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Capítulo 2: Soy todo menos bonito


-¡Chicos, la cena está lista!- la voz de mi madre resonó en toda la casa, haciéndo caer mi teléfono en el edredón de mi cama y correr hacia la cocina. Me senté en mi lugar habitual junto a Tommy y mi otro hermano, Blake, de 15 años.

-¿Dónde está papá?- pregunté mirando a mi madre, a la espera de su respuesta.

-No podía venir a la cena. Está trabajando hasta tarde hoy- ella respondió con una sonrisa triste.

Mi hermano estaba hablando acerca de cómo las audiciones de fútbol en su colegio habían ido, quejándose de cómo algunos chicos entran solo por enchufe. Mi hermano mayor, Ryan, con 20 años de edad, le gustan las chicas y los deportes más que nada en la vida. Lo único que va a la universidad porque mis padres lo hicieron. Sorprendentemente se las arregló para conseguir buenas marcas suficientes para ponerse en Brown, que está más o menos a dos horas de Nueva York. Él va a volver en una semana.

-Pero tú estás en el equipo, ¿no es así?- le pregunté con una cuchara llena de guisantes verdes brillantes de mi boca.

-¡Por supuesto que estoy!- él me miró como si tuviera cinco cabezas.

Tommy y Blake se echaron a reír y yo también, por lo que Ryan hablo - Mamá- él gimió arrastrando la 'a'. - Se están burlando de mí.-

-Chicos, paren- ella trató de ocultar la sonrisa que tiraba de sus labios y asintió con la cabeza y siguió comiendo.

-¿Cómo estuvo tu práctica Tommy? -

-¡Fue increíble! Hice un nuevo amigo llamado Jaxon y ___* y yo lo llevamos a su casa porque nadie podía recogerlo- mi madre frunció el ceño.

-¿Por qué?- cambió la mirada hacia mí.

Me tragué un pedazo de tofu que había quedado atrapado en la garganta. Si se entera de que fui a Bronx me va a matar.

-Em, sus padres estaban trabajando y supongo que él tiene sólo siete por lo que no podía dejarlo ir en el metro solo- me encogí de hombros, tratando de parecer casual. Ella asintió con la cabeza-: ¿Y dónde vive?- preguntó interesada.

Maldita sea, -¿por qué de repente te preocupas tanto?-

-Él vive en un barrio pobre que da miedo. El nuestro es mucho más hermoso- Tommy habló delante de mí, dejando su vaso de agua sobre la mesa.

-Mamá esta comida es deliciosa, tienes que hacerla más a menudo- traté de cambiar de tema y miré hacia abajo a mi plato casi terminado de tofu a la plancha y los guisantes cocidos. Sí, pobre excusa.

Hay una mujer, María, que se encarga de las tareas domésticas desde que puedo recordar. Ella es como la hermana mayor que nunca tendré ya que es sólo es de unos treinta años. Pero mi mamá le encanta cocinar así que por lo general se encarga de eso y María rara vez prepara cualquier comida. Volviendo al presente, maldije en voz baja y ya podía sentir los ojos de mi madre quemando los agujeros de mi lado.

-______ Brooklyn Reed, mírame- de repente todo el mundo calla y se podía oír caer un alfiler. Ella sólo usa mi nombre completo cuando estaba muy molesta. Vacilante la miré. Parecía enojada, casi tan aterrador como Gorgeous Boy1 y sus amigos. -Hablaremos de esto más tarde. No quiero hacer una escena ahora- su voz era severa y me hizo perder el apetito.

Comimos en silencio durante el resto de la cena, un silencio muy incómodo. Cuando terminamos me llevé a Tommy a la cama, me lavé los dientes y tomé una ducha, tratando de sacar el mayor tiempo posible, pero sabiendo que al final tendría que enfrentarme a mi madre de todos modos. Cuando estoy en la ducha mi mente se aleja y en esta ocasión, las imágenes de la tarde comenzaron a jugar en mi cabeza. La chica embarazada, el niño intimidado, pero sobre todo, Gorgeous Boy y lo hermoso que era. Si no hubiera sido por el hecho de que temo a la muerte probablemente me habría enamorado a primera vista. En realidad no, pero él era tan guapo. Salí y me di cuenta que tenía la piel de gallina en mis brazos con sólo pensar en el chico. Me vestí con mi pijama rosa y cepillé mi cabello antes de ir a mi habitación.

La única cosa buena acerca de ser la única niña - además de mi madre - es que tengo mi propio baño.

La vista de mis padres sentados en mi cama cuando encendí la luz de la habitación casi me dio un ataque al corazón.

-¡Dios, me han asustado!- grité con una mano al pecho.

Tragué saliva.- Hola papá- él no dijo nada, sólo hizo un gesto para que me acercara. Hice lo que me dijeron y me senté entre ellos en la cama.

-Así que tu mamá me dijo que usted fue a un barrio peligroso hoy en día- él comenzó.-. ¿Puedes explicar por qué?.-

-Tommy hizo un nuevo amigo que iba a volver a casa en metro. Al tener sólo siete años de edad pensé que sería peligroso, así que le dije que le daría una vuelta. Se negó al principio, pero finalmente cedió y me dijo donde vivía. Introduje la dirección en mi GPS y conduje. Cuando me di cuenta de donde vivía, era demasiado tarde para echarse atrás y no es como si pudiera colocar al niño en medio de la nada de todas formas- mentí, porque sabía desde el principio que su casa estaba en Bronx, pero agregar esos sólo me daría una mayor bronca.

-______, no se puede ir a todas partes tratando de ayudar a todos. Si los padres de ese niño lo dejaron ir solo, entonces es su problema- dijo mi padre con calma.

-¡No puedo creer que digas eso! Usted mejor que nadie sabe lo peligroso que puede ser - grité con incredulidad-. Ustedes son los que siempre me han dicho que ayude a las personas necesitadas y el niño necesitaba mi ayuda- miré hacia atrás y adelante entre ellos.

-Usted puede ayudar a las personas cuando no se trate de que te metas en peligro y no levantes la voz- mi mamá advirtió.

-Lo siento- murmuré, metiendo un mechón de pelo rubio detrás de la oreja.

-De todas formas, ¿qué barrio estamos hablando?- mi padre preguntó poniéndose de pie.

-¿Por qué eso siquiera importa? No voy a entrar de nuevo- dije mirando al suelo. Yo sabía que tenía importancia.

-¡Por supuesto que importa ___*!- mi madre echó los brazos al aire-. ¡¿Por lo menos entiende lo preocupada que estoy ahora mismo?!!.

-Pero no pasó nada- me quejé.

-Podría haber pasado- ella gimió de nuevo. Un profundo silencio se hizo entre nosotros.

-Estamos a la espera- mi papá me corrió. Me puse de pie y caminé hacia mi armario fingiendo estar recibiendo mi ropa para el día siguiente.

-Él vive en el Bronx- dije humilde, casi inaudible.

-¿Qué?- gritaron al mismo tiempo. Por ahora, Tommy probablemente ha despertado. Me di la vuelta y vi a mi hermano Ryan irrumpir en la habitación

-¿Qué sucede?-

-Cállate Ryan, esto no es de tu incumbencia!- escupí cruzando los brazos sobre el pecho.

Él me envió una mirada de muerte -Tú eres mi hermana así que por supuesto que es mi negocio.-

- Estoy bien, Tommy está bien y el coche está bien, todo está bien- suspiré irritada. Yo estaba haciendo mi mejor esfuerzo para no jurar. No me gustan los insultos, pero en ese momento era casi imposible. -Vamos a dejarlo ir por esta vez, pero si alguna vez me entero de que has estado allí de nuevo, voy a tomar tu coche, tu teléfono, tu computadora portátil y tu tarjeta de crédito- mi padre advirtió, señalando con el dedo índice en mi dirección.

-Puedes tomar mi vida también- me reí sarcásticamente. ¿Cómo se supone que voy a vivir sin todo eso?-

*********

-¿Te has vuelto completamente loca?- Natasha gritó haciendo que todos en el pasillo miraran hacia nosotros. Le tapé la boca con la mano.

-¿Puedes por favor no gritar? Uf, si yo hubiera sabido que serías como mis padres, yo no te habría dicho.

-Pero yo soy tu mejor amiga, por supuesto que tienes que decirme?- se quejó-. Y yo reacciono de esta manera porque me acabas de decir que fuiste al Bronx.- ¿Qué diablos estabas pensando?-

-Ya te dije por qué lo hice- dije abriendo la puerta al baño de chicas.

-Tienes suerte de que estás aún con vida- Natasha dijo aplicar el rimel en sus ya largas pestañas. Luego se ató el pelo largo, casi negro en una cola de caballo y se alisó la camisa.

Me reí entre dientes - Fue tan diferente, me sorprendió- me puse mi favorito brillo labial.

-Eres muy rara- ella sacudió la cabeza mirándome como si yo acabara de salir de un hospital mental.

-¡Hola chicas!- una dulce voz gritó desde detrás de nosotros.

-Hola Kels- Saludé sonriendo.

-Oh, Dios mío Kelsey, no sabes lo que hizo Bella- Natasha tomó su mano y la arrastró a su próxima clase. Al final del día, todo el colegio lo sabría. Ese es el precio de decirle algo a Natasha. Si te preguntas por qué la gente aquí me llaman Bella, es porque les resulta más hermoso y "pequeño" de mi segundo nombre, Brooklyn, ya que lo asocian con el barrio de Brooklyn.

-Hola _____ - la voz más hermosa que he escuchado me dijo, haciéndome sonreír como una tonta.

-Hola Nate- me reí tontamente. Nate tenía ese efecto en mí.

-¿Estás libre hoy después de la escuela?- me preguntó mientras caminábamos.

-En realidad tengo que recoger a mi hermano pequeño de la práctica de fútbol- yo le envié una sonrisa de disculpa.

-¿Y mañana? "Mañana va a ser perfecto- asentí con la cabeza, sonriendo ampliamente.

-Muy bien- me besó en la mejilla y desapareció por el pasillo.

********

Estaba cantando una canción pegadiza en el interior de mi coche mientras esperaba a Tommy para terminar su práctica cuando oí una risita. Miré a mi ventana y vi a un niño sentado en el mismo banco que estaba sentada yo el día anterior. Llevaba una de esas grandes gorras con las letras "OBEY" en ella. No podía ver su rostro, pero él me molestó, así que salí del coche y me dirigí a él.

-¿Qué es tan gracioso? En el instante en que levantó la vista me arrepentí jamás siquiera respirar cerca de él.

-Tu- Gorgeous Boy respondió sonriendo, mostrándome sus perfectos dientes blancos. Me burlé pero sin mirarlo porque todavía me asustaba.

-¿Te comieron la lengua los ratones?- se burló de pie. Era por lo menos cinco centímetros más alto que yo, porque yo no llevaba tacones pero de todos modos era alto.

En un impulso repentino me sentí en confianza y hablé

- Nope. Yo no hablo con extraños.-

-Oh, pero yo no soy un extraño, me conociste ayer- dijo acercándose.

Su voz era profunda y ronca, es decir, sexy.

-Deberías darme las gracias por hacer ese camino- dije dando un paso atrás. Se rió de nuevo-.

-¿Por qué? - Por llevar a tu hermano pequeño a esa zona cutre de la ciudad, poniendo mi vida en peligro, ¿tal vez?- levanté mis cejas.

-No tenias que hacerlo- él se encogió de hombros, encendiendo un cigarrillo y llevándolo a sus labios en forma de corazón.

-Mierda ingrata- murmuré.

-¿Qué fue eso?- preguntó, dejando que todo el humo salga a mi cara.

-Nada- moví mi mano delante de mí para que el humo asqueroso se fuera.

-Ya me lo imaginaba- dijo con una sonrisa malévola. A continuación, los niños corrieron hacia nosotros.

-¡Zayn, Zayn el entrenador dice que soy uno de los mejores del equipo!- Jaxon chilló emocionado.Así que su nombre es Zayn ... bonito.

-Choca esos cinco, hombrecillo- se arrodilló y le chocó la mano alta.

-Qué bonito- solté sin pensar. Zayn se puso de pie y caminó hacia mí.

- Yo soy todo menos bonito- me susurró al oído, enviando escalofríos por mi espina dorsal. Por un momento he perdido la capacidad de hablar.

-Vamos Tommy- tomé su pequeña mano en la mía y me fui con él al coche.

-¿No llevamos a Jaxon a casa hoy?- Tommy preguntó con una expresión confusa. -Mira, Tommy, mamá y papá me dijeron ayer que no podemos ir a esa parte de la ciudad porque es peligroso- le expliqué.

-Oh ya entiendo, eres una de las santurronas- Zayn se echó a reír detrás de mí. Cerré los ojos, respirando profundamente antes de darme la vuelta.

-Créanme que me gustaría llevar a tu hermano, pero no a ti.-

-No te preocupes, no es que me gustaría ir en un coche con una perra como tú.-

-¿Qué es una perra?- preguntó Tommy.

-Nada cariño, no utilices esa palabra, ¿está bien?- cambié mi mirada de Zayn con él. Él asintió con la cabeza.

-Adiós Jaxon- le sonreí mientras le alborotaba el pelo corto. Él se rió.

-Adiós ______- Zayn me susurró al oído y se echó a reír al final, por lo que mis mejillas se calentaron.

-A-adiós- murmuré, incapaz de decir nada más. Casi podía verlo sonriendo detrás.

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