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10. La Fiesta de Bienvenida



Sábado, al día siguiente. El primer fin de semana del impredecible mes de abril.

La incertidumbre de no saber si lloverá o hará buen tiempo es la ironía que celebra la pandilla desde que solo eran unos niños, tal como la abuela de Grace y Felicity inició, hace años; Dar la bienvenida a lo desconocido con alegría y optimismo, tenga el aspecto que tenga en un principio.

La casa del lago de las Cloverfield se encuentra a varios kilómetros de sus hogares, pasando la extensa y densa arboleda, siendo el todoterreno de los Krausser la mejor opción para llegar hasta allá; este año sería el primero en que Dustin podría conducirlo, algo de lo que siempre se había encargado su padre Arnold. Verse capaz de llevar, en un vehículo tan imponente como aquél, a sus amigos y a su chica predilecta sentada a su lado, son detalles que le hacen creer firmemente que las cosas están cambiando para mejor, por fin. Y todo gracias a las "clases relámpago" de Sam, en las que el chico aprendió a su velocidad habitual algo que a otra persona podría haberle costado más de unas pocas semanas. 

Conduce mientras escucha a Logan y a su hermana en la parte trasera, destrozando las canciones de la radio con sus nefastos karaokes, pero ni siquiera ese escándalo arrítmico le impide aislar en su cabeza la melodiosa risa de Grace ante las tonterías de aquellos, sus tímidos y fallidos intentos por igualar los chistes... Le provoca demasiada ternura ver cuánto se parecen, en realidad.

Este año han tenido suerte, en muchos sentidos; les ha salido un día espléndido y está toda la pandilla reunida al completo, como no hacía años.

—Mirad qué vistas —sentencia Logan—. Viviría aquí, de no ser porque no hay recreativos cerca...

—Es precioso... nunca me canso de verlo —añade Felicity, ante el gran lago ubicado justo frente a la casa de madera.

Mientras Heather y Grace ayudan a Dustin a llevar parte del equipaje que usarían ese fin de semana, Felicity respira hondo, notablemente más animada que el día anterior. Al haber tenido tanta suerte con el buen clima, se han podido permitir vestir con ropa de verano, llevando incluso los trajes de baño debajo.

—¡Feli! ¿Crees que este año podré dar mi toque en la cocina? —aventura de pasada Heather—. ¡Que he estado practicando...!

Felicity y Logan se miran espantados.

—¡No, si queremos que esto no termine en anécdota de hospital!

—¡Pero bueno! —se ofende ella, viendo como Logan se escaquea a ayudar a los otros, tras el comentario— ¿¡Tú no eras al que le gustaba el riesgo...!? ¡Vamos...!

Felicity se ríe, yendo con ella y colgándose de su brazo para limar asperezas.

—Tranquila, Heather... Aunque no tengas ni idea de cocinar, te queremos igual.

Ella hace un mohín dudoso.

—Además, no eres la única. Grace tampoco sabe nada de cocina.

—Es verdad... Así le puedo hacer compañía, mientras —dice, al tiempo que ve a la susodicha allá, ayudando a su hermano y a Logan a colocar las cosas para cocinar sobre la mesa de madera.

—Así se habla —le sonríe, viendo como su hermana mayor acude a ellas, casi como si hubiese oído su nombre.

—¿Me llamasteis?

—La verdad es que no, pero... Heather y tú no tocáis la barbacoa, así que os toca sentaros en el banquillo —le explica estoicamente, soltando el brazo de Heather y dirigiéndose hacia los chicos.

—Oh... ¡claro! Eso os iba a decir... ¡Sí!

Heather sonríe dulcemente, ante el nervio mal disimulado de Grace.

—Te has perdido muchas cosas —le informa, una vez Felicity está ya lejos— ¡Si me cogieses el teléfono, te las podría haber ido contando, como hacíamos antes...!

—Sí, bueno... —Se retira el mechón rebelde, inútilmente—. Igualmente... ¿qué son esas cosas que me he perdido?

Heather suelta un silbidito, en plan "si yo te contara". Cuando vuelve la vista a ella, ve que tenía los ojos puestos en su hermano Dustin.

—Dustin ha vuelto a verse con nuestro hermano Sam —confiesa, sin poder evitar la sonrisilla traviesa— ¡Por eso está tan animado!

Grace se queda ojiplática. Mira a Heather y ella asiente de cabeza.

—¡Pero es un secreto, eh! ¡Ni se te ocurra delatarme, o me expulsarán del círculo de confianza! Yo guardé los tuyos...

—¿Círculo de... confianza? —No puede evitar soltar una carcajada. El tono preocupado-enfadado de Heather le resulta muy gracioso de oír, con esa vocecita tan dulce—. No te preocupes por nada, Heather. Sabes que yo nunca revelo secretos...

A la chica se le ilumina la cara de nuevo al escucharle eso.

—¡Ya lo sabía yo! ¡Tú eres de confianza, por eso te lo he contado! Echaba de menos contarte secretos yo también, ¿sabes?

A Grace se le enternece la expresión. Las sinceras palabras de Heather la hacen recordar tiempos más fáciles de la infancia, cuando ellas dos todavía eran amigas íntimas y se llamaban cada día por teléfono, a pesar de verse diariamente.

Por más que piense en ello, no consigue discernir cuál fue el motivo que empezó a distanciarlas... si fue Felicity aferrándose a Heather, o fue ella misma alejándose. Hay una época muy borrosa que a Grace le cuesta recordar con claridad. Una que coincide con el abandono de Sam a su familia y el bajón anímico de Dustin.

"Así que eso era... su hermano ha vuelto", entiende, mientras lo ve desenvolverse animosamente con Logan y Felicity, preparando la comida.

"Me pregunto... si yo también podría..."

◇◇◇

—¡Un hurra por los cocineros! —exclama Heather.

—La abuela Minerva estaría orgullosa —añade Felicity, mientras brinda su vaso de plástico con el resto—. ¡Este año nos hemos superado, chicos!

—Eso tampoco era muy difícil —responde Logan—. Esta vez todo ha ido rodado, ¡incluso ha venido esta!

—Ni siquiera recuerdo cuánto hace que no venía —confiesa Grace, bebiendo de su vaso—. Tal vez me dio por pensar que ya no podría ser divertido, si no éramos niños y no podíamos jugar al escondite, o... subirnos al tejado a matar avispas.

—¿Bromeas? ¡Eso podemos seguir haciéndolo! —aventura él—. ¡Yo me apunto a lo de subirse al tejado! ¡Y sin escalera, va...!

—Echa el freno ahí, lemino suicida —se ríe Dustin—. No queremos heridos, ¡debemos demostrar que se nos puede dejar a solas!

A Heather entonces le viene algo a la mente, mientras las hermanas ríen.

—¡Es verdad...! ¿Recuerdas cuando Sam quiso estrenar su moto dándote una vuelta, aquí? ¡Papá se puso de los nervios, al perderte de vista...! Aunque mamá no podía dejar de reír.

A Dustin se le atasca el dato, por un segundo cree que le habla del presente. Le cuesta recordar dicha anécdota, y le molesta.

—Es cierto... no me acordaba de eso —confiesa—. Debió de ser a última hora... antes de que se fuese.

Logan detecta un ligero vaivén en el ánimo de su colega, por lo que continúa él la conversación.

—Es un poco como ahora, ¿no? Tu hermano metiéndote en sus mundos y tu padre sin entender nada.

Heather abre los ojos por completo y llena de golpe los pulmones, sosteniendo el aire.

—Era un SECRETO, Logan.

—¿Qué? ¡No! ¡Ya no! —se resuelve, rápidamente—. A Felicity ya se lo hemos contado. Y Grace...

La pelirroja debe mostrarse entonces tan sorprendida como puede, haciéndoles creer a todos que se entera ahora de la noticia. Pero lo único que le sale es una expresión extraña, una mezcla entre risa aguantada y agobio repentino.

—S-sí, es cierto. Llevo un mes viéndole en secreto —continúa Dustin, más dirigido a Grace que a los demás, tras sonreír ante su reacción—. Quise contárselo a mis padres, pero él me pidió que no lo hiciese todavía. Dijo que no quería que nada cambiase tan pronto... así que tuve que aceptar.

Grace entorna los ojos mientras le oye hablar, paralizada desde que le vio sonreírle. Sigue sin creerse que este sea el mismo chico que tanto se tropezaba al hablar con ella, pero empieza a importarle cada vez menos.

Él tiene un tono calmo que, si bien no es apenado, tiene cierto atisbo de melancolía que la chica reconoce demasiado bien, por sí misma; Es como una esperanza puesta entre algodones, pues tiene miedo de darse contra el suelo y romperse en cualquier momento por algún movimiento brusco.

Tras un silencio y justo en el momento en que Grace decide abandonar el "piloto automático" y contestarle con alguna palabra de ánimo, su hermana Felicity se alza de su asiento, resuelta, apoyando ambas manos sobre la mesa.

"¡El último que llegue se queda en remojo, hasta que el sol pegue el ojo!" —exclama, para acto seguido echar a correr hacia el puentecito del lago.

—Espera... ¿qué? ¡Ey! 

Ve cómo Logan se levanta de su sitio casi de un salto para seguirla, y a Heather correr tras él, con un chillidito que cree que le da más velocidad, aunque su constitución más bien rolliza no le permite esprintar demasiado: Felicity, en cambio, está bastante más ágil que ella, pese a que también posee un cuerpo algo entrado en carnes. 

Grace reacciona torpe y tardía, ante la carrerita que mandaba esa tradición que ella había olvidado. La delicada pelirroja corre descalza tras Dustin, quien tiene prohibido usar su Stigma en esta mini competición por ver quién será el que se quede dentro del agua hasta que anochezca. Asumiendo ya que será la última en llegar y que se lo tiene merecido "por no estar en la misma onda", Grace casi choca con Dustin cuando este frena, justo antes de saltar al agua, girándose a ella rápidamente y tomándole de la mano. A la chica no le da tiempo a evitar que él tire de ella y la lleve al agua sin esfuerzo, quedando como el perdedor de la carrera; El último en tirarse al lago.

Cuando Grace saca la cabeza del agua, los demás aún están riendo ante el "giro dramático" de los acontecimientos. Ella misma es incapaz de no reírse ante la situación.

—¡A que vino eso...! —exclama entre risas, una vez él puede oírla cuando asoma la cabeza del agua y se sacude el pelo.

—¡M-me apetecía cambiar la tradición!

—Qué bonito... y qué pringado, también —se ríe Logan—. ¿Sabes que ahora te tocará estar aquí metido hasta la noche, no?

—¡Por quién me tomas! ¡C-claro que lo sé! —responde, recibiendo en ese momento un balonazo de plástico hueco en la cabeza—. ¡¡Heather!!

Aquella se ríe, allá plantada en el puentecito de madera, ya envuelta en una enorme toalla que le frena sus habituales escalofríos.

—¡Toca partido! ¡Chicas contra chicos! —anuncia, sentándose en el borde—. Yo juego desde mi posición táctica de siempre.

Los del agua cruzan entonces miradas de competitividad entre ellos, sonrientes. Felicity nada hasta recoger el balón que rebotó en la cabeza de Dustin, para mostrarla al resto levantándola con su mano.

—Bien... Preparáos para perder, chicos.

◇◇◇

El sol está cada vez más bajo.

El partido no ha ido tan bien para el equipo de las chicas, como la autoproclamada capitana Felicity esperaba. Se ha tenido que morder la lengua en muchas ocasiones, en las que la culpa del bajo rendimiento de su equipo fue de su hermana Grace, que estaba algo distraída.

—Venga, toca preparar la cena —anuncia la morena, secándose con una toalla de florecillas estampadas que Heather le ofrece al salir—. Heather, ven a ayudarme a poner la mesa, va.

—¡Claro! ¡Será un honor ser tu ayudante!

Grace suspira, ahora sentada en el borde del puente, con los dedos de los pies rozando el agua.

—Qué cosas... Y pensar que antes era a mí a quien seguía a todas partes...

Logan se mira con Dustin, todavía metidos en el lago, que cada vez estaba más frío. Le pasa a él la pelota y se moja la cara y el pelo, antes de salir y sentarse al lado de Grace.

—Es normal que no se separe de Feli, Grace —argumenta—. Tu hermana es guapa, se organiza como nadie, tiene un sentido del humor bastante especial... Además, y por si fuera poco, te deja los apuntes sin pedirte nada a cambio. ¡No por nada es la mejor delegada de la clase, ni la que más veces elegimos...!

La pelirroja frunce levemente el ceño, con una mueca que pretende hacer pasar por sonrisa indolente.

—Vaya, entonces Felicity es mejor que yo en todo, ¿no, Logan?

El castaño suelta una carcajada.

—¡No me meteré hoy en ese charco, lo siento! —avisa, poniéndose de pie—. Mejor iré a por mi guitarra, ¡ella habla mejor que yo!

La chica niega con la cabeza, volviendo a posar sus ojos en el agua, aunque realmente no miraba nada. Dustin se ha quedado a solas con ella y, aunque sospecha que su amigo se ha marchado a posta para que esta situación ocurra, no le incomoda.

Desde el agua, tiene el ángulo de visión perfecto para ver la expresión apenada de la cabizbaja Grace. A él no puede ocultarle tan bien como a los demás, lo mucho que la afecta ese tipo de comentarios comparativos entre hermanas, desde que son niñas.

Solo se oyen los grillos y las voces lejanas de los demás, de fondo. Dustin se ha quedado mirando a su chica favorita y, por unos segundos, le asalta su versión tímida y cortada, impidiéndole decir una palabra que pueda animarla; le paraliza verla triste, porque sabe por qué lo está y se identifica demasiado.

Es ella quien alza la mirada entonces y se encuentra con la suya. Aprieta los labios, molesta por algún pensamiento que estuvo rumiando en ese rato de silencio, y rompe el mismo.

—¿Tú también crees que ella es "la mejor"?

Los grillos entonan la respuesta en su lugar, en lo que él se reorganiza la mente y se calma los latidos; "Debo ser más como Sam", se repite interiormente.

—¿M-mejor, en qué? —carraspea él, dándose tiempo—. Felicity es... bueno, Felicity es Felicity —resume, con tono obvio—. Yo no os compararía nunca. Sois... diferentes, Grace.

La pelirroja pone los ojos en blanco, soltando un breve suspiro.

—Eso ya lo sé, Dustin... Me refería a... —suspira hondo, ni siquiera termina la frase. Tal vez no sabía cómo formularlo, o le pareció tonto tener que hacerlo—. Es igual.

Los sonidos típicos de la noche de campo ocupan de nuevo el lugar de las respuestas. El chico distrae sus nervios toqueteando la pelota, de un lado a otro. El frío del agua empieza a hacerle tiritar los labios y su cuerpo apenas tiene grasa para retener el calor corporal. No se gusta a sí mismo dudando de nuevo y dando la imagen enclenque de siempre a su chica favorita, así que le dice lo primero que le viene a la cabeza, antes de seguir mareándose sus posibilidades tanto como a esa pelota.

—Yo... te he echado de menos... estos días —consigue decir, logrando disimular un poco los tiritones—. Y... siempre que no vienes a clase.

Ella esboza una sonrisa incompleta, sin mirarle a la cara.

—Debes de ser el único.

—B-bueno... tal vez es que no te conocen como yo —continúa, impostando confianza—. Quizá si dejases que se acercasen a ti, podrían ver lo mucho que vales.

Dejando ir por el agua la pelota hacia los pies de Grace, ella alcanza a tocarla con ellos, como si acompañase gráficamente a la propuesta de "acercarse" a ella. Al entender ese gesto y asociarlo a sus palabras, la chica da un toque suave a la pelota, devolviéndosela y alejándola de sí misma.

—No estoy segura de valer tanto como dices, Dustin.

—Entonces, si no estás segura... —continúa, retomando el balón con suavidad—. Te vendría bien preguntar a los demás cómo te ven. Puede que alguien... acierte, ¿no crees?

—¿Esperar a que otra persona me diga qué valor tengo? No... no creo que pudiese hacerlo —se escuda ella—. Suena demasiado cansado.

—D-dicho así, suena peor de lo que es —confiesa, animando el tono—. Pero... a veces necesitamos oírlo en otro lado, para creérnoslo. Para darnos cuenta de por qué somos valiosos.

Grace aprieta los dedos con los que se agarraba al tablón de madera, al escuchar esas palabras.

—...A veces somos hipermétropes sentimentales, Grace —continúa, con voz sosegada pero positiva—. No vemos lo que tenemos cerca. Las personas que nos aprecian... serían como las lentes que nos ayudan a verlo con claridad.

Por un momento, la fuerza que la chica estaba ejerciendo en la madera se afloja, aliviando ligeramente la tensión e intentando amoldarse a esa idea. Junta más aún una pierna con la otra y tuerce una imperceptible mueca de dolor al rozar las cicatrices de sus muslos, esas que ha logrado disimular frente a sus amigos llevando un pareo anudado a la cintura que le cubre hasta las rodillas. Se moja fugazmente los labios con la punta de la lengua, antes de volver a mirarle y preguntar lo siguiente.

—Y tú, ¿qué es lo que ves en mí, Dustin?

Al rubio se le bloquea de nuevo la respuesta, pero no es eso lo que interrumpe la conversación; Logan aparece en ese mismo momento con su guitarra a cuestas, tal y como avisó.

—¡"El sol se ha ido a mimir, y a Dust ya le toca salir"! —les canturrea, desafinando a propósito, mientras se acerca a ellos y rasga notas al tuntún.

—E-es cierto, ¡ni me había dado cuenta! —se excusa, acercándose al puente—. Y-ya decía yo que hacía frío...

Grace se apura en pasarle la toalla que quedaba, cuando él sale del agua. Logan enarca una ceja al ver entre ellos los típicos gestos y sonrisas de quien se emboba y se nubla por las "tonterías" del amor.

—Le reclaman en cocina, señor —le anuncia con impostada voz grave, deteniendo por un segundo su rasgueo aleatorio. Se lleva una mano a la oreja, fingiendo llevar un pinganillo—. La señorita delegada está al borde del ataque de nervios, debido a la incompetencia de Heat Her como pinche de cocina.

Dustin se mira con Grace, aguantando la risa.

—Madre mía, espero que no sea tarde —se ríe, acudiendo en su ayuda. — ¡N-no quiero quedarme sin hermana...!

Grace no da más respuesta que la de asentir con una sonrisa, viéndolo ir por el puentecito de madera mientras se cubre desde los hombros con la toalla, temblando del frío. La chica piensa en él y en lo que ha significado siempre para ella, desde que son niños: un hermano. Una forma de verle que, aunque conserva desde pequeña, en algún momento se vio reforzada por un suceso que sigue sin recordar con claridad, pese a la enorme cantidad de terapias a las que se ha sometido.

Intenta acceder a ese recuerdo en su totalidad, pero no lo consigue. Y, a pesar de intuir sin demasiado esfuerzo los sentimientos que Dustin guarda por ella, la mente de la joven es incapaz de verle de un modo más romántico, de corresponderle: de pronto le viene a la mente una explicación a esto, al pensar sin remedio en Keith Connor. Su amor platónico.

—¿A que no ha tartamudeado, casi? —le pregunta Logan, de pronto. Grace había obviado su presencia por un momento, a pesar de ser tan ruidosa, y se sobresalta levemente al oírle hablar—. Últimamente ha mejorado mucho. O, al menos, eso es lo que se ve desde fuera.

—Es verdad —admite, más relajada, arrebujándose en su toalla—. Es agradable volver a verle... feliz.

Logan se le queda mirando de soslayo, mientras toca acordes sueltos con su querida guitarra negra.

—Podrías pedirle salir, ¿no?

—¿Q-qué? —exclama, con voz inusitadamente aguda. Se arrepiente al momento de hacerlo, por si alguien les oyó. Incluso se levanta de un salto, nerviosa—. Yo... ¡no! No podría... hacer eso.

—Claro que podrías —responde tranquilamente, con su seguridad de siempre—. Le encantas. Te diría que sí enseguida. Bueno, "enseguida"... quizá se le atasque un poco alguna palabra, pero-

—¡Eso da igual, Logan! —le rebate, tratando de controlar su alterado tono—. No se trata de él... sino de mí. Yo no... —Se detiene un poco, para calmar su nervio—. Yo no le convengo. No como soy ahora.

A Logan se le cruza la expresión al oírla decir eso. La voltea por el lado, parándose frente a ella y dejando a sus espaldas a los demás, allá lejos.

—¿Qué tontería es esa, Gracie? A él le gustas como eres, ahora mismo. Y él a ti también, ¿no? —le anima, ladeando la cara—. Vamos, yo veo esas cosas.

Ella rehúye entonces el contacto visual, pero no lo hace por timidez. La mano con la que sujetaba parte de la toalla para arroparse la desliza ahora hacia su muñeca, con los brazos colocados en cruz sobre su pecho.

—Yo no quiero gustarle -así- a nadie, Logan. —Estrecha con algo más de fuerza su muñeca, recubierta por una banda de tela negra que nunca se quitaba—. Quiero... cambiar.

Él no sabe qué decir, por una vez. No está seguro de lo que le está hablando la chica.

—Debería... hacer como él, y cambiar... actuar distinto, abrirme al resto del mundo —continúa, con voz ronca, tratando de auto-convencerse—. Debería ser más... valiente. 

El chico guarda silencio unos segundos de margen, antes de resolverse y encoger los hombros.

—Yo creo que serías valiente si le pidieses salir.

Grace suspira finalmente, sin poder negarle una sonrisa. En el fondo envidia esa forma tan sencilla de ver su mundo. Sin querer decirle nada más, recorre el puente de madera sin prisas, llevándose con ella esos misterios que a Dustin le fascinaban y a Logan le extrañaban tanto.

«Qué tontos... cada uno por su lado», niega él, para sí mismo. «Con lo fácil que es decirse las cosas a la cara...».

Desvía la vista de Grace para posarla sobre el grupo, ya sincronizado para hacer algo decente de cenar. Sus ojos azules acaban centrándose en la chica que a él le interesa, la "señorita delegada"; Ve en ella los mismos síntomas de "embobamiento", mal disimulados en presencia de Dustin, su mejor amigo... y él ni siquiera es consciente de ello. ¿Cómo puede ser tan avispado para unas cosas, y tan despistado para otras? Es incapaz de entenderlo.

Por primera vez en todo el día, Logan se permite hacer un gesto de desagrado, torciendo levemente el labio hacia un lado.

«Cupido... debe de ser estrábico» concluye. "O simplemente tonto, como todos nosotros».

■■■■

Ya era hora, dioses. Este mes fue demencial para ver de terminar este capítulo, el cual tuve que partir en dos...

Sé que siempre prometo publicar más seguido, pero esta vez trataré de cumplirlo ;)

Gracias por leerme, sois amor ♡

PD: La canción va en consonancia con el tema que se ahonda en estos dos últimos episodios, el amor latente que existe entre los integrantes de la pandilla...

Estos episodios fueron bastante animados, tal vez por eso me han costado taaanto de sacar (soy más de dramatismo, está comprobado, kukuku~)

https://youtu.be/YZCmCxB0x9M

KODALINE - "Love will set you free"

I'm sure you're probably busy getting on with your new life
So far away from
So far away from

When everything we used to say was wrong is now alright
Where has the time gone
Where has the time gone

If you're ever feeling lonely
If you're ever feeling down
You should know you're not the only one 'cause I feel it with you now
When the world is on your shoulders and you're falling to your knees
Oh please
You know love will set you free

I took a long and lonely walk up to an empty house
That's where I've come from
Where have you come from

The more I live, the more I know, I've got to live without
This ain't no sad song
Life has to go on

Ooh
You know
love will set you free

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