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8

Jungkook se quedó paralizado sin saber que hacer, la amaba pero con Taehyung de por medio no iban a durar mucho. Si tan solo pudiera deshacerse de él.

Caminó a casa con la cabeza gacha, desanimado, sin ganas de nada se sentía. Suspiró y entró a su casa, subió las escaleras y entró en su cuarto. Necesitaba distraerse en algo. Se sentó en su silla, prendió el computador y puso las películas de Marvel.

Estaba disfrutando la película hasta que su teléfono vibró en su bolsillo, lo tomo entre sus manos y reviso que era un mensaje de Taehyung, se tensó y sus nervios se pusieron a mil, no quería volver a verlo, pero si lo ignoraba iba a ser peor.

Taehyung

¿Qué haces?

Nada


¿Tienes la tarde libre?

¿Por qué?

Te necesito conmigo.
Ven ahora mismo.

No respondió y solamente camino hacia su pesadilla andante. Se había puesto ropa ancha, no quería provocarlo. Prefirió caminar porque si iba en bus o taxi llegaría más rápido y no quería llegar a ese lugar.

Al momento de ver a unos hombres haciendo guardia en una portería de hierro supo que ya había llegado. Respiró hondo y entró, los guardias lo dejaron entrar porque ya lo conocían. Caminó un poco y logro visualizar un edificio con la pintura salida, entro y caminó al cuarto donde siempre solía estar Taehyung, iba a entrar pero escucho la voz de un hombre, estaban hablando.

—¿Estás ocupado o quién te tiene tan ocupado para que ya no hayas ido a verme? —preguntó una voz melosa.

—No te incumbe —respondió la dura voz de Taehyung.

—Claro que me incumben, me quieren robar a mi cliente estrella, dime quién es.

—No es del bar.

—¿Entonces?

—Es él que está escuchando detrás de esa puerta.

Jungkook dió un brinco en su lugar y sintió como su corazón latía desesperadamente.

—Sal, Jungkook.

Entro a la habitación lentamente encontrándose con un rubio teñido de rasgos asiáticos.

—Ven para acá —ordeno Taehyung.

Obedeció y caminó hasta llegar a su lado. Taehyung rápidamente paso su brazo por la cintura de Jungkook y lo apego a su cuerpo.

—Él es Jungkook —lo presento—. Jungkook, él es Taeju.

—Hola... —saludo Jungkook en voz baja, estaba apenado.

La expresión de Taeju cambio abruptamente a una seria.

—¿Cuántos años tiene?

—Dieciséis —respondió.

—Es un niño.

—No me vengas a joder con esas mierdas cuando tú no eres una santa paloma.

—Pues no, pero nunca me he metido con un menor de edad.

—Dices eso y de seguro más de uno mintió diciendo que era mayor de edad para meterte la verga.

Taeju se quedó en silencio. Se notaba que se sentía incómodo.

—En fin, dile a tu jefe que venga a recoger la mercancía el sábado a las seis de la tarde —corto el tema.

Taeju asintió.

—Yo le digo.

El rubio se dió la vuelta y salió de la habitación dejándolos solos.

—Pensé que no ibas a venir, te tardaste.

—Tenía tarea —mintió.

—¿Sobre que?

—La segunda guerra mundial.

—¿Eso no les enseñan en noveno? —preguntó no del todo convencido.

—Estamos atrasados.

—¿Eso no les afecta en el ICFES?

—Mis papás que van a contratar un tutor privado un mes antes.

—No es necesario.

—¿Por qué no? —lo miró confundido.

Taehyung le hizo señas de que se sentará en sus piernas. El menor camino y le hizo caso sentándose en el lugar señalado.

—Con solo una llamada puedo hacer que obtengas quinientos puntos.

—No va ser creíble —reproche.

—Bueno, entonces cuatrocientos.

—Un poco mejor.

—¿Entonces aceptas? —preguntó animado.

—¿Y que tendría que hacer a cambio? —preguntó mirándolo fijamente, perdiéndose en sus profundos ojos.

—Solo tienes que comportarte bien y hacer lo que te diga.

Jungkook simplemente no respondió y se quedó en silencio mientras sentía las caricias que Taehyung dejaba en su cuerpo. De pronto sintió curiosidad sobre algo.

—Taehyung... —lo llamo suavemente.

—¿Qué pasa?

—... ¿Cómo fue que llegaste a ser lo que eres hoy? —preguntó suavemente por el miedo a una reacción violenta.

—¿Te refieres a mi trabajo? —apreto su muslo.

—Si se puede considerar eso un trabajo...

—Desde que era niño ya tenía relación con este mundo, mi padre era la mano derecha de un narcotraficante muy temido y mi madre era una proxeneta. A la edad de 13 años ya sabía disparar con diferentes armas y ya había dirigido una carga.

—¿Por qué tomaste este camino? —preguntó Jungkook.

—A eso voy, déjame terminar. Cuando mataron a ese narcotraficante mi padre decidió que tenía que tomar su lugar rápidamente o que alguien más lo haría. No tuve opción y además había nacido en este mundo, no me parecía tan malo —termino de contar.

—¿Te arrepientes de haber tomado está decisión? —preguntó Jungkook con curiosidad.

—Sinceramente no, me gusta lo que hago.

—¿Has matado a alguien?

—Es inevitable.

—¿Cuántos?

—... ¿Con mis propias manos o con algún arma? —preguntó mientras sus labios rozaban el cuello de Jungkook.

—Ambos...

—He torturado a unas quince personas antes de matarlas, y con un arma más de veinte creo.

—¿Te arrepientes?

—No lo sé. La primera vez me atormentó un poco pero nunca llegué a arrepentirme.

—¿Me matarias?

—Depende...

—¿Entonces si?... —dijo con notorio pánico.

—No te pongas nervioso, sé que nunca me darás razones para hacerlo, ¿verdad? —susurro en su oído.

—No... —respondió después de unos segundos.

El pánico comenzó a invadir el cuerpo de Jungkook cuando sintió que comenzaba a besar su cuello, se quedó totalmente congelado. No quería que pasará de nuevo. Estaba totalmente aterrado que solo pudo reaccionar cuando sintió el músculo de Taehyung erecto.

—¡No! —gritó al mismo tiempo que se apartaba.

—No te haré nada sino quieres —dijo calmadamente.

La verdad no le creía nada.

Jungkook se fijó en el reloj que tenía en su mano notando que ya eran las cinco de la tarde.

—Ya me tengo que ir —dijo rápidamente y comenzó a caminar hacía la puerta.

Una mano lo jalo y otra lo tomo de la cintura.

—Dame un beso —ordeno sin ninguna expresión.

Con la respiración entre cortada Jungkook se acercó lentamente y lo beso por unos segundos antes de separarse e irse a su casa.























El ICFES es: El Examen de Estado de la Educación Media, Saber 11°, es un instrumento de evaluación estandarizada que mide oficialmente la calidad de la educación formal impartida a quienes terminan el nivel de educación media.

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