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19

Un lunes por la mañana la alarma sonó a las cinco y media como de costumbre y Jungkook se paró con mucha voluntad de por medio, porque sus ganas de seguir durmiendo eran muchas.

Resoplo y entró a la ducha dándose un baño con agua medio fría para poder despertar por completo. Se vistió con el uniforme de educación física, alisto sus cuadernos y bajo a la cocina a prepararse su desayuno siendo cereales con leche. Al terminar de comer lavo y los platos y al ver cómo le había sobrado tiempo miró su serie favorita unos minutos y luego fue a tomar un taxi.

—Señor, ¿tiene de vuelta de un billete de cincuenta? —preguntó preocupado ya que sino a el señor le tocaría ir a alguna gasolinera a que le cambien el billete.

—Son las seis de la mañana como se le ocurre —contesto el viejo calvo que estaba conduciendo.

—Perdón —se disculpó de mala gana.

El señor rápidamente se desvió del destino inicial y fue a la gasolinera más cercana, el intercambio duro unos cinco minutos y luego llevo a Jungkook a su colegio, por fortuna llego faltando cinco.

Entró al colegio y camino a su aula, al entrar dejo sus cosas y espero durmiendo a que llegará Ari.

Cuando sintió una mano moviendo su hombro supo que su amiga ya había llegado. Dejo de dormir y levanto la cara mirándola.

—Que frio hace aquí, no me acostumbro. Hoy por la mañana casi muero de hipotermia -se abrazo temblando —. Brr.

Jungkook rio ya que él se había bañado con agua fría.

—A mí también me dio duro acostumbrarme —sonrió —. Dejando eso de lado, tengo dinero. Ya me pagaron —mintió —. ¿Qué quieres hoy? Yo te lo compro.

—Uyy, supongo que tengo que aprovechar ahora que dices.

—Y no te equivocas, no me gusta gastar mi dinero —cambio de tema —. Ahora que lo pienso... quiero ahorrar para algo, pero no sé para qué.

—¿Una play station? —sugirió Ari.

—No, ya tengo una —pensativo.

—Mmn... ¿Un teléfono?

—Puede ser, quiero un IPhone para las fotos, pero dicen que son malos.

—Yo tuve uno y se dañan muy fácil.

—Los Samsung duran harto.

—Tienes razón, lo único malo es la entrada. No sé qué pasa, pero todos mis amigos que tienen Samsung se les ha dañado la entrada, y a mí también cuando tuve uno.

—¿Qué teléfono tienes? —preguntó Jungkook con curiosidad.

—El Redmi Note 13.

—Ese salió este año, ¿no?

—Sí.

—¿Y que tal? ¿Cómo es?

—Pues, es bueno. Ya se me ha trabado y eso que casi no tengo juegos.

Jungkook rio.

—Tú celular es bonito —dijo Ari.

—Dicen que son malos.

—Tienes que cuidarlo —Jungkook asintió.

En ese momento entró la profesora de matemáticas a dar la clase. Después de la clase de naturales y sociales por fin pudieron salir al recreo.

—¿Qué hay en la tienda? —preguntó Jungkook a una compañera.

—Hay Sándwich, perros calientes y empanadas.

—Que rico —dijo Jungkook.

Su compañera se fue con su grupo de amigos y él con Ari caminaron hacía la tienda escolar.

—Voy a comprar, espera aquí —Ari asintió y se quedo sentada en una de las bancas del patio.

Estaba a punto de comprar, pero escucho una conversación de su ex novia con sus amigas.

—Los perritos valen siete mil y solo tengo cinco, ¿no tienes dos mil que me prestes? —suplico a su amiga.

—Me los acabe de gastar.

Daniela suspiró.

De su bolsillo Jungkook saco un billete y se lo dio.

—Toma, oí que te faltaba dinero.

Las amigas de su ex inmediatamente comenzaron a intercambiar miradas comunicándose y Daniela se quedó mirándolo sin ninguna expresión.

—Es mucho, no creo poder pagártelo —lo rechazó.

—No tienes que hacerlo, te lo estoy dando.

—¿De dónde sacaste tanto dinero?

—Trabajando.

—Tus padres no te dan eso.

—Ya no trabajo para ellos —mintió —. Solo acéptalo —lo puso en medio de sus manos y se dio la vuelta para coger puesto de nuevo.

Mientras esperaba ser atendido pudo escuchar a sus amigas chillar y decirle cosas que no alcanzo a distinguir muy bien. Rio un poco, le daba gracia. Además, eso le dejaba clara una cosa: Daniela no había hablado mal de él a sus amigas. Y eso ya decía mucho de una persona.

Después de comprar dos bolsas de empanadas donde en cada una venían tres, dos sándwiches y dos perros calientes pudo ver a Ari como corría hacia él a ayudarle porque estaba que se le caían las cosas.

Ambos comieron hasta quedar llenos.

—Nunca había comido tanto en el colegio —dijo mientras le daba un trago a la gaseosa que habían ido a comprar para que les baje la comida.

—Ni yo —confesó Jungkook.

Justo cuando terminaron de comer sonó el timbre anunciando que el recreo había acabado.

Al volver al salón entró el profesor de Educación física que también era el director del curso.

—Buenos días, muchachos —saludo.

—Buenos días —saludaron unos pocos que, si eran educados, Jungkook no devolvió el saludo, solo presto atención.

—Bueno, como todos sabrán este periodo está por terminar. El viernes hubo una reunión donde estuvimos analizándolos y hay unos estudiantes que pueden perder algunas materias. El problema aquí es que saben muy bien que no hay recuperación, solo al final del año y sino pasan una sola materia se quedan.

—¿Quiénes pierden? —preguntó Paula.

—¿Quieren que los nombre? —preguntó al aula.

—¡NO! —gritaron unos —. ¡SI! —gritaron algotros.

—Ustedes saben que aquí la mayoría gana -dijo el profesor —. Votemos —propuso —. Los que dicen que si alcen la mano.

Y todos la alzaron excepto unos cinco y Jungkook.

—Bueno, gana la mayoría —comenzó nombrando los que podía que pierdan tres siendo cuatro los nombrados, luego con los que perdían dos, fueron siete. Y al final los que perdían una siendo tres y entre esos Jungkook con matemáticas.

—Jueputa —dijo irritado —. Ahora quien aguanta la cantaleta de mis papás.

—¿Te regañan? —preguntó Ari.

—No, me dan flores y chocolates, ¿cómo la ves? —dijo con sarcasmo.

—Ush, ahora uno ya no puede preguntar con ese geniecito que se mandan.

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