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27

Jungkook que se había quedado sentado en el sillón esperando a que Taehyung volviera, cuando lo vió pasar por la puerta rápidamente se paró y lo siguió hasta el escritorio donde había tomado asiento.

—¿Qué fue lo que te dijo? —preguntó con una expresión de enojo.

Taehyung que estaba conteniendose se limito a mirar un punto fijo en la habitación antes de levantar la mirada y confrontarlo.

—Nada importante.

—¿Te dijo algo de nosotros, verdad? —preguntó con impaciencia.

—No.

—¿Entonces que fue lo que te dijo? —insistió.

—Un asunto familiar.

Jungkook guardo silencio y lo miró no muy convencido. Se sentó en el escritorio de Taehyung lentamente.

—¿Vas a ser papá? —preguntó con cuidado.

—Parece que sí.

Jungkook estuvo a punto de protestar pero no tenía ningún derecho, además que se lo veía muy irritado. Prefirió no provocarlo, es mejor prevenir que lamentar.

—Yo... creo que iré a casa, ya es tarde —se bajo lentamente.

—Dile a uno de ellos que te lleve —respondió sin mirarle.

Jungkook que estaba acostumbrado a despedirse de un beso se fue en silencio sintiendo que algo le faltaba.

Al llegar a casa se quitó la ropa y se fue inmediatamente a darse un baño.

Se puso una pijama y se acostó en la cama mientras se distraía mirando una película.

Lunes.

—¿Voy a tu casa o vienes a la mia? —pregunta Ari mientras guardaba sus cosas en su mochila al igual que Jungkook.

—Creo que a la tuya mejor —respondió.

Ari asiente y salen al recreo.

En el patio delantero se dedicaron a hablar tranquilamente hasta que por accidente escucharon la conversación de unas niñas de noveno.

—¿Era Miguel? —preguntaba una chica con aspecto sorprendida.

Otra chica asentía efusivamente mientras se miraban atentamente entre todas.

—El cuerpo fue encontrado cerca de su casa, en un callejón —comunico con una pizca de pesar.

—¿Pero como murió y por qué?

—Pues, según yo, lo que oí —advirtió —, fue que tenía una herida de bala cerca de las costillas.

Varías chicas de las que se encontraban en grupo soltaron una exclamación de sorpresa.

—Todas sabíamos que en buenos pasos no andaba pero caía bien, en mi opinión personal era una buena persona...

Jungkook no soporto más y se acercó al grupo.

—¿Están hablando de Miguel Martinez? —preguntó muy interesado.

Las chicas se quedaron observandolo para después mirarse entre todas como decidiendo en si contarle o no.

La chica que estaba contando el chisme le respondió.

—Sí, ¿tú eras su amigo no? —pregunta.

Jungkook asiente con una mueca.

—¿Él... está muerto?

La chica dijo un “sí” con mucho pesar.

—¿Cuándo murió?

—Se dice que el cuerpo ha estado ahí votado como por dos días.

Jungkook que decidió ya haber oído demasiado se despidió del grupo de chicas y se sentó en las bancas.

—¿Él era tu amigo? —pregunta Ari mientras lo miraba con lastima y compasión.

—Sí, era mi mejor amigo.

—Oh, debe ser muy duro...

Jungkook no se sentía triste, se sentía confundido. Si, su amigo no era una santa paloma pero nunca debía nada, siempre pagaba todo lo que compraba. Así que era muy rara su muerte.

Definitivamente averiguaría que fue lo que en verdad pasó.

Transcurrieron las clases con normalidad hasta la hora de salida.

Lo primero que hizo fue ir al Bronx, estaba seguro que ahí encontraría toda la información.

Cuándo llegó entró de golpe en la oficina de Taehyung.

El mayor que se encontraba hablando animadamente con un empleado volteó a mirarlo inmediatamente con una mirada dura.

Jungkook se encogió de hombros y se sentó.

Cuándo Taehyung despidió de su oficina al hombre miró fijamente a Jungkook.

—No vuelvas a entrar así —advirtió.

—¿Por qué? Últimamente he entrado así y no me has dicho nada —protesto.

—Pues ahora te lo digo.

—Necesito saber algo —se acercó a su escritorio.

—¿Sobre qué?

—¿Te acuerdas de Miguel? Mi amigo con el que estaba cuando nos conocimos.

Taehyung asintió con indiferencia.

—Esta muerto.

—¿Y? —preguntó sin darle importancia.

—¿Sabes algo sobre eso? —lo miró acusatoriamente. Algo en el fondo le decía que Taehyung sabía algo.

—¿Cómo por qué debería saberlo? Mi trabajo es mucho más importante como para andar pendiente de tus amiguitos y de cuantas personas se mueren —respondió a la defensiva.

—Sabes algo, ¿verdad?

—Que no —respondió sin paciencia —. Si tanto desconfías de mí puedes ir a preguntarle a quien tú quieras allá fuera.

—Eso haré —dijo —, pero antes tengo que ir a hacer otra cosa.

—¿Qué cosa?

—Tengo que hacer tarea en la casa de Ari.

—Acaba rápido, a las cuatro necesitas estar aquí. Si quieres, la verdad no me importa.

Jungkook lo miró extrañado por su cambio de actitud.

—Ya me voy —aviso.

Taehyung asintió y dejo de mirarlo.

—¿Eso es todo? —preguntó Jungkook en la puerta.

—¿A qué te refieres?

—¿Solo me dejas ir y ya? ¿Ni siquiera un adiós? —preguntó ofendido.

—¿Qué quieres que te diga?

Jungkook apretó sus manos y azotó la puerta con fuerza mientras caminaba por el pasillo haciendo resonar sus pasos.

—¡Jungkook! —gritó molesto Taehyung por el portazo.

Sabía que cuando regresará sería peor, pero no pudo contenerse.

¿Que lo había hecho cambiar tanto? Algo debió haber sido y casualmente cambió su actitud después de su charla con Jennie. Necesitaba saber que le había dicho.

En unos veinte minutos llego a la casa de su amiga, estuvo de suerte porque no hubo tanto tráfico.

Tocó la puerta y a los segundos abrió su amiga con una sonrisa.

—Hola —saludo Ari.

—Hola... —devolvió el saludo Jungkook.

Ari le hizo espacio para que pasara a casa y Jungkook la siguió hasta su habitación.

—No te has cambiado de uniforme —dijo mientras comenzaba a sacar sus cuadernos y útiles.

—Ahh si, es que no tuve tiempo —respondió tratando de quitarle importancia.

—¿A dónde fuiste?

—Estuve por ahí.

—Mmn.

—¿Tú entendiste que tocaba hacer? —preguntó mientras se rascaba la cabeza.

—Si, tenemos que hacer un resumen de lo que entendimos del tema.

—Ay, yo no entendí nada...

Ari soltó un suspiró.

—Pues tienes suerte, porque yo sí.

Terminar la tarea les llevo al rededor de una hora y treinta minutos. Al terminar Jungkook salió apurado mientras se despedía de su amiga.

Se apresuró a llegar al Bronx y comenzó a analizar las personas del lugar. Tenía que encontrar a alguien que no se mirará tan peligroso para preguntarle sobre Miguel.

A lo lejos miró a unas prostitutas, estaba seguro que su amigo no requería de esos servicios pero al recordar que todos los días estaban ahí paradas serían de gran ayuda.

Se les acercó lentamente y llamo la atención de una.

—Hola... —saludo con timidez.

La prostituta que tenía cabello mono y rizado, de tez blanca y supremamente delgada lo volteó a mirar.

—¿Qué necesitas? —preguntó —. Eres muy pequeño para requerir de nuestros servicios.

—No es por eso —se apresuró a decir.

—¿Entonces para qué? —preguntó su amiga que estaba a su lado. Está siendo una morena de cabello negro y liso.

—¿Ustedes conocen a Miguel Martinez?

Ellas se miraron con confusión.

Jungkook se apresuró a sacar su teléfono y mostrarles una foto de él.

Ellas miraron la fotografía con suma atención para después responder la rizada.

—Creo haberlo visto —dijo —, pero aún así, no te puedo garantizar nada —se apresuró a decir.

—Mmn está bien —contesto un poco desanimado.

—¿Por qué estabas preguntando?

—Es que el solía venir a este lugar a comprar y hace unos días fue encontrado muerto.

—Si es así te recomiendo ir al local de Pantera, es el que suele venderle a ese tipo de jóvenes —dijo la de pelo liso.

—Gracias, ¿pero donde es?

—Después de estás dos casas —señalo —. Al fondo, esa casa de color menta.

—Tienes que ir y tocar la puerta tres veces y después decir esto “en la casa de la rana”

—¿Y si no digo eso que pasa? —preguntó con confusión.

—No te abre, es como una contraseña.

—Ahh ya, muchas gracias —agradeció.

—No hay de que —respondieron.

—Solo ten cuidado, este lugar no es para niños —aconsejo la rizada.

Jungkook asintió y se despidió nuevamente.

Camino a la casa de pantera y toca la puerta dos veces como le habían indicado, espero unos segundos para decir la contraseña.

—En la casa de la rana.

Sintió un movimiento al otro lado de la puerta y abrió un hombre barbudo de aspecto sucio. Lo miró con cuidado, analizandolo.

—¿Quién eres? —preguntó —. Nunca antes te he visto.

—Necesito preguntarle algo.

—Sino vas a comprar vete —estuvo apunto de cerrar la puerta pero Jungkook lo detuvo.

—¡Espere! Voy a comprar —dijo —, pero tiene que responderme lo que le pregunté.

—Depende cuáles sean las preguntas.

—Es algo sencillo y que no lo meterá en problemas.

—Entra —abrió la puerta y Jungkook se apresuró a entrar.

—¿Cuánto vas a querer?

—Ehh, la cantidad más pequeña —dijo mirando el lugar. Tenía un aspecto muy sucio.

El hombre soltó un tipo de gruñido y de un cajón saco un polvo blanco que estaba en una bolsita transparente muy pequeña.

—¿Cuánto es? —preguntó.

—Veinte —respondió con tranquilidad.

Jungkook le pasó el billete y recibió el paquete.

—Con esto solo te responderé una pregunta —advirtió.

Jungkook asintió.

—¿Conoce a Miguel Martinez?

El hombre puso una cara pensativa.

—Me suena.

Jungkook se apresuró a mostrarle una foto de él.

El tipo rápidamente cambió de expresión haciéndole entender que lo había visto.

—En efecto, si lo conozco.

—¿Cuándo fue la última vez que lo vio? —preguntó con rapidez.

—Dije que una sola pregunta.

—Le daré más dinero si me responde.

—Esta bien...

—Entonces dígame cuando fue la última vez que lo vio.

—Fue hace unos tres días.

Eso estaba cerca al día en que se dice que murió.

—¿Ese día lo noto extraño?

—No.

—¿Y venía acompañado?

—No.

—¿Cuánto le compro?

—Tres gramos.

—¿No sabe nada más? —preguntó esperanzado.

—No —respondió cortantemente.

—Esta bien, gracias.

—Fueron cinco preguntas, es cien.

Jungkook suspiró con pesar al tener que dar su dinero,  que en realidad era de Taehyung.

—Aquí tiene —le paso el dinero y el hombre lo contó.

—Esta completo —dijo.

Jungkook asintió.

—Si sabe algo más llámeme a este número —le dió un papel que tenía su número anotado.

—¿Cuánto sería si le digo?

Jungkook suspiró con fastidio.

—Puede ser de treinta para adelante dependiendo el tipo de información que sea.

—Tendre mis orejas bien paradas —sonrió.

Jungkook salió del lugar y fue a la oficina de Taehyung.

Abrió la puerta con cuidado y se pudo percatar que había un rubio cachetón hablando con Taehyung.

Supuso que ese debió hacer sido el tal Jimin.

Se sentó en el sillón haciéndose el desinteresado.

Jimin lo miró con curiosidad al ver cómo entraba tan tranquilamente y Taehyung no le decía nada, supuso que debían tener una relación especial.

—¿Cuántos serán? —preguntó Taehyung volviendo a llamar su atención.

—Pues, alrededor de todos serían unos cincuenta —respondió con una voz sumamente suave.

—¿Son de buena calidad?

—Siempre te ofrezco lo mejor, pero hay unos cuantos usados —dijo y se apresuró a añadir algo más —. Sabes que no son corrientes, aunque ya están usados siguen funcionando muy bien.

—Claro... —dijo Taehyung con desinterés —. ¿Cuánto sería? —preguntó.

—333, 333 dólares.

—Sabes dónde ir para reclamar el dinero —dijo.

Jimin asintió y volvió a hablar.

—¿No quieres estrenar uno? Por supuesto, uno nuevo —preguntó con una sonrisa que se veía tan inocente que perturbaba.

—Creo que no.

Jimin lo miró extrañado.

—¿Por qué? Siempre que hacemos estos negocios quieres tener unos cuantos para ti.

—Pues ahora ya no.

—Esta bien, si cambias de opinión ya te sabes mi número.

Jungkook se paro y se posicionó al lado de Taehyung poniendo un brazo en el hombro contrario.

—Creeme que no necesitará tus servicios —dijo con arrogancia y una mezcla de asco.

Jimin lo observo en silencio sin verse ofendido ni afectado.

—¿Quién eres? —preguntó en un tono curioso.

—Su pareja.

Pudo observar como la curiosidad en los ojos de Jimin aumentaban.

—No creo que nuestras situaciones sean tan diferentes —respondió con calma.

—Pues creeme que si lo son —lo desafió con la mirada.

Cuándo Jimin estaba a punto de abrir la boca Taehyung hablo.

—Ya basta —dijo harto.

—Park, ya sabes que hacer. Retirate —ordeno.

Jimin asintió y salió de la habitación sin reprochar.

Taehyung se giro para observar a Jungkook.

—Y tú —dijo —. ¿Dónde estabas?

—Estaba averiguando sobre Miguel.

—Y dale con Miguel, déjalo descansar en paz.

—¡Taehyung! Es mi mejor amigo y ni siquiera sé por qué murió —dijo indignado.

—Era tu mejor amigo —corrigió cruelmente.

—Como sea...

—Debiste déjarmelo a mí, tuviste suerte está vez. No sabes lo que te puede pasar allá afuera —reprendió.

—Con la actitud que tienes no quería ni verte.

Taehyung lo sujetó de las muñecas y lo jaló haciendo que cayera en su regazo.

—Estaba estresado, amor —se excuso.

Jungkook se mostró distante.

—Estoy seguro que no conseguiste averiguar nada así que te ayudaré.

Jungkook rápidamente cambió de expresión y lo miró con los ojos abiertos en impresión y con una sonrisa en todo su rostro.

—¿De verdad? —preguntó emocionado.

—De verdad —aseguro.

Jungkook sonrió y lo abrazo.

—Tu hermana también te dijo que no podíamos estar juntos, ¿verdad? —Taehyung se tenso levemente y acarició su espalda.

—¿Qué importa lo que ella diga?

—No le caigo bien...

—No es por eso, y lo sabes.

—Estabas aquí solo con Jimin —cambio de tema.

—Tú no llegabas y Jimin ya me estaba esperando hace quince minutos, tenía que hacerlo pasar.

Jungkook resopló con fastidio.

—Ustedes no estaban hablando de droga ni de objetos, ¿no? —lo miró fijamente.

—Ujum —confirmo Taehyung.

—Entonces... —dijo —. ¿Solías estrenarlos? —lo miró con una ceja arqueadaba.

—Solía, ya no —aclaro.

—¿Y eso lo hace mejor?

—Claramente no, pero no te soy infiel así que ya deja tus celos estúpidos.

Jungkook lo miró con enojo.

—Eres un idiota —le pegó en el pecho sin hacerle mucho daño.

—¿Por qué mejor no nos ponemos al día? —dijo mientras apretaba sus caderas y lo acercaba hacía su cuerpo.

—¿A qué te refieres? —preguntó Jungkook con nerviosismo.

—No creo que haya falta que te lo explique, ¿o si? —dijo al mismo tiempo que comenzaba a quitarle la camisa, Jungkook dejándose con tranquilidad.

—¿Vamos a hacerlo aquí? —preguntó con asco Jungkook.

—Si.

Taehyung quitó las prendas del menor con rapidez al mismo tiempo que dejaba calientes toques contra su piel, poniéndole la piel de gallina y sacándole suspiros que débilmente se esmeraba en contener.

Al poco tiempo termino por desnudarse él también y comenzó a preparars la entrada de Jungkook con delicadeza procurando hacerlo sentir bien en cada momento.

Cuando considero que ya estaba lo suficientemente listo lo ayudo a alinear su pene en la entrada del menor y lo ayudo a bajar.

—Yo... No sé hacerlo —dijo con un evidente sonrojo mientras se sostenía de los hombros de Taehyung.

—Yo te enseño —lo ayudo a subir deleitándose con la vista del menor tan excitante.

Al poco tiempo Jungkook encontró el ritmo perfecto y comenzó a bajar y subir con rapidez con la ayuda de Taehyung.

El sonido de sus pieles cochando con fuerza se escuchaba en toda la habitación y los gemidos que ya casi parecían gritos de placer de Jungkook, no paraban de salir de su boca. Mientras tanto Taehyung se limitaba a dejar salir gruñidos.

Cuándo vió a Jungkook demasiado cansado para seguir lo sostuvo fuertemente de las caderas y comenzó a follarlo con fuerza, Jungkook también se ayudaba a veces bajando, eso haciendo las embestidas aún más rudas y con más fuerza que las anteriores.

Al cabo de unos minutos Taehyung terminó por correrse dentro de Jungkook.

Habían permanecido casi en la misma posición solo que está vez Jungkook descansaba en el pecho de Taehyung. El miembro del mayor aún estando adentro.

Taehyung comenzó a dejar pequeños besos en el cuello de Jungkook.

—¿Tú... De verdad vas a ser padre? —preguntó Jungkook haciendo detener todos sus movimientos.

Taehyung se tomó unos segundos para responder.

—Sí, pero no me haré cargo. Solo haré mi labor de dar un heredero.

—Pero... Eso es cruel, un niño necesita a un padre —elevo su cara para poder mirarse.

—No quiero ser papá. —respondió con sequedad.

—Aun así tienes que hacerte responsable.

—¿Tú crees que criar un niño es fácil? —preguntó con brusquedad.

—No, sé perfectamente que no es fácil pero no puedes traer un niño a este mundo porque si y no darle el cariño y amor que se merece.

—Entonces dáselo tú.

—Taehyung —advirtió —. Yo no voy a ser su padre, ese serás tú —son su dedo apunto el pecho de Taehyung acusatoriamente.

Taehyung evitó su mirada.

—Si vas a tener un niño tienes que hacerte responsable —finalizo.

—Sabes que nunca lo elegí por voluntad propia.

—... —Jungkook guardo silencio —. Yo... puedo ayudarte, obviamente no seré su madre ni su padre pero puedo ser un buen hermano —propuso.

Taehyung lo miró con incredulidad.

—¿Es en serio? —soltó una risa airada —. ¿Cómo un hermano? Jungkook, eres mi novio y si vas a ayudarme con ese niño, él no te mirará como su hermano.

—Podemos actuar normal frente a él.

—Lo voy a tener y lo voy a mandar con Jennie, o que alguien más lo crié.

Jungkook lo miró con tristeza.

—Pero si tú quieres que me haga cargo de ese niño tendrás que ayudarme, yo voy a ser su padre y tú también.

Jungkook se quedó congelado.

—No, Taehyung —se apartó con brusquedad.

—¡¿Entonces que carajos quieres?!

—¡Que te hagas cargo de lo que vas a hacer!

—Ya te dije mis condiciones, sino las aceptas puedes irte —amenazó.

Jungkook lo miró con incredulidad.

—¿Es en serio?

—Muy en serio.

Jungkook se apresuró a vestirse y salió de la habitación a paso rápido, con una clara incomodidad al caminar pero salió con la dignidad en alto.

Al llegar a su casa se apresuró a subir a su cuarto y en darse un baño para luego hacerse su rutina de skincare que ya la había dejado de lado por varios meses.

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