunta que le empujó a entrar en aquella habitación, después de tantos años. ¿Por qué se marcharía Sam? Dustin siempre lo ha atribuido a que, simplemente, se independizó porque cumplió la mayoría de edad. Pero, a medida que él mismo se hacía mayor, su mente le ha ido añadiendo nuevos porqués. Oscureciéndosele las ideas según fue notando cuánto esquivan el tema en su familia. La cara de decepción en su padre, al nombrarle. Las fotos quitadas. Todo.

Era obvio que algo fuerte pasó. Pero, ¿qué? ¿Qué puede ser tan fuerte como para largarte sin dar explicaciones a tu hermano pequeño? Aquellas tardes que pasaban riendo y olvidando al resto del mundo eran como un oasis para Dustin. Le duele pensar, por tanto, que para Sam no significasen lo mismo. Que no significasen nada, en realidad.

Sorbe con la nariz ante ese molesto pensamiento. Le pican los ojos por la mezcla de polvo y sal.

Levanta la cara y se queda mirando a la nada. Le viene de nuevo esa presión en el pecho, la que le pide que haga algo más aparte de, simplemente, quemarse la cabeza. Aprieta los dientes y respira hondo. La pena que siente se va convirtiendo entonces en otra cosa. Por un momento, le da la vuelta a la situación y lo enfoca desde otro sentimiento, no menos hiriente: rabia.

"Todo tiene una explicación", concluye en su interior, "y a mí se me deben demasiadas".

De pronto, su revoltosa cabeza piensa en lo más obvio. Como si no existiesen 'peros', concentra todo en un único punto, una única posibilidad:

"¿Y si le llamase, directamente?"

Saca del bolsillo izquierdo de la chaqueta su teléfono móvil. Se queda mirando su reflejo en la oscuridad de la pantalla bloqueada. La solución más directa para contactar a distancia con una persona. Lo más lógico, si hubiese tenido el número de la persona y el valor suficiente para llamarla.

"Él nunca ha sabido mi número. Cuando se largó, yo ni siquiera tenía edad para usar un móvil propio", recuerda mientras desliza el pulgar por su corta lista de contactos, en la que no figura Sam. "Si le llamo con éste teléfono... puede que responda. Solo me falta averiguar el suyo".

No le hace falta buscar de manera exhaustiva. Ni siquiera estaba escondido, el listín telefónico que solían usar en casa. Dustin hojea el pequeño librillo encuadernado en cuero que encuentra al lado del teléfono, en la cómoda de ese mismo pasillo que cruza cada día para llegar a su habitación. Va directo a la K, no mucha gente que él conozca tiene un apellido empezado por esa letra. De hecho, nadie excepto ellos aparecen en este apartado: sus ojos se centran en el nombre de Samuel J. Krausser, su hermano mayor.

"Ahí vas..."

Ha marcado ya los números en el aparato y, por un momento, se le dispara el corazón, siente ansiedad.

No solo porque puedan llegar sus padres y le encuentren llamando a la presunta oveja negra, ni porque odie hablar por teléfono (o sin él); de pronto se da cuenta del tiempo que ha estado sin oír esa voz del pasado y es consciente de que, en unos segundos, ésta volverá a su presente.

¿Encontraría la respuesta que buscaba, por parte de su voz? ¿Tendría futuro esa llamada?

Es tarde para arrepentirse. El teléfono ha empezado la cuenta atrás. Dustin decide abortar apresuradamente la misión a los dos tonos, cuando en ese mismo instante oye la voz al otro lado de la línea.

¿Hola?

La parálisis nerviosa no le deja reaccionar rápido, ni claramente. Pero le viene bien, al responder de esa forma tan característica suya, para ser reconocido.

—S... Sam. S-soy... Soy yo.

¿...?

El tono impaciente que le notó al inicio, por no contestarle enseguida, cambia entonces.

¿Dustin? ¿Eres tú? ¿Qué... haces llamándome?

El chico se bloquea, no ha pensado bien qué contestarle. Su oído se ha aferrado a ese deje sorprendido de su hermano, como de alguien que se alegra de recibir esa llamada.

Eh... ¿te ha pasado algo, chaval? ¿Qué te han hecho?

—N-nada. Solo... quería verte —contesta finalmente, ante la repentina preocupación de Sam. 

Tal vez el mayor reaccionó así al malinterpretar los largos silencios, el tono congestionado del menor. O al conocer el historial antisocial que tenía. 

... Claro. Podemos vernos, ¿por qué no?

Tarda en dar esa respuesta, pero al menos su voz suena más animada ahora. Era su habitual humor, el del famoso "Por qué diablos no".

¿Para qué están los hermanos, si no?

■■■■■■■

¡Tercer capítulo terminado!

La llamada a Sam ha sido un paso importante, pero no será nada en comparación con lo que vendrá a partir de esto...

¿Qué pasará? Sólo hay una forma de saberlo, ¿no? (SI, vale, no se me dan muy bien las frases de suspense...! :_D)

Como siempre, espero que os haya gustado, igual que espero vuestros comentarios y opiniones n_n

Besos ❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro