18
Taehyung sonrió. Jungkook al verlo le volteo la cara de un cachetazo. Si Taehyung se sentía un poco mareado por la ahorcada ahora con esto quedo loco, se inestabilizo y se sostuvo de la pared.
—¡¿Casi te mueres y lo único que haces es sonreír?! Maldito loco de mierda —lo miró mal.
Taehyung se acerco a él y lo tomó de la mano.
—Tranquilo amor, es que fue bonito ver como te preocupabas por mí.
—Simplemente evite que en el caso que te llegará a matar venga por mí —Taehyung sonrió sin creerle.
—Subamos —lo tomo de la mano y comenzó a caminar hacia la salida.
—¿Qué vas a hacer con eso? —preguntó preocupado.
—Ya vendrán a limpiar y si te preocupa el cuerpo déjame hacerte saber que nunca podrán encontrarlo.
—¿Lo van a moler? —preguntó Jungkook con curiosidad, ya había escuchado los rumores de ese lugar.
—Es lo más probable.
—¿Qué hizo?
—No te conviene saber —comenzó a caminar.
—Tampoco es que lo vaya a contar.
—No es por eso.
—Está bien...
Salieron del sótano y fueron directo a la habitación de Taehyung.
Jungkook al recordar lo que había pasado en esa cama sus orejas se pusieron rojas.
Taehyung lo noto y sonrió.
—¿Por qué estas tan rojo, amor?
—Estoy... —pensó una excusa, no quería darle la razón —. Estoy enfermo.
—A ver —dijo acercándose y puso su mano en el cuello de Jungkook —. No lo creo
—Es porque tú no sabes nada, soy el dueño de mi cuerpo así que solo yo lo sé.
—Ajá.
Taehyung se alejó y de un cajón saco alcohol, algodón y una pomada. Dejo las demás cosas en la cama y solo tomó la pomada, la abrió y la comenzó a aplicar en la parte afectada de Jungkook.
El menor se quejó porque le dolía.
Luego de eso dejo la pomada y comenzó a abrir el alcohol. Jungkook lo noto y le arrebato la botella y lo sentó en la cama.
—Dame —señaló el algodón y Taehyung como buen perrito faldero se lo paso.
Giró la cabeza de Taehyung sin ninguna delicadeza y comenzó a aplicar el alcohol a toquecitos en el labio partido de Taehyung.
—Creo que lo merezco —dijo Taehyung.
—¿Crees? —Jungkook rio —. Lo mereces, hijo de puta. Esto y mucho más.
Taehyung se quedo en silencio y dejo que Jungkook lo curará.
—No quiero que seas amigo de esa tal Ari.
Jungkook detuvo sus movimientos y lo miró.
—¿Con que derecho me dices eso? —le tiró las cosas en la cara indignado y molesto.
—Creo que le gustas.
—Apenas nos acabamos de conocer de conocer. ¿Crees que la amistad entre hombres y mujeres no existe?
—Si confirmo que no le gustas te dejo en paz.
Jungkook se apresuro y le dio el teléfono.
Taehyung lo cogió y entró al chat de Ari.
—¿Qué dijo? —pidió saber Jungkook tan pronto como apartó el teléfono.
—Lo negó —le entregó el teléfono.
—Te dije —hablo mientras cogía el teléfono.
—Aun así, no me da buena espina —siguió en la terquedad.
—Ay, dios mío. Dame paciencia y en el culo resistencia —bufo.
—Ya se esta haciendo tarde, te acompaño a la salida —se paró y tomó a Jungkook de la mano. Comenzaron a caminar fuera del lugar.
Cuando llegaron casi a la salida Taehyung se detuvo y le paso un fajo de billetes de cincuenta.
Jungkook lo miró impresionado.
—Nunca te lo pedí, y aun así no lo quiero aceptar si después me lo vas a echar en cara.
—Nunca más va a pasar eso —le insistió —. Sé que tus papás no te dan para el recreo y que no comes en restaurante —dijo —. ¿Estás seguro que no tienes anemia?
—Prefiero tener anemia y estar internado a tener que venir a verte casi todos los días.
—Yo también te amo, mi vida.
—¿Ya no soy "amor"? —preguntó Jungkook con la ceja alzada y una sonrisa.
—Eres mi amor, mi vida, mi universo, mi cielo, mi estrella, mi galaxia, mi musa, mi inspiración, mi motivación y mucho más.
Jungkook se alejó incómodo.
—Puaj, ni que fuéramos novios.
—¿Cómo duraste tanto con tu noviecita sino te gusta que te digan estas cosas?
—Es que ella no me las decía, ese era yo.
—¿Y ahora que se siente que te las digan?
—Extraño —dijo, pero en el fondo era un "y también lindo".
—¿Me vas a aceptar el dinero o no? Que se me esta cansando la mano —agitó el fajo de billetes con fuerza.
Jungkook dudo mucho si tomarlos, pero al final los acepto, los necesitaba ahora que no ha ido a trabajar, aunque tampoco es que le dieran tanto. Solo era diez mil a duras penas.
Le salía mejor ir a trabajar en la competencia de sus padres que ayudarlos.
Guardo el fajo en el bolsillo de su chaqueta.
—Nos pi —estuvo por salir, pero Taehyung lo jaló de vuelta.
—Pero despídase bien.
—¿Después de lo que me hiciste? No, gracias —se zafó y se fue caminando.
—¡Chipi chuspa te va a dejar! —gritó Taehyung.
Jungkook dio media vuelta y lo miró con el ceño fruncido.
—¿Y cómo voy a saber cual es ese? —preguntó.
—Él que viene ahí —lo señalo.
Jungkook volteo y era un calvo con un tatuaje de corona de espinas. Lo siguió y se montó en los carros.
El hombre lo fue a dejar a su casa como Taehyung lo había indicado.
Jungkook abrió la puerta y se apresuro en subir a su habitación y contar cuanto le había dado Taehyung.
Se quedo con la boca abierta cuando conto un millón y medio exactico.
No sé cómo después de todo lo que le pasa actúa como si nada (lo dice la autora).
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