32
Al día siguiente Jungkook fue despertado por el ruido de la puerta siendo golpeada con insistencia.
Desorientado se levantó y abrió la puerta. Con los ojos entrecerrados miró a su madre que tenía una expresión sería.
—Son las doce de la mañana, báñate y come. Ya sé que no volviste a la hora que acordamos —dijo con un tono aterrador.
—Ari estaba un poco borracha entonces por eso me demoré —contesto rogando para que no recibir un castigo o una regañada.
—¿Tú novia ya sabe que saliste con esa muchachita? —dijo disgustada soltando un suspiro.
—Daniela y yo ya terminamos hace unos meses.
—¿Por qué? —preguntó enojada.
Jungkook desconcertado con su reacción hablo.
—Ya no estaban funcionando las cosas.
—¿Seguro? —preguntó desconfiada —. ¿Qué le hiciste? ¿Le fuiste infiel? —dice acusatoriamente.
—¡No! Simplemente no funcionó y ya —dijo acaloradamente, molesto por las suposiciones de su mamá.
Ella lo miró con desconfianza y se alejo.
—¡Baja a comer!
—¡Ujum! —respondió con fastidio.
Se encerró en su cuarto por unos minutos para tratar de disipar el enojo que tenía.
Salió de la habitación, bajo los escalones y se sentó en la mesa.
Su madre le llevo el desayuno y lo dejo sobre la mesa.
Se la notaba de malhumor. Y era una señal roja, cuando su madre estaba de malhumor discutía por todo, hasta podía llegar a ser agresiva.
Sin disimular miró disgustado su desayuno, había todo lo que no le gustaba.
Hasta el jugo le parecía un asco.
Se quedó por unos minutos moviendo la comida en su plato.
—Coma —advirtió su mamá.
Jungkook se tenso al instante.
Trago saliva antes de llevar una cucharada a su boca y masticarlo lentamente, el sabor era asqueroso, y su cara lo demostraba a gritos.
—El jugo —dijo.
Miró con desesperación el vaso y lentamente lo agarro y lo acercó a sus labios. Contuvo la respiración para no oler el aroma que soltaba y le dió un trago.
Para volver a llevar una cucharada de comida a su boca se demoraba al rededor de diez minutos.
Simplemente comer eso le parecía una tortura.
En una hora y treinta minutos termino su comida. Lavo los platos con rapidez y subió a su cuarto casi corriendo.
Rápidamente lleno su boca con agua lavandola para después cepillarse.
Cuándo se terminó de cepillar se sentó en la cama y su madre abrió la puerta de un tirón.
—Alístate que vamos al salón —dijo con una expresión sería.
Se dió media vuelta y bajo las escaleras.
Jungkook ya estresado desde que se levantó fue a bañarse.
Se cambió y bajo a la sala.
De la cocina llegó su mamá ya lista.
—¿Ya? —preguntó aburrido Jungkook.
—Vamos —contesto fríamente.
Jungkook subió al automóvil de su mamá y miró las calles de la ciudad mientras llegaban al salón.
Al llegar se bajaron y su mamá abrió la puerta, Jungkook entró y comenzó a preparar todo antes de abrir la puerta.
Después de unos minutos abrieron y en una hora ya estaba la primera clienta.
Estaba sentada en la silla mientras miraba el teléfono.
—Pasame el coso —dijo su mamá de repente.
Jungkook desconcertado miró al rededor buscando a lo que su mamá se refería.
—¿Qué? —preguntó.
—¡El coso! —gritó desesperada.
—¡¿Cuál?! —gritó del mismo modo Jungkook.
Su mamá lo volteó a mirar con furia.
—¡Los guantes! —dijo enfurecida.
—Pues hable —contesto con fastidio antes de ir hacía los estantes y sacar unos guantes para su mamá.
Se los entrego y su mamá se los arrebato de las manos.
La clienta se veía claramente incómoda.
Jungkook se sentó en un sillón apartado de su mamá.
A los pocos minutos ella llegó y le bloqueo la vista con su presencia.
—¿Te vas a quedar ahí? Sin hacer nada —dijo fastidiada.
—Pues que quiere que haga, usted siempre hace todo sola.
—Vaya allá y ayude en algo una vez en su vida —dijo antes de darse la vuelta.
Jungkook soltando un gruñido comenzó a caminar y se sentó cerca a su mamá. Lo había llamado para tenerlo ahí sin hacer nada, en todo el rato que había estado ahí su mamá no le había dicho nada. Estaba calentando puesto nomás.
Cuándo miró a su madre despistada, Jungkook aprovecho la oportunidad y se fue del salón dejándola sola. Probablemente cuando regrese a casa lo iba a regañar, pero no le importaba.
Llegó a su casa y entro, se encerró en su habitación y estuvo acostado durmiendo o en el teléfono mientras su mamá aún estaba en el salón.
A las siete sintió la puerta abriéndose, su mamá había acabado de llegar.
Jungkook un poco ansioso se encerró en el baño por si iba a buscarlo a su cuarto.
Estuvo ahí encerrado un buen rato hasta que se aseguro que su madre no subiría.
Se acostó en la cama y en una hora su madre le gritó.
—¡Jungkook, a comer!
Bajó y se sentó en la mesa. Con gran disgusto vio que de nuevo era la comida anterior. Suspiró estresado y comenzó a mover la comida sin interés.
—¿Qué es lo que está escogiendo? —dijo su madre furiosa —. Comase la comida como está.
—¿Por qué hizo esto? No me gusta —contesto de mala gana.
—¿Aquí es restaurante o que? Usted come lo que yo cocino y punto, no tengo que preguntarle si le gusta o no —dijo duramente.
Jungkook miró la comida por unos segundos más.
Su mamá harta lo sujetó del la parte trasera del cabello y estrelló su cara en el plato manteniendo presión.
Jungkook intento poner resistencia. Su mamá lo apartó del plato y con la otra mano agarro el vaso de jugo y le echo el contenido en la cara.
Jungkook con enojo se levantó de la mesa inmediatamente y la observo con rabia.
—Usted se irá a comer eso, porque yo no —subió las escaleras rápido y con la respiración acelerada.
—¡Jungkook! —gritó su madre furiosa.
Se apresuró a cerrar la puerta con seguro, a los pocos segundos su mamá llegó y comenzó a tocar la puerta como loca.
—¡Abre! —gritó azotando la puerta —. ¡Ya! —dijo furiosa.
Jungkook no respondió y se metió al baño a bañarse de inmediato.
Al salir se cambió por algo cómodo y llevado por el enojo, en un bolso empacó su ropa y sus cuadernos con sus útiles.
Se quedó en la cama esperando a que su mamá se calmará.
Después de unas horas sus padres ya se encontraban durmiendo.
Se asomo por la ventana y trago saliva al observar la altura.
Abrazo su bolso utilizándolo de escudo y salto.
Desafortunadamente cayó sobre su brazo derecho.
Ahogo un gritó y se paró con dificultad.
Miró al rededor y se colgó su bolso en el hombro mientras que su otra mano sujetaba su brazo herido.
Camino sin un rumbo hasta llegar al parque del barrio, se quedó ahí sentado y el miedo lo comenzó a asechar. No puede estar tanto tiempo fuera, podrían robarlo.
Preocupado observo como a lo lejos de acercaba un grupo de hombres.
Se paró y se fue a esconder cerca de una casa.
Se quedó allí sentado, mirando su teléfono sin idea de que hacer.
No podía simplemente volver, no había llevado llaves. Aunque tampoco es que quisiera regresar.
De repente una cara llegó a su mente.
Observó el contacto de Taehyung y con dedos temblorosos lo llamo.
Estuvo sonando por unos segundos hasta que contesto. Silencio en la otra línea.
—Taehyung... —susurro.
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